En el norte la expresión “epa” su usa como saludo cordial y cercano, típico cuando te encuentras con un conocido,”epa, X” “epa, Y” y a partir de ahí los dos se ponen a hablar y contarse sus vidas. Tiene por tanto un sesgo positivo y amable. Decir “epa” es bueno, es reencontrarse con alguien a quien hace un tiempo que no ves, quizás media hora, puede que varios meses. Sin embargo, EPA en mayúsculas, como siglas de una encuesta, es un término lúgubre, odioso, que nadie quiere oír, que todo el mundo rehúye y de él se esconde, pese a que nos lo encontramos cada tres meses y, lamentablemente, nos trae un mensaje que también nos suena mucho, demasiado….
Dentro de una hora (ahora son las 8:00) el INE publicará la Encuesta de Población Activa referida al cuatro y último trimestre de 2011, y dará por cerrado el cómputo estadístico de parados con los que acabó el año pasado. El dato será malo, muy malo. Ayer Montoro, en una comparecencia en el Congreso, situaba el dato en torno a los 5.400.000 desempleados, una cifra para la que el término catástrofe se le queda muy pequeño. Luego, a la salida, rectificó y dijo que ese dato no era el de la EPA, que él no la conocía y que era un valor que ya se había insinuado en días anteriores por el propio Rajoy. En todo caso se espera un dato horrible y, además, cosas de la numerología, sencillo para saber cuánto empleo se destruyó en esos meses, porque si la del tercer trimestre se quedó al borde de los cinco millones, todo lo que supere esa maldita barrera será el balance del final de año. Lo que más me inquieta del número, insostenible, inasumible, insoportable, es que parece haber un cierto morbo por saber hasta donde llegaremos en esta carrera hacia la nada, pero a nadie parece realmente importarle lo que esas cifras significan. Cada parado es un drama, es un fracaso del sistema de relaciones laborales, de la legislación, del marco productivo y de la sociedad. Cifras como estas de desempleo, con ratios superiores al 20% a nivel global y que llegan al 50% en ciertas franjas de edad, los más jóvenes, son simplemente una enmienda al país, un grito a los cuatro vientos de que España es un fracaso, de que no somos capaces de hacer nada para parar esta sangría, que nuestro entramado, lleno de instituciones, mira siempre a otro lado y no le importa nada si gobierna una sociedad de parados o de empleados, que los sindicatos son un fracaso tan inmenso como el número de gente que el Lunes no tendrá a donde ir, que las organizaciones empresariales son, como los sindicatos, mero defensores de intereses corporativos, antiguos, anclados en un pasado lejano y en blanco y negro y que, en estas condiciones, no sirven para nada. ¿Dónde está la reforma laboral de verdad que al menos frene esta sangría? ¿Dónde la financiación a las empresas y particulares para mantener sus negocios? ¿Dónde el capital riesgo, el “Business Angel” y la apuesta decidida para que el innovador que lo desee pueda autoemplearse? ¿Por qué no se fomenta, promociona y enseña el autoempleo como una alternativa? En serio, algo de todo lo que ahora mismo poseemos sirve para solucionar esto? ¿Sí? ¿No? Si la respuesta es no, derribémoslo, eliminémoslo, porque en esta situación no podemos seguir mucho tiempo. 2012 ha empezado con una economía latente, mediomuerta y que no hace más que renquear en su camino descendente. No esperen que, a este paso, se deje de destruir empleo hasta, por lo menos, el verano. Y las cifras de las EPAs de 2012 pueden ser… mejor no pensar en un futuro oscuro viviendo este presente tan siniestro.
Esto de que las cosas van a peor es desagradable decirlo, ya lo se, y al gente me mira mal por mantener este discurso, pero es que no es un discurso, es la simple y maldita realidad contra la que nos estrellamos y parece que seguimos sin asumir. Y así no la superaremos. El riesgo de que España entre en un proceso depresivo es cada vez mayor, y así lo exponía ayer de manera breve y valiente Luis Garicano, un señor varios millones de veces más listo y sabio que yo. Si no quieren oír su mensaje al menos quédense con la idea de la última frase, referida al gobierno, pero extrapolable a todos nosotros “Espero de verdad que sean conscientes de lo que nos estamos jugando.”
Me cojo vacaciones Lunes y Martes, así que hasta el Miércoles 1 de Febrero, que llueva y nieve mucho!!!
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