viernes, noviembre 03, 2023

Empieza la batalla en Gaza ciudad

Tras unos días de incursiones de prueba, a lo largo de esta semana las tropas terrestres israelíes, apoyadas por carros de combate y otro tipo de material pesado, han penetrado en profundidad en la franja de Gaza, logrando ayer controlar un pasillo que va desde la frontera hasta el mar, de tal manera que la parte superior de la franja, donde se encuentra la ciudad de Gaza, está cercada por las tropas del IDF en todo su perímetro. Es la urbe más poblada de todo el territorio y, antes del inicio de la guerra contaba con medio millón de habitantes. Es difícil saber cuántos han huido al sur desde el inicio de la guerra.

El combate urbano es uno de los escenarios clásicos de la guerra desde que las ciudades adquirieron las dimensiones que ahora conocemos, aproximadamente algo que empieza a suceder en la IGM. En ese entorno el ejército atacante tiene menos ventaja que en campo abierto, porque las calles, incluso si están despejadas, no son el terreno apropiado para que tanques y todo tipo de vehículos acorazados puedan ser plenamente efectivos. Si se da una situación de bombardeo previo en el que las ruinas llena las calles el escenario está predispuesto para que la resistencia a la invasión pueda ser muy efectiva. Lo habitual es que este tipo de batallas acaben con la urbe rendida a los atacantes, pero a un precio altísimo para ellos. Los episodios de guerra urbana del pasado muestran las peores atrocidades posibles en un escenario de desolación máxima. La versión moderna de este tipo de batallas, en este siglo, la vimos en Irak, donde Faluya se convirtió en el exponente claro de lo que supone la toma de una ciudad moderna por parte de un ejército de primer nivel como el norteamericano. Algunos expertos están también hablando del caso de Mariupol en la guerra de Ucrania, pero no lo considero totalmente equivalente porque la táctica del ejecito ruso se basaba en el exterminio de la urbe y sus habitantes. Bloque a bloque, las tropas de Putin iban laminando la ciudad y todo lo que en ella hubiera, no generando exactamente una batalla urbana sino un exterminio. Es lo mismo que ese ejército llevó a cabo en la chechena Grozni. En el caso de Faluya las tropas norteamericanas buscaban conseguir una ciudad que, tras la conquista, fuera utilizable, sirviera para algo, mantuviera su entidad e infraestructuras, y por eso la conquista no fue al estilo ruso. Por capacidad, los EEUU podrían haber aplanado Faluya en un par o tres de días, exterminando a todos, pero no era eso lo que buscaban. En el caso de Israel, sin que se tengan claros cuáles son sus planes una vez que la guerra termine (este punto es muy importante y poco se habla de él) tampoco le interesa una táctica de arrase absoluto, y eso le expone a sufrir bajas propias crecientes en el entorno hostil al que antes me refería. En el caso de Gaza se añade a todos los problemas que se puedan ver en superficie la red de túneles construidos por Hamas bajo tierra, a una profundidad superior a los cincuenta metros, que le sirven para comunicarse, almacenar municiones, escapar, planear ataques, etc. La única manera de tomar una red semejante es entrar en ellos y someterse a un combate cruel en el que la artillería mecanizada es poco útil, En definitiva, conquistar Gaza va a costar muchas bajas al ejército israelí, y aumentará la presión de la sociedad del país ante la angustia de la guerra. En ese combate es prácticamente imposible que los rehenes que mantenga Hamas en esa parte del territorio puedan sobrevivir, por lo que la angustia de los familiares que les esperan en casa debe ser máxima. Los civiles que permanezcan en la ciudad y no hayan podido huir se enfrentan a una situación desesperada, donde tienen una probabilidad muy alta de morir por causa de unos y de otros, con escasas posibilidades de esconderse. El escenario es de pesadilla.

Para los milicianos de Hamas, las posibilidades de que puedan alcanzar el paraíso lleno de vírgenes que tienen prometido si se inmolan en la yihad son, también, muy elevadas. Su intención es morir matando, y sabiéndolo, es de esperar poca piedad por parte de las IDF. Se calcula que eran veinte o treinta mil los componentes de la milicia antes del inicio de esta guerra, y no espero que de su resolución surjan miles de prisioneros capturados, sólo miles y miles de muertos. La imagen e Israel se deteriora día a día en el mundo a medida que el fragor de la batalla sigue y el escenario empeora. La posición de Hezbolla, la milicia proiraní del Líbano, será determinante para conocer el desenlace de la guerra, pero no alterará lo que vaya a suceder en la batalla de Gaza ciudad.

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