Uno que se lleva dinero y fama

Lo más comentado de este puente, o fin de semana, según como lo hayan vivido, no ha sido lo de Irán y sus revueltas, o la subida de los impuestos de la gasolina y el tabaco, que sólo es la primera de muchas que vendrán. Ni siquiera el calor, que ha llegado con fuerza y parece que con ganas de quedarse, provocando escenas agostales a mediados de Junio...no. Lo más sonado, comentado y criticado por todo el país ha sido, y creo que sigue siendo, el fichaje de un sujeto llamado Cristiano Ronaldo por una empresa llamada Real Madrid por una cifra que se acerca a los 100 millones de euros, dieciséis mil millones de las antiguas y no valoradas pesetas.

Como a mi no me gusta el fútbol, y cada vez lo soporto menos, me toca bastante las narices que las portadas de los periódicos, los informativos de la radio y la televisión y los medios en general, que siempre le dan mucho bombo a esto del balón, estos días se hayan convertido en monográficos con el asunto de Cristiano. Se ah dicho de todo, que si es inmoral y más en épocas de crisis pagar ese dineral por un jugador de fútbol, que si es reventar el mercado, que si es una actitud imperialista por parte del Real Madrid, incluso un directivo de la UEFA de cuyo nombre no quiero acordarme llegó a comparar el fichaje de este sujeto con un cuadro de Picasso, fijándose sólo en la cotización de ambos objetos en el mercado financiero, lo que demuestra las pocas luces intelectuales de quien eso dijo y el amor que profesa a lo único que parece existir en su vida para medir la importancia de las cosas, el dinero. Sinceramente me la tare floja que el Madrid fiche a un jugador o a otro. En el fondo no es más que una operación financiera donde una empresa (el Madrid) se hace con un activo (el jugador) para sacarle un rendimiento económico (venta de camisetas, publicidad, etc) y cuando esté amortizado y se hayan obtenido los beneficios previstos, se venda. Más o menos lo que hace un señor de una copistería cuando compra una fotocopia. Invierte dinero, saca rendimiento de la maquina y luego, cuando se hace vieja, la escacharra y la cambia por otra. La única diferencia en este caso es el volumen del dinero que se maneja, desorbitado, pero es que para mi, que no logro ver valor alguno en algo como el fútbol, cualquier cifra que se pague por una de estas “estrellas” me parecerá excesiva. En todo caso serán los socios del Madrid y los bancos que han prestado el dinero para ejecutar la operación los que tengan que pedir explicaciones si la inversión no sale como es debido. El que los bancos presten a Florentino Pérez es una muestra de que confían en recuperar la inversión, y eso que alguno dirá que esto en el fondo es un deporte, y eso lo diferencia mucho del ejemplo de la copistería, pero creo que no. El fútbol hace mucho tiempo que dejo de ser un deporte para convertirse en un enorme negocio financiero, que veremos a ver en que desemboca, porque en épocas de crisis todos los negocios, también el fútbol, sufren.

Más interesante que la operación de fichaje en sí me parecen los dos sujetos implicados. Por un lado Ronaldo, un joven apuesto cuyo principal objetivo es correrse las mayores juergas del mundo y derrochar a manos llenas el dinero, justo lo opuesto en lo que yo pensaría como ejemplo a los seguidores de un equipo deportivo, y otro Florentino, el presidente del club, un hombre que rebosa dinero y poder, y que meda que si se llega a presentar no al palco del Bernabéu sino a la Moncloa pudiera tener opciones de ganar. Ese me parece el hombre más interesante de este negocio, no el niño mimado que, forrado él, juega con Paris Milton delante de las cámaras.