Ayer se produjo al presentación de uno de los libros más polémicos y esperados de la temporada. Elisa Beni, de profesión periodista, acompañada por su marido, el juez Javier Gómez Bermúdez, presentó “La soledad del Juzgador”, relato hagiográfico en el que se ensalza la figura de su marido, responsable visible del macrojuicio del 11M y se trata de bastante peor manera a los otros dos miembros del tribunal y a otros participantes, tales como fiscales y testigos, en ese juicio que ya es historia.
En mi opinión, Bermúdez y su mujer la han “cagado”. Hasta hace poco Bermúdez no sólo había suplantado al de al lotería como el calvo más famoso de España, sino que estaba elevado en los altares dad la diligencia y profesionalidad con la que había dirigido un juicio tan complicado como el del 11M. Incluso consiguió algo milagroso en España, como es no filtrar la sentencia a ningún media el día antes de hacerla pública, cosa que suele ser habitual. El, con su “pendrive” siempre a cuestas, no se dejo comprar, intimidar ni nada, y leyó confusamente una sentencia compleja, dura y que creo su polémica, pero no ensució la imagen del juicio. Ahora todo eso se ve arrastrado por el fango, y es que su mujer no ha construido un relato de investigación periodística, ni se ha pasado meses documentándose en la sala o entraos procesados, ni siguiendo la larga y compleja instrucción en al que hasta se perdió el juez Del olmo. No, no, Elisa ha escrito este libro porque es la mujer del juez, y este, en su alcoba, mientras lo hacían, o paseaban en el parque, o compraban ciruelas en el mercado, le ha ido contando cosas que no debiera habérselas dicho ni a su confesor, y poco más de un mes después de la sentencia, con recursos por medio y el recuerdo aún fresco, las pone negro sobre blanco, encuaderna y lanza a la venta en la temporada navideña. A buen seguro este año en la mesa de los Bermúdez no faltará marisco del caro y champán de reserva Don Perignon de reserva. La polémica es tal que no sólo algún compañero de sala y juicio, como Emilio Guevara ha denunciado lo que en ese libro se cuenta, sino que Pilar Manjón y otras partes han relatado que el libro habla de cosas secretas, que pueden poner en riesgo su integridad física, al relatarse algunos de las aspectos por los que la propia Manjón pudo reabrir la causa que estaba a punto de prescribir sobre el atentado del restaurante “El Descanso” en Torrejón en los ochenta. Se desvelan incluso algunos de los mensaje secretos que varios niños hicieron llegar a Bermúdez, que seguramente fueron comentados por la pareja entre braga y sostén, tras una copiosa cena.
La editorial va ha hacer un negocio redondo con este libro, y síntoma de la hipocresía de la autora, cubierta de elogios y de un detallado currículum profesional en las solapas de la edición que trata de enmascarar que es la mujer del juez, ayer en la presentación Elisa estuvo mucho tiempo pidiendo perdón a quien se pudiera sentir ofendido y agraviado por el libro. Mal vamos. Quizá el libro fuera ético realizarlo dentro de algunos años, pero sacándolo ahora el beneficio que se obtiene es el máximo, y esa es la única razón por la que se hace. Felicidades, Elisa, como sigas así destruirás, entre otras muchas cosas, la carrera del hombre al que tanto dices admirar.
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