lunes, mayo 12, 2008

Cuerpos desnudos

Ayer por la tarde asistí a un espectáculo que tenía muchos tintes de pornografía. Intimidades personales al descubierto, órganos sexuales y de otro tipo como nunca los había visto, y encima con la sensación de un auténtico “voyeur” al ser yo uno más de los muchos que, pasmados y atentos, observábamos una exposición que, la verdad, no se parece nada a todas las que he visto hasta ahora. Casi se puede decir que podías apreciar las vergüenzas de quienes mirabas, o al menos la zona del cuerpo en la que surgen.

Para ir desinflando expectativas, el párrafo anterior es irónico, pero la exposición no. Vi
la muestra de cuerpos humanos (bodies) que ahora mismo está en Madrid. Gracias a una técnica de polimerización, todo lo que hay en esa exposición, desde cuerpos hasta órganos individuales, han sido antes reales. Es decir, son personas que estuvieron vivas las que se exponen, con sus cuerpos, tripas, músculos, pulmones, todo al aire. Obviamente la sensación de realismo deja paso a las preguntas, porque al poco de reflexionar que lo que uno está viendo no son maniquíes, sino personas que hace unos años estaban tan vivas como yo, le surge el repelús de pensar no sólo que uno es por dentro igual que lo que ve, sino también que a saber como vamos a acabar cuando nos llegue el día último. Seguramente esas personas, he oído que eran chinos, no sospechaban que acabarían siendo el plato fuerte de una exposición que, la verdad, me gustó mucho, pero no es recomendable para personas sensibles o dotadas de estómagos poco robustos. Para aquellos que estudien medicina, especialmente anatomía, la muestra debe ser una gozada. Hay brazos, piernas, cuerpos enteros seccionados de diversas formas, muchos de ellos en posiciones de esfuerzo físico, que explican perfectamente la forma en la que los músculos y el resto del cuerpo se encargan de que nos podamos mover. Hay cerebros, enteros, diseccionados y partidos, que son lo que piensa, pero eso, lógicamente, no se ve. Pulmones sanos y otros afectados por el tabaco, y junto a ellos un recipiente para dejar tus cigarrillos y abandonar ese mal hábito, que contenía vario cientos de cajetillas. Y varias secciones del cuerpo en las que se muestra la intrincada e inimaginable red de arterias y venas que nos recorren. Coloreadas en rojo y azul respectivamente, la imagen de una cabeza o una pierna, o los pulmones, y su sistema de irrigación plantean muchas preguntas, tanto sobre como es posible que todo eso funcione tan bien como lo hace habitualmente (y que siga...) como la sensación de fragilidad que transmite todo. Al final somos más duros de lo que parece, nuestro cuerpo se arregla continuamente y sobrevivimos al desgaste físico durante años, pero visto así todo parece tan débil que me deja un poso de intranquilidad.

En una sala, en la que se puede evitar el paso en caso de necesidad, se exponen fetos humamos, empezando por la primera semana, de una tamaño no superior a lo que ocupa en su pantalla la palabra “feto” que ahora lee, a varias semanas y meses. Metidos en un frasco de cristal, me daba la sensación de ser protagonista de una de esas películas de ciencia ficción donde se abre una puerta y se ve a una forma extraterrestre hundida en formol, y los visitantes se asombran ante su desconocimiento. Sorprende ver lo poco que somos en un principio y lo automático que resulta nuestra propia creación. Si pueden, vayan a ver esta exposición. Es muy cara, 18,50, pero merece la pena.

1 comentario:

MMO dijo...

¡¡¡ Qué envidia !!! Es una exposición que tengo millones de ganas de visitar.

...la capital del reino es lo que tiene.

Slaudos