El Mundo le eligió como personaje de 2007, pero al paso que vamos se va a convertir en el personaje de todos los años y días del resto de su vida y de la nuestra. El presidente francés Nicolás Sarkozy ha sido uno de los principales perejiles de la salsa navideña, ha aderezado conversaciones, debates, tertulias y mentideros durante los días festivos y siguientes, y no por las medidas de política económica destinadas a paliar el alza de precios que también se sufre en Francia, no, sino por su noviazgo.
Sarkozy se ha enamorado. Qué bonito, que suerte tiene, y encima ha sido correspondido. A los pocos meses de separarse de Cecilia, su segunda mujer, se ha echado de novia a la cantante Carla Bruni. Creo que en este asunto se mezclan dos importantes cuestiones. La primera, que nadie señala pero que me parece obvia, es la profunda envidia que suscita entre todos los demás hombres del planeta una vez que vemos a la señorita Bruni, porque como cantante no me emociona, pero es guapa y bella hasta decir basta. “Sarko” se ha ligado a un pibón, y el resto, a dos velas o simplemente encerados, le miramos mal y le criticamos por envidia. La segunda cuestión, más seria, es sobre la relevancia que debe tener para un político su vida privada, la gestión que de la misma se debe hacer y como responder la sociedad y, sobre todo, los medios de comunicación a todo ese asunto. Tradicionalmente en Europa, y justo al contrario de lo que pasa en Estados Unidos, la vida privada de los dirigentes ha estado en un escondido segundo plano, aceptándose divorcios y aventuras extramatrimoniales sin que se produzca mucho escándalo y revuelo. Por ejemplo, en España era conocido que, de Vicepresidente del gobierno, Alfonso Guerra tenía una amante a la que veía todos los fines de semana, y seguía casado con su mujer. En la misma Francia Mitterrand optó por la vida privada oculta, dejando hijas que descubrían quién era su padre muchos años después. Frente a ello, Sarkozy ha optado por quitar velos, exhibicionismo sin tapujos y todo ello aderezado con unas vacaciones mediáticas frente a las pirámides de Egipto, quizás en otro intento de emular a ese Napoleón con el que le comparan y del que se siente muy orgulloso. Creo que en este asunto se equivoca, lo está gestionando mal, y y está consiguiendo que un asunto “de faldas” oculte la gestión política de su gobierno, que ha sido elegido para dirigir el país, no para ligar.
Quizás lo que ocurre es que Sarkozy no sólo es hiperactivo, que también. En la rueda de prensa de ayer ZP parecía una estatua frente al apabullante discurso y gesticulación de Sarkozy, y es que hacer una rueda de estas con él es un marrón para cualquier político. Al presidente francés le encantan las cámaras, ser el centro de atención, concitar las miradas, que todo gire a su alrededor... tiene un toque egocéntrico que no es capaz de disimular, y el estar con Bruni, viéndola iluminada por cientos de flashes y cámaras debe ser para el más erótico y estimulante que intentar quitarle el sostén a su bella amada. Todo un personaje, que a buen seguro dará aún muchas tardes de gloria.
1 comentario:
Cher David,
Independientemente de compartir contigo la reverencia hacia Sarko por beneficiarse a la Bruni, cosa que en efecto cualquier hetero-mortal y homo-mortala haria a ciegas, discrepo en cuanto a tu criterio musical: La italiana Bruni tiene un primer disco en frances homenaje a la Chanson Française de toda la vida -sin canon SGAE- que es muy agradable de oir (te recomiendo especialmente las canciones "Raphaël" y "Le toi du moi") Buena musica, bien arreglada y mejores letras.
Despues ha sacado otro en ingles del que no puedo hablar mucho porque no lo tengo muy trabajado pero que me parece igualmente de calidad despues de sendas audiciones.
(Claro que despues de sus romances pasados, entre otros con Eric "Slowhand" Clapton y otros dioses del Olimpo musical, pues que digo yo que tendra buenos contactos)
De toutes façons, lo dicho: Vive Sarkozy!!!!!
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