....... y se va. Manuel Marín, actual Presidente del Congreso de los Diputados, anunció ayer que en la próxima legislatura no sólo dejará ese puesto de presidencia, sino que abandona del todo la política activa, con el objeto de volver a la Universidad, dedicarse a la docencia y al estudio del cambio climático y el problema del abastecimiento energético. Hoy todo son alabanzas para Marín, pero durante estos últimos cuatro años no ha habido político o parlamentario, de su partido o del resto, que no le haya insultado o vejado de una u forma.
Pobre Marín, tras tantos años en la Unión Europea pensaba que España es un país civilizado, normal, coherente... pero como la paloma, se equivocaba. Presidente de un Congreso dividido en una legislatura bronca, dura y soez como pocas, sus ganas y esfuerzos han caído en saco roto. En una preciosa entrevista que le hizo ayer Alsina en Onda Cero, decía Marín que el es educado, formal, y que cuando va a un sitio prefiere decir Buenos Días al guantazo que le pegan a uno en la cara aquí, y que quizás por eso le hayan tomado por el pito del sereno. Qué él le da valor a las instituciones, que son algo serio, y que no pueden convertirse en un bazar de mercadeo para cargos, sillas e influencias, como lo son ahora para el PSOE y el PP. Atacó duramente esta tendencia a escenificar (dijo odiar esa palabra) las cosas, simular acuerdos y desencuentros de cara a la galería, esa cruel forma de mentir y engañar tan en boga hoy en día, y reconoció que su intento de reformar el reglamento del Congreso ha sido un fracaso, boicoteado por todos los grupos, temerosos de perder sus poderes, prebendas y privilegios en aras de un debate más abierto y democrático. Oyéndole me daban ganas de aplaudir, pero también me entró la congoja, porque el se va y los Pujalte, López Garrido, Zaplana, Cuesta, Tardá y compañía se quedan, y esta especie de Don Quijote político se retira a sus cuarteles de La Mancha, literalmente, dominado por esos molinos imparables de la mala educación y la incultura absoluta de la mal llamada clase política, porque ni tienen clase ni ejercen la política. Su forma de despedirse también es un síntoma de coherencia. Diputado por Ciudad Real, se fue a esa ciudad, pequeña y poco noticiosa, en un gesto muy británico, y convocó a la prensa local para informarles, en deferencia a esos periodistas “de provincias” que nunca tienen exclusivas de las grandes noticias del país. Dijo una frase muy bonita, eso de que “estoy aquí para que me quieran” y es que después de una vida de abnegado sacrificio por España, su presencia en Europa y su papel en el mundo actual, Marín ha sido tratado como esas mujeres, cuyos maridos afirman querer pero, imbéciles ellos, sólo saben golpearlas.
Puf, qué mal cuerpo se le queda a uno tras esto.... para enjuagarlo, pongamos aquí la historia de otro ciudadano, anónimo hasta ahora (al menos para mi) pero que ha triunfado pese a los obstáculos diarios que surgen en nuestro país para casi todo. Paco Bellido, astrónomo aficionado, ha logrado que su foto del Castillo de Almodóvar del Río, Córdoba, en la que se aprecia la conjunción de la Luna y Venus, sea seleccionada por la NASA para su calendario anual. Otro Quijote que se enfrenta a enormes molinos, y en este caso al menos triunfa. La noche y el día de nuestro país, de nuestra vida. Feliz fin de semana.
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