Una de las noticias más sonadas de este fin de semana ha sido el fichaje de David Taguas, hasta ahora máximo responsable de la oficina económica de Presidencia del Gobierno por SEOPAN, la patronal de las empresas constructoras. A los pocos días de que Zaplana se fuera a Telefónica y algunos acusasen a los políticos de derechas de acabar recalando siempre en al empresa privada con altos sueldos, como privilegiados, resulta que desde el PSOE se hace lo mismo, por lo que si en un caso hay pecado, en el otro también. La cuestión es, lo hay???
Pues depende, como siempre. En el caso de Taguas va a compatibilizar dos sueldos. Uno equivalente al 80% de sus ingresos como empleado público durante 18 meses, por cese de actividad, que le van a suponer unos 3.500 euros mensuales, lo que no parece demasiado. Además, se rumorea que SEOPAN le va a pagar unos 300.000 euros anuales, por lo que parece bastante lógico que Taguas acepte esa oferta, que casi multiplica por 100 sus ingresos actuales. En este caso el delito, si se quiere usar esa expresión, creo que está más en el lado de la patronal de la construcción que ofrece el caramelo a quién tiene la información y acceso a notables de cara a ejecutar un trabajo de “lobby” para los del ladrillo, como se suele decir despectivamente. Algunos en el PSOE se han rasgado las vestiduras, pocos, la verdad, y se está a la espera de que el Ministerio de Administraciones Públicas dicte si este fichaje vulnera las incompatibilidades que se derivan del ejercicio pasado de Taguas en cargo público. Me apuesto los dos brazos a que el auto del MAP será favorable al fichaje, y Taguas accederá al cargo en pocas semanas, y aquí no habrá pasado nada. Miren si será así que en los noventa Garzón pego la pirueta de la Audiencia Nacional a las listas del PSOE, salió elegido, y como no le gustó el cargo se volvió a la Audiencia, y de paso se dedicó a golpear a su partido del alma donde más le dolía, en aquel momento los GAL. Si en ese ejercicio de funanbulismo no se incurría en incompatibilidades qué es esto de ahora, sino solamente dinero, mucho dinero. Por lo tanto, es probable que todo esto sea legal, pero a usted, lector, qué sensación le produce? ¿No cree que no es ético el estar durante dos años decidiendo sobre cuestiones como futuras licitaciones, presupuestos y designios de la obra pública, y después, dejándolo todo bien organizado, apuntarse al club de los licitantes? A mi desde luego me huele mal, no me parece nada profesional, y en los viejos tiempos a esto se le llamaba un vulgar pelotazo. Ahora es probable que se le denomine trasvase (Uy, tabú, no se puede usar!!!) .... transferencia de ingresos y responsabilidades del sector público al privado.
Lo que sí parece haber provocado este asunto es un recrudecimiento en la guerra entre los aliados escritos del PSOE, es decir, El País y Público. Es cierto que El País publicó una editorial que estaba en contra de este fichaje, pero Público, más papista que el Papa, le ha atizado en la coronilla recordándole antiguos episodios similares, protagonizados por altos cargos de gobiernos socialistas que, en circunstancias igualmente oscuras, se pasaron a sectores privados demasiado cercanos a las funciones que desempeñaban en el gobierno. Mi consejo? Si les ofrecen 300.000 euros, cójanlos, y compártalos conmigo :-)) . En el fondo sólo van a suscitar envidia entre los que les rodean y critican, que seguro que matarían por lograr ese sueldo.
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