Ayer un tribunal de Nueva York condenó a Bernard Madoff a 150 años de cárcel por los delitos de estafa y engaño que cometió a lo largo de su fructífera y falsa carrera de inversos financiero. Por el volumen de lo robado, su difusión internacional y el renombre de algunos de los afectados Madoff ya tiene un hueco distinguido en el catálogo de la historia de los timadores, embaucadores y ladrones de guante blanco. Quién sabe si dentro de unos años al tendero que nos time con la balanza le llamaremos “Madoff, más que Madoff” o se lo diremos a los políticos que nos prometen el oro y nos dan aro.
Pese a no ser el único estafador, si ha sido el más grande, y por ello este personaje de pinta bonachona y cordial ha sido como el referente, el sujeto que ha encarnado la crisis financiera que estamos viviendo. Como en las películas, el malo necesita un rostro al que poder echar dardos, y aquí ha estado el amigo Bernard. Sin embargo creo que el éxito de la carrera financiera de MAdof demuestra, sobre todo, el fracaso de todos los que se han movido a su alrededor. Fracaso de las autoridades regulatorias norteamericanas, que durante años no fueron capaces de ver lo que este sujeto estaba organizando. Fracaso total de las empresas de auditoría, que año tras año firmaban unas cuentas que eran falsas y vacías, pero que ellos daban un aval de seriedad y respecto que las hacia atractivas para el público. Fracaso total de ese público, sean los pequeños inversores o las grandes fortunas, que confiaban ciegamente en un señor que ofrecía tipos de interés notablemente por encima de lo que daba el mercado, y que cegados por la codicia y el lucro nunca se preguntaron como era posible ganar siempre más que el resto, que allí había algo encerrado. Al final todo se ha derrumbado, como les ocurre siempre a estas pirámides de inversión, y ha dejado un rastro de destrucción financiera desolador, con familias que lo han perdido todo, instituciones devaluadas, pensiones y ahorros esfumados y sueños convertidos en pesadillas. Al conocerse ayer la dura sentencia algunos de los presentes se alegraron mucho, y lanzaron insultos sobre el septuagenario Madoff, merecidos por otra parte. Conociendo lo que son los Estados Unidos, morirá en la cárcel, aunque aún le dará tiempo a ver como su vida se lleva al cien por alguna de las productoras a las que, sin duda, contribuyó a empobrecer. Veremos que actor se pone en su pellejo y como, quizás sin sorpresa, la vida de un estafador como este resulta muy atractiva para el espectador. Quizás sea una especie de “Atrápame si puedes” pero con un ladrón mucho más viejo que el que encarnaba DiCaprio en esa bella película de Speilberg, por cierto, uno de los estafados por MAdoff.
Hay un corolario del juicio de Madoff que, sin ser financiero, no me resisto a comentar. En los para muchos “odiosos, cutres e incivilizados” Estados Unidos Madoff fue detenido en Septiembre y ha sido juzgado y condenado en Junio, nueve meses después. ¿Cuánto hubiese tardado en ser condenado Madoff de ocurrir los hechos en la “moderna, seria y democrática” España? ¿8? ¿10 años?. El timo de los sellos de AFINSA y Forum se destapó hace ya algunos años, ¿y el juicio para cuando? De hecho, puede que de vivir en España Madoff hubiese quedado libre, como los Albertos, como los del Santander y las cesiones de crédito, y como otros casos de estafas financieras que se dan en todas partes “pero que aquí no se producen.....”
1 comentario:
Estoy 100% con lo que has relatado. Pero además, añadiría que la sentencia se queda corta. No, no me refiero a que 150 años sean pocos (que de hecho, serán muchos menos reales) sino que además, habría que buscar en el patrimonio de este tipo y empezar a repartir ese dinero ganado, claramente, de manera injusta. Pero ojo, no a diestro y siniestro entre los que confiaron en el tipejo, que seguramente como dices, era unos codiciosos y demás. No, ese dinero habría que emplearlo en otros fines, en la comunidad, etc.
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