lunes, mayo 19, 2008

Ovnis

La semana pasada se hizo público que el Gobierno de Gran Bretaña se plantea desclasificar una serie de expedientes X sobre avistamientos de Ovnis en las Islas Británicas, acaecidos especialmente en las décadas de los sesenta y setenta. Afirman algunas fuentes que cerca de un 10% de los casos estudiados carecen hoy en día de respuesta, lo que nos deja un elevado porcentaje de luces y uno significativo de sombras, quizás a la espera de que nuevas investigaciones consigan desentrañar qué eran realmente “esas extrañas luces que algunos testigos afirman haber visto moviéndose en el cielo”.

¿Qué hay detrás de los Ovnis? Resulta curioso que en estos años en los que vivimos los avistamientos de ovnis han caído en picado. En las décadas gloriosas de la ciencia ficción norteamericana, con películas de invasores de cuerpos y naves extraterrestres que volaban con cables todos los días salían noticias de gente que había visto cosas extrañas, sin contar con ese extraño espécimen de sujeto que afirma haber hecho el amor con visitantes del espacio, o que ha sido violado por ellos. Ciertamente, viendo alguno de los que han ofrecido semejante testimonio es creíble que, de haber existido el coito, el otro miembro sea de un plantea muy extraño, porque los “testigos” ofrecen un aspecto nada atractivo y agradable, por así decirlo. Llegaron lo setenta y ochenta, el cine se volvió más serio con los marcianos, especialmente con películas como Encuentros en la Tercera Fase, o ET, y la fiebre bajo, si exceptuamos la exitosa serie de V, ahora a la venta en DVD, y que amenaza con volver en forma de película. Se acabaron las lucecitas, y, que pena, el sexo interplanetario. Hace pocos años hubo una vuelta de las películas de ovnis, especialmente con la sesión doble que supone “Independence Day” y “Mars Attack” (soberbia esta última), pero es cierto que la ufología ha pasado a un segundo plano en el mundo de las ciencias ocultas. Los merovingios, las vírgenes que no lo son, los griales y demás esoterismo de pacotilla ha mandado a los platillos al desván de los trastos viejos. Quizá esta desclasificación británica haga renacer la moda estelar, y así como el avistamiento de aerolitos hace algunos años degeneró en objetos de hielo con extrañas formas de cazuela que caían en los coches del vecino más odiado, volvamos a ver testigos de avistamientos, encuentros, y quién sabe si nuevas relaciones sexuales. En este último caso es muy probable que, a tono con los tiempos, alguno de los extraterrestres sea homosexual, y haya relatos de coitos galácticos para todos los gustos y sensibilidades. Puede que, en el fondo, todo venga de que Paris Milton se da vueltas por ahí con su avión privado, y claro, calificar a ese espécimen de terrestre tiene su miga....

¿Creo yo en los ovnis? Me parece imposible suponer que no haya vida inteligente más allá de nuestro planeta, pero a veces es muy difícil encontrarla aquí mismo... Sería una maravillosa noticia el descubrir la existencia de vida exterior, pero por ahora me conformo con encontrar restos biológicos en Marte, lo que sería un hallazgo notable.
Hasta el Vaticano se apunta a la posibilidad de que exista, con lo reacio que es para estas cuestiones (y otras), pero de ahí a que una nave espacial llegue a este planeta, perdido en una esquina vulgar de una galaxia corriente, en un cúmulo global de pacotilla, va un rato. Pero ojala así fuese.

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