Qué injusticia.... me cojo dos días de vacaciones y en medio se hunde la bolsa. Como todas las onomatopeyas clásicas fueron muy sobadas el Lunes y Martes, prefiero titular la entrada de hoy con una que hace referencia a las explosiones y, en el mercado, a las subidas descontroladas, de esas que hubo hasta hace poco tiempo y que han originado la turbulencia, tormenta o huracán en el que nos encontramos. Mira por donde se nos abre ante nuestros ojos uno de los panoramas económicos y financieros más apasionantes que pueda uno imaginarse. A ver que tal lo lidiamos.
A toro pasado, o mejor dicho, tras la cornada, algunos salieron diciendo que era previsible una caída del IBEX35 de las dimensiones de la del Lunes, recordemos, un -7,5%, la mayor de la historia. Lo que yo puedo afirmar es que el desastre del Lunes me pilló completamente desprevenido, fue una gran sorpresa, y no me lo esperaba, sobre todo tras un inicio de año tan malo como el que llevábamos. Es cerito que la marcha de mi amiga talismán puede que haya tenido efecto en el parqué, pero aún así, oyendo las noticias el Lunes por la mañana no podía dar crédito. Las caídas del 5%, 6% eran lo habitual. Al poco salió Pedro Solbes, Ministro de Economía y Hacienda, diciendo que no había que exagerar el comportamiento bursátil de ese día, y menos mal, porque si el mayor derrumbe de la historia no es una exageración!!!! Ayer todos los mercados abrieron, nuevamente a la baja, aunque más contenida, y la Reserva Federal de EE.UU. (la FED) bajó por sorpresa los tipos de interés tres cuartos de punto, lo que sirvió para apaciguar los nervios, consolidar un cierre en positivo de las plazas europeas y amortiguar mucho las caídas de los índices norteamericanos. Creo que Bernanke, presidente de la FED, actuó correctamente, aunque hay voces que afirman que este movimiento debió hacerse hace ya algunos meses. Lo que si me deja un poco preocupado es que, siga sus pasos o no el Banco Central Europeo, los Bancos Centrales han gastado ya casi todas sus armas para combatir esa crisis. Tras las inyecciones de liquidez y las reducciones de tipos poco más podrían hacer en caso de un nuevo precipicio financiero. Resulta evidente que el plan presentado por Bush este Viernes no era suficiente, pero eso no hundió las bolsas, como tituló algún periódico listillo el Martes (que bien se vivía contra Bush, recordarán algunos a final de año). Es hora de, en caso de nuevas caídas, políticas fiscales audaces y valientes, y no melifluas como la de un Bush en su ocaso o las declaraciones de un Solbes que parecía completamente ajeno a la realidad economía, pensando sólo en las elecciones de Marzo.
En el lado práctico, mis acciones de renovables están por los suelos, caídas como molinos abatidos pro un certero y poderoso Quijote. Y que decir de las de Iberdrola normales, que no tengo, pero que a este paso regalarán en los quioscos. No me preocupa porque he invertido a largo plazo, y he metido dinero que no necesito de aquí a varios meses (eso le garantiza a uno tranquilidad en jornadas como estas) pero lo cierto es que este Lunes mucha gente perdió dinero, vio esfumarse algunos de sus ahorros, y se dio cuenta de que esa palabra maldita, la crisis, se hizo carne y acampó entre nosotros.
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