El que sea fiesta en una ciudad no querer decir que nadie trabaje en ella, ni mucho menos. Sin ir más lejos ayer Jueves, festividad de al Almudena en Madrid ciudad, la Bolsa funcionaba, y por esa coincidencia pude asistir como espectador privilegiado a la realización de las conexiones de una televisión en el parqué, gracias a los oficios de una muy buena amiga que trabaja de presentadora en la cadena en cuestión. Allí, al lado de ella, mientras hacía las entradas en directo conectando con el programa que se emitía desde la central, pude apreciar lo difícil que resulta trabajar en tiempo real y todo lo que la tecnología ha cambiado en nuestras vidas.
Empezando por la misma bolsa. El Salón de corros es un precioso edificio que está en la Plaza de la Lealtad, junto al hotel Ritz. De exterior neoclásico, asemeja a un cascarón enorme, de cuatro cristalinas y porticadas paredes y techo de Madera abovedado donde se hacen las pujas de valores... bueno, se hacían, porque la impresión que da entrar en dicha sede es desoladora. Un vacío y un silencio casi absoluto, solamente roto por los cambios de valores en un enorme panel central que cubre la mayor parte de uno de los lados acristalados del salón. Mesas de corros de madera, viejas y gastadas, se encuentran en las esquinas, solitarias y abandonadas. Todo se hace por ordenador desde cualquier parte del mundo, y no es de extrañar el aire de cierre y decadencia que transmite el parqué de verdad. Lo único que abundaba por allí eran los puestos reservados para las cadenas de televisión, las únicas que amortizan el decorado sobre el que hablan, que hoy es sólo fachada del dinero que allí se mueve. Así como una visita a la Bolsa de Nueva York es espectacular, y llena de vida y furia, la Bolsa de Madrid no deja de transmitir la imagen de un mundo que ha desaparecido. No sería mala idea el convertir el edificio en un museo de la historia de la Bolsa en España. Seguro que así tendría mas visitas y el dueño del mismo le sacaría mas rentabilidad al solar.
Y qué decir sobre al experiencia televisiva, en la que huelga decir yo no participé en pantalla? Pues que es una profesional como la copa de un pino, con un aplomo y soltura digna de una veterana de las cámaras, con una soltura, desparpajo y aplome a prueba de rótulos fijos y entradillas ajustadas. Asombrado estaba yo viéndola, dudando por un momento si la seria y competente presentadora que yo tenía en frente, hablando a una cámara con una naturalidad innata era la chica que había conocido hace ya algunos años en un contexto totalmente distinto. Si lo desea, tiene todo el mundo por delante para ella, porque aptitudes (y una suntuosa belleza, que también importa) no le falta. Muchas gracias por hacerme partícipe del espectáculo, ABG.
1 comentario:
Una de las entradas que más me han gustado, de verdad.
En la intimidad, ya me contarás quién es ella, que me has dejado intrigado.
Un abrazo
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