Tomo prestado el “clintoniano” título del artículo de este pasado Domingo de Ángel Laborda en El País porque en su contenido se resume perfectamente uno de los grandes problemas de la economía española frente al que nadie parece estar haciendo frente. Ayer por la noche, en la cena que tuvo lugar en Moncloa y en al que estaban invitados los agentes sociales para escenificar la foto del acuerdo se llegó al desacuerdo. Si esperan ustedes que de estas reuniones salga algo interesante para la economía española la llevan clara. Fotos como mucho, pero por lo visto ya ni eso.
La causa a la que se achaca el fracaso es la pretensión de la patronal de pedir una rebaja de cinco puntos en las cotizaciones sociales a las empresas, a cambio de una subida del IVA, con el fin de aliviar la carga financiera que soportan las PYMES especialmente, que se están muriendo en medio de la indiferencia general. Sindicatos y gobierno dicen a voz en grito que no pueden hacer esa rebaja porque podría llegarse a un déficit en las cuentas de la seguridad social. Se pueden hacer muchos titulares y editoriales, cálculos complejos y amañados que darán lo que el autor desee, pero lo cierto es que por un trabajador que se va al paro se recauda menos por cotizaciones que por uno que trabaja, por mucho que se bajen sus tipos impositivos. Resulta desolador, triste, ver como los negocios en las ciudades cierran poco a poco, las calles se llenan de persianas bajadas, letreros de Se Alquila en cada lonja y carteles que antes lucían espléndidos y que empiezan a amarillear tras las rejas. Muchos cierres provendrán de mala gestión del negocio, o de la simple negligencia o estafa de su dueño, como el caso de un céntrico gimnasio madrileño, pero en otros muchos casos se trata de pequeñas empresas y negocios solventes que han tenido que cerrar por falta de circulante, agobiados por unas deudas que no pueden cobrar, en primer lugar de las administraciones públicas, que no dejan de recaudar pero que cada vez pagan peor (si lo hacen) y de unas entidades financieras que se pavonean de alcanzar unos resultados consolidados de tropecientos millones de euros pero que no prestan un duro. Ni el Gobierno (que puede) ni la oposición (que poco puede hacer) ni los sindicatos ni la patronal (que parece que no les interesa) van a hacer un mínimo esfuerzo por esas PYMEs. Son pequeñas, no dan rendimiento, sus huelgas no aparecen en los titulares de los periódicos ni poseen poderes fácticos que las soporten. La cena de ayer era el pretendido colofón a una obra de teatro donde todos estos agentes se están riendo de la sociedad en su conjunto, venden humo a sus convencidos y tratan de mantener su estatus de privilegiados. Unos, el gobierno, ofreciendo dinero a los agentes sociales a cambio de su silencio para garantizarse la estabilidad social. Otros, los agentes, cobrando a dos manos y calladitos para que el flujo de euros no se frene, y la oposición del PP.... entre sus gúrteles, Bárcenas y demás ni se le oye nada ni se le espera. Bonito panorama, pequeño empresario. Recuérdalo la próxima vez que pagues tus impuestos
Por cierto, para lo que si tiene recursos el gobierno es.... para las entidades financieras. Es necesario que bancos y cajas no se hundan, de acuerdo, pero con una pequeña parte de lo que se les ha dado me da que se cubren muchos puntos de las cotizaciones de las PYMEs. ¿No será, a lo mejor, que los banco sí son poderosos y hay que tenerlos tranquilos? ¿Qué en las cajas están metidos los partidos y hay que salvarlas por propio interés? ¿Y que ambos, bancos y cajas, tiene cogidos a todos los partidos por sus deudas? Si es que uno se pone a pensar mal y.....
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