Esta es una región muy divertida para los analistas políticos. Siempre hay noticias, hasta en un tórrido agosto como este. Los últimos años el dueto estelar lo han formado Ruíz Gallardón y Esperanza Aguirre, del mismo PP, pero que se odian de una manera tan profunda y rencorosa como palpable. Qué pena que ya no tengamos cronistas de la talla de Quevedo o Valle Inclán para glosar como es debido las peleas, golpes bajos y crueldades que ambos se lanzan día sí y día también. En todo caso, y dentro de su patetismo, ofrecen un bonito espectáculo.
Quizás con algo de envidia, el PSOE h decidido liarla en Madrid y crear una batalla donde no la había. El culebrón del verano es la presentación de Trinidad Jiménez, actual Ministra de Sanidad, como candidata a la Comunidad de Madrid, desbancando de su puesto al actual secretario general del PSOE en Madrid, filial denominada PSM, el hasta hace pocos días nada conocido Tomás Gómez. Gómez lleva tres años en ese puesto, revalidándolo como se hace en la política española, con porcentajes superiores al 90%. Le tocó el marrón de lidiar con un partido hundido tras la enésima victoria de Esperanza y la dimisión del anterior secretario, Rafael Simancas. Poco a poco a conseguido pacificar un partido lleno de familias enfrentadas de nombres muy curiosos (leguinistas, acostistas, simanquistas, balbasistas, etc) pero a costa de mostrar un perfil opaco y narcisista, lleno de errores y meteduras de pata en algunos casos notables. Personalmente no me cae bien, me parece alguien altivo y con un toque de prepotencia peligroso, como se pudo comprobar cuando expulsó del partido al concejal del ayuntamiento de Madrid Alejandro Inurrieta (curioso, profesor mío en Sarriko). La cosa es que Gómez no da bien como candidato y no le conoce nadie, y las encuestas internas del PSOE, que las gestiona José Blanco, le dejaban a muchos puntos de Esperanza, así que en Ferraz, la sede del PSOE, se decidió mandarle a casita y optar por la táctica del “paracaidista” que es como se llama al hecho de que un alto cargo del gobierno, a ser posible Ministro, aterrice de nuevas en las listas del ayuntamiento o la comunidad e intente conseguirlas. Este experimento suele salir mal, como se vio hace tres años con Miguel Sebastián, pero todos los partidos siguen intentándolo. El plan era sencillo, se llama a Tomas Gómez, se le manda a la porra diciéndole que es muy bueno y Trinidad al ataque. El problema es que Gómez “no se ha dejado ir” y, provocando reuniones con Zapatero, canceladas en algún caso, ha optado por resistir y abocar al partido a celebrar primarias. Los suyos han tratado de asesinarlo y no se ha ofrecido como víctima. Uno de los que ha quedado mal en esta película es el propio Zapatero, que se ha mostrado incapaz de ejercer su autoridad y de expulsar a quién, correctamente o no, quería echar. Gracias a ello Gómez ha cogido una popularidad que no tenía y que no creo que le fuera suficiente en caso de unas elecciones, pero al menos ahora la gente de la comunidad ya sabe quién es. Para él ya es un triunfo, gane o no las primarias y, en caso de hacerlo, gane o no la comunidad. En ninguna de las dos elecciones se lo pondrán nada fácil.
¿Y Trinidad Jiménez? Pobrecilla. Siempre me ha parecido uno de los valores más grandes que tiene este devaluado PSOE, pero quizás porque es lista y capaz le han tenido apartada de los puestos de cabeza, para que su gestión no haga sombra a los que mandan. Lanzada a la arena por ZP ahora se ve obligada a mentir diciendo que la idea de presentarse era solamente suya. Contando con el peso del aparato en complicado que se le escape la victoria. Y aún así, si como pasó con José Borrel, no gana “quien debe ganar” lo acabará haciendo, como pasó con Almunia. Como verán, aquí es difícil aburrirse.
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