No soy muy amigo de seguir deportes en la tele. Hace años me tragaba todas las tardes de Julio las etapas del Tour y vibraba cuando Indurain arrasaba a sus rivales, quizás porque acto seguido yo mismo cogía la bicicleta, pero en general no he encontrado admirables a aquellos que hacen gestas deportivas, por duro y difícil que sea eso. Se entrenan, viven para ello y, al menos los que salen en la tele, cobran mucho más que usted, amable lector, y desde luego seguro que lo que yo ingreso. Admirable es que hoy una familia llegue a fin de mes con un sueldo... o ninguno.
Sin embargo, este martes vi la entrevista que Lorenzo Milá y Rosana Romero le hicieron dentro del Telediario de TVE a Rafa Nadal. Nadal lleva unos meses retirada de las pistas deportivas, con una lesión de rodilla y una probable lesión de alma derivada del divorcio de sus padres. En la entrevista hizo mucho hincapié en que lo que más le ah hecho sufrir y lo que le ha motivado a parar a sido su rodilla. En un entorno idílico, supongo que junto a la piscina de su casa de Manacor, Nadal se mostraba tímido y algo nervioso. A mucha gente le cae bien Nadal y, para que ocultarlo, yo me encuentro entre ellos, pero no tanto porque gane torneos y partidos y levante copas como yo pelusas de los armarios, sino por la nobleza y sencillez que transmite. Ahora dirá alguien que con el chalet que tiene el joven lo de la sencillez es de cuento. Teniendo en cuenta los torneos que ha ganado y los contratos publicitarios que tiene firmados le sobra el dinero para el chalet, la piscina y si quiere el alicatamiento de media isla de Mallorca. Y pese a ello sigue viviendo en España, y por tanto pagando sus impuestos en España, cosa que otras estrellas del deporte patrio no han hecho, y a la mínima oportunidad se ha ido a Mónaco, Andorra y otro recóndito lugar caracterizado no por su belleza natural sino por sus bajos o nulos impuestos. En la entrevista Nadal se mostró humilde, y se hecho encima la responsabilidad de haber diseñado un calendario inicial de torneos agotador, dijo varias veces por distintas cuestiones que todo era producto de errores suyos, y en estos tiempos en los que nadie es responsable de nada, ni los políticos, ni los banqueros, ni las instituciones ni el vecino del cuarto C que salga un señor como Nadal, encumbrado en el mundo del deporte, con admiradores en todo el mundo, y que diga que se ah equivocado en esto y lo otro y que ha cometido errores en aquello y lo de más allá es para aplaudir. Nadal mostró porqué es una persona con credibilidad, porqué es un líder. Hizo gala de sus méritos, pero no ocultó sus debilidades, problemas o angustias, reconoció que debe luchar contra ellas y que su vida es un constante esfuerzo y sacrificio para hacerlo lo mejor posible, y que a veces se puede y a veces no, y el que está en frente es un obstáculo a batir que en ocasiones no es posible, y entonces uno agacha la cabeza, admite su derrota y sigue entrenando para el día siguiente. De aplauso, oiga.
Dijo Nadal que su ilusión es, pese a recalcar que mucha gente no se lo crea, disfrutar y ser feliz jugando al tenis. No se si es capaz de lograrlo en medio del circo mediático y de presiones de patrocinadores que existe en el entorno en el que se mueve, y negó que las marcas que anuncian le hayan presionado para que vuelva rápido a la competición. En esa entrevista estaba presente un chico simpático, tímido, responsable, sacrificado y buena persona, y que en medio de la sordidez de modelos sociales que muestra la tele todos los días reluce aún más. ¿Qué más se puede pedir? Nos hacen falta más “Nadales” en muchos aspectos de nuestra vida.
1 comentario:
Buena entrada. No vi la entrevista pero como si la hubiera estado observando. Gran descripción de Nadal, que entre los que el tenis no nos dice nada, levanta admiración como persona.
..algunas cosas me han divertido, lo de las pelusas del armario ha sido un puntazo.
Saludos
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