Ayer por la tarde, mientras el viento soplaba sin cesar sobre media España y ocultaba los cadáveres de unos pescadores en Galicia, cuando el IBEX 35 se derrumbaba, presa de las pérdidas de Citygroup y anunciaba que la crisis económica puede ser más larga, dura y difícil de lo pronosticado, comenzó una reunión en la calle Génova, la sede del PP, en la que Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre se enfrentaban a cara de perro por las listas electorales madrileñas, en presencia de Rajoy, y de Acebes como convidado de piedra. Ya de noche salieron los cuchillos, y como en toda buena tragicomedia, aparecieron cadáveres al encender la luz.
Esperanza lanzó un órdago a la grande. Si Alberto iba en las listas por Madrid y llegaba al Congreso, ella no iba a ser menos. Dejaría la presidencia de la Comunidad de Madrid y también tendría un sillón en el hemiciclo. O todos o ninguno, y Rajoy decidió (no se si ese término es muy exacto) que ninguno. Ni Esperanza ni Alberto figurarán en las listas del PP por Madrid. Como Alberto era el único de los dos que se había postulado oficialmente a ir en esas listas, todos los medios coinciden unánimemente en la victoria de la facción de “Espe”. Se ha salido con la suya, deja al Alcalde a los pies de los caballos, descabezado y desautorizado. Su voluntad se ha torcido. Y hete aquí que en esta partida de mus aún se juegan algunos tantos tras el recuento. Pasadas las 23:00, en el programa de La brújula de Onda Cero, Carlos Alsina adelantaba la portada del ABC en la que se afirmaba que Gallardón, evidentemente despechado, dejaría la política después de las elecciones del 9 de Marzo. Victoria total de las hueste de Aguirre. Si Rajoy gana las elecciones Aguirre podrá presumir de que ha sido gracias a quitarse un lastre como Gallardón, y que sus ideas son las que le han llevado al partido a la Moncloa. Rajoy estaría feliz como presidente, pero sabiendo que el aliento de Esperanza estaría muy cerca, quizás demasiado. Pero... y si pierde Rajoy???? En ese caso la posición de Aguirre se desinflaría. Las críticas caerían sobre ella, acusándola de haber hecho perder al partido un activo tan importante como el Alcalde de Madrid, diciendo que su ambición ha llevado al PP a la derrota, y lo lógico sería que la cabeza de Rajoy no tardase en caer junto con la de ella, rodando ambas ante los ojos de Gallardón, redimido en al derrota como el ganador de esta batalla cruenta y cruel. Sea cual sea el resultado sólo uno de los dos puede ganar, y de momento el tanteo es Esperanza 1, Gallardón 0, aunque en función de lo visto y oído ayer es probable que el recuento final fuese Esperanza -1, Gallardón -2, Rajoy -3, PP –infinito.
Porque esta pelea de egos y orgullos sólo ah servido para ocultar el nombramiento de Pizarro como número dos de la lista de Madrid, sacar una sorpresa que sólo ha tenido unas pocas horas de vida política, y garantizarse que ninguno de los dos ocupará plaza en el Congreso en Marzo, no pudiendo por tanto llevarse los focos de la acción política o la iniciativa sucesoria en caso de una (probable) derrota del PP. Ayer desde Génova le hicieron al PSOE gran parte de la campaña, y el PP se ha hecho acreedor de un varapalo bien gordo. En el juego del dilema del prisionero escenificado ayer, en el que la mejor solución es cooperar, todos han decidido enfrentarse, y intuyo que en Marzo recogerán su holgada matriz de pagos negativos. Impresionante.
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