¿La revolución verde?

Me voy unos días de puente para descansar y va el amigo “Ajma” uno de los que más entradas dedicadas tiene en este blog por cierto, y organiza en contubernio con los guardianes de la revolución iraní algo que se parece demasiado a un pucherazo electoral como para suponer que su aplastante victoria haya sido fruto de unas elecciones limpias. Se suceden las manifestaciones en Teherán, la de ayer al parecer multitudinaria, y la situación de tensión y violencia represora por parte del régimen que se vive en el país desde el Sábado no parece que vaya a tranquilizarse en los próximos días.

¿Qué pasa en Irán? Algo muy complicado pero, en el fondo, muy sencillo. Esas imágenes que vemos con cuentagotas, y gracias a la profesionalidad de unos periodistas que se juegan el tipo y tratan de burlar las barreras de la censura, si uno las ve sin volumen se le hace difícil distinguir si está viendo Irán o Birmania, o China o España en los setenta. Lo que uno distingue es a una multitud que exige sus derechos, que toma conciencia de que vive en una dictadura y que aspira a lograr una de las metas que un hombre se puede imponer, la conquista de la libertad. Puede sonar un poco pedante, pero así lo veo. Esos manifestantes luchan por su libertad, perdida bajo el marasmo de las togas y la dictadura clerical que rige el designio de Irán desde hace treinta años. Probablemente el candidato Musavi, como miembro del régimen, no sea partidario de su desmantelamiento, pero presenta un rostro del país más moderno, y en todo caso capacitado para conducir una transición hacia un modelo más respetuosos con los derechos y libertades. Musavi puede ser el Suárez de Irán, aunque de momento esté entre los confinados por el régimen. En frente esta Ahmadineyad, candidato oficial del régimen de los Ayatolas, un hombre bronco, que ha tensado las relaciones de Irán con todos sus vecinos y que, rigiendo su pulso nuclear con mano firme y certera, amenaza con convertir toda la región en una bomba, si no lo era ya. La victoria de Ahmadineyad sería una muy mala noticia, empezando por la propia población iraní, y siguiendo por sus vecinos y el resto de eso que pomposamente llamamos comunidad internacional. De momento el régimen del país ya ha usado los típicos argumentos de conspiración internacional para desbaratar las críticas de fraude emitidas por países y organismos internacionales, y siguiendo el habitual grado de transparencia de las dictaduras, ha cortado los teléfonos móviles, Internet y se ha puesto a expulsar periodistas para que nadie sepa que es lo que sucede en el país. Vamos, u comportamiento dictatorial de manual, blanco y en botella.....

¿Qué futuro le espera a la revolución iraní? Confío en que triunfe, pero recordemos que la semana pasada cumplíamos el veinte aniversario de la matanza de Tian an Men, donde unos estudiantes chinos hicieron lo mismo que hacen ahora los iraníes, se jugaron el pescuezo poniéndose delante de los tanques y, en aquella ocasión, lo perdieron. Con este precedente, y visto como se las gasta el régimen iraní, no hay que estar muy esperanzados, pero debemos confiar en que triunfen. Esos que salen a las calles en Teherán son héroes, así debiéramos verlos, y merecen la victoria. Suerte y apoyo.