Ya estoy de vuelta tras estos pocos días de vacaciones en los que no ha sucedido nada especialmente trascendente en mi vida, pero noticias sí que ha habido, y muchas, algunas muy malas, como la del atentado contra la base española en Afganistán, que causó tres muertos, y otras esperanzadoras. Quizás la que más interés está causando en el espectador es la odisea de esos mineros chilenos que se hayan quedado atrapados en el fondo de un pozo y que sobreviven aislados allá abajo. Están vivos, y eso es lo fundamental.
Y es que la noticia del derrumbe de la mina parecía ser la típica de estos casos. Fatalismo, escasa inversión en seguridad, accidente impredecible, y tarde o temprano un rosario de víctimas cuyas fotos sólo serían reconocidas por sus familiares. Un par de días de duelo y apenas un apunte en los medios de comunicación que no fuesen chilenos. Pero esta vez, afortunadamente, no es así. Los más de treinta mineros atrapados por el derrumbe están vivos, aislados en el fondo del pozo, sí, pero vivos. Eso ha cambiado la perspectiva del accidente y les ha convertido, muy a su pesar, en héroes, objeto de veneración y de alegría del país al saber de su supervivencia y punto de curiosidad de los medios del mundo entero. La verdad es que la historia tiene mucha miga, porque si todo va bien no se les podrá sacar de allí hasta pasados algunos meses, entre dos o tres depende de que medio se consulte, por lo que durante todo ese tiempo el grupo humano que allí abajo está deberá organizarse, aclimatarse a su entorno y tratar de arreglárselas como puedan. Hay una especie de cordón umbilical que les une a la superficie y que permite enviarles agua y comida, todo ello a través de un cilindro muy estrecho, y gracias a un cable pueden contactar por teléfono con sus familiares, que aún no se creen lo que están viviendo. Poco a poco vamos conociendo algo de esos rostros que antes hubieran sido anónimos, y curiosamente empieza a crearse una especie de sociedad allí abajo. Hablan los periódicos de un líder, el jefe de la cuadrilla de mineros, de uno muy religioso que hace de líder espiritual, del bromista del grupo que alegra al resto, de los que se encargan de la gestión de las provisiones y de usar los medios materiales que se han quedado enterrados con ellos para que les sean útiles, y les proporcionen entre otras cosas luz y calor, etc. Se habla de que algunos mineros padecen de ansiedad y depresión al saberse allí encerrados y tener tan lejos (y tan cerca) la salvación. Desde la superficie se trata no sólo de animarlos, sino también darles las fuerzas morales necesarias para aguantar el cautiverio, porque la sensación de estar en una cárcel, muy real dada la situación, pude hundir a más de uno y quizás desatar brotes de nerviosismo y violencia. Incluso técnicos de la NASA se han acercado a la zona para asesorar a los equipos que trabajan con los encerrados. Parece el argumento de una novela de misterio y supervivencia, el guión de una película retorcida, pero no, está sucediendo en la realidad, en el fondo de de una mina en Chile.
En paralelo a toda esta labor, se ha empezado a excavar el agujero que permita acceder a los mineros y rescatarlos. Es una labor complicada y no muy veloz, aunque nunca será lo suficiente como para calmar a los atrapados y sus familias. Se trata de perforar una vía vertical muy estrecha en un principio hasta donde están los mineros y luego ensancharla desde la superficie, para que pueda entrar una cabina que, a modo de ascensor, los vaya izando uno a uno. Habrá que seguir atentos a las noticias que lleguen de allí, de ese paradójico pozo de esperanza que ah surgido en medio de la nada.
martes, agosto 31, 2010
martes, agosto 24, 2010
Aviones de ida y vuelta
Mientras esta noche aterrizaba en el Prat el avión que traía de regreso a los dos cooperantes españoles, liberados por Al Queda de su tortura, en París seguían preparando algunos vuelos que llevan gitanos inmigrantes a Rumania, su supuesto país de origen. La polémica está servida, y más allá de las declaraciones grandilocuentes de los líderes de la oposición, muy en la línea de qué grande es la grandeur francesa, está por ver si esta medida sirve para algo os i se queda sólo en esto o es el inicio de algo más importante y generalizado.
Lo cierto es que en sí misma esta actuación suena mal. Se supone que las deportaciones sólo se efectúan sobre inmigrantes que están ilegales en suelo francés o que bien han cometido algún delito. Lo que se por ahora es que sí parece que eran residentes ilegales, aunque llevaban bastantes años residiendo en un asentamiento infame a las afueras de París. ¿Es esta una medida de imagen para reforzar la autoridad del gobierno francés y el propio Sarkozy? No me atrevería a tanto, pero lo parece, y mucho, y coincide con la continuación de la caída de la valoración del presidente francés y de su gobierno en las encuestas. Poco a poco Sarkozy se parece cada vez más a una caricatura de sí mismo. A su llegada al Eliseo muchos, incluido yo, esperábamos un liderazgo firme, liberal, moderno y que contribuyese entre otras cosas a reforzar el eje franco alemán, necesario para el porvenir de la UE, y las relaciones trasatlánticas, muy dañadas por la política de Chirac y al actuación de la administración Bush. Poco a poco Sarkozy ha ido diluyendo mis expectativas y, gran sorpresa, aumentando las de la prensa rosa. Su matrimonio de farándula con Carla Bruni, sus imágenes cachondas, impropias del cargo que ostenta y, en general, su actitud chulesca y adicta a las cámaras dibuja a un personaje que no deja de ser noticia por hechos ajenos a la labor diaria de gobierno. A ello podemos unir escándalos sentimentales, políticos, financieros y una mezcla de ambos, algunos tan particulares que sólo podrían desarrollarse en un versallesco salón de Francia, con lo que tenemos la imagen de un gobierno tambaleante. El mal resultado de la operación de rescate del rehén francés en manos de Al Queda, que acabó con la muerte del mismo a manos de sus captores, y el recochineo con el que ayer los terroristas islámicos se dirigían a Francia al tratar de monopolizar la atención de la liberación de los secuestrados españoles no es sino otro baldón en la carrera de Sarkozy. Súmele a todo ello una economía débil y necesitada de reformas, y un desempleo que se extiende por la clase media francesa y tendrá los ingredientes necesarios para una acción como la que está efectuando el gobierno galo con los rumanos. ¿Habrá más deportaciones? ¿Y en otros países? Y lo más importante, ¿cómo valora la opinión pública francesa esta actuación? Si le gusta a la mayoría ya pueden contestar que sí a la primera pregunta y sospechar que otros países se lanzarán a por ello, por lo que la crisis económica se cobraría una nueva victoria en forma de más fronteras y desplazados. Puede que sea necesario hacerlo, pero a simple vista suena muy mal.
Me cojo cuatro días de vacaciones, desde mañana hasta el Lunes 30, así que de no suceder nada raro la próxima entrada será el Martes 31, que pese a ser aún agosto olerá mucho a septiembre. Será el que viene un mes duro, de malas noticias económicas, huelgas y estadísticas feas como preámbulo a un trimestre que sospecho se nos hará muy cuesta arriba a todos, no sólo a Sarkozy. Carguémonos de fuerzas y tengamos ánimo, porque los tiempos difíciles no han terminado, ni mucho menos, y aún queda mucha crisis por sufrir y, confiemos que entre todos, vencer.
Lo cierto es que en sí misma esta actuación suena mal. Se supone que las deportaciones sólo se efectúan sobre inmigrantes que están ilegales en suelo francés o que bien han cometido algún delito. Lo que se por ahora es que sí parece que eran residentes ilegales, aunque llevaban bastantes años residiendo en un asentamiento infame a las afueras de París. ¿Es esta una medida de imagen para reforzar la autoridad del gobierno francés y el propio Sarkozy? No me atrevería a tanto, pero lo parece, y mucho, y coincide con la continuación de la caída de la valoración del presidente francés y de su gobierno en las encuestas. Poco a poco Sarkozy se parece cada vez más a una caricatura de sí mismo. A su llegada al Eliseo muchos, incluido yo, esperábamos un liderazgo firme, liberal, moderno y que contribuyese entre otras cosas a reforzar el eje franco alemán, necesario para el porvenir de la UE, y las relaciones trasatlánticas, muy dañadas por la política de Chirac y al actuación de la administración Bush. Poco a poco Sarkozy ha ido diluyendo mis expectativas y, gran sorpresa, aumentando las de la prensa rosa. Su matrimonio de farándula con Carla Bruni, sus imágenes cachondas, impropias del cargo que ostenta y, en general, su actitud chulesca y adicta a las cámaras dibuja a un personaje que no deja de ser noticia por hechos ajenos a la labor diaria de gobierno. A ello podemos unir escándalos sentimentales, políticos, financieros y una mezcla de ambos, algunos tan particulares que sólo podrían desarrollarse en un versallesco salón de Francia, con lo que tenemos la imagen de un gobierno tambaleante. El mal resultado de la operación de rescate del rehén francés en manos de Al Queda, que acabó con la muerte del mismo a manos de sus captores, y el recochineo con el que ayer los terroristas islámicos se dirigían a Francia al tratar de monopolizar la atención de la liberación de los secuestrados españoles no es sino otro baldón en la carrera de Sarkozy. Súmele a todo ello una economía débil y necesitada de reformas, y un desempleo que se extiende por la clase media francesa y tendrá los ingredientes necesarios para una acción como la que está efectuando el gobierno galo con los rumanos. ¿Habrá más deportaciones? ¿Y en otros países? Y lo más importante, ¿cómo valora la opinión pública francesa esta actuación? Si le gusta a la mayoría ya pueden contestar que sí a la primera pregunta y sospechar que otros países se lanzarán a por ello, por lo que la crisis económica se cobraría una nueva victoria en forma de más fronteras y desplazados. Puede que sea necesario hacerlo, pero a simple vista suena muy mal.
Me cojo cuatro días de vacaciones, desde mañana hasta el Lunes 30, así que de no suceder nada raro la próxima entrada será el Martes 31, que pese a ser aún agosto olerá mucho a septiembre. Será el que viene un mes duro, de malas noticias económicas, huelgas y estadísticas feas como preámbulo a un trimestre que sospecho se nos hará muy cuesta arriba a todos, no sólo a Sarkozy. Carguémonos de fuerzas y tengamos ánimo, porque los tiempos difíciles no han terminado, ni mucho menos, y aún queda mucha crisis por sufrir y, confiemos que entre todos, vencer.
lunes, agosto 23, 2010
Chocolate y vainilla
Algunos amigos envidian mi estado de soltería perpetua, la libertad que ello implica y lo de poder hacer siempre lo que te venga en gana. Yo les confieso que mi fracaso con las mujeres y mi incapacidad para relacionarme con ellas es una de las mayores lacras de mi vida, tal y como lo veo, pero ahí siguen, inasequibles, envidiándome. Como tengo experiencia personal no puedo comparar con conocimiento la diferencia entre convivir en pareja o en solitario, pero todo tiene sus ventajas e inconvenientes, no lo duden.
Una experiencia, muy tonta, de esas que generan la envidia de los casados a los solteros fue la que viví el pasado viernes noche. Mucho calor en Madrid, y estaba yo deambulando por algunas calles sin rumbo fijo cuando pasé por una de las heladerías que sí ofrecen cucuruchos buenos, no tanto como los italianos, pero sí comparables. Entré a por uno y delante de mí estaba una pareja de veintitantos años de esas que sólo se ven en Madrid o en las revistas, ambos altos, modernos, el con la barba recortada y con las greñas que (no lo entiendo) suelen ser atractivas y ella una rubia muy guapa, con un vestido ceñido, de las que llaman la atención. Todo perfecto. Quizás demasiado. La cosa es que ella ya había cogido una tarrina de sabores y él estaba mirando sin decidirse. Quería mezclar un tipo de chocolate con trocitos con otro sabor, y al final le dijo al dependiente que lo quería con vainilla. Naca más oír esto, la rubia, que estaba allí al lado ensimismada en sus pensamientos, se giró y le dijo “¿con vainilla”? NO, eso no pega”: El chico cambió el semblante y se quedó sin saber que decir, con una cara de “porqué no….” Pero ella seguía mirándole firmemente a los ojos y le volvió a repetir “coge otro sabor, pero no mezcles eso con vainilla”. El dependiente se quedó un tanto asombrado y yo fui el que entonces salí de mis pensamientos para contemplar la escena. Supongo que el subconsciente del chico estaba en aquellos momentos retorciendo el pescuezo a la chica, pero finalmente recordó el dicho histórico de París bien vale una misa, que traducido viene a ser como “por esta hasta me trago el barquillo con punta y todo” así que tras unos minutos de indecisión optó por un segundo sabor de frutas, no se si plátano o piña, y como ella no dijo nada supusimos todos que el silencio administrativo era positivo. La pareja dejó el expositor de helados y se acercó a la caja a pagar, que estaba anexa a los barquillos, y de mientras él pagaba y ella esperaba sentada en una mesa junto a un ventanal que estaba muy cerca de todo el expositor, el dependiente me miró y me dijo que sabores quería. No lo dudé ni un instante y dije “pues a mi sí me vas a poner un barquillo de chocolate con tropiezos y vainilla, que está muy bueno”.
Nada más oír eso el chico, que ya había terminado de pagar, se giró y, mirándome con una triste cara de cordero degollado dijo algo así como “lo que yo quería….” No pude más que saludarle con una sonrisa de esas de compasión y ánimo (no se muy bien como se ponen, pero suelen significar eso, creo) y de mientras el volvía a la cristalera a disfrutar de su helado (poco) y de su sabrosa compañía (espero que mucho) yo salí a la calle con mi helado y sin nadie más. El se quedó y yo me fui, pero no se yo quién estaba más acompañado esa noche de los dos, o menos……
Una experiencia, muy tonta, de esas que generan la envidia de los casados a los solteros fue la que viví el pasado viernes noche. Mucho calor en Madrid, y estaba yo deambulando por algunas calles sin rumbo fijo cuando pasé por una de las heladerías que sí ofrecen cucuruchos buenos, no tanto como los italianos, pero sí comparables. Entré a por uno y delante de mí estaba una pareja de veintitantos años de esas que sólo se ven en Madrid o en las revistas, ambos altos, modernos, el con la barba recortada y con las greñas que (no lo entiendo) suelen ser atractivas y ella una rubia muy guapa, con un vestido ceñido, de las que llaman la atención. Todo perfecto. Quizás demasiado. La cosa es que ella ya había cogido una tarrina de sabores y él estaba mirando sin decidirse. Quería mezclar un tipo de chocolate con trocitos con otro sabor, y al final le dijo al dependiente que lo quería con vainilla. Naca más oír esto, la rubia, que estaba allí al lado ensimismada en sus pensamientos, se giró y le dijo “¿con vainilla”? NO, eso no pega”: El chico cambió el semblante y se quedó sin saber que decir, con una cara de “porqué no….” Pero ella seguía mirándole firmemente a los ojos y le volvió a repetir “coge otro sabor, pero no mezcles eso con vainilla”. El dependiente se quedó un tanto asombrado y yo fui el que entonces salí de mis pensamientos para contemplar la escena. Supongo que el subconsciente del chico estaba en aquellos momentos retorciendo el pescuezo a la chica, pero finalmente recordó el dicho histórico de París bien vale una misa, que traducido viene a ser como “por esta hasta me trago el barquillo con punta y todo” así que tras unos minutos de indecisión optó por un segundo sabor de frutas, no se si plátano o piña, y como ella no dijo nada supusimos todos que el silencio administrativo era positivo. La pareja dejó el expositor de helados y se acercó a la caja a pagar, que estaba anexa a los barquillos, y de mientras él pagaba y ella esperaba sentada en una mesa junto a un ventanal que estaba muy cerca de todo el expositor, el dependiente me miró y me dijo que sabores quería. No lo dudé ni un instante y dije “pues a mi sí me vas a poner un barquillo de chocolate con tropiezos y vainilla, que está muy bueno”.
Nada más oír eso el chico, que ya había terminado de pagar, se giró y, mirándome con una triste cara de cordero degollado dijo algo así como “lo que yo quería….” No pude más que saludarle con una sonrisa de esas de compasión y ánimo (no se muy bien como se ponen, pero suelen significar eso, creo) y de mientras el volvía a la cristalera a disfrutar de su helado (poco) y de su sabrosa compañía (espero que mucho) yo salí a la calle con mi helado y sin nadie más. El se quedó y yo me fui, pero no se yo quién estaba más acompañado esa noche de los dos, o menos……
viernes, agosto 20, 2010
El arranque de un reactor
Este fin de semana va a suceder algo que puede cambiar nuestro mundo. Suena grandilocuente, pero es verdad. Para el común de nosotros serán otros dos días de verano, calurosos y soleados. Se limpiarán los restos de las lluvias de la semana, cada ves seremos más conscientes del retorno al trabajo (eso si nos hemos ido, claro) y los malditos anuncios de la vuelta al cole de El Corte Inglés empezarán a dominarlo todo. Pero en medio de esta normalidad un hecho extraordinario, por su importancia y gravedad, va a tener lugar.
Mañana Sábado, con ayuda de Rusia, Irán empezará a cargar combustible nuclear en el reactor de la central de Busherh, con lo que se pondrá en marcha el primer proyecto nuclear real en un país islámico. En principio el objetivo de esta central es producir electricidad, pero no está nada claro que sucederá con los residuos que genere y si serán usados para obtener más combustible nuclear o materiales para un arma atómica. Como sabrán muchos, desde hace tiempo el régimen iraní tiene un programa nuclear, con instalaciones públicas como Busherh, y otras secretas, en las que miles de centrifugadoras enriquecen todos los días el gas de uranio con el publicitado objetivo de obtener combustible para esta central, pero con el temido fin de alcanzar la pureza necesaria para crear una bomba atómica. Se ha especulado mucho al respecto y las potencias occidentales hemos ido impuesto sanciones que no han servido de mucho para frenar este proceso. Rusia y China, principales valedores del régimen iraní, se han ido distanciando del mismo a medida que las declaraciones de Ahmadineyad, nuestro querido “Ahma” iban subiendo su tono incendiario. En los últimos años ha habido muchos rumores sobre un posible ataque preventivo por parte de Israel sobre las instalaciones nucleares iraníes, y Busherh era uno de los destinos clásicos. Si alguien cree que eso es imposible no debiera olvidar que Israel ya hizo algo similar cuando destruyó las instalaciones iraquíes de Osirak a principios de los ochenta, frustrando un plan de desarrollo nuclear, basado en capital y tecnología francesa, que estaba en un estadio mucho más preliminar que el que Irán ya posee. Sin embargo parece que se acaban las oportunidades para llevar a cabo ese ataque. Una vez que empiece a dotarse de uranio al reactor, una posible destrucción del mismo conllevaría la emisión de un volumen indeterminado de radiación que, obviamente, no es controlable. O se destruyen hoy mismo las instalaciones o ya será demasiado tarde para ello. El anterior enlace cuenta que los rusos se han tomado muy en serio esta amenaza y han colocado baterías de misiles en la zona del Mar Negro con objeto de defender las instalaciones en caso de ataque. No olvidemos que en ellas habrá durante una buena temporada un grupo numeroso de técnicos rusos de alto nivel, y sus vidas y lo que saben, sobre todo esto último, es lo que el gobierno de Mevdeved – Putin desea resguardar. Como verán, toda una partida de póker de las duras, con unas cartas muy altas y apuestas aún más arriesgadas.
Y todo ello en una zona estratégica de inmenso valor, convulsa a más no poder y rodeada de conflictos y guerras que, pese a que parecen acabarse, sólo pasan de una etapa más visible a otra más sórdida y alejada de los medios de comunicación. El que un gobierno como el de Irán tenga la tecnología nuclear es un riesgo inmenso, y sin duda alentará una carrera de proliferación en la zona, porque no piensen que Arabia Saudita se va aquedar de brazos cruzados y aplaudiendo. Por cierto, una cruel ironía del destino para terminar ¿a que Busherh se parece mucho a Bush?
Mañana Sábado, con ayuda de Rusia, Irán empezará a cargar combustible nuclear en el reactor de la central de Busherh, con lo que se pondrá en marcha el primer proyecto nuclear real en un país islámico. En principio el objetivo de esta central es producir electricidad, pero no está nada claro que sucederá con los residuos que genere y si serán usados para obtener más combustible nuclear o materiales para un arma atómica. Como sabrán muchos, desde hace tiempo el régimen iraní tiene un programa nuclear, con instalaciones públicas como Busherh, y otras secretas, en las que miles de centrifugadoras enriquecen todos los días el gas de uranio con el publicitado objetivo de obtener combustible para esta central, pero con el temido fin de alcanzar la pureza necesaria para crear una bomba atómica. Se ha especulado mucho al respecto y las potencias occidentales hemos ido impuesto sanciones que no han servido de mucho para frenar este proceso. Rusia y China, principales valedores del régimen iraní, se han ido distanciando del mismo a medida que las declaraciones de Ahmadineyad, nuestro querido “Ahma” iban subiendo su tono incendiario. En los últimos años ha habido muchos rumores sobre un posible ataque preventivo por parte de Israel sobre las instalaciones nucleares iraníes, y Busherh era uno de los destinos clásicos. Si alguien cree que eso es imposible no debiera olvidar que Israel ya hizo algo similar cuando destruyó las instalaciones iraquíes de Osirak a principios de los ochenta, frustrando un plan de desarrollo nuclear, basado en capital y tecnología francesa, que estaba en un estadio mucho más preliminar que el que Irán ya posee. Sin embargo parece que se acaban las oportunidades para llevar a cabo ese ataque. Una vez que empiece a dotarse de uranio al reactor, una posible destrucción del mismo conllevaría la emisión de un volumen indeterminado de radiación que, obviamente, no es controlable. O se destruyen hoy mismo las instalaciones o ya será demasiado tarde para ello. El anterior enlace cuenta que los rusos se han tomado muy en serio esta amenaza y han colocado baterías de misiles en la zona del Mar Negro con objeto de defender las instalaciones en caso de ataque. No olvidemos que en ellas habrá durante una buena temporada un grupo numeroso de técnicos rusos de alto nivel, y sus vidas y lo que saben, sobre todo esto último, es lo que el gobierno de Mevdeved – Putin desea resguardar. Como verán, toda una partida de póker de las duras, con unas cartas muy altas y apuestas aún más arriesgadas.
Y todo ello en una zona estratégica de inmenso valor, convulsa a más no poder y rodeada de conflictos y guerras que, pese a que parecen acabarse, sólo pasan de una etapa más visible a otra más sórdida y alejada de los medios de comunicación. El que un gobierno como el de Irán tenga la tecnología nuclear es un riesgo inmenso, y sin duda alentará una carrera de proliferación en la zona, porque no piensen que Arabia Saudita se va aquedar de brazos cruzados y aplaudiendo. Por cierto, una cruel ironía del destino para terminar ¿a que Busherh se parece mucho a Bush?
jueves, agosto 19, 2010
Tormentas de verano
En este año de meteorología perfecta que estamos viviendo no podían faltar las trombas de agua del final del verano, y con una precisión asombrosa, empieza la segunda quincena de Agosto, en la que el mes muestra un verano decadente y que se acaba, y ha llegado el primer episodio de precipitación intensa, centrado ayer y el Martes en Andalucía y Murcia, y se prevé que hoy en la costa levantina y catalana. Lamentablemente ha habido tres muertos por unas riadas que, donde han caído, han arrasado todo.
¿Se puede preveer una riada? ¿una gran tormenta? Es una pregunta compleja y la respuesta más acertada es un triste no. Si se fijan en la información meteorológica de TVE, que por fin ha logrado construir un espacio digno de la materia, los mapas ya muestran no sólo las líneas de anticiclón y borrasca habituales, y las isobaras, sino unas manchas azules que corresponden a la zona en la que se supone que va a llover. Los colores azules más oscuros indican mayor intensidad de precipitación y los claros, menos. Esto es muy útil en caso de frentes atlánticos, los episodios de lluvia tradicionales en España, pero para fenómenos tormentosos y violentos como los de esta semana no sirve de mucho, porque esa mancha azul es fruto de un modelo matemático que no puede precisar tanto como para detallar donde se desarrollará una tormenta, entre otras cosas porque ni siquiera se sabe eso con tanta precisión. Para estos casos la única solución es el modelo americano de “seguir el fenómeno y avisar” que es lo que se emplea con los tornados. Su movimiento es aleatorio, y no es posible saber que trayectoria seguirá en, pongamos, una hora, por lo que los equipos de meteorología lo siguen y controlan a distancia y tratan de ajustar en tiempo real por donde va a ir. En función de eso avisan a otro equipo que va a las localidades candidatas de ser atacadas por el tornado y las alerta para que la gente pueda evacuar o refugiarse antes de ser golpeados. El que haya zonas en Estados Unidos en las que todos los años se produzcan estos fenómenos ha generado una cultura de protección y de construcción de refugios particulares y comunitarios, muy útiles. Sin embargo, todos los años vemos en la tele como alguno de esos pueblos no ha podido ser salvado, y hay víctimas mortales que no se pudieron evitar. En la partida de cartas que los meteorólogos y los tornados se juegan en el medio oeste americano cada vez la ciencia gana más manos, pero de vez encunado la tormenta consigue hacer saltar la banca, y eso suele significar muertos. En el caso de España dudo que existan equipos de este tipo y ni siquiera de haberlos la utilidad sería efectiva, dado que aquí el problema son las precipitaciones intensas, que pueden generar destrozos en superficies mucho más elevadas que las afectadas por un tornado. Las riadas pueden arrasar valles enteros, o zonas de costa muy extensas. Por lo tanto sólo la alerta temprana basada en previsiones continuas puede ser efectiva, y ante el peligro avisado lo mejor es permanecer en casa.
¿Se puede prever, sino la intensidad o la certeza, que una tormenta se acerca? Si, gracias a los radares. Uno de lo que conozco está en la cima del monte Kapildui, en Álava. Estos radares permiten conocer el movimiento de las masas de humedad que forman las tormentas y dan la información para saber si hay precipitación, y que intensidad posee. Generan unas imágenes con manchas de colores que corresponden a precipitación real. Pese a que la meteorología, como la economía, es una ciencia inexacta, y siempre se nos escapará algo, el uso de los radares ayuda mucho la previsión de tormentas, galernas y otros fenómenos adversos similares, y evitará muchas desgracias.
¿Se puede preveer una riada? ¿una gran tormenta? Es una pregunta compleja y la respuesta más acertada es un triste no. Si se fijan en la información meteorológica de TVE, que por fin ha logrado construir un espacio digno de la materia, los mapas ya muestran no sólo las líneas de anticiclón y borrasca habituales, y las isobaras, sino unas manchas azules que corresponden a la zona en la que se supone que va a llover. Los colores azules más oscuros indican mayor intensidad de precipitación y los claros, menos. Esto es muy útil en caso de frentes atlánticos, los episodios de lluvia tradicionales en España, pero para fenómenos tormentosos y violentos como los de esta semana no sirve de mucho, porque esa mancha azul es fruto de un modelo matemático que no puede precisar tanto como para detallar donde se desarrollará una tormenta, entre otras cosas porque ni siquiera se sabe eso con tanta precisión. Para estos casos la única solución es el modelo americano de “seguir el fenómeno y avisar” que es lo que se emplea con los tornados. Su movimiento es aleatorio, y no es posible saber que trayectoria seguirá en, pongamos, una hora, por lo que los equipos de meteorología lo siguen y controlan a distancia y tratan de ajustar en tiempo real por donde va a ir. En función de eso avisan a otro equipo que va a las localidades candidatas de ser atacadas por el tornado y las alerta para que la gente pueda evacuar o refugiarse antes de ser golpeados. El que haya zonas en Estados Unidos en las que todos los años se produzcan estos fenómenos ha generado una cultura de protección y de construcción de refugios particulares y comunitarios, muy útiles. Sin embargo, todos los años vemos en la tele como alguno de esos pueblos no ha podido ser salvado, y hay víctimas mortales que no se pudieron evitar. En la partida de cartas que los meteorólogos y los tornados se juegan en el medio oeste americano cada vez la ciencia gana más manos, pero de vez encunado la tormenta consigue hacer saltar la banca, y eso suele significar muertos. En el caso de España dudo que existan equipos de este tipo y ni siquiera de haberlos la utilidad sería efectiva, dado que aquí el problema son las precipitaciones intensas, que pueden generar destrozos en superficies mucho más elevadas que las afectadas por un tornado. Las riadas pueden arrasar valles enteros, o zonas de costa muy extensas. Por lo tanto sólo la alerta temprana basada en previsiones continuas puede ser efectiva, y ante el peligro avisado lo mejor es permanecer en casa.
¿Se puede prever, sino la intensidad o la certeza, que una tormenta se acerca? Si, gracias a los radares. Uno de lo que conozco está en la cima del monte Kapildui, en Álava. Estos radares permiten conocer el movimiento de las masas de humedad que forman las tormentas y dan la información para saber si hay precipitación, y que intensidad posee. Generan unas imágenes con manchas de colores que corresponden a precipitación real. Pese a que la meteorología, como la economía, es una ciencia inexacta, y siempre se nos escapará algo, el uso de los radares ayuda mucho la previsión de tormentas, galernas y otros fenómenos adversos similares, y evitará muchas desgracias.
miércoles, agosto 18, 2010
El artículo 1.000 de este blog
Ayer, cuando di de alta en Blogger el artículo de la mezquita en la zona cero vi en el contador que se trataba de la entrada 999 de este blog, y me di cuenta que hoy cumplo mil artículos escritos desde que di de alta esta página el 15 de febrero de 2006. Da miedo pensar que han pasado ya cuatro años y medio desde entonces, y si me pongo a recordar de todo lo que he escrito sería incapaz de hacerlo. Hemos vivido tantos acontecimientos, buenos y malos, desde entonces, y tantas opiniones vertidas….
Di de alta este blog porque desde pequeño me ha gustado leer periódicos. Creo que una mañana con un par de periódicos y un café es uno de los placeres más grandes que existen, aunque pueda parecerles algo ridículo y trivial. Allí veía desde pequeño a los articulistas, desde sus columnas, algunos subidos a ellas, y me daba envidia. Quería escribir en un periódico y opinar, pero me parecía algo remoto e inalcanzable. Internet, esa maravilla que ha cambiado nuestras vidas como no somos capaces de imaginar, daba la oportunidad de llevar a cabo ese sueño. Si no recontratan en la prensa, pasa de ella y hazte tu propia columna, por así decirlo, y eso es lo que hice. Lo cree. Fiel a mi general falta de gusto estético en todo lo que rodea a mi vida le di un aspecto correcto pero tosco y probablemente nada atractivo, pero ya tenía un hueco en la red, una cueva en la montaña, un pupitre en el aula del mundo desde donde hablar. No pensé en dedicarlo a un tema en concreto porque soy de esas personas que saben un poco de todo pero no son expertos en nada, y si me centraba en algo iba a acabar siendo reiterativo y al final no tendría mucha cosa nueva que decir. Como soy adicto a las noticias y a la actualidad me centré en ese campo y he tratado de no salirme mucho de ahí. De vez en cuando cuento algunos episodios de mi vida, que no tienen nada de extraordinario porque mi vida tampoco lo es, pero es la política nacional, internacional y la economía lo que más se repite en mis escritos. Y la economía manda, reina desde que empezó esta crisis que no era nada y que amenaza con cargárselo todo a medida que crece sin límite ni fin conocido. Dados los temas escogidos es evidente que mi opinión personal lo tamiza todo, cosa que no sucedería si me centrase en detallar los aspectos técnicos de los sellos de correos, por ejemplo, y aunque algún tema pueda ser interesante a lo mejor mi opinión al respecto puede convertirlo en anodino o más apasionante de lo que ya era. Y claro, también sucede que si el lector está de acuerdo en mi punto de vista sobre el asunto acabe más satisfecho y si no lo está opine mal del artículo. Es un riesgo que, como opinador, si se me permite el término (Word lo marca en rojo, por algo será…) es imposible de evitar. Y prefiero que así sea. A parte de escribir siempre he deseado que, en la pequeña medida de mis posibilidades, mis artículos llamen a la reflexión al lector. No me interesa que comparta mi punto de vista sobre, por ejemplo, el problema nuclear en Irán, pero sí que al leerlo se pregunte “vale, ya se que opina este hombre sobre esto, ¿y otras personas? ¿Y yo mismo?”. Probablemente todos tenemos opiniones muy distintas sobre los asuntos más variados y, créanme, eso es una de las cosas más bonitas que nos pueden suceder. Si estos artículos sirven para fomentar ese debate, tan ausente hoy en día en otros medios más dedicados en teoría a ello, mejor que mejor.
… y claro, los lectores. No es este un blog de mayorías, lo se. Algunos lectores fieles hay que lo miran periódicamente y otros muchos que alguna vez lo habrán encontrado de casualidad, o recomendado por alguien, o a saber como. A todos ellos, a todos vosotros, muchas gracias, porque al final esto es como esas botellas que se tiraban al mar. Si nadie las encuentra y las lee no sirven para nada, son gritos vacíos, avisos que a nadie advierten. Trataré de seguir día a día en este empeño que, como digo a veces, y muchas en serio, es lo más útil que hago a lo largo del día....
Di de alta este blog porque desde pequeño me ha gustado leer periódicos. Creo que una mañana con un par de periódicos y un café es uno de los placeres más grandes que existen, aunque pueda parecerles algo ridículo y trivial. Allí veía desde pequeño a los articulistas, desde sus columnas, algunos subidos a ellas, y me daba envidia. Quería escribir en un periódico y opinar, pero me parecía algo remoto e inalcanzable. Internet, esa maravilla que ha cambiado nuestras vidas como no somos capaces de imaginar, daba la oportunidad de llevar a cabo ese sueño. Si no recontratan en la prensa, pasa de ella y hazte tu propia columna, por así decirlo, y eso es lo que hice. Lo cree. Fiel a mi general falta de gusto estético en todo lo que rodea a mi vida le di un aspecto correcto pero tosco y probablemente nada atractivo, pero ya tenía un hueco en la red, una cueva en la montaña, un pupitre en el aula del mundo desde donde hablar. No pensé en dedicarlo a un tema en concreto porque soy de esas personas que saben un poco de todo pero no son expertos en nada, y si me centraba en algo iba a acabar siendo reiterativo y al final no tendría mucha cosa nueva que decir. Como soy adicto a las noticias y a la actualidad me centré en ese campo y he tratado de no salirme mucho de ahí. De vez en cuando cuento algunos episodios de mi vida, que no tienen nada de extraordinario porque mi vida tampoco lo es, pero es la política nacional, internacional y la economía lo que más se repite en mis escritos. Y la economía manda, reina desde que empezó esta crisis que no era nada y que amenaza con cargárselo todo a medida que crece sin límite ni fin conocido. Dados los temas escogidos es evidente que mi opinión personal lo tamiza todo, cosa que no sucedería si me centrase en detallar los aspectos técnicos de los sellos de correos, por ejemplo, y aunque algún tema pueda ser interesante a lo mejor mi opinión al respecto puede convertirlo en anodino o más apasionante de lo que ya era. Y claro, también sucede que si el lector está de acuerdo en mi punto de vista sobre el asunto acabe más satisfecho y si no lo está opine mal del artículo. Es un riesgo que, como opinador, si se me permite el término (Word lo marca en rojo, por algo será…) es imposible de evitar. Y prefiero que así sea. A parte de escribir siempre he deseado que, en la pequeña medida de mis posibilidades, mis artículos llamen a la reflexión al lector. No me interesa que comparta mi punto de vista sobre, por ejemplo, el problema nuclear en Irán, pero sí que al leerlo se pregunte “vale, ya se que opina este hombre sobre esto, ¿y otras personas? ¿Y yo mismo?”. Probablemente todos tenemos opiniones muy distintas sobre los asuntos más variados y, créanme, eso es una de las cosas más bonitas que nos pueden suceder. Si estos artículos sirven para fomentar ese debate, tan ausente hoy en día en otros medios más dedicados en teoría a ello, mejor que mejor.
… y claro, los lectores. No es este un blog de mayorías, lo se. Algunos lectores fieles hay que lo miran periódicamente y otros muchos que alguna vez lo habrán encontrado de casualidad, o recomendado por alguien, o a saber como. A todos ellos, a todos vosotros, muchas gracias, porque al final esto es como esas botellas que se tiraban al mar. Si nadie las encuentra y las lee no sirven para nada, son gritos vacíos, avisos que a nadie advierten. Trataré de seguir día a día en este empeño que, como digo a veces, y muchas en serio, es lo más útil que hago a lo largo del día....
martes, agosto 17, 2010
Mezquita en la zona cero
Se acerca a toda velocidad el noveno aniversario (nueve años ya, Dios mío..) del atentado del once de septiembre y la zona cero no deja de producir noticias, algunas curiosas, como la de esos restos de un navío, parece que procedente de los holandeses que descubrieron esas tierras, y otras, la mayor parte, amargas, dado lo que allí sucedió. La última ha derivado en una gran polémica en los Estados Unidos y de ahí al resto del mundo, y tiene como motivo el deseo de un grupo islámico de edificar una mezquita y centro cultural a pocas manzanas de allí.
Como se pueden imaginar la polémica está servida. La mayor parte de la ciudadanía norteamericana y de la ciudad de Nueva York, cierto que en este caso por menor diferencia, considera que es una provocación y que no debe permitirse llevar a cabo ese proyecto, que curiosamente se llama Cordoba’s house, la Casa de Córdoba, en memoria del imponente califato que estuvo situado en esa ciudad. La prensa estaba ansiosa por conocer la opinión de la Casa Blanca al respecto, y Obama tuvo que contestar, metiéndose él mismo en el lío. ¿Qué es lo que Obama debía haber dicho como respuesta y qué es lo que se debe hacer? Creo que sus declaraciones y su posición es la correcta, pero que no va a ser ni comprendida ni entendida por la población. Es cierto que quienes patrocinan ese centro cultural son conscientes de que pisan un terreno sensible, y pese a que sus actividades vayan a ser legales no les falta una buena carga de dolo, o dicho más vulgar, de tocar las narices. Sin embargo, si no hay ninguna norma que prohíba la instalación de un centro islámico, o de otra confesión, allí o en otro lugar, el gobierno federal o el del ayuntamiento de Nueva York no puede hacer nada. Recordemos que, como debe ser, aunque en la práctica no se produzca, las autoridades están sujetas al imperio de la ley, y por ella se deben regir. Para usar un supuesto no religioso, antes de la legislación que regula las órdenes de alejamiento no era posible mantener separada a una mujer de su pareja agresora, porque no había ley que lo respaldara, y el movimiento de las personas es libre por el territorio. Podía ser ofensivo, cruel y sádico, pero era legal. Afortunadamente la ley se cambió y desde ese momento esa práctica infame que llevaban a cabo los maltratadores puede ser perseguida (a veces con escasos resultados, la verdad). En el caso del terrorismo etarra han sido las últimas leyes las que, centradas en la víctima, han permitido que algunas situaciones de acoso e intimidación por parte de los violentos sean frenadas, pero antes eso era imposible. La pregunta en ese caso es porqué se ha tardado tanto en dictar esas normas, las del terrorismo, las del alejamiento, y porqué se ha permitido que tanta violencia psíquica fuera empleadas sin límite por parte de los agresores. Parece que ha sido la indiferencia social lo que ha permitido esos excesos, o la incomprensión, o el desconocimiento. Al menos en eso hemos avanzado.
Por lo tanto, el discurso legal es lo correcto, pero el emocional…. ¿cómo gestionamos el emocional? Eso ya es otra cosa. En Nueva York los republicanos más extremistas están usando este asunto para atacar al gobierno y empezar la campaña electoral para las elecciones de noviembre. No estoy de acuerdo con su postura, pero es evidente que su campaña no pincha en hueso, sino en un terreno fértil y sensible. Va a ser un asunto muy difícil de gestionar para el equipo de Obama, que sin duda hará que su popularidad caiga aún más.
Como se pueden imaginar la polémica está servida. La mayor parte de la ciudadanía norteamericana y de la ciudad de Nueva York, cierto que en este caso por menor diferencia, considera que es una provocación y que no debe permitirse llevar a cabo ese proyecto, que curiosamente se llama Cordoba’s house, la Casa de Córdoba, en memoria del imponente califato que estuvo situado en esa ciudad. La prensa estaba ansiosa por conocer la opinión de la Casa Blanca al respecto, y Obama tuvo que contestar, metiéndose él mismo en el lío. ¿Qué es lo que Obama debía haber dicho como respuesta y qué es lo que se debe hacer? Creo que sus declaraciones y su posición es la correcta, pero que no va a ser ni comprendida ni entendida por la población. Es cierto que quienes patrocinan ese centro cultural son conscientes de que pisan un terreno sensible, y pese a que sus actividades vayan a ser legales no les falta una buena carga de dolo, o dicho más vulgar, de tocar las narices. Sin embargo, si no hay ninguna norma que prohíba la instalación de un centro islámico, o de otra confesión, allí o en otro lugar, el gobierno federal o el del ayuntamiento de Nueva York no puede hacer nada. Recordemos que, como debe ser, aunque en la práctica no se produzca, las autoridades están sujetas al imperio de la ley, y por ella se deben regir. Para usar un supuesto no religioso, antes de la legislación que regula las órdenes de alejamiento no era posible mantener separada a una mujer de su pareja agresora, porque no había ley que lo respaldara, y el movimiento de las personas es libre por el territorio. Podía ser ofensivo, cruel y sádico, pero era legal. Afortunadamente la ley se cambió y desde ese momento esa práctica infame que llevaban a cabo los maltratadores puede ser perseguida (a veces con escasos resultados, la verdad). En el caso del terrorismo etarra han sido las últimas leyes las que, centradas en la víctima, han permitido que algunas situaciones de acoso e intimidación por parte de los violentos sean frenadas, pero antes eso era imposible. La pregunta en ese caso es porqué se ha tardado tanto en dictar esas normas, las del terrorismo, las del alejamiento, y porqué se ha permitido que tanta violencia psíquica fuera empleadas sin límite por parte de los agresores. Parece que ha sido la indiferencia social lo que ha permitido esos excesos, o la incomprensión, o el desconocimiento. Al menos en eso hemos avanzado.
Por lo tanto, el discurso legal es lo correcto, pero el emocional…. ¿cómo gestionamos el emocional? Eso ya es otra cosa. En Nueva York los republicanos más extremistas están usando este asunto para atacar al gobierno y empezar la campaña electoral para las elecciones de noviembre. No estoy de acuerdo con su postura, pero es evidente que su campaña no pincha en hueso, sino en un terreno fértil y sensible. Va a ser un asunto muy difícil de gestionar para el equipo de Obama, que sin duda hará que su popularidad caiga aún más.
lunes, agosto 16, 2010
A ver si no lo oye nadie…..
Ayer fue 15 de agosto, el día de las vírgenes procesionales de toda España, que son muchas, ya que de las otras, las no procesionales apenas ya si quedan En medio de la algarabía de los pueblos en fiesta, las ciudades vacías, las playas atestadas y los coches en la carretera, vamos, Agosto en España, el Ministro de Fomento José Blanco, el auténtico jefe del gobierno que usa a ZP como si fuera un guiñol tras el que agazaparse, dijo que sería bueno reflexionar sobre una subida de impuestos para pagar los gastos crecientes.
Como puede que ayer fuera el día de menor consumo televisivo del año es probable que poca gente lo oyera y sufriera el consiguiente espasmo de tos y atragantamiento. Sin embargo de cara a septiembre, una vez la playa se trastoque por el duro asfalto de las calles, la subida de impuestos será una realidad. ¿Cómo la harán? ¿a quién afectará? A la primera pregunta no hay respuesta. No lo se, y lo que es más divertido, el gobierno tampoco. Como siguen sin tener ese relato de la crisis elaborado se dedican a lanzar globos sondas como ese a ver que tal responde la gente y luego ya veremos. La Ministra de Economía, que se supone es la máxima autoridad ante un anuncio de impuestos, ayer ni apreció ni, lo que es peor, se le echó de menos, así que estén seguros que no sabía nada de lo que iba a decir su compañero (léase jefe) de gabinete. A la segunda pregunta, la de a quién afectará, la respuesta es obvia e inmediata. Al ciudadano medio. Le toca ahora al gobierno y afines engrasar el discurso ese de las rentas altas y de la justicia impositiva, pero al final pagaremos los asalariados, trabajadores y poseedores de pequeños ahorros y bienes, como ha sido y será siempre por los siglos de los siglos amén. Lo decía muy bien ayer esta breve y contundente entrevista en El País un señor a quien no conocía pero que tiene toda la razón. Si les sirve como ejemplo, el mayor esfuerzo fiscal de este 2010 ha sido la subida del IVA, que supone mucho más coste para los menores ingresos, como todo buen impuesto indirecto sobre el consumo, proporcional económicamente pero regresivo en rentas. Pueden esperar las típicas subidas del alcohol, tabaco y gasolinas, modificaciones en las desgravaciones del IRPF que se venderán muy bien pero que supondrán un considerable aumento de la cuota a pagar, y quien sabe si aparecerán nuevas figuras, como esa del impuesto verde a las emisiones de CO2 que se comentó hace algún tiempo, y que ahora, en vista de la creación de un nuevo partido ecologista a nivel nacional, que puede detraer votos al PSOE por un flanco no esperado, adquiere una mayor importancia política. Todo sea por hacer una caja que no se cuadra, porque el presupuesto sigue lleno de agujeros y no hay manera de remendarlo. La obvia sería recortando gastos superfluos, eliminando organismos administrativos inútiles, quitando subvenciones y dejando las políticas del escaparate para mejor ocasión, centrando la inversión en lo necesario: Educación, sanidad e infraestructuras, y al resto nada. Esto elimina la posibilidad de comprar voluntades, grupos de opinión, escaños en futuras votaciones parlamentarias, prebendas y favores, pero es lo que se debe hacer. Y al final, que no se engañe el gobierno, es lo que habrá que hacer, porque con una demanda deprimida y una renta estancada la recaudación no subirá.
¿Cuál es la alternativa de no recortar gastos? ¿o de hacerlo mal, en las partidas productivas e importantes antes mencionadas? Pues un futuro muy oscuro, a veces literalmente. El artículo de Paul Krugman de ayer es devastador, y ofrece la imagen de unos Estados Unidos decadentes, pero que, como es habitual, se anticipan en todo al futuro, en lo bueno y en lo malo. ¿Cuánto falta para que algunos ayuntamientos en España empiecen a apagar farolas y cerrar servicios municipales? No lo duden, cada vez menos. Blanco va a tener que estrujarse mucho las meninges, porque no le basta con hacérselo a nuestros bolsillos.
Como puede que ayer fuera el día de menor consumo televisivo del año es probable que poca gente lo oyera y sufriera el consiguiente espasmo de tos y atragantamiento. Sin embargo de cara a septiembre, una vez la playa se trastoque por el duro asfalto de las calles, la subida de impuestos será una realidad. ¿Cómo la harán? ¿a quién afectará? A la primera pregunta no hay respuesta. No lo se, y lo que es más divertido, el gobierno tampoco. Como siguen sin tener ese relato de la crisis elaborado se dedican a lanzar globos sondas como ese a ver que tal responde la gente y luego ya veremos. La Ministra de Economía, que se supone es la máxima autoridad ante un anuncio de impuestos, ayer ni apreció ni, lo que es peor, se le echó de menos, así que estén seguros que no sabía nada de lo que iba a decir su compañero (léase jefe) de gabinete. A la segunda pregunta, la de a quién afectará, la respuesta es obvia e inmediata. Al ciudadano medio. Le toca ahora al gobierno y afines engrasar el discurso ese de las rentas altas y de la justicia impositiva, pero al final pagaremos los asalariados, trabajadores y poseedores de pequeños ahorros y bienes, como ha sido y será siempre por los siglos de los siglos amén. Lo decía muy bien ayer esta breve y contundente entrevista en El País un señor a quien no conocía pero que tiene toda la razón. Si les sirve como ejemplo, el mayor esfuerzo fiscal de este 2010 ha sido la subida del IVA, que supone mucho más coste para los menores ingresos, como todo buen impuesto indirecto sobre el consumo, proporcional económicamente pero regresivo en rentas. Pueden esperar las típicas subidas del alcohol, tabaco y gasolinas, modificaciones en las desgravaciones del IRPF que se venderán muy bien pero que supondrán un considerable aumento de la cuota a pagar, y quien sabe si aparecerán nuevas figuras, como esa del impuesto verde a las emisiones de CO2 que se comentó hace algún tiempo, y que ahora, en vista de la creación de un nuevo partido ecologista a nivel nacional, que puede detraer votos al PSOE por un flanco no esperado, adquiere una mayor importancia política. Todo sea por hacer una caja que no se cuadra, porque el presupuesto sigue lleno de agujeros y no hay manera de remendarlo. La obvia sería recortando gastos superfluos, eliminando organismos administrativos inútiles, quitando subvenciones y dejando las políticas del escaparate para mejor ocasión, centrando la inversión en lo necesario: Educación, sanidad e infraestructuras, y al resto nada. Esto elimina la posibilidad de comprar voluntades, grupos de opinión, escaños en futuras votaciones parlamentarias, prebendas y favores, pero es lo que se debe hacer. Y al final, que no se engañe el gobierno, es lo que habrá que hacer, porque con una demanda deprimida y una renta estancada la recaudación no subirá.
¿Cuál es la alternativa de no recortar gastos? ¿o de hacerlo mal, en las partidas productivas e importantes antes mencionadas? Pues un futuro muy oscuro, a veces literalmente. El artículo de Paul Krugman de ayer es devastador, y ofrece la imagen de unos Estados Unidos decadentes, pero que, como es habitual, se anticipan en todo al futuro, en lo bueno y en lo malo. ¿Cuánto falta para que algunos ayuntamientos en España empiecen a apagar farolas y cerrar servicios municipales? No lo duden, cada vez menos. Blanco va a tener que estrujarse mucho las meninges, porque no le basta con hacérselo a nuestros bolsillos.
viernes, agosto 13, 2010
En Irán te matan por amar
En muchas partes del mundo suceden cosas todos los días que, de conocerlas, nos dejarían helados. Algunas de ellas escapan del conocimiento local y se convierten en noticia internacional más que nada porque, generalmente, su grado de crueldad o sadismo exceden incluso lo que suele ser habitual en los sitios donde se producen. El caso de la mujer iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani es uno de ellos. Ashtiani fue condenada en Irán a ser lapidada por adúltera. Como suena. Pensar en semejante atrocidad repulsa, verdad? Pues es sólo el principio.
Ashtiani tuvo un juicio de esos que no son más que una pantomima. Como para el derecho iraní la mujer no es una persona, aunque no lo diga así, su testimonio no vale como el de un hombre, pudiendo ser incluso condenada sin pruebas, sólo con la acusación del ultrajado marido. Ya en 2006 esta mujer recibió 99 latigazos por ser acusada de mantener relaciones con algún hombre tras la muerte de su marido. Uno se imagina que los latigazos se daban en los barcos con los amotinaos, hombres rudos y sedientos de venganza, pero no es capaz de ver la escena de una mujer normal, en el año 2006, atada a un poste y recibiendo semejante castigo por haberse acostado con alguien… Pero eso, que cosas, no desató escándalo en su momento. Ha sido la pena de lapidación, el rememorar algo que parece sacado del Antiguo Testamento, lo que ha movilizado a eso tan jocoso de la comunidad internacional. Ante las denuncias y el revuelo de Amnistía Internacional y otras organizaciones, el gobierno de Irán, regido por ese dictador infame y con pinta de soso que es Ahmadineyad, paralizó la sentencia de muerte para hacer que la sordina cayera sobre el caso, y con ella la atención internacional, quizás esperando a un momento tranquilo, en medio del verano, para cargarse a Ashtiani. Hasta ayer. Ayer salió Ashtiani en la televisión iraní, aunque lo de “salió” es una forma de hablar, porque las imágenes muestran una mujer (que podría ser otra persona o cosa) cubierta por una tela negra de arriba abajo y con los ojos de la cara pixelazos, en la mejor representación de lo que es portar una cárcel consigo misma. En su aparición, en un programa controlado por el régimen, aunque me gustaría saber si hay alguno en la televisión iraní que no lo está, Ashtiani se confiesa culpable, acusa a su antiguo abogado de haberla engañado y prácticamente sentencia su destino al reconocer todos sus cargos y admitir su pecado de adulterio. Esto roza la perfección de la dictadura. No sólo se pretende asesinar a una inocente, sino que se logra que testifique contra sí misma y ante la televisión. Acusa en esas declaraciones Ashtiani a su abogado de haber dado relevancia internacional al caso y de haberla puesto ante los focos de la prensa y medios de comunicación occidentales. Realmente no era Ashtiani quién hablaba ayer. Ella era un muñeco manejado por un ventrílocuo, una portavoz del régimen de Ahmadineyad, que como esclava sometida, se prestaba a representar lo que torpemente puede ser el último episodio de su ya demasiado penosa vida. Viéndolo ayer desde mi casa no podía dejar de sentir pena y rabia, mucha rabia.
¿A qué torturas habrá sido sometida Ashtiani para que realice semejante confesión? Si se le dieron hace año s99 latigazos en público, que se le habrá hecho ahora a escondidas? El destino de esta mujer está condenado, sea por lapidación o por la horca, versión light de la pena de muerte para estos casos. Y de mientras los actores que si pesan algo en el orden internacional siguen mirando para otro lado, y en Irán cientos, miles, millones de Ashtianis se pudren bajo la bota del régimen opresor. Hace un año tuvo lugar aquella esperanzadora revolución verde. Hoy Ahmadineyad quiere lapidar lo que queda de esa imagen de protesta, y parece que, esta vez, se saldrá con la suya. Mierda.
Ashtiani tuvo un juicio de esos que no son más que una pantomima. Como para el derecho iraní la mujer no es una persona, aunque no lo diga así, su testimonio no vale como el de un hombre, pudiendo ser incluso condenada sin pruebas, sólo con la acusación del ultrajado marido. Ya en 2006 esta mujer recibió 99 latigazos por ser acusada de mantener relaciones con algún hombre tras la muerte de su marido. Uno se imagina que los latigazos se daban en los barcos con los amotinaos, hombres rudos y sedientos de venganza, pero no es capaz de ver la escena de una mujer normal, en el año 2006, atada a un poste y recibiendo semejante castigo por haberse acostado con alguien… Pero eso, que cosas, no desató escándalo en su momento. Ha sido la pena de lapidación, el rememorar algo que parece sacado del Antiguo Testamento, lo que ha movilizado a eso tan jocoso de la comunidad internacional. Ante las denuncias y el revuelo de Amnistía Internacional y otras organizaciones, el gobierno de Irán, regido por ese dictador infame y con pinta de soso que es Ahmadineyad, paralizó la sentencia de muerte para hacer que la sordina cayera sobre el caso, y con ella la atención internacional, quizás esperando a un momento tranquilo, en medio del verano, para cargarse a Ashtiani. Hasta ayer. Ayer salió Ashtiani en la televisión iraní, aunque lo de “salió” es una forma de hablar, porque las imágenes muestran una mujer (que podría ser otra persona o cosa) cubierta por una tela negra de arriba abajo y con los ojos de la cara pixelazos, en la mejor representación de lo que es portar una cárcel consigo misma. En su aparición, en un programa controlado por el régimen, aunque me gustaría saber si hay alguno en la televisión iraní que no lo está, Ashtiani se confiesa culpable, acusa a su antiguo abogado de haberla engañado y prácticamente sentencia su destino al reconocer todos sus cargos y admitir su pecado de adulterio. Esto roza la perfección de la dictadura. No sólo se pretende asesinar a una inocente, sino que se logra que testifique contra sí misma y ante la televisión. Acusa en esas declaraciones Ashtiani a su abogado de haber dado relevancia internacional al caso y de haberla puesto ante los focos de la prensa y medios de comunicación occidentales. Realmente no era Ashtiani quién hablaba ayer. Ella era un muñeco manejado por un ventrílocuo, una portavoz del régimen de Ahmadineyad, que como esclava sometida, se prestaba a representar lo que torpemente puede ser el último episodio de su ya demasiado penosa vida. Viéndolo ayer desde mi casa no podía dejar de sentir pena y rabia, mucha rabia.
¿A qué torturas habrá sido sometida Ashtiani para que realice semejante confesión? Si se le dieron hace año s99 latigazos en público, que se le habrá hecho ahora a escondidas? El destino de esta mujer está condenado, sea por lapidación o por la horca, versión light de la pena de muerte para estos casos. Y de mientras los actores que si pesan algo en el orden internacional siguen mirando para otro lado, y en Irán cientos, miles, millones de Ashtianis se pudren bajo la bota del régimen opresor. Hace un año tuvo lugar aquella esperanzadora revolución verde. Hoy Ahmadineyad quiere lapidar lo que queda de esa imagen de protesta, y parece que, esta vez, se saldrá con la suya. Mierda.
jueves, agosto 12, 2010
Siguen sin enterarse donde estamos
El martes estaba a eso de las 21:00 en la cocina de mi casa tratando de hacer soluble el cola cao el leche fría, algo que se me hace muy complicado y que siempre se acaba saldando en mi caso con algunos grumos esparcidos por el suelo. En ese instante oí en la tele del salón que ZP decía que se iba a revisar y reducir el recorte de infraestructuras previsto para 2011, y del susto que me pegué le di un buen bandazo a la leche y al tazón y algo más que grumos de polvo acabaron depositados en el suelo de la cocina.
Mientras limpiaba no dejaba de decir “no se enteran, joder, no se enteran”. Es cierto que llevamos unas semanas en las que hemos visto alguna estadística que apunta al optimismo, pero no se dejen engañar por las palmeras del oasis, seguimos en plena travesía del desierto. Y resulta que al primer dato que surge para alegría del respetable el gobierno da por hecho que hemos pasado lo peor y que ya no es necesario ser tan estrictos y austeros como se prometió hace unos meses. Las consecuencias se pudieron ver muy claramente ayer por la mañana, con una elevación de la prima de riesgo de España tras varios días de caída. El desplome de la bolsa y el derrumbe de Wall Street no fueron culpa suya, pero no contribuyó a la remontada, desde luego. ¿Qué se penalizó ayer en el mercado de deuda? ¿el atrevimiento, la altanería, la inconsciencia? Yo creo que fue uno de los grandes pecados de este gobierno ante la crisis. El no enterarse donde estamos. Mientras que los expertos, muy perdidos ellos, pero conscientes de su pérdida, siguen discutiendo si ya hemos descendido lo suficiente o nos queda aún recorrido de bajada (recen por lo primero pero apuesten por lo segundo) el gobierno sigue viviendo el día a día. Si al deuda baja su diferencial con la alemana durante una semana (buena noticia) resulta que ya podemos hacer un AVE que hace dos semanas era imposible. Pues no. Era imposible y sigue siéndolo a día de hoy. Creo que no debe suspenderse la obra pública, pero a costa de recortar, y mucho, otras partidas, que no se quieren tocar. En todo caso los gestores públicos deben hacerse a la idea de que esto de la crisis ha llegado para quedarse años, muchos años. Años en los que no veremos tasas de crecimiento superiores al punto porcentual, en los que reptaremos por un deprimente pozo gris, y en los que los ingresos públicos no volverán a los niveles que se vieron en la década del 00. Si no se hacen a la idea de que eso será así nunca lograrán construir eso que ahora los analistas políticos llaman “el relato” el discurso, las ideas y mensajes que les permitan gestionar y contribuir a solucionar ese problema. Ni siquiera es necesario que se cumplan las predicciones más agoreras, como las que expresa Santiago Niño Becerra, para que la situación actual sea un absoluto drama. Lo es. Podemos engañarnos, mentirnos, mirar hacia otro lado, cobrar como hacen muchos el paro pensando en que ya encontrarán algo y de paso dedicarse a vivir unas largas vacaciones, en un ejercicio de irresponsabilidad colectiva que, será que soy tonto, me da escalofríos. Visto lo visto mejor que quienes nos gobiernan se callen antes de meter la pata nuevamente. Ayer Salgado volvió a decir que no habrá trimestres negativos en lo que queda de 2010. Lo siento, Elena, pero te vas a equivocar.
Y de mientras el marasmo crece, el monstruo del desempleo no deja de alimentarse. Si las cifras medias de paro nacionales son horribles, si se analizan por Comunidades Autónomas dan vergüenza, y por sectores de edad deprimen. Seguimos a la cabeza en paro juvenil de toda Europa, infame plusmarca. Y así miles de jóvenes se enfrentan a un panorama oscuro y sin esperanza, oyendo a sus dirigentes que todo se soluciona y viendo pasar coches oficiales de todo tipo y pelaje por las calles de sus ciudades. ¿Y quién se ocupa de esto? ¿Alguien hace algo al respecto? ¿A alguien le importa?????
Mientras limpiaba no dejaba de decir “no se enteran, joder, no se enteran”. Es cierto que llevamos unas semanas en las que hemos visto alguna estadística que apunta al optimismo, pero no se dejen engañar por las palmeras del oasis, seguimos en plena travesía del desierto. Y resulta que al primer dato que surge para alegría del respetable el gobierno da por hecho que hemos pasado lo peor y que ya no es necesario ser tan estrictos y austeros como se prometió hace unos meses. Las consecuencias se pudieron ver muy claramente ayer por la mañana, con una elevación de la prima de riesgo de España tras varios días de caída. El desplome de la bolsa y el derrumbe de Wall Street no fueron culpa suya, pero no contribuyó a la remontada, desde luego. ¿Qué se penalizó ayer en el mercado de deuda? ¿el atrevimiento, la altanería, la inconsciencia? Yo creo que fue uno de los grandes pecados de este gobierno ante la crisis. El no enterarse donde estamos. Mientras que los expertos, muy perdidos ellos, pero conscientes de su pérdida, siguen discutiendo si ya hemos descendido lo suficiente o nos queda aún recorrido de bajada (recen por lo primero pero apuesten por lo segundo) el gobierno sigue viviendo el día a día. Si al deuda baja su diferencial con la alemana durante una semana (buena noticia) resulta que ya podemos hacer un AVE que hace dos semanas era imposible. Pues no. Era imposible y sigue siéndolo a día de hoy. Creo que no debe suspenderse la obra pública, pero a costa de recortar, y mucho, otras partidas, que no se quieren tocar. En todo caso los gestores públicos deben hacerse a la idea de que esto de la crisis ha llegado para quedarse años, muchos años. Años en los que no veremos tasas de crecimiento superiores al punto porcentual, en los que reptaremos por un deprimente pozo gris, y en los que los ingresos públicos no volverán a los niveles que se vieron en la década del 00. Si no se hacen a la idea de que eso será así nunca lograrán construir eso que ahora los analistas políticos llaman “el relato” el discurso, las ideas y mensajes que les permitan gestionar y contribuir a solucionar ese problema. Ni siquiera es necesario que se cumplan las predicciones más agoreras, como las que expresa Santiago Niño Becerra, para que la situación actual sea un absoluto drama. Lo es. Podemos engañarnos, mentirnos, mirar hacia otro lado, cobrar como hacen muchos el paro pensando en que ya encontrarán algo y de paso dedicarse a vivir unas largas vacaciones, en un ejercicio de irresponsabilidad colectiva que, será que soy tonto, me da escalofríos. Visto lo visto mejor que quienes nos gobiernan se callen antes de meter la pata nuevamente. Ayer Salgado volvió a decir que no habrá trimestres negativos en lo que queda de 2010. Lo siento, Elena, pero te vas a equivocar.
Y de mientras el marasmo crece, el monstruo del desempleo no deja de alimentarse. Si las cifras medias de paro nacionales son horribles, si se analizan por Comunidades Autónomas dan vergüenza, y por sectores de edad deprimen. Seguimos a la cabeza en paro juvenil de toda Europa, infame plusmarca. Y así miles de jóvenes se enfrentan a un panorama oscuro y sin esperanza, oyendo a sus dirigentes que todo se soluciona y viendo pasar coches oficiales de todo tipo y pelaje por las calles de sus ciudades. ¿Y quién se ocupa de esto? ¿Alguien hace algo al respecto? ¿A alguien le importa?????
miércoles, agosto 11, 2010
Puñaladas en la política madrileña
Esta es una región muy divertida para los analistas políticos. Siempre hay noticias, hasta en un tórrido agosto como este. Los últimos años el dueto estelar lo han formado Ruíz Gallardón y Esperanza Aguirre, del mismo PP, pero que se odian de una manera tan profunda y rencorosa como palpable. Qué pena que ya no tengamos cronistas de la talla de Quevedo o Valle Inclán para glosar como es debido las peleas, golpes bajos y crueldades que ambos se lanzan día sí y día también. En todo caso, y dentro de su patetismo, ofrecen un bonito espectáculo.
Quizás con algo de envidia, el PSOE h decidido liarla en Madrid y crear una batalla donde no la había. El culebrón del verano es la presentación de Trinidad Jiménez, actual Ministra de Sanidad, como candidata a la Comunidad de Madrid, desbancando de su puesto al actual secretario general del PSOE en Madrid, filial denominada PSM, el hasta hace pocos días nada conocido Tomás Gómez. Gómez lleva tres años en ese puesto, revalidándolo como se hace en la política española, con porcentajes superiores al 90%. Le tocó el marrón de lidiar con un partido hundido tras la enésima victoria de Esperanza y la dimisión del anterior secretario, Rafael Simancas. Poco a poco a conseguido pacificar un partido lleno de familias enfrentadas de nombres muy curiosos (leguinistas, acostistas, simanquistas, balbasistas, etc) pero a costa de mostrar un perfil opaco y narcisista, lleno de errores y meteduras de pata en algunos casos notables. Personalmente no me cae bien, me parece alguien altivo y con un toque de prepotencia peligroso, como se pudo comprobar cuando expulsó del partido al concejal del ayuntamiento de Madrid Alejandro Inurrieta (curioso, profesor mío en Sarriko). La cosa es que Gómez no da bien como candidato y no le conoce nadie, y las encuestas internas del PSOE, que las gestiona José Blanco, le dejaban a muchos puntos de Esperanza, así que en Ferraz, la sede del PSOE, se decidió mandarle a casita y optar por la táctica del “paracaidista” que es como se llama al hecho de que un alto cargo del gobierno, a ser posible Ministro, aterrice de nuevas en las listas del ayuntamiento o la comunidad e intente conseguirlas. Este experimento suele salir mal, como se vio hace tres años con Miguel Sebastián, pero todos los partidos siguen intentándolo. El plan era sencillo, se llama a Tomas Gómez, se le manda a la porra diciéndole que es muy bueno y Trinidad al ataque. El problema es que Gómez “no se ha dejado ir” y, provocando reuniones con Zapatero, canceladas en algún caso, ha optado por resistir y abocar al partido a celebrar primarias. Los suyos han tratado de asesinarlo y no se ha ofrecido como víctima. Uno de los que ha quedado mal en esta película es el propio Zapatero, que se ha mostrado incapaz de ejercer su autoridad y de expulsar a quién, correctamente o no, quería echar. Gracias a ello Gómez ha cogido una popularidad que no tenía y que no creo que le fuera suficiente en caso de unas elecciones, pero al menos ahora la gente de la comunidad ya sabe quién es. Para él ya es un triunfo, gane o no las primarias y, en caso de hacerlo, gane o no la comunidad. En ninguna de las dos elecciones se lo pondrán nada fácil.
¿Y Trinidad Jiménez? Pobrecilla. Siempre me ha parecido uno de los valores más grandes que tiene este devaluado PSOE, pero quizás porque es lista y capaz le han tenido apartada de los puestos de cabeza, para que su gestión no haga sombra a los que mandan. Lanzada a la arena por ZP ahora se ve obligada a mentir diciendo que la idea de presentarse era solamente suya. Contando con el peso del aparato en complicado que se le escape la victoria. Y aún así, si como pasó con José Borrel, no gana “quien debe ganar” lo acabará haciendo, como pasó con Almunia. Como verán, aquí es difícil aburrirse.
Quizás con algo de envidia, el PSOE h decidido liarla en Madrid y crear una batalla donde no la había. El culebrón del verano es la presentación de Trinidad Jiménez, actual Ministra de Sanidad, como candidata a la Comunidad de Madrid, desbancando de su puesto al actual secretario general del PSOE en Madrid, filial denominada PSM, el hasta hace pocos días nada conocido Tomás Gómez. Gómez lleva tres años en ese puesto, revalidándolo como se hace en la política española, con porcentajes superiores al 90%. Le tocó el marrón de lidiar con un partido hundido tras la enésima victoria de Esperanza y la dimisión del anterior secretario, Rafael Simancas. Poco a poco a conseguido pacificar un partido lleno de familias enfrentadas de nombres muy curiosos (leguinistas, acostistas, simanquistas, balbasistas, etc) pero a costa de mostrar un perfil opaco y narcisista, lleno de errores y meteduras de pata en algunos casos notables. Personalmente no me cae bien, me parece alguien altivo y con un toque de prepotencia peligroso, como se pudo comprobar cuando expulsó del partido al concejal del ayuntamiento de Madrid Alejandro Inurrieta (curioso, profesor mío en Sarriko). La cosa es que Gómez no da bien como candidato y no le conoce nadie, y las encuestas internas del PSOE, que las gestiona José Blanco, le dejaban a muchos puntos de Esperanza, así que en Ferraz, la sede del PSOE, se decidió mandarle a casita y optar por la táctica del “paracaidista” que es como se llama al hecho de que un alto cargo del gobierno, a ser posible Ministro, aterrice de nuevas en las listas del ayuntamiento o la comunidad e intente conseguirlas. Este experimento suele salir mal, como se vio hace tres años con Miguel Sebastián, pero todos los partidos siguen intentándolo. El plan era sencillo, se llama a Tomas Gómez, se le manda a la porra diciéndole que es muy bueno y Trinidad al ataque. El problema es que Gómez “no se ha dejado ir” y, provocando reuniones con Zapatero, canceladas en algún caso, ha optado por resistir y abocar al partido a celebrar primarias. Los suyos han tratado de asesinarlo y no se ha ofrecido como víctima. Uno de los que ha quedado mal en esta película es el propio Zapatero, que se ha mostrado incapaz de ejercer su autoridad y de expulsar a quién, correctamente o no, quería echar. Gracias a ello Gómez ha cogido una popularidad que no tenía y que no creo que le fuera suficiente en caso de unas elecciones, pero al menos ahora la gente de la comunidad ya sabe quién es. Para él ya es un triunfo, gane o no las primarias y, en caso de hacerlo, gane o no la comunidad. En ninguna de las dos elecciones se lo pondrán nada fácil.
¿Y Trinidad Jiménez? Pobrecilla. Siempre me ha parecido uno de los valores más grandes que tiene este devaluado PSOE, pero quizás porque es lista y capaz le han tenido apartada de los puestos de cabeza, para que su gestión no haga sombra a los que mandan. Lanzada a la arena por ZP ahora se ve obligada a mentir diciendo que la idea de presentarse era solamente suya. Contando con el peso del aparato en complicado que se le escape la victoria. Y aún así, si como pasó con José Borrel, no gana “quien debe ganar” lo acabará haciendo, como pasó con Almunia. Como verán, aquí es difícil aburrirse.
martes, agosto 10, 2010
El humo ahoga Moscú
Este esta siendo un verano caluroso, quizá en España no tanto como el pasado, que fue muy duro, pero es evidente que en el centro y este de Europa se ha desmadrado. Ya hace semanas veíamos imágenes de personas en Moscú, Kiev y otras ciudades del entrono refrescarse como podían ante unas temperaturas de más de treinta grados a las que no están nada acostumbrados. Era de suponer que si el calor y la sequía seguían acabaría habiendo incendios. Lamentablemente esa perversa ecuación se ha vuelto a cumplir, solo que a lo bestia.
No se cuantas hectáreas se han quemado en Rusia, porque si se fijan cada medio dice un número, pero en todo caso serán muchas, demasiadas. Parece que la cifra de víctimas de los incendios supera la cincuentena, pero sólo hace referencia a los que han muerto por las tareas de extinción o residentes de viviendas atrapadas y destruidas por el fuego. Desde hace algunos días nubes espesas de humo cubren Moscú y la convierten en un lugar oscuro, sucio e irrespirable. ¿A cuánta gente ha matado eso? Moscú es una ciudad gigantesca de unos diez millones de habitantes, la segunda mayor de Europa tras Londres, y se encuentra en estado de alerta desde que el humo llegó y decidió quedarse. Ayer se supo que la tasa natural de mortalidad de la ciudad se ha duplicado desde que comenzó el episodio del humo, pasando de los 360 fallecidos de un día normal a los 700. Así, podemos decir que algo más de trescientas personas son víctimas cada día de los efectos de los incendios, algo equivalente a un accidente aéreo de gran magnitud todas las mañanas, todos los días, que de producirse sin duda desataría el pánico. Pero aquí parece que los únicos asustados, y con razón, son los sufridos habitantes de Moscú. Sus autoridades, empezando por el alcalde, que volvió ayer (sí, ayer) de sus vacaciones y el resto de jerifaltes rusos han mostrado nuevamente no sólo su incompetencia, sino su más absoluta desidia ante los problemas de la población, quizá porque, en el fondo, su población no les importe nada. Aún recuerdo cuando tuvo lugar el accidente del submarino Kursk, hace algunos veranos, y todos pudimos ver como una madre de uno de los soldados que osaba protestar a las autoridades era sujetada por el servicio de seguridad, sedada en directo ante las cámaras, y llevada a no se sabe donde, seguro que a un mal lugar. Quizá Putin, Mevdeved, Luzkov y compañía pretendan hacer eso sobre el conjunto del país, pero es evidente que, una vez más, al situación les sobrepasa. Rusia debe comprender que vive en un mundo global, y que las dimensiones de su país y su posición hace que sus problemas puedan ser los de otros países. El recorte en su producción anual de trigo y el anuncio del bloqueo de las exportaciones ya está provocando alzas de precios en los mercados de cereales y eso redundará en mayor pobreza en todas partes. El ecosistema perdido no sólo era ruso, sino un patrimonio global, y las toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera, incalculables, se sumarán al proceso de degradación del aire que respiran no sólo los moscovitas, sino el resto del mundo. Desde hace tiempo da la sensación de que Rusia se hunde en un marasmo y, como un coche viejo y estropeado, cada nueva avería demuestra que el sistema ya no funciona, que el estado es incapaz de desarrollar una política normal y que las infraestructuras del país ya no dan más de sí. Muchas cosas huelen a chamusquina allí, no sólo los bosques.
Para complicar aún mas las cosas, resulta que el fuego amenaza ahora a una central de reprocesamiento nuclear, con la consiguiente alerta a nivel europeo. El tradicional oscurantismo ruso vuelve a hacer de las suyas, y quién sabe que otras cosas habrá destruido el fuego. Si se admite por ahí que se han quemado almacenes militares con material “obsoleto” a saber que había en ellos, y que tipo de sorpresas ocultaban. De momento los pronósticos siguen marcando sol y calor en la zona, el temporal no remite y el peligro tampoco. Pobres rusos, que deben soportar su invierno, ahora su verano y siempre su mal gobierno…
No se cuantas hectáreas se han quemado en Rusia, porque si se fijan cada medio dice un número, pero en todo caso serán muchas, demasiadas. Parece que la cifra de víctimas de los incendios supera la cincuentena, pero sólo hace referencia a los que han muerto por las tareas de extinción o residentes de viviendas atrapadas y destruidas por el fuego. Desde hace algunos días nubes espesas de humo cubren Moscú y la convierten en un lugar oscuro, sucio e irrespirable. ¿A cuánta gente ha matado eso? Moscú es una ciudad gigantesca de unos diez millones de habitantes, la segunda mayor de Europa tras Londres, y se encuentra en estado de alerta desde que el humo llegó y decidió quedarse. Ayer se supo que la tasa natural de mortalidad de la ciudad se ha duplicado desde que comenzó el episodio del humo, pasando de los 360 fallecidos de un día normal a los 700. Así, podemos decir que algo más de trescientas personas son víctimas cada día de los efectos de los incendios, algo equivalente a un accidente aéreo de gran magnitud todas las mañanas, todos los días, que de producirse sin duda desataría el pánico. Pero aquí parece que los únicos asustados, y con razón, son los sufridos habitantes de Moscú. Sus autoridades, empezando por el alcalde, que volvió ayer (sí, ayer) de sus vacaciones y el resto de jerifaltes rusos han mostrado nuevamente no sólo su incompetencia, sino su más absoluta desidia ante los problemas de la población, quizá porque, en el fondo, su población no les importe nada. Aún recuerdo cuando tuvo lugar el accidente del submarino Kursk, hace algunos veranos, y todos pudimos ver como una madre de uno de los soldados que osaba protestar a las autoridades era sujetada por el servicio de seguridad, sedada en directo ante las cámaras, y llevada a no se sabe donde, seguro que a un mal lugar. Quizá Putin, Mevdeved, Luzkov y compañía pretendan hacer eso sobre el conjunto del país, pero es evidente que, una vez más, al situación les sobrepasa. Rusia debe comprender que vive en un mundo global, y que las dimensiones de su país y su posición hace que sus problemas puedan ser los de otros países. El recorte en su producción anual de trigo y el anuncio del bloqueo de las exportaciones ya está provocando alzas de precios en los mercados de cereales y eso redundará en mayor pobreza en todas partes. El ecosistema perdido no sólo era ruso, sino un patrimonio global, y las toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera, incalculables, se sumarán al proceso de degradación del aire que respiran no sólo los moscovitas, sino el resto del mundo. Desde hace tiempo da la sensación de que Rusia se hunde en un marasmo y, como un coche viejo y estropeado, cada nueva avería demuestra que el sistema ya no funciona, que el estado es incapaz de desarrollar una política normal y que las infraestructuras del país ya no dan más de sí. Muchas cosas huelen a chamusquina allí, no sólo los bosques.
Para complicar aún mas las cosas, resulta que el fuego amenaza ahora a una central de reprocesamiento nuclear, con la consiguiente alerta a nivel europeo. El tradicional oscurantismo ruso vuelve a hacer de las suyas, y quién sabe que otras cosas habrá destruido el fuego. Si se admite por ahí que se han quemado almacenes militares con material “obsoleto” a saber que había en ellos, y que tipo de sorpresas ocultaban. De momento los pronósticos siguen marcando sol y calor en la zona, el temporal no remite y el peligro tampoco. Pobres rusos, que deben soportar su invierno, ahora su verano y siempre su mal gobierno…
lunes, agosto 09, 2010
Ha fallecido Tony Judt
Pensaba comenzar la serie de artículos de esta semana comentando alguna película o exposición que he visitado el fin de semana, pero ayer por la mañana, leyendo el periódico en una cafetería, me encontré con el obituario de Tony Judt, fallecido a los 62 años, y a parte de sentir una pena muy grande me creí en la necesidad de homenajearle de la única manera que puedo, que es escribiendo y glosando un poco su obra y vida mediante estas líneas. Y eso que yo soy sólo un modesto lector suyo, y no de toda su obra.
No, Judt no era un jugador del Manchester ni el sobrino guiri de una famosa televisiva. Quizás por ello no les suene de nada. Inglés, proveniente de una familia judía, Judt era historiador, centrado en Europa y su papel en el mundo, especialmente desde el final de la segunda guerra mundial. Alcanzó la fama y reconocimiento con “Postguerra”, una obra de dimensiones monumentales publicada en 2005 que a mi entender es de lo mejor que uno puede leerse para entender qué ha sucedido en Europa desde 1945 hasta nuestros días. Y no sólo en la política y los gobernantes, no. Judt era muy bueno reflejando el papel de la sociedad civil en su propio devenir histórico. Artistas, literatos, intelectuales, conjuntos de rock, vanguardias… eran elementos a los que Judt no ponía en un pie de página, sino que los dotaba de la importancia que han dio adquiriendo a lo largo de los años. No se puede entender los sesenta sin los Beatles, y eso un historiador no lo debe obviar. Otro libro que leí de Judt, anterior, pero publicado en España a raíz del éxito de Postguerra fue “Sobre el olvidado siglo XX”, más técnico y denso, y más centrado aún en los intelectuales y en su aparente decadencia en la vida pública. Europeísta convencido, Judt no deja de criticar en su obra los males que asolan al continente, la pérdida de vitalidad del sueño europeo, el papanatismo nacionalista que aflora por doquier, el funcionariado que todo lo absorbe y al rigidez que impide avanzar, pero no deja de estar orgulloso de la construcción de una Europa donde la guerra se ha desterrado tras siglos de enfrentamiento y que es un referente social y moral para el mundo, uno de los principales poderes blandos que existen, y que trata de hacer contrapeso a esos EE.UU. y China que parecen dominarlo todo. Visión quizás utópica, pero llena de sentido y que Judt sabía expresar con bellas palabras y frases con todo el sentido y rigor del mundo. Sin embargo hace dos años Judt volvió a salir en la prensa pero no por ninguna obra, sino porque le había sido detectada una esclerosis lateral amiotrófica, ELA, el mal que atacó a Stephen Hawking en su juventud y que, con la notable excepción del científico, es mortal con relativa rapidez. Judt quedó postrado en una cama y poco a poco comenzó a perder movilidad y respuesta de sus miembros. Necesitado de ayuda constante, hace ya varios meses que lo único que funcionaba en su cuerpo era su mente. Consciente del derrumbe de su cuerpo, y aterrado, Judt, escribió algunos artículos, dictados de la manera que pudiera en cada momento, sobre episodios de su vida y juventud, en los que la historia era el marco en el que se desarrollaban experiencias propias. Su amor por los trenes, recuerdos del Mayo del 68, etc.
Algunos fueron publicados en prensa y tenían un cierto componente de epitafio, como lamentablemente sucedió el viernes. Su pérdida debe ser muy grande para los historiadores, pero aún mayor para los europeos comprometidos con el futuro de su continente. Sucedida además en agosto, su muerte puede que pase sin pena ni gloria en los medios, dudo que algún telediario de cualquier cadena le dedique un segundo, pero este fin de semana hemos perdido a un Europeo, así, con mayúsculas. Que descanse en paz, y que su ejemplo sea seguido por otros.
No, Judt no era un jugador del Manchester ni el sobrino guiri de una famosa televisiva. Quizás por ello no les suene de nada. Inglés, proveniente de una familia judía, Judt era historiador, centrado en Europa y su papel en el mundo, especialmente desde el final de la segunda guerra mundial. Alcanzó la fama y reconocimiento con “Postguerra”, una obra de dimensiones monumentales publicada en 2005 que a mi entender es de lo mejor que uno puede leerse para entender qué ha sucedido en Europa desde 1945 hasta nuestros días. Y no sólo en la política y los gobernantes, no. Judt era muy bueno reflejando el papel de la sociedad civil en su propio devenir histórico. Artistas, literatos, intelectuales, conjuntos de rock, vanguardias… eran elementos a los que Judt no ponía en un pie de página, sino que los dotaba de la importancia que han dio adquiriendo a lo largo de los años. No se puede entender los sesenta sin los Beatles, y eso un historiador no lo debe obviar. Otro libro que leí de Judt, anterior, pero publicado en España a raíz del éxito de Postguerra fue “Sobre el olvidado siglo XX”, más técnico y denso, y más centrado aún en los intelectuales y en su aparente decadencia en la vida pública. Europeísta convencido, Judt no deja de criticar en su obra los males que asolan al continente, la pérdida de vitalidad del sueño europeo, el papanatismo nacionalista que aflora por doquier, el funcionariado que todo lo absorbe y al rigidez que impide avanzar, pero no deja de estar orgulloso de la construcción de una Europa donde la guerra se ha desterrado tras siglos de enfrentamiento y que es un referente social y moral para el mundo, uno de los principales poderes blandos que existen, y que trata de hacer contrapeso a esos EE.UU. y China que parecen dominarlo todo. Visión quizás utópica, pero llena de sentido y que Judt sabía expresar con bellas palabras y frases con todo el sentido y rigor del mundo. Sin embargo hace dos años Judt volvió a salir en la prensa pero no por ninguna obra, sino porque le había sido detectada una esclerosis lateral amiotrófica, ELA, el mal que atacó a Stephen Hawking en su juventud y que, con la notable excepción del científico, es mortal con relativa rapidez. Judt quedó postrado en una cama y poco a poco comenzó a perder movilidad y respuesta de sus miembros. Necesitado de ayuda constante, hace ya varios meses que lo único que funcionaba en su cuerpo era su mente. Consciente del derrumbe de su cuerpo, y aterrado, Judt, escribió algunos artículos, dictados de la manera que pudiera en cada momento, sobre episodios de su vida y juventud, en los que la historia era el marco en el que se desarrollaban experiencias propias. Su amor por los trenes, recuerdos del Mayo del 68, etc.
Algunos fueron publicados en prensa y tenían un cierto componente de epitafio, como lamentablemente sucedió el viernes. Su pérdida debe ser muy grande para los historiadores, pero aún mayor para los europeos comprometidos con el futuro de su continente. Sucedida además en agosto, su muerte puede que pase sin pena ni gloria en los medios, dudo que algún telediario de cualquier cadena le dedique un segundo, pero este fin de semana hemos perdido a un Europeo, así, con mayúsculas. Que descanse en paz, y que su ejemplo sea seguido por otros.
viernes, agosto 06, 2010
Pelotas con agujeros
Ayer El País fue un periódico valiente y abrió su portada con un asunto de corrupción sucio y oscuro, que nadie quiere ver ni oír. Resulta que de las investigaciones derivadas de la operación Brugal, vinculada con la trama Gürtel, que se hizo famosa por el episodio de imputación vista y no vista de un alto cargo del PP en Alicante, se ha descubierto una red que amañaba partidos de liga, mediante la compra de porteros y delanteros por cifras que llegan a los 300.000 euros. Parece que fue el Hércules de Alicante el principal sobornador por lo que por ahora ha trascendido.
Hay si se fijan una cosa en España que es sagrada, intocable, inmaculada, y es el fútbol. Se puede atacar a la iglesia, al gobierno, a los partidos, a los medios de comunicación, a particulares, lo que uno desee, pero el fútbol no. Es un mundo ajeno a los males que nos rodean. En él no hay ni corrupción, ni dopajes, ni drogadicción ni nada por el estilo. Los jugadores son sacrificados profesionales que se esfuerzan (trato de evitar las carcajadas de mientras escribo) por su club o país y lo dan todo por la camiseta. Hace escasamente un mes hemos vivido la entronización de un grupo de jóvenes que ha ganado un mundial de fútbol, cosa que sigo sin entender que tiene de bueno para el ciudadano de la calle en su día a día, y dentro de unas semanas volverá a ponerse en marcha eso que se hace llamar la liga de fútbol y todas las ciudades se pondrán nerviosas cuando sus “sacrificados y abnegados” jugadores traten de meter un gol más a los de enfrente. Hasta mi madre defiende con ahínco a toda esta banda. Precioso. Y falso. Y encima por lo visto en las transcripciones de los implicados en la Brugal, corrupto y zafio. El fútbol es un gigantesco negocio que mueve cientos, miles de millones de euros, y en el que por ganar se hace de todo. Los presidentes de los equipos suelen estar habitualmente escogidos de entre el grupo de mayores golfos, corruptos y estafadores de cada ciudad, y los jugadores cobran millonadas por no hacer nada, salvo cobrar aún más. Y el dopaje y la drogadicción existen en el fútbol, como en el ciclismo y resto de disciplinas, pero no se pueden detectar por un motivo obvio. El dinero. Esta semana el Barcelona ha ganado dos millones de euros por un partido en Asia cuya única condición era que un tal Messi (DAG, lo has conseguido, he nombrado a tu Leo del alma) jugase. Sólo en un día. Las ganancias de este jugador y, asociadas, las de su equipo, son inmensas. Imaginemos que pillan a Messi dopado con lo que sea. ¿Cuánto dinero se arriesga a perder el Barcelona por una sanción así? Con mucho menos se compra a los laboratorios, investigadores o lo que haga falta. Los controles antidopaje en el Tour se hacen de noche, a escondidas y sin aviso en el hotel de los ciclistas. En la concentración del Barcelona o del Madrid no entra ni el Rey. Y cuando cito a Messi pueden poner el nombre del jugador que les apetezca, porque no son jugadores, son bienes de inversión donde se mete el dinero para obtener más, y si hay que doparse, comprar partidos, sobornar voluntades o lo que sea, se hace. Punto. Y todo el mundo aplaudiendo con las orejas y admirando a unos sujetos que, independientemente de su catadura moral, no hacen nada meritorio ni digno de alabanza. Puede que no sean culpables de la podredumbre que los rodea, pero los jugadores son cómplices de ella, porque la conocen y obtienen pingües beneficios de la misma.
¿Qué recorrido judicial puede tener este caso? Tengan por seguro que todas las fuerzas posibles lucharan para que sea nulo, y que ningún juez ose meterse en ello. Sin embargo caso hay, y grave. No creo que tardemos mucho en escuchar declaraciones del político local de turno diciendo que todo esto es un ataque a su ciudad, región, nacionalidad, ente universal o lo que sea por parte de unos envidiosos sin escrúpulos, y se pongan argumentos falaces para ocultar estos delitos, pero parece que, por fin, se puede abrir la espita que ponga el fútbol en su sitio, que actualmente no son los estadios, sino el banquillo de los acusados.
Hay si se fijan una cosa en España que es sagrada, intocable, inmaculada, y es el fútbol. Se puede atacar a la iglesia, al gobierno, a los partidos, a los medios de comunicación, a particulares, lo que uno desee, pero el fútbol no. Es un mundo ajeno a los males que nos rodean. En él no hay ni corrupción, ni dopajes, ni drogadicción ni nada por el estilo. Los jugadores son sacrificados profesionales que se esfuerzan (trato de evitar las carcajadas de mientras escribo) por su club o país y lo dan todo por la camiseta. Hace escasamente un mes hemos vivido la entronización de un grupo de jóvenes que ha ganado un mundial de fútbol, cosa que sigo sin entender que tiene de bueno para el ciudadano de la calle en su día a día, y dentro de unas semanas volverá a ponerse en marcha eso que se hace llamar la liga de fútbol y todas las ciudades se pondrán nerviosas cuando sus “sacrificados y abnegados” jugadores traten de meter un gol más a los de enfrente. Hasta mi madre defiende con ahínco a toda esta banda. Precioso. Y falso. Y encima por lo visto en las transcripciones de los implicados en la Brugal, corrupto y zafio. El fútbol es un gigantesco negocio que mueve cientos, miles de millones de euros, y en el que por ganar se hace de todo. Los presidentes de los equipos suelen estar habitualmente escogidos de entre el grupo de mayores golfos, corruptos y estafadores de cada ciudad, y los jugadores cobran millonadas por no hacer nada, salvo cobrar aún más. Y el dopaje y la drogadicción existen en el fútbol, como en el ciclismo y resto de disciplinas, pero no se pueden detectar por un motivo obvio. El dinero. Esta semana el Barcelona ha ganado dos millones de euros por un partido en Asia cuya única condición era que un tal Messi (DAG, lo has conseguido, he nombrado a tu Leo del alma) jugase. Sólo en un día. Las ganancias de este jugador y, asociadas, las de su equipo, son inmensas. Imaginemos que pillan a Messi dopado con lo que sea. ¿Cuánto dinero se arriesga a perder el Barcelona por una sanción así? Con mucho menos se compra a los laboratorios, investigadores o lo que haga falta. Los controles antidopaje en el Tour se hacen de noche, a escondidas y sin aviso en el hotel de los ciclistas. En la concentración del Barcelona o del Madrid no entra ni el Rey. Y cuando cito a Messi pueden poner el nombre del jugador que les apetezca, porque no son jugadores, son bienes de inversión donde se mete el dinero para obtener más, y si hay que doparse, comprar partidos, sobornar voluntades o lo que sea, se hace. Punto. Y todo el mundo aplaudiendo con las orejas y admirando a unos sujetos que, independientemente de su catadura moral, no hacen nada meritorio ni digno de alabanza. Puede que no sean culpables de la podredumbre que los rodea, pero los jugadores son cómplices de ella, porque la conocen y obtienen pingües beneficios de la misma.
¿Qué recorrido judicial puede tener este caso? Tengan por seguro que todas las fuerzas posibles lucharan para que sea nulo, y que ningún juez ose meterse en ello. Sin embargo caso hay, y grave. No creo que tardemos mucho en escuchar declaraciones del político local de turno diciendo que todo esto es un ataque a su ciudad, región, nacionalidad, ente universal o lo que sea por parte de unos envidiosos sin escrúpulos, y se pongan argumentos falaces para ocultar estos delitos, pero parece que, por fin, se puede abrir la espita que ponga el fútbol en su sitio, que actualmente no son los estadios, sino el banquillo de los acusados.
jueves, agosto 05, 2010
Americanos!!! os recibimos con alegría….
El que Michelle Obama, la mujer del hombre más poderoso, conocido y mediático del mundo esté de vacaciones en Marbella no deja de ser noticia se mire como se mire. Si alguien hubiera pensado en contratar una campaña de promoción de la costa del sol en el extranjero no habría logrado una repercusión similar de ninguna manera, y el complejo hotelero de Villapadierna, resort de lujo que no tendrá falta de clientes, va a poder presumir durante mucho tiempo de haber sido escogido por algo similar a los dioses, en lo que hace a fama y ganancias, para el descanso.
De la repercusión de la visita y la alegría por la misma al comportamiento pacato y embobado hay una línea divisoria que a veces puede ser muy fina. Creo que a principios de semana colgaron unos carteles de bienvenida sobre el arco de Marbella para recibir a la trouppe Obama pero que fueron desmontados a última hora por la sensación que daban de aldeanismo. Desde luego en España estas actitudes siempre se van a medir usando como patrón al película de “Bienvenido Mister Marshall” una joya de luís García berlanga que es buena hasta decir basta (si Berlanga fuera yanqui cuantos Oscars tendría). Tendemos en España a sobreactuar ante las visitas extranjeras, quizás por ese innato complejo de insignificancia y vergüenza que nos hace pensar que todo lo de fuera es mejor, cuando en realidad habrá cosas en las que eso sea así y en otras no. Los años de pobreza y ostracismo del pasado siglo XX nos dejaron un poso de ridículo interior que aflora mucho y muy bien ante vistas de este tipo. Algo muy exagerado sucedió, por ejemplo, cuando hace dos años Woody Allen quiso rodar una película en Barcelona. La verdad es que fue la productora, Mediapro, la de la Sexta, la que quería fichar a Allen, y le dio todo el dinero que quisiera con tal de que rodara algo allí, y Allen hizo exactamente eso, rodó “algo” que puede que sea su peor película, y como en uno de sus trabajos primerizos, tomó el dinero y corrió. El papanatismo se desató en Barcelona y en otras localidades donde se produjo el rodaje, con contraste con la acogida cordial y seria con las que el genio de Nueva York ha sido acogido en Oviedo, donde desde hace algunos años figura una estatua de homenaje. En el caso de Michelle Obama parece que el interés de los poderes públicos y gente en general se centra en usarla como reclamo turístico en un año, otro más, de crisis. De paso puede levantar la imagen de Marbella, una ciudad que está asociada a la corrupción de todo tipo desde bastante antes de la llegada as u trono de Gil y Gil, pero que desde entonces se convirtió en el paraíso de mandantes, recalificadotes y toda clase de parásitos surgidos al calor del boom inmobiliario. El consistorio se quedaría de piedra cuando se enteró de que le habían escogido para esa visita, e incluso llegaría a soñar con al presencia del propio Barack Obama, cosa que finalmente no ha sucedido. Por cierto, es curioso que el matrimonio Obama pase las vacaciones separados, al menos visto desde nuestra perspectiva, donde una situación así desataría todo tipo de rumores conyugales.
Para este Jueves Michelle tiene un programa centrado en Granada, donde visitará la catedral, el Albaicín, el Sacromonte, y ya por al tarde, al Alhambra y el Generalife. No se puede quejar porque todo eso es realmente precioso. No se sabe si posará en el mirador de San Nicolás, en el Albaiciín, desde el que se disfrutan de unas vistas de la Alhambra incomparables (créanme, he estado allí y merece la pena). En los noventa Clinton también se sentó allí, posó ante las cámaras y miró al horizonte, y dicen que le gustó mucho. En fin, que se lo pase bien, que se lleve una buena imagen y recuerdo del país, y felicidades a los que hagan caja a cuenta de todo esto.
De la repercusión de la visita y la alegría por la misma al comportamiento pacato y embobado hay una línea divisoria que a veces puede ser muy fina. Creo que a principios de semana colgaron unos carteles de bienvenida sobre el arco de Marbella para recibir a la trouppe Obama pero que fueron desmontados a última hora por la sensación que daban de aldeanismo. Desde luego en España estas actitudes siempre se van a medir usando como patrón al película de “Bienvenido Mister Marshall” una joya de luís García berlanga que es buena hasta decir basta (si Berlanga fuera yanqui cuantos Oscars tendría). Tendemos en España a sobreactuar ante las visitas extranjeras, quizás por ese innato complejo de insignificancia y vergüenza que nos hace pensar que todo lo de fuera es mejor, cuando en realidad habrá cosas en las que eso sea así y en otras no. Los años de pobreza y ostracismo del pasado siglo XX nos dejaron un poso de ridículo interior que aflora mucho y muy bien ante vistas de este tipo. Algo muy exagerado sucedió, por ejemplo, cuando hace dos años Woody Allen quiso rodar una película en Barcelona. La verdad es que fue la productora, Mediapro, la de la Sexta, la que quería fichar a Allen, y le dio todo el dinero que quisiera con tal de que rodara algo allí, y Allen hizo exactamente eso, rodó “algo” que puede que sea su peor película, y como en uno de sus trabajos primerizos, tomó el dinero y corrió. El papanatismo se desató en Barcelona y en otras localidades donde se produjo el rodaje, con contraste con la acogida cordial y seria con las que el genio de Nueva York ha sido acogido en Oviedo, donde desde hace algunos años figura una estatua de homenaje. En el caso de Michelle Obama parece que el interés de los poderes públicos y gente en general se centra en usarla como reclamo turístico en un año, otro más, de crisis. De paso puede levantar la imagen de Marbella, una ciudad que está asociada a la corrupción de todo tipo desde bastante antes de la llegada as u trono de Gil y Gil, pero que desde entonces se convirtió en el paraíso de mandantes, recalificadotes y toda clase de parásitos surgidos al calor del boom inmobiliario. El consistorio se quedaría de piedra cuando se enteró de que le habían escogido para esa visita, e incluso llegaría a soñar con al presencia del propio Barack Obama, cosa que finalmente no ha sucedido. Por cierto, es curioso que el matrimonio Obama pase las vacaciones separados, al menos visto desde nuestra perspectiva, donde una situación así desataría todo tipo de rumores conyugales.
Para este Jueves Michelle tiene un programa centrado en Granada, donde visitará la catedral, el Albaicín, el Sacromonte, y ya por al tarde, al Alhambra y el Generalife. No se puede quejar porque todo eso es realmente precioso. No se sabe si posará en el mirador de San Nicolás, en el Albaiciín, desde el que se disfrutan de unas vistas de la Alhambra incomparables (créanme, he estado allí y merece la pena). En los noventa Clinton también se sentó allí, posó ante las cámaras y miró al horizonte, y dicen que le gustó mucho. En fin, que se lo pase bien, que se lleve una buena imagen y recuerdo del país, y felicidades a los que hagan caja a cuenta de todo esto.
miércoles, agosto 04, 2010
Hemos esperado siete años
El día que asesinaron a Joseba Pagazaurtundúa fue Sábado, un Sábado de Febrero en el que yo estaba en Madrid. Uno de esos días de invierno soleados y brillantes que esconden el frío bajo los rayos de luz. Había vuelto de comprar los periódicos y estaba en la salita de la casa que, en alquiler, compartía con mi buen amigo MLP, cuando a eso de las diez de la mañana la radio informó de un atentado en Andoain, que tenía muy mal aspecto, de unos disparos en una cafetería, de una posible nueva víctima de ETA.
En esos casos lo que primero que me viene a la cabeza es una palabra nada elegante y fina, me sale un “Mierda” de lo más profundo, y esta vez así fue. Y a medida que a lo largo de la mañana se fueron conociendo detalles de quién era Pagaza, cómo había sido asesinado y, lo que es peor, cómo todo el mundo lo sabía y nadie había hecho nada para impedirlo, la sensación de mierda y asco crecía por momentos. Joseba era una víctima fácil, cómoda para un terrorista. De hábitos regulares, distinguida por ser policía municipal de Andoain, anterior ertzaina, militante socialista hasta la médula y valiente comprometido, tenía todas las papeletas para los cobardes y cómplices hicieran un seguimiento de sus pasos, los etarras actuasen sobre él con esa información, y muchos responsables del anterior Gobierno Vasco y demás autoridades mirasen hacia otro lado. No era de los suyos. El asesinato de pagaza fue una vergüenza colectiva. Una sociedad que permite matar a elementos como él y que mira hacia otro lado no está enferma, simplemente no merece la pena. El funeral de Pagaza fue una rebelión, un acto de ira y de lucha por parte de los que, a lo largo de muchos años, fueron asesinados cobardemente en el País Vasco y a nadie importó. Allí conocimos a las Pagaza, empezando por la madre, Pilar Ruiz Albizu, y la hermana, Maite. Maite Pagazaurtundúa se levantó de los escombros en los que quedó convertida su vida tras el asesinato de su hermano y dio una lección de fortaleza, valor y coraje a todo el mundo. Su decisión expresa de no invitar al funeral a los miembros de un PNV que sabían que su hermano estaba amenazado y nada hicieron fue polémica, pero muchos la aplaudimos en silencio. Las declaraciones ofensivas, insultantes y asquerosas que hizo en esos días Xabier Arzallus sobre la actitud de la familia, que se negaba a callarse y no molestar como al parecer debía ser su papel según ese indigno dirigente fueron contestadas por la madre, Pilar, una señora de muchos años y que aparenta aún más. Mirando a la cámara fijamente y con un gesto de enfado y rabia nada contenida, mandó callar a quien por entonces todo lo mandaba en el País Vasco. Puso en su sitio a Arzallus y a muchos otros, y convirtió su figura, la de su hija Maite y la del apellido Pagaza, en un emblema de libertad y coraje. Honor y Pagaza son dos palabras que siempre habían estado unidas para aquellos que conocían a la familia, pero desde aquel maldito día el resto conocimos su historia, y de aquella mierda de asesinato obtuvimos la valentía y el coraje como para enfrentarnos al terror. Hoy, siete años después, ETA agoniza, y sus cobardes cómplices, escondidos, siguen tratando de asomar la cabeza. No deben lograrlo.
Ayer, siete años después, fue detenido el asesino de Joseba Pagaza. Durante todo ese tiempo el asesino ha vivido a cara descubierta, orgulloso de saberse autor de semejante crimen, si remordimiento alguno y sin sombra que molestase su vida. Al lado de Andoain ha vivido esta joya todos estos años. Pero la impunidad se acaba, tarde a veces, lenta y torpemente, pero se acaba. Espero que Gurutz Aguirresarobe, que así se llama el asesino, vea pasar casi todo lo que le resta de vida en la cárcel, pero aún así nada podrá devolver a Maite Pagaza la sonrisa que perdió el día que mataron a su hermano. La muerte todo lo roba. Que piense Gurutz sobre todo ello en la cárcel.
En esos casos lo que primero que me viene a la cabeza es una palabra nada elegante y fina, me sale un “Mierda” de lo más profundo, y esta vez así fue. Y a medida que a lo largo de la mañana se fueron conociendo detalles de quién era Pagaza, cómo había sido asesinado y, lo que es peor, cómo todo el mundo lo sabía y nadie había hecho nada para impedirlo, la sensación de mierda y asco crecía por momentos. Joseba era una víctima fácil, cómoda para un terrorista. De hábitos regulares, distinguida por ser policía municipal de Andoain, anterior ertzaina, militante socialista hasta la médula y valiente comprometido, tenía todas las papeletas para los cobardes y cómplices hicieran un seguimiento de sus pasos, los etarras actuasen sobre él con esa información, y muchos responsables del anterior Gobierno Vasco y demás autoridades mirasen hacia otro lado. No era de los suyos. El asesinato de pagaza fue una vergüenza colectiva. Una sociedad que permite matar a elementos como él y que mira hacia otro lado no está enferma, simplemente no merece la pena. El funeral de Pagaza fue una rebelión, un acto de ira y de lucha por parte de los que, a lo largo de muchos años, fueron asesinados cobardemente en el País Vasco y a nadie importó. Allí conocimos a las Pagaza, empezando por la madre, Pilar Ruiz Albizu, y la hermana, Maite. Maite Pagazaurtundúa se levantó de los escombros en los que quedó convertida su vida tras el asesinato de su hermano y dio una lección de fortaleza, valor y coraje a todo el mundo. Su decisión expresa de no invitar al funeral a los miembros de un PNV que sabían que su hermano estaba amenazado y nada hicieron fue polémica, pero muchos la aplaudimos en silencio. Las declaraciones ofensivas, insultantes y asquerosas que hizo en esos días Xabier Arzallus sobre la actitud de la familia, que se negaba a callarse y no molestar como al parecer debía ser su papel según ese indigno dirigente fueron contestadas por la madre, Pilar, una señora de muchos años y que aparenta aún más. Mirando a la cámara fijamente y con un gesto de enfado y rabia nada contenida, mandó callar a quien por entonces todo lo mandaba en el País Vasco. Puso en su sitio a Arzallus y a muchos otros, y convirtió su figura, la de su hija Maite y la del apellido Pagaza, en un emblema de libertad y coraje. Honor y Pagaza son dos palabras que siempre habían estado unidas para aquellos que conocían a la familia, pero desde aquel maldito día el resto conocimos su historia, y de aquella mierda de asesinato obtuvimos la valentía y el coraje como para enfrentarnos al terror. Hoy, siete años después, ETA agoniza, y sus cobardes cómplices, escondidos, siguen tratando de asomar la cabeza. No deben lograrlo.
Ayer, siete años después, fue detenido el asesino de Joseba Pagaza. Durante todo ese tiempo el asesino ha vivido a cara descubierta, orgulloso de saberse autor de semejante crimen, si remordimiento alguno y sin sombra que molestase su vida. Al lado de Andoain ha vivido esta joya todos estos años. Pero la impunidad se acaba, tarde a veces, lenta y torpemente, pero se acaba. Espero que Gurutz Aguirresarobe, que así se llama el asesino, vea pasar casi todo lo que le resta de vida en la cárcel, pero aún así nada podrá devolver a Maite Pagaza la sonrisa que perdió el día que mataron a su hermano. La muerte todo lo roba. Que piense Gurutz sobre todo ello en la cárcel.
martes, agosto 03, 2010
Los papeles de Afganistán
Una de las noticias de la semana pasada, y que mejor creo que describe la realidad del mundo en el que vivimos, ha sido la filtración de miles de páginas de documentos secretos del ejército norteamericano sobre la guerra de Afganistán a la web Wikileaks. Pese a la insistencia del gobierno de Obama en pedir que esa información no se publicase, los cerca de noventa mil folios escaneados siguen en la red, a disposición de quien los desee. En este caso creo que es tan importante lo que los papeles cuentan como el hecho de la filtración en sí misma.
Y es que esa información secreta y privilegiada no lo es tanto, ya que de lo que se ha publicado en los medios generalistas (por si tenían dudas no me he leído las noventa mil páginas) lo que allí se cuenta es la descripción del pozo negro en el que todos sabemos que se encuentra la coalición internacional en Afganistán. Disensiones internas, desmoralización de las tropas, inadecuación del material ante el entorno hostil, hostigamiento constante por parte de unas milicias talibanes poco profesionales pero insistentes y con material militar mejor del que habitualmente se nos dice, etc. El panorama que se pinta es muy negro, el de una guerra que se pierde poco a poco, y que dista de acabarse en el corto plazo, y de esa imagen de derrota pueda venir el deseo de no publicar la información, para no desmoralizar aún más a las tropas y ciudadanos que ven como la guerra se eterniza y no lleva a ningún lado. Quizás la revelación más interesante es que aporta pruebas sobre el doble juego de Pakistán. Muchos lo sospechábamos, pero ahora se sabe que Pakistán apoya tanto a las fuerzas de la OTAN como a los talibanes, un poco como mejor le venga en cada momento y región, lo cual es un caso flagrante de traición. Puede el gobierno paquistaní argumentar que realmente la región fronteriza del país con Afganistán, por cierto, una de las más afectadas por las inundaciones de estos días, esta realmente fuera de su control, que los grupos tribales de la zona han suplantado al estado y son los que gobiernan, pero asumir eso implica reconocer la derrota del propio gobierno de Islamabad, y no creo que esté por la labor. En fin, el hecho mismo de que no haya sorpresas excesivas en la información publicada es una noticia en sí misma. Resulta que los sesudos analistas son privilegiados porque poseen unos datos que confirman lo que más o menos todo el mundo sospecha. No hay grandes novedades, revelaciones de donde está Bin Laden, de cómo se financia el integrismo talibán, de que papel juegan la monarquía saudí o Irán en el tablero afgano, de las vinculaciones de esta guerra con el conflicto de Irak, etc. Hay quien incluso ha querido ver en estas revelaciones la causa profunda del relevo del general Stanley McChrystal, que se produjo con mucho ruido mediático hace unas semanas. Según esta versión, retorcida pero coherente, McChrystal sabía perfectamente lo mal que iban las cosas en Afganistán y no quería cargar con el marrón de una derrota en su haber. Como no podía renunciar voluntariamente al cargo se las arregló para pifiarla en público y que sus jefes (Obama) le echasen. Sea cierto o no, la situación que describen esos miles de papeles es muy preocupante para los norteamericanos y la OTAN en su conjunto, en la que recordemos se encuadran las tropas españolas que ahora mismo se encuentran sobre el terreno.
Otra derivada de la publicación es el papel de Wikileaks, el portal en el que se colgaron los documentos. Se le acusa de subversivo, colaborador con los talibanes y cómplice moral de las muertes de soldados que se produzcan de ahora en adelante. Pero no nos engañemos, Wikileaks ha hecho lo que hubiera hecho cualquier medio impreso en su lugar si tiene acceso a esa información. Lo novedoso es que un medio puro de Internet no muy conocido por el público ha desbancado a las cabeceras de referencia del periodismo y que al instante esa información podía estar en el salón de la casa de cualquiera. Eso sí que es revolucionario y revelador.
Y es que esa información secreta y privilegiada no lo es tanto, ya que de lo que se ha publicado en los medios generalistas (por si tenían dudas no me he leído las noventa mil páginas) lo que allí se cuenta es la descripción del pozo negro en el que todos sabemos que se encuentra la coalición internacional en Afganistán. Disensiones internas, desmoralización de las tropas, inadecuación del material ante el entorno hostil, hostigamiento constante por parte de unas milicias talibanes poco profesionales pero insistentes y con material militar mejor del que habitualmente se nos dice, etc. El panorama que se pinta es muy negro, el de una guerra que se pierde poco a poco, y que dista de acabarse en el corto plazo, y de esa imagen de derrota pueda venir el deseo de no publicar la información, para no desmoralizar aún más a las tropas y ciudadanos que ven como la guerra se eterniza y no lleva a ningún lado. Quizás la revelación más interesante es que aporta pruebas sobre el doble juego de Pakistán. Muchos lo sospechábamos, pero ahora se sabe que Pakistán apoya tanto a las fuerzas de la OTAN como a los talibanes, un poco como mejor le venga en cada momento y región, lo cual es un caso flagrante de traición. Puede el gobierno paquistaní argumentar que realmente la región fronteriza del país con Afganistán, por cierto, una de las más afectadas por las inundaciones de estos días, esta realmente fuera de su control, que los grupos tribales de la zona han suplantado al estado y son los que gobiernan, pero asumir eso implica reconocer la derrota del propio gobierno de Islamabad, y no creo que esté por la labor. En fin, el hecho mismo de que no haya sorpresas excesivas en la información publicada es una noticia en sí misma. Resulta que los sesudos analistas son privilegiados porque poseen unos datos que confirman lo que más o menos todo el mundo sospecha. No hay grandes novedades, revelaciones de donde está Bin Laden, de cómo se financia el integrismo talibán, de que papel juegan la monarquía saudí o Irán en el tablero afgano, de las vinculaciones de esta guerra con el conflicto de Irak, etc. Hay quien incluso ha querido ver en estas revelaciones la causa profunda del relevo del general Stanley McChrystal, que se produjo con mucho ruido mediático hace unas semanas. Según esta versión, retorcida pero coherente, McChrystal sabía perfectamente lo mal que iban las cosas en Afganistán y no quería cargar con el marrón de una derrota en su haber. Como no podía renunciar voluntariamente al cargo se las arregló para pifiarla en público y que sus jefes (Obama) le echasen. Sea cierto o no, la situación que describen esos miles de papeles es muy preocupante para los norteamericanos y la OTAN en su conjunto, en la que recordemos se encuadran las tropas españolas que ahora mismo se encuentran sobre el terreno.
Otra derivada de la publicación es el papel de Wikileaks, el portal en el que se colgaron los documentos. Se le acusa de subversivo, colaborador con los talibanes y cómplice moral de las muertes de soldados que se produzcan de ahora en adelante. Pero no nos engañemos, Wikileaks ha hecho lo que hubiera hecho cualquier medio impreso en su lugar si tiene acceso a esa información. Lo novedoso es que un medio puro de Internet no muy conocido por el público ha desbancado a las cabeceras de referencia del periodismo y que al instante esa información podía estar en el salón de la casa de cualquiera. Eso sí que es revolucionario y revelador.
lunes, agosto 02, 2010
Ver la vida en 40 pulgadas
Ya estoy de vuelta de las minivacaciones, una semana que puede saber a poco, o no, en la que no he hecho nada extraordinario ni reseñable, salvo dar muchos paseos y estar con amigos de charla y comentario, cosas agradables pero no espectaculares. Ni he pisado la playa ni les puedo contar anécdotas de mi estancia en un lugar paradisíaco lleno de ambiente, juerga y fiestas “in”. La verdad es que de todo eso, si exceptuamos el paisaje rural del cantábrico y lo calificamos como paradisíaco, nada de nada.
Así que les contaré un episodio que les parecerá vulgar y vacío de contenido pero que da su juego. Tras quince años de servicio, la televisión del salón de mis padres decidió volverse remolona, y cada vez tardaba más en arrancar. Era hora de comprarse una nueva, así que la tarde del sábado 24, en compañía (secuestrada) de DAG, amigo cuya cuenta pendiente conmigo crece y crece sin fin, nos fuimos al típico centro comercial del extrarradio, en este caso de Bilbao, a comprar una tele nueva. Justo ese día se acababa una oferta por la que te descontaban unos euros si llevabas la tele vieja. Y lo hicimos, a riesgo de nuestra salud, porque la condenada era grande y aún más pesada. Bajarla por las escalera de casa, cargarla al coche y luego, ya en el centro comercial, subirla hasta la tienda, fue un ejercicio de sacrificio inmenso, sobre todo para mis pobres y débiles brazos. Una vez allí estuve mirando modelos, marcas, tamaños y precios, y acabé por coger una SONY Bravia LCD de 40 pulgadas, por lo que no cambiábamos de marca en el salón familiar. No es el mejor modelo del mundo pero para un uso cotidiano y exento de videojuegos es perfecto. Una de las cosas buenas de las teles de ahora es que pesan mucho menos, por lo que el viaje de carga y descarga posterior fue mucho más sencillo y agradable, si no fuera por el dolor que ya se quedó a vivir en mi brazo izquierdo durante el resto del día y los dos siguientes. Una vez de vuelta en casa deshice la caja del envoltorio, solté los precintos y embalajes y, sin muchas dificultades, instalé el equipo. Arrancó sin problemas y todo fue perfecto, aunque la ordenación de los canales fue algo que requirió mucha maña, ayuda externa y consultas a Internet al respecto. Pero para el telediario de las 21 horas el aparto estaba en marcha y, tumbado en el sofá, podía comprobar la impresión que produce el ver una pantalla de estas en casa, su rendimiento. Y la verdad es que impresiona, porque solamente la dimensión de la pantalla y de lo que por ella se emite es impactante. Colores, imágenes en movimiento, es indudable que a estos efectos el tamaño sí que importa. Además el hecho de ser televisores muy delgados les da un aire de moderno y futurista muy logrado. Desde pequeños nos hemos imaginado las pantallas planas, sin fondo, sin el culo que tanto pesaba y ocupaba, y ahora algo similar a esa imagen del futuro está en el salón de Elorrio. Como mínimo era para sonreír y pensar en cómo ha cambiado la cosa en los no tantos años que han transcurrido desde que yo era el mando a distancia y me levantaba a apretar los botones de los cuatro o cinco canales que existían.
Si lo bueno se ve bien, lo malo se ve igualmente bien pero sigue siendo horrible. Programas tipo “mierdame deluxe” y demás basura se pueden apreciar a pleno detalle, y las zafiedades que allí se dicen y expresan se reproducen con toda la calidad imaginable. Pero queda el consuelo de que las noticias se viven y que los documentales o las fotos del tiempo de TVE se ven con una calidad y belleza inmensa. Por cierto, una idea tonta para reflexionar. ¿Se han dado cuenta de que, con ese tamaño de pantalla, los presentadores ya aparecen en nuestro salón con un tamaño equivalente, o incluso superior al nuestro?
Así que les contaré un episodio que les parecerá vulgar y vacío de contenido pero que da su juego. Tras quince años de servicio, la televisión del salón de mis padres decidió volverse remolona, y cada vez tardaba más en arrancar. Era hora de comprarse una nueva, así que la tarde del sábado 24, en compañía (secuestrada) de DAG, amigo cuya cuenta pendiente conmigo crece y crece sin fin, nos fuimos al típico centro comercial del extrarradio, en este caso de Bilbao, a comprar una tele nueva. Justo ese día se acababa una oferta por la que te descontaban unos euros si llevabas la tele vieja. Y lo hicimos, a riesgo de nuestra salud, porque la condenada era grande y aún más pesada. Bajarla por las escalera de casa, cargarla al coche y luego, ya en el centro comercial, subirla hasta la tienda, fue un ejercicio de sacrificio inmenso, sobre todo para mis pobres y débiles brazos. Una vez allí estuve mirando modelos, marcas, tamaños y precios, y acabé por coger una SONY Bravia LCD de 40 pulgadas, por lo que no cambiábamos de marca en el salón familiar. No es el mejor modelo del mundo pero para un uso cotidiano y exento de videojuegos es perfecto. Una de las cosas buenas de las teles de ahora es que pesan mucho menos, por lo que el viaje de carga y descarga posterior fue mucho más sencillo y agradable, si no fuera por el dolor que ya se quedó a vivir en mi brazo izquierdo durante el resto del día y los dos siguientes. Una vez de vuelta en casa deshice la caja del envoltorio, solté los precintos y embalajes y, sin muchas dificultades, instalé el equipo. Arrancó sin problemas y todo fue perfecto, aunque la ordenación de los canales fue algo que requirió mucha maña, ayuda externa y consultas a Internet al respecto. Pero para el telediario de las 21 horas el aparto estaba en marcha y, tumbado en el sofá, podía comprobar la impresión que produce el ver una pantalla de estas en casa, su rendimiento. Y la verdad es que impresiona, porque solamente la dimensión de la pantalla y de lo que por ella se emite es impactante. Colores, imágenes en movimiento, es indudable que a estos efectos el tamaño sí que importa. Además el hecho de ser televisores muy delgados les da un aire de moderno y futurista muy logrado. Desde pequeños nos hemos imaginado las pantallas planas, sin fondo, sin el culo que tanto pesaba y ocupaba, y ahora algo similar a esa imagen del futuro está en el salón de Elorrio. Como mínimo era para sonreír y pensar en cómo ha cambiado la cosa en los no tantos años que han transcurrido desde que yo era el mando a distancia y me levantaba a apretar los botones de los cuatro o cinco canales que existían.
Si lo bueno se ve bien, lo malo se ve igualmente bien pero sigue siendo horrible. Programas tipo “mierdame deluxe” y demás basura se pueden apreciar a pleno detalle, y las zafiedades que allí se dicen y expresan se reproducen con toda la calidad imaginable. Pero queda el consuelo de que las noticias se viven y que los documentales o las fotos del tiempo de TVE se ven con una calidad y belleza inmensa. Por cierto, una idea tonta para reflexionar. ¿Se han dado cuenta de que, con ese tamaño de pantalla, los presentadores ya aparecen en nuestro salón con un tamaño equivalente, o incluso superior al nuestro?
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