Al hilo del interesante comentario realizado ayer por abducido en este blog (muchas gracias por leerlo) preguntando sobre qué soluciones habría que tomar para evitar los problemas que denunciaba, me quedé pensativo, porque sí, alguna solución debiera darse, o al menos alguien tendría que pensar al respecto, y yo no soy ningún estratega ni sabio como para poder analizar este problema en toda su magnitud, que es mucha. Pero mira que cosas, hay lumbreras de verdad que reflexionan sobre esto y hoy me dejan el asunto del blog casi hecho :-)))
Ayer en cotizalia, la web financiera de elconfidencial, ambos poseedores de buenas fuentes y mejores analistas, uno de sus expertos analizaba un reciente artículo de Martín Wolf en el Financial Times al respecto del problema global de la energía al que se enfrenta el mundo actualmente, y, entre otras, sus derivadas ecológica y geopolítica, ambas de gran calado, lejana en mi opinión la primera, pero muy presente ya la segunda. Respecto al asunto de la ecología, el manido cambio climático (ayer una televisión afirmaba que las lluvias de Andalucía podían ser un síntoma de, oh sorpresa, el cambio climático, de vergüenza!!!) afirma Wolf que el consumo de carbón y petróleo por parte de China e India aumentará un 30% en los próximos años, de tal manera que China será el principal contaminante del mundo, y eso no puede ser bueno sean cuales sean sus consecuencias. Pero lo más interesante del artículo, en mi opinión, es la vertiente geopolítica. Y es que Wolf asume que hemos comenzado una era en la que, bien sea por incrementos en la demanda (China sobre todo) o por problemas de oferta (agotamiento de recursos, por ejemplo) la energía será más o menos cara, pero ya nunca va a ser barata. Esto implica que los costes productivos de las economías desarrolladas cada vez serán mayores y que el trasvase de rentas que se está produciendo desde nuestros países a los productores de recurso energéticos crece. ¿Y cuáles son esos países? Tachan!!!! Regímenes autoritarios del golfo pérsico y alrededores, gobiernos de comunistas chinos amantes del boato y la dictadura, oligarcas rusos ávidos de dinero y con pocos escrúpulos, populistas latinoamericanos de verborrea fácil y poco gusto libertario... En definitiva, que en el contexto internacional los países productores de energía cada vez pesan más, poseen más músculo financiero y, sin embargo, sus estructuras políticas no son democráticas. De ahí que es razonable suponer que la evolución democrática del conjunto del planeta se enfrenta a un riesgo global. En este sentido es muy claro el ejemplo de Putin, personaje siniestro donde los haya, que es recibido con abraso y besos por todos los gobiernos democráticos europeos, no vaya a ser que corte el grifo del gas y congele a media Europa.
Llega a preguntarse Wolf que, en relación a las intervenciones militares americanas en Irak y aledaños “¿Hasta cuando va a consentir Estados Unidos el sudor, la sangre y las lágrimas de sus soldados para garantizar un suministro que, fundamentalmente, beneficia a China?”. Enorme pregunta, que hasta ahora ni se me había ocurrido siquiera. Todo este problema podría disiparse si el suministro energético se realizara mediante fuentes renovables, pero eso, especialmente en el caso del transporte, exige gigantescas inversiones tecnológicas, y años de concienciación y esfuerzo en sustituir un combustible (gasolina) a otro (¿hidrógeno?), pero el lobo empieza a asomar sus orejas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario