jueves, noviembre 23, 2006

Sin palabras

Desde su creación, Internet ha revolucionado muchas de nuestras costumbres sociales, formas de trabajo y hábitos diarios. Ya no trabajamos como antes, ni nos relacionamos con la gente de igual manera. Chateamos, mandamos correos, nos apuntamos a foros y quedamos vía web para hacer cosas en el mundo real, por así denominarlo. Hasta ahora estas reuniones convocadas por Internet servían para encuentros políticos, sociales y similar, predominando las manifestaciones y las reuniones “frikis” para hacer cosas extrañas en un sitio. Sin embargo, al última iniciativa de encuentro global me ha desbordado por su originalidad.

Pare este próximo viernes 22 de Diciembre, justo dentro de un mes, se ha convocado un
orgasmo mundial por la paz. Sí, sí, un orgasmo mundial. La web donde se aloja la convocatoria no tiene desperdicio. La idea subyacente es que ese 22 de Diciembre, día en el que este año se produce el solsticio y la entrada del invierno, la conjunción de orgasmos en todo el planeta permita “generar un cambio positivo en el campo de energía de la Tierra mediante la aportación de la mayor cantidad posible de energía humana” se sobreentiende que a través de los orgasmos provocados. Todo ello encauzado a lograr la paz mundial. Indescriptible. Para más inri, ese día es el día de la Lotería en España, por lo que es probable que aquí se produzca una doble conjunción orgásmica, la matutina derivada del bombo y la tardía (si la gente lo hace más de noche que de día) del encuentro amoroso. Puede ser un buen momento para que las parejas que se encuentran en crisis se den unos arrumacos y se unan al esfuerzo global. Se imagina alguien a Mª Teresa Fernández de la Vega y a Eduardo Zaplana contribuyendo a la paz mundial de esta manera? Seguro que Zapatero y Sonsoles, o Mariano Rajoy y Elvira se apuntan, pero, es un suponer, ¿qué efectos globales tendría la energía desatada en un encuentro amoroso entre Gallardón y Esperanza Aguirre? No saltarían chispas, no, sería como encender miles de soles, una sinergia absoluta, un despliegue de fuerza que ni Lucas ni los jedi pudieran imaginar.

La verdad es que si uno diseña iniciativas de este tipo seguro que siempre encuentra adeptos. Si montas una convención donde cada uno ponga por la paz mundial, por decir una cifra, 100 euros, seguro que no se te apunta mucha gente, pero en esto del amor, el sexo y el deporte todo el mundo quiere tomar partido. Lo que no me ha quedado muy claro de esta iniciativa es la aportación que pueden realizar las personas que no disponen de pareja. Entre dos o más puede ser alcanzable el orgasmo, pero los solitarios, ¿cómo se apuntan? ¿cómo canalizan su energía? Voy a pasarme todo el día 22 sin mirar a los bombos, intentando ver si en la aurora de la mañana del crepúsculo refleja la fuerza interior. Apasionante.

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