viernes, junio 29, 2012

Jugársela todo a una carta


Pasa muchas veces en la vida, y pese a que es injusto, es así como parece que suceden las cosas habitualmente. Años de esfuerzo, trabajo, sacrificio, entrega, y es en el último instante del proyecto cuando todo se juega, cuando de una pregunta mal contestada en un examen se pierde la plaza por la que se estaba opositando, cunado una negociación fallida trunca el sueño de una Unión Europea (esperemos que no suceda eso hoy) o de la puesta en marcha errónea de una maquinaria se frustra un proyecto de inversión ambicionado desde hace tiempo. Es normal, frustrante quizás, injusto seguro, pero es normal.

Como de los riesgos de la cumbre europea de Bruselas les vana hablar mucho y bien hoy y el resto del fin de semana, voy a comentarles otra situación excepcional que se acerca y que también se la juega todo al final, a una sola carta. Como sabrán si leen habitualmente este blog (gracias, gracias, gracias!!!! Muac!!!!) comenté a finales de 2011 que lo que más ilusión me hacía de este 2012 era la llegada, en verano, de la sonda MSL de la NASA a Marte, el robot Curiosity. Bien, 2012 avanza, mañana llegamos a la mitad, demostrando que las previsiones de que iba a ser un mal año se están quedando muy cortas, y Curiosity se acerca a Marte a toda velocidad, tanto es así que su aterrizaje sobre la superficie marciana está previsto para el 5 de Agosto, dentro de poco más de un mes. Despegue y aterrizaje son los momentos más delicados de una misión espacial, porque es cuando toda la tecnología y pericia de la tripulación o del control de vuelo es requerida hasta su máximo desempeño. En el envío de sondas marcianas, dada la distancia de la tierra, una media de siete minutos luz, es imprescindible automatizar todo el proceso, de tal manera que una vez puesto en marcha ya no hay posibilidad ni de corrección ni de supervisión desde la tierra. Sabremos que Curiosity ha entrado en órbita marciana y, si todo va bien, le “oiremos” cuando ya esté en el suelo. En comparación a los anteriores vehículos mandados a Marte, Curiosity es inmenso. El primero de ellos, el Pathfinder, no era mucho mayor que un microondas. Los gemelos Spirit y Oportunity tenían las dimensiones de un cortacésped, y este nuevo vehículo pesa mucho más y alcanza el tamaño de un coche pequeño. En los casos anteriores las dimensiones y peso de los vehículos permitían hacer un aterrizaje a lo bruto, en el que la sonda iba protegida dentro de un caparazón que, rodeado de globos a la manera de airbags, era frenado antes de tocar la superficie del planeta y luego arrojado sobre ella. Los globos amortiguaban el impacto de la caída y el conjunto iba rodando hasta que se paraba del todo, se desinflaban los globos, el caparazón se abría y al sonda abandonaba su “nave2 y empezaba a deambular por el planeta. Esta vez ese procedimiento de aterrizaje no es válido por dos razones. Una es que la sonda pesa mucho más que las anteriores, y dada la escasa densidad de la atmósfera marciana, aun usando grandes paracaídas, la velocidad de impacto sería muy elevada, y por tanto se requerirían globos inmensos que no está claro que, aún así, garantizasen una amortiguación efectiva. La otra es que si uno quiere tener una cierta precisión respecto al punto de caída, el rodar como un loco sobre los globos elimina toda posibilidad de acierto. La NASA calculo en una simulación que una aterrizaje de este tipo para Curiosity requeriría unos doce kilómetros de superficie plana hasta que la sonda se parase quieta. Demasiado sitio y muy aburrido para aprovechar la tecnología de la sonda.

Para evitar todo esto la NASA ha diseñado un sistema de descenso en múltiples fases que, visto en su conjunto, es tan deslumbrante como aterrador, porque la posibilidad de que algo falle en cada uno de esos procesos implica que todo el conjunto se estrella sin remisión sobre Marte y todo se va a la porra. Se han calculado en siete minutos, siete, los que tardará la sonda en llevar a cabo todo ese proceso, en los que si algo falla, toda la misión, todo el esfuerzo, se convertirá un montón de chatarra en medio de un valle marciano. NASA ha recreado toda la secuencia con comentarios de los expertos de la misión en un interesante video llamado (no sólo pensé yo en esa idea) siete minutos de terror. Véanlo, y piensen que no es una película, sino una descripción de lo que debiera pasar dentro de un mes a millones de kilómetros de aquí. Crucemos los dedos.

El Lunes me lo cojo festivo. Hasta el martes 3 de Julio, disfruten del verano.

jueves, junio 28, 2012

El sainete de Eurovegas



Esta semana hemos tenido un nuevo episodio de la trama eurovegas, ya saben, ese tinglado de juego y espectáculo para adultos que unos inversores americanos quieren levantar en España. Para unos es un complejo de ocio y para otros una casa de putas, y ambos tienen razón, y es que una cosa no está reñida con la otra. En la disputa que mantienen Madrid y Barcelona por albergar el tinglado los chicos de Adelson, el magnate que paga todo el tinglado, se han paseado por ambas localidades como auténticos hombres de negro, dejando a su paso un espectáculo entre costumbrista y patético.

No sólo es que la tradicional batalla entre Madrid y Barcelona se ha ya extendido también a este proyecto, y que debido a ello cada una de las ciudades trate de halagar más a los visitantes y hacerles la pelota de la manera más burda posible, que también. Los propios inversores se han dado cuenta de que aquí les ponen alfombra roja aunque pisen eriales nauseabundos, y empiezan a aumentar su puja entre el jolgorio de presidentes de comunidades autónomas dispuestos a ofrecer el moro y, sobre todo, el oro, del que por supuesto carecen. Resulta ahora que el complejo empresarial de Adelson no posee todo el dinero necesario para realizar las inversiones, y necesitaría unos 4.000 millones de aportación por parte de las entidades financieras locales. Puede que hayan leído en la prensa que los bancos españoles están medioquebrados y traten de apuntarse al rescate europeo, llevándose ellos también un pellizquito, que 4.000 entre las cifras que se barajan tampoco es tanto. Total, BFA, la matriz de la madrileña Bankia, vale -13.500 millones…..Además siguen empeñados en que la ley hay que adaptarla a sus necesidades. Qué está prohibido fumar, pues no, se cambia. Que a la gente hay que hacerle contratos y pagarles, pues no, que sea gratis (bueno, esto ya lo ha puesto en marcha PRISA con la versión española del Huffington post y nadie ha protestado) y así exigencias de todo tipo, sin cortarse a la hora de pedir exenciones fiscales y de índole similar. Cuando ves que tu socio se desvive por ti, exprímelo, deben estar pensando entre risas. Súmenle a esto el irresponsable, populista y muy chabacano comportamiento de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que en su cada vez más alocada carrera hacia la nada no hace más que proporcionar titulares gruesos y carentes de valor y tendremos el espectáculo servido. Aparece un señor con Esperanza diciendo que se debe fumar, y replica Esperanza que por supuesto que se podrá fumar. Ella no es nadie para decir eso, pero lo suelta tan alegremente, y pone en un brete al Ministerio, que dirige su propio partido (quizás no sea exactamente así, pero…) y le obliga a sacar un comunicado diciendo que la ley antitabaco no se va a cambiar. En fin, un espectáculo divertido pero que en el fondo tiene poca gracia. Para remate de la faena, Adelson y sus hombres pudieron disfrutar de un pase privado y exclusivo en el Museo del Prado, tras el cierre del horario oficial. Esto no es algo tan extraño como parece, y de hecho se da en muchas visitas oficiales de jefes de estado y gobierno, como agasajo especial y promoción del país, pero la verdad en este caso me gustaría saber cuáles fueron las salas que visitaron y qué opinión sacaron de allí. A lo mejor acabaron con la idea de que el cuadro de los borrachos de Velázquez podría ir bien para el bar del restaurante principal del complejo, y ya me imagino a Esperanza desatada… “no hay problema, se descuelga en un plis plas y se empaqueta a donde haga falta”.

Sinceramente, creo que toda esta historia va a acabar como las anteriores que idénticas han sido, en un inmenso bluf, en una declaración en la que, alegando inestabilidad financiera u otras razones de peso, el proyecto se ve cancelado hasta un futuro “cercano” y la Generlaitat de Cataluña y la comunidad de Madrid saldrán a lamentar la pérdida de esa oportunidad, y probablemente se acusen mutuamente del fiasco colectivo. Y apuesto todo al rojo a que en su despacho Adelson, un sujeto con más sombras que luces según el NY Times, se reirá a carcajada limpia de lo panolis que han sido esos gobernantes de ese país tercermundista, y empezará a buscar un “nuevo destino” para sus inversiones. Puro Berlanga, pero de verdad. Qué vergüenza.

….. y que bien lo refleja hoy Forges en su viñeta

miércoles, junio 27, 2012

Uffffff, Noche tropical


Si hay algo de lo que hoy va a hablar la gente, por encima incluso de la prima de riesgo, los eurobonos y la recapitalización de los bancos (de qué cosas se habla ahora en los cafés, verdad???) es del calor. Quitando el extremo norte del país, la azotea de España, que hoy superará los treinta grados como hecho excepcional, el resto del país se está asando a fuego intenso, nada lento, y sus habitantes, como trocitos de carne en una barbacoa, saltamos sin cesar buscando un respiro entre las olas de aire caliente que surgen por todos lados. La cara más dura del verano ya está aquí.

Para los que hemos nacido y criado en el norte, el calor es como ese familiar lejano, al que conoces de oídas, y que no ves salvo en ocasiones singulares, y que al poco desaparece nuevamente sin saber cuándo volverá. Hace calor en el norte, sería estúpido negarlo, y además es húmedo, por lo que la sensación de bochorno e incomodidad puede ser incluso superior a la que se vive en el centro y sur de España a igualdad de (altas) temperaturas, pero hay dos diferencias sustanciales con respecto a cómo funciona el verano que, hasta que no vienes a vivir a Madrid o cualquier otro sitio caluroso no te das cuenta. Una es que aquí, a un día de calor le sigue otro, luego va otro, y otro, y así sucesivamente… y es lo normal!!! Arriba puede haber uno o dos días muy calurosos, pero luego la secuencia se rompe, cambia el tiempo, entra un viento de no se donde, aparecen las nubes y en media tarde cambias de estación. Raro es que haya tres días seguidos de mucho calor, tanto como que aquí sólo sean tres los días calurosos. Por ello el ver que cada mañana es igual de despejada que la anterior, y que los termómetros siguen la misma pauta día tras día resulta asombroso y, hasta cierto punto, desesperante. La otra gran diferencia, y quizás la más relevante, es cómo funciona el calor por la noche, y es que en Madrid la principal diferencia en verano entre el día y la noche es la luz, que si antes venía del sol luego proviene de las farolas, porque en ambos momentos puedes estar en bañador por la calle. Las llamadas noches tropicales, que son aquellas en las que la temperatura no baja de veinte grados, son muy habituales desde mediados de Junio a mediados de Septiembre, y suponen para el recién llegado toda una experiencia. Es sabido que, por muy caluroso que sea el día en el norte, la noche implica una bajada sustancial de las temperaturas, y no hay terraza en la que se pueda estar agusto a partir de cierta hora, porque el frío o el rocío hacen acto de aparición. Sólo el viento sur, típico de septiembre y octubre, ofrece noches calurosas y de terraza, pero no los limpios días de verano. Aquí la noche es una tregua falsa, un periodo sin luz pero con menos calor, en el que la ciudad, tras haber sido sometida al bombardeo solar del día, parece irradiar de noche una luz fosforita derivada del calor de sus calles, aceras y edificios. Las paredes de las casas se retuercen de calor tras haber estado todo el día horneándose, y uno se lanza a la cama pertrechado de paciencia, temor y cierta angustia, pensando en si será capaz de conciliar el sueño en medio de una noche estancada, sin que una hoja se mueva, y con los veinte grados en la calle, sabiendo que si la mínima del día son veinte se alcanzará normalmente justo a la salida del sol, por lo que uno se habrá ido a la cama a las doce de la noche a muchos más grados. En esos casos lo de “irse a la cama” es más una convención para hablar que el reflejo de lo que se hace en el cuarto.

Ahora mismo en Madrid tenemos veintiséis grados, lo que implica que hasta bien entrada la madrugada no hemos bajado de los treinta. Miles de habitantes de la ciudad, y del resto del país, habrán pasado sensaciones de agobio, insomnio, desvelo, aburrimiento, hastío y pesadez sobre un colchón que debiera ofrecerles descanso y que ha sido testigo mudo de su intento, en muchos casos fracaso, de conciliar el sueño. Para un insomne como yo ha sido una noche más, pero para casi todo el mundo habrá sido una pesadilla hecha realidad. Es poco probable que caiga esta tarde una buena tormenta, que llueva, refresque y limpie el aire, así que me temo que hoy volverá a ser otro día duro tras una noche de esas que son difíciles de explicar si no se han vivido (y no, no piensen mal, ojala fuera por eso :-)))))

martes, junio 26, 2012

La “sele” bancaria


Hace unos días dedicaba el artículo a la selectividad, a los estudiantes nerviosos y a lo que esa prueba suponía y lo que me hizo pasar en mis tiempos, cuando me enfrenté a ella. No sólo por ese examen es Junio mal recordado por los estudiantes. El solsticio de verano siempre se ha juntado con las pruebas finales de cada año y el sol y el calor hacían aún más duro el estudio y la concentración. Nos ha pasado a todos. A los bancos también, y en la particular nota de selectividad que ayer publicó la universidad Moodys, el balance es desastroso, porque sólo uno, el Santander, “aprueba” mientras que el resto suspenden, por los pelos u holgadamente.

Como pasa con muchos exámenes, la nota obtenida no es tanto una sorpresa como el reflejo de un ejercicio en el tiempo, y el deterioro de la solvencia de España, sus finanzas y el crecimiento de la prima de riesgo patria no iban a llevar a otro lado que a una rebaja como la que hemos visto, así que podemos decir que, nuevamente, las agencias de calificación llegan tarde al escenario del crimen, y se limitan a constatar el mal estado en el que se encuentar ael cadáver, sin aportar ninguna pista sobre quién o qué le mató. Por ello su efecto en el mercado está bastante descontado. Pese a todo es una mala noticia, cierto, otra más, que se suma a muchas anteriores y que aumenta la presión sobre un sector que, hundido cada vez más en una vorágine de incremento de provisiones, falta de solvencia, exámenes y dudas, no deja de convertirse cada vez en un problema más y más grave para el conjunto de España. Ayer por la mañana Luis de Guindos mandaba la carta oficial mediante la cual España solicita el rescate financiero, trámite oficial, burocrático, pero cargado de simbolismo, mediante el que nos plegamos forzadamente a las exigencias de Bruselas (Alemania) para que nos preste el dinero que no tenemos para tapar agujeros. Y por la tarde Moodys aumentaba el tamaño de los boquetes que tenemos que cubrir, en un juego de espiral descendente hacia la nada. Entre medias el Ibex se daba un castañazo de esos que duelen con sólo mirar el gráfico y la prima de riesgo se contagiaba del calor reinante y le echaba una carrera a las temperaturas a ver quién subía más. Otro día para olvidar, y ya van tantos…. Echando un vistazo a las calificaciones que han puesto a los bancos, y teniendo en cuenta que les ha bajado la nota a todos, se pueden organizar tres grupos. Por un lado están los que superan la nota que Moodys aplica al reino de España, es decir, para la agencia son más solventes que el país mismo, lo que es algo contradictorio. Ese grupo sólo lo integra una entidad, el Santander, que emulando la proeza de Fernando Alonso el Domingo lleva a victorioso a la meta dejando atrás a todos sus rivales. Otro bloque lo conforman entidades que tienen la misma nota que España, y aquí hay más de una pero tampoco se crean que tantas. Concretamente son BBVA, Caja Laboral, Banca March, Caja Rural de Navarra, CaixaBank y Banesto, nada más que seis, y teniendo en cuenta que Banesto está en la órbita del Santander. El resto de las entidades juzgadas se encuentran al nivel de lo que el mercado denomina como “bono basura” producto altamente especulativo, de elevado riesgo y de incierto futuro, algo así como “tú sabrás si te metes ahí o no” y ahí está el resto del mundo: Bankinter, Popular, Sabadell, la CECA, IberCaja, BAnkia, Nova Caixa Galicia, Banco de Valencia….. un montón. ¿Y la Kutxa bank, donde yo tengo los ahorros y mi hipoteca? Hasta ahora había sobrevivido, pero desde ayer pertenece al nada selecto y sí muy abigarrado club del bono basura, habiendo descendido desde Baa1 a Ba1, que es la jerga de números y letras que usa Moodys para puntuar (estos anglosajones siempre complican las cosas, con lo fácil que es usar sólo número, verdad?).

Así que desde hoy yo también tengo mis ahorros depositados en una entidad con un grado de solvencia “basura” cuando ella misma pide dinero a los demás. ¿Me afecta en algo? No, la verdad es que no mucho, salvo el regocijo moral que supone para un cliente saber que su entidad también recibe palos, no sólo los da. En este ejercicio de bajada hay muchas injusticias, especialmente las cometidas sobre Banco Popular y Unicaja, pero que sus clientes no se sientan, no nos sintamos basura. Se debe seguir trabajando duro día a día, pagando los créditos e hipotecas, y exigiendo responsabilidades a los gestores. Sólo así subirán las notas y, sobre todo, confiarán más en nosotros.

lunes, junio 25, 2012

IVECO da una buena noticia


Leer el periódico el fin de semana, uno de los mayores placeres que se me ocurren, se ha convertido últimamente en un ejercicio algo amargo. Aquella máxima de que las noticias sólo lo son cuando son malas se ha convertido en una regla absoluta, y en lo que hace a al economía, resulta ser la mejor guía para saber el contenido de lo que se va a publicar. Ya sabemos como está el patio, por lo que tampoco debiera extrañarnos. Sin embargo esta vez he encontrado un mensaje positivo y de ánimo en la prensa, pero no en las noticias, sino en la publicidad, en un enorme anuncio que traía toda la prensa escrita este fin de semana.

A doble página, justo al inicio en el ABC, y más hacia el centro en El País y El Mundo, como en las grandes ocasiones, IVECO ha colocado un enorme anuncio en el que forma el número 1.200 con rostros de personas, en tonos amarillos. Y sobre el impone el lema VAMOS! en rojo, haciendo un juego de color que evidentemente homenaje a la bandera española. El objetivo no es alentar a ningún equipo de fútbol ni otra tontería similar, no, sino dar a conocer el nuevo proyecto de inversión que va a desarrollar en España, que va a tener como principal consecuencia la creación de mil doscientos puestos de trabajo. El colorista anuncio se acompaña de un lema llamativo y lleno de carga informativa y sentimental “Despegamos con 1.200 empleos y ellos nos motivan a hacer más”. Como ven se anuncia el fruto de la inversión, pero sobre todo se trata de lograr convencer al lector de que por fin está ante un motivo para confiar y creer en el país. Ese “VAMOS” es una llamada a la fe, a la pura, simple y necesaria fe que es necesario poseer en grandes cantidades para sostener que España tiene futuro en la situación en la que se encuentra. Conocedores de la depresión colectiva que atraviesa el país, los directivos y publicistas de la marca de automoción han echado el resto y han juntado, creo que muy sabiamente, la propaganda falsa que todo anuncio comercial posee por definición con el mensaje de ánimo y aliento que la situación requiere. Los detalles de la noticia son también interesantes. El monto total de las inversiones que IVECO prevé para sus instalaciones de Madrid y Valladolid se cifra en 500 millones de euros, a lo largo de un plazo de cuatro años, en lo que parece ser todo un plan de inversión industrial a largo plazo, algo que junta dos términos, industria y largo plazo, que parecían haber sido olvidados en este país durante los años de la burbuja y los el desastre. También prevé la creación de un centro de I+D que, con alta probabilidad, se sitúe en las instalaciones madrileñas. En el caso de IVECO, como en el resto de los fabricantes de automoción de España, la mayor parte de su producción se destina al extranjero, con un porcentaje de exportación que alcanza el disparatado 80%. Lo que yo no sabía es que la planta que la compañía posee en Madrid, en al antigua ciudad Pegaso de la Nacional II, es la única de España en la que se montan vehículos pesados, por lo que el resto de camiones que vemos sobre nuestras carreteras, pese a que sean carrozados aquí, vienen montados de fuera en sus elementos internos (motos, chasis, transmisiones, electrónica, tableros de mandos, etc) haciéndose en España sólo el envoltorio, importante y estético de cara a la venta, pero de menor valor añadido que el resto del proceso. Por lo tanto sólo los IVECO, de raíz y capital italiano (pertenecen al grupo FIAT) son creados desde un principio aquí, con componentes nacionales y desarrollos y trabajadores españoles. Es por tanto lógico el orgullo de la marca al realizar la campaña y el destino de la misma.

Siendo como soy originario del País Vasco, un lugar tan industrial que en algunos casos parece que hay gente que más que sangre tiene grasa de rodamiento en las venas, resulta triste ver como la continuidad del tejido industrial que allí existe, y que tanto ha costado crear y mantener, se rompe al analizar el conjunto de España, y ver que el mapa se transforma del continuo a un archipiélago de islas aisladas y pequeñas, manchas industriales en medio de la nada, oasis que deben ser regados y mimados porque su existencia peligra día a día. Y lo de IVECO es una nueva mancha de industria, un nuevo oasis que surge en el yermo. Bienvenido sea. Alegrémonos por ello y, sobre todo, por los que allí encuentren trabajo.

viernes, junio 22, 2012

Óliver y Benji, auditores


Ayer por la tarde, en el edificio donde trabajo, diecisiete pisos bajo los pies de mi oficina, se presentaron las auditorías que Roland Berger y Oliver Wyman, los Óliver y Benji de los que hacían gracias los medios desde hace algunas jornadas, han hecho al sistema financiero español para determinar cuáles son las cantidades necesarias para recapitalizarlo. Fue una de esas tardes en las que había bastante más prensa que empleados en este edificio, y la expectativa debió ser tan internacional que aquello me supongo era una muestra de medios y periodistas de todo el mundo, literalmente.

Buscando la cifra redonda, y en el peor de los escenarios contemplados, son 62.000 millones de euros los que se necesitan para tapar los agujeros de la crisis. No me he leído los informes, pero supongo que la metodología para elaborarlos habrá sido muy similar a la de los famosos stress test de hace un par de años (y esperemos que sirvan para algo más). En esencia se trata de confeccionar un Excel en el que se anotan las variables del sistema financiero (créditos concedidos, provisiones, moras, activos, valores de participadas, dividendos, etc) y se empieza a jugar suponiendo que el riesgo aumenta, la mora crece y demás, viendo así como las necesidades de capital calculadas en el escenario de partida, el vigente, aumentan en función de los supuestos que se hagan, más o menos graves. Es similar a si ustedes se sientan una tarde en casa, abren un Excel y empiezan a anotar sus ingresos mensuales y sus gastos, viendo lo que les queda, o deben, a final de mes, y a partir de ahí plantean “escenarios”. Supongan que les bajan el sueldo un 10%, qué consecuencias tendría en su balance? O que les empieza a doler una muela y, tras la visita al simpático dentista, les empieza a doler la cartera con el presupuesto que les ha hecho, o que la gasolina baja un 3% este verano, y así empezarían a retorcer a sus propios datos y verían hasta que punto su presupuesto personal puede soportar una coyuntura más o menos mala. Para realizar este tipo de ejercicio son necesarias dos cosas muy importantes. La primera es que los supuestos de stress sean plausibles. Es decir, si ustedes estiman el impacto que les supondría que les toque la primitiva me temo que se están haciendo trampas. Tampoco es lógico pensar que un terremoto destruirá su casa hipotecada y con ella todos sus bienes, porque aunque pase es algo tan improbable que no merece la pena considerar. La otra condición, la más importante de todas, es ser veraz con uno mismo y no engañarse. A la hora de poner los datos hay que ponerlos todos y con sus valores reales. No sirve eso de… “bueno, pago 50 euros al mes de gimnasio, pero eso tampoco es tanto, así que no merece la pena ponerlo” o “no, a mi no me van a echar, por lo que los ingresos son seguros” o cosas así. Esta es la peor de las políticas, porque sólo sirve para engañarnos a nosotros mismos, obtener un resultado falseado que nos da una imagen ilusoria de cumplimiento y hacer que un supuesto ejercicio de sinceridad y seriedad financiera acabe convertido en un inútil cuento de hadas. Por lo tanto, sea sincero y no se engañe. Este gran pecado fue el cometido en los pasados test de stress por parte de las entidades financieras, porque seguían pensado que sus pisos y suelos valían tropeceintosmil millones de euros cuando valen muchísimo menos, y este engaño, que dio unos test con resultados maravillosos, sólo sirvió para que nadie se creyera sus cuentas. Fue un fracaso. De ahí la gran inestabilidad en el sector, los miedos, la huída hacia adelante y la necesidad de contratar a Oliver y Benji, unos chicos de fuera, para que nos examinen.

¿Y esta vez el ejercicio está bien hecho y es útil para despejar dudas? Pues sí y pues no. Como no me lo he leído y, aún así, no soy un experto financiero, no puedo entrar en detalles técnicos sobre las cifras y conclusiones, pero a mi ese entorno de 60.000 millones me parece escaso, muy escaso, pensando que sólo Bankia pide 19.000 millones ella sola. Veo que hay personas que saben más que yo que también opinan que esas cifras de los auditores son, como mínimo, confusas, por lo que tocará esperar y ver que se saca en claro de todo esto. Lo malo es que no hay tiempo y el rescate hay que aceptarlo ya. En fin, que Oli y Benji ya han cobrado, dos millones de euros, y ahora toca saber si su trabajo será tan útil como es necesario.

jueves, junio 21, 2012

Ya es verano


A la una y nueve minutos de la mañana, en medio del sueño o desvelo de muchos, ha empezado el verano de 2012, la estación que más días dura. Esta ha sido la noche más corta del año y el día que empezó hace ya algunas horas será el más largo, empezando a acortar las jornadas a partir de mañana, muy muy despacio al principio y más deprisa a partir de mediados de Agosto. Hoy a las dos de la tarde hora española el sol alcanzará el punto más alto sobre el horizonte de todo el año, y parecerá que quiere irse, alejarse de nosotros y nuestros mundanos problemas. Pero no, bajará como siempre lo ha hecho.

Para ser inicio del verano la actualidad no puede venir más cargada: Legalización de Sortu por parte del Tribunal Constitucional, subasta de bonos del Tesoro a tres y cinco años, publicación de los importes que los auditores independientes han elaborado sobre las necesidades de recapitalización de la banca, nueva toma de los militares egipcios del control del país y retraso en la publicación de los resultados de las presidenciales… un momento, dirán muchos. “No, no y no, hoy empieza el verano, y quiero huir de todo eso” quiero evadirme, quiero un rato esta mañana en la oficina, haciendo recados, mirando por la ventana, en al cola del INEM, o donde esté, pensar en qué voy a hace este verano, qué planes tengo. El verano es la época de los planes, diferentes cada año habitualmente, frente a septiembre o enero, que son los momentos para los propósitos, reiterativos un año tras otro. Y creo que otra gran diferencia entre ambos momentos es que si nunca conseguimos aprender inglés como es debido, o durar en el gimnasio dos días más de los que incluía el bono de la oferta, o llegar si quiera a la mitad de la absurda colección que el quiosquero nos ha recomendado, los planes del verano suelen acabar siendo realizados, quizás no con el empeño e intensidad soñados, pero se logran ejecutar. Si hay un momento pensado para el disfrute, el relax, la contemplación, el descanso, ese es el verano, y pese a que cada año las ofertas de ocio se multiplican, y uno tiene la sensación de que ir de vacaciones se está convirtiendo en algo tan estresante como ir a trabajar, no es difícil que logremos unos cuantos días en los que no hacer mucha cosa, o sí, pero de las que nos gustan, relajan y permiten que al atardecer de la jornada estemos más contentos que al amanecer, justo al contrario de lo que nos pasa el resto del año. Uno ve las ofertas de viajes, calendarios de excursiones, decenas de páginas llenas de información exhaustiva sobre lo que resulta “imprescindible” para ver en cualquier localidad de, pongamos, trescientos habitantes, y a veces piensa que ni los mayores expertos en arte occidental serían capaces de estudiar al detalle el contenido de algunas guías de viaje. En medio de esos viajes, uno se encuentra atropellado muchas veces por esas riadas de turistas organizados que son llevados en tropel de un lado a otro, mostrando una variada colección de erupciones solares, llagas y ampollas en sus casi siempre desnudos pies, y no puede dejar de expresar al verles un sentimiento de admiración por su aguante y lástima por su sufrimiento, un poco menor del que uno lleva tras varios días de caminatas igualmente agotadoras, pero sin guía. ¿Descansarán esas personas? ¿Sobrevivirá su cuenta corriente a los precios “típicos” de los lugares “típicos”? ¿Tendrán un recuerdo del viaje o será su podólogo el que logre averiguar todos los detalles del mismo?

En todo caso, seguro que ustedes hoy, cuando lean que ya es verano se guro que se fijan sobre todo en el término “ya” y piensan en un extenso y profundo “por fin….” Estando como se encuentra España en un estado de postración económica, moral y existencial como no se ha visto en muchas décadas quizás sea este año más necesaria que nunca la escapada, la búsqueda del descanso, el dejar atrás durante un momento, aunque sean sólo unas horas, esta pesadilla en la que nos hemos metido, y huir de la prima de riesgo a un lugar seguro, familiar o no. Preparen sus planes, empiecen a construir sus sueños de aventura y placer, llénenlos de ilusiones, y ojala que se cumplan en su totalidad.

miércoles, junio 20, 2012

El negro futuro de la minería


La protesta de las mujeres de los mineros ayer en el Senado es el último, por ahora, de los actos que están protagonizando los trabajadores de las comarcas mineras de Asturias, Castilla y León y Aragón en contra del decreto del Ministerio de Industria que, anticipándose a lo dictado por Bruselas, reduce en un 60% las subvenciones a ese sector, imprescindibles para que siga en funcionamiento. Entiendo la desesperación de los trabajadores de ese sector ante su futuro, pero su lucha se enfrenta con la más cruda de las realidades, y tarde o temprano está abocada al fracaso.

Ver estos días los enfrentamientos entre mineros y policía en las autopistas de León y Asturias, a pelotazo limpio, me ha recordado mucho a las escenas que llenaron Bilbao de violencia a mediados de los años ochenta, en la época de la reconversión industrial. Si uno visita ahora Bilbao sólo encontrará flamantes construcciones cuyos nombres recuerdan a lo que allí se asentaba, pero desconocerá toda la historia de lo sucedido. Donde ahora se encuentra un centro comercial de diseño bastante feo llamado “Zubiarte” y un Palacio de Congresos que pretende recrear a un barco en construcción en su draga, se situaban los astilleros de Euskalduna, los principales de Bilbao. Donde ahora se eleva majestuosa la torre Iberdrola y se levantan, junto a ella, otros bloques de pisos de gusto más o menos discutible se situaba la campa de los ingleses y la estación de contenedores de RENFE, y en medio, antes señorial, hoy escondido, esté al puente de Deusto, que entonces era la principal vía que cruzaba la ría de Bilbao para ir a la margen derecha. La reconversión supuso el cierre de muchas empresas, entre ellas los astilleros de Euskalduna, y la bronca no tardó en estallar. Durante meses, años, con una puntualidad digna de estudio, los antidisturbios se situaban en el puente de Deusto, elevado respecto a la cota en al que estaba el astillero, y los trabajadores, desde su fábrica, empezaban a arrojar piedras, rodamientos, botes, y, como hemos visto estas semanas, cohetes usando para ello bazokas improvisados, fabricados en las instalaciones de la fábrica. A eso de las 9 de la mañana el puente se cerraba parcialmente y la batalla duraba horas, en las que la ciudad se sumía en el caos de tráfico que ustedes se pueden imaginar y en el que los vecinos de la zona veían como, sino les salpicaba una tuerca rebotada, se les colaban gases lacrimógenos por las ventanas. Aquello incluso generó su público, que acudía a veces a presenciar el espectáculo desde una posición resguardada. Si hubiera habido twitter o cámaras digitales en aquella época tendríamos un registro inmenso de lo sucedido. Como era lógico, la protesta se fue apaciguando con el tiempo y, finalmente, cesó, porque los astilleros eran inviables, y nada podían hacer contra los de un país llamado Corea del Sur que, en aquellos años, empezaba a despuntar en el sector naval a unos precios de risa. Euskalduna, junto con otras grandes empresas de la zona como Altos Hornos, se cerró, durante años sus pabellones permanecieron abandonados, como un recuerdo gris y roñoso de su glorioso pasado y, finalmente, fueron derruidos para dar paso a nuevas construcciones, la primera de ellas el puente y el palacio de Congresos que llevan su nombre. Hoy sólo una preciosa grúa, la Carola, y parte de las antiguas gradas recuerdan que allí un día se construyeron enormes barcos.

El caso de las minas es muy similar, aunque su agonía se prolonga durante muchos más años dado lo simbólico que es en ciertas partes del país y del imaginario social. Es más barato pagar el carbón importado que explotarlo en casa, y la calidad del que se extrae de nuestro subsuelo no es compatible con ninguna normativa medioambiental. Lo único que pueden esperar las comarcas mineras es que se trabaje, con imaginación y recursos, para tratar de implantar allí alternativas que no las lleven al despoblamiento, pero la mina en España está condenada a ser, en unos años, un recuerdo, una atracción turística, un conjunto de castilletes en los que subir y bajar a museos subterráneos que nos recuerden lo que era eso, que sean como la grúa Carola en la ría de Bilbao, un recuerdo del pasado.

martes, junio 19, 2012

En el medio de la tormenta


Hay veces en las que la afición al análisis económico produce satisfacciones, las menos la verdad, cuando uno predice que, en función de lo que sabe y su olfato, va a pasar algo… y pasa!!! Qué bonito, era tan obvio… Pero no nos engañemos, la mayor parte de las veces sucede lo contrario. Armado de datos, conocimientos y experiencia, uno vaticina un comportamiento en alguna variable y la realidad lo desmiente del todo, dejando la imagen del pronosticador hundida a la altura de su asombro. Ayer fue uno de esos días, tantos, en los que me equivoqué, no sólo yo, también todo el mundo, pero en la vida real, y fuera de la política, eso no sirve de excusa.

Se suponía que el resultado de las elecciones griegas era “bueno” en dos sentidos. Se podía conformar un gobierno, cosa que no pasó en las anteriores, y éste se componía con partidos partidarios del rescate, o al menos de los que menos trabas ponen a su cumplimiento. Se evitaba así un escenario caótico o controlado por Syriza, partido de izquierda que desea mantenerse en el euro pero aspira a renegociar todos los acuerdos con Europa, cosa que Alemania ya había dicho que no iba a suceder. Así, analistas, medios y este modesto opinador pensábamos que ayer sería un día de respiro en los mercados, con un cierto relax en lo que hace a las bolsas, la prima de riesgo y todo ese tinglado que nos absorbe en el día a día. Y en efecto así sucedió al principio de la mañana, con rebote del ibex superior al 2% y con caídas de la prima de riesgo española de unos quince puntos, pero a media mañana la situación empezó a torcerse, con el ibex desinflándose y la prima recuperando lo que había perdido, y a partir de ahí todo se torció. La bolsa empezó a bajar de manera continua y sostenida y la prima subía como si estuviera montada en el Apollo lunar. A medio día la situación era de medio pánico, con la prima en los 590, dato muy malo, el bono español a 10 años en el entorno del 7,2%, el dato más importante y grave, y el ibex cayendo un 2%, lo más anecdótico de todo. Se repetía casi calcado el guión del lunes anterior, tras el rescate financiero a España, que también se suponía que iba a traer confianza y calma, pero a una escala aún más violenta. ¿Por qué? A eso de media tarde empezaron a salir los analistas diciendo que, claro, lo que se suponía que era muy bueno no lo era tanto y lo que era malo seguía siéndolo. Vaya, vaya, un discurso que dado la vuelta hubiera valido perfectamente para justificar, en el caso de que el comportamiento hubiera sido el inverso, la anticipada subida bursátil que se previó el Domingo. Esto hace que el papel referencial del analista económico se hunda en lo más profundo, porque ayer hubiera acertado más un crupier con una moneda al aire que todos los medios sesudos, más que nada porque la moneda le ofrecía dos opciones posibles, mientras que la profesión sólo veía una al principio de la jornada. Dicen que un buen economista es aquel que justifica mejor hoy porqué se equivocó hace dos días en la predicción que hizo sobre el comportamiento del mercado de ayer. Sí, suena a retorcido, y en el fondo lo es. Curiosamente la jornada financiera de ayer fue un calco de la meteorológica en Madrid, que empezó radiante y soleada y acabó envuelta en oscuras nubes de tormenta que mojaron de manera irregular el reseco suelo de la capital y alrededores. ¿Estaba escrito en el cielo capitalino el destino de la prima? No lo creo, pero el maldito diferencial crecía a medida que lo hacían los cumulonimbos de tormenta, todo ello con la misma pinta de amenaza.

Mi conclusión es que, a parte de saber cada vez menos, me huele que estamos condenados. Nadie se fía ya de España, sus entidades, su gobierno, sus cifras y sus comportamientos. No se si como dice hoy Carlos Sánchez, que sabe mucho más que yo, el mercado descuenta ya la intervención dura de nuestro país, entre otras cosas porque dada la dimensión de nuestra economía y agujero no se muy bien como se haría, pero es cierto que la prima, los bonos y demás materias han entrado en una dinámica de descontrol idéntica a la que se produjo en los anteriores casos de rescate. Si miramos lo sucedido en estos dos años pasados, nadie nos libra de ese trance. Veremos a ver cómo se comportan las subastas del Tesoro de esta semana, pero gracias a deméritos propios y los deseos de ganancia de algunos, nuestro destino parece estar sentenciado.

lunes, junio 18, 2012

Elecciones a la francesa


Ayer fue un día de muchas elecciones en todo el mundo. Todos nuestros ojos estuvieron posados en Grecia, donde el resultado parece que, esta vez sí, permite formar un gobierno, además proeuro, por lo que sea del signo que sea estamos mejor que hace unas semanas. También las hubo en Egipto, donde los rumores dan como ganador al candidato islamista, pero como allí siempre gana el ejército, si no le gusta el resultado cambiará las normas y santas pascuas, por lo que interesa más cómo serán los próximos días en el Cairo que el proceso electoral en sí.

Las terceras elecciones, las más aburridas por lo previsible del resultado, eran la segunda vuelta de las legislativas francesas, donde la duda estaba en si los socialistas de Hollande, una vez lograda la presidencia, también alcanzarían el control de la cámara de diputados por mayoría absoluta, porque nadie discutía su prevista victoria. Al final ha sido así, y Hollande tendrá incluso más poder, teórico, que el que disfrutaba Miterrand en los ochenta, aunque cuando vea como su prima de riesgo empieza a subir descubrirá que ese poder es más bien ficticio. Pero donde se ha demostrado que Hollande no tiene poder es, paradojas de la vida, en su propia casa, y ya recién elegido ha protagonizado un espectáculo de faldas en un sentido algo distinto al habitual. Padre de cuatro hijos, todos ellos son fruto de su anterior matrimonio con Segolene Royal, antigua rival por la presidencia frente a Sarkozy (quizás se acuerden de cuando ZP fue a hacer campaña a su favor y aquello de “Segolene, Segolene”). Hace ya algunos años que Hollande se divorció y desde no tantos vive con otra mujer, una madura y muy guapa periodista del Paris Match llamada Valérie Trierweiler, que ha pasado por dos matrimonios con anterioridad. Digamos que desde que ganó las presidenciales Trierweiler es la primera dama y “compite” con Segole Royal, exmujer y madre de los hijos del presidente, por los focos, la relevancia y el prestigio social. El continuo desempeño político de Segolene no deja de hacer que aparezca día sí y día también en los medios, y ha tratado de jugar un papel más relevante desde que su exmarido está en la presidencia. Ya tenemos las piezas del triángulo, y como pueden suponer, en esta relación de pareja teórica con adosada sobra una. ¿Quién? La campaña de estas legislativas volvía a mostrar a Segolene con ambición de poder, posibilidades de revalidar su escaño y volver a jugar un papel en la política francesa, y de paso tirar de los hilos del Elíseo, la Moncloa local para entendernos, aprovechando su papel familiar. Las cosas se le empezaron a torcer cuando un candidato disidente del Partido Socialista francés se presentó para arrebatarle su escaño, y se le pusieron completamente de cara cuando Trierweiler le mandó por twitter un mensaje de apoyo… a ese candidato disidente. A partir de ahí las encuestas giraron, poniendo a Segolene en segundo puesto, y destapando el odio y la batalla que ambas mujeres mantenía, hasta entonces de manera soterrada, por el, en teoría, amor de un hombre y, en la práctica, acceso al poder. Una historia de celos, pasiones, poder y traición digna de los mejores guiones, aderezado todo ello del gusto francés para vestir y ostentar en base a la imagen personal.

Como se supo ayer tras el recuento de votos, la perdedora de esta intriga palaciega ha sido Segolene, que no ha revalidado su escaño en la Rochelle, norte del país, y se enfrenta al ocaso de su carrera política sin alcanzar ninguno de los objetivos previstos. En las últimas semanas Segolene no ha cesado en proclamar su inocencia moral y el que se siente víctima de una conspiración que trata de acabar con ella. Tiene razón, y la conspiración ha triunfado. Y todo esto en las primeras semanas de mandato del pobre François, que parece la antítesis de Sarkozy en todo, ya que si aquel consiguió que Carla Bruni se bajara de sus tacones éste no logra que sus mujeres dejen de pegarse delante de las cámaras….oh, la gauche divine…..

viernes, junio 15, 2012

Vender trapitos es un buen negocio


Es difícil buscar luces en medio de las sombras que atravesamos, pero es más necesario que nunca, no sólo para constatar lo obvio, que en España no todo es un desastre, sino también para cargarse de moral y buscar ejemplos donde poder encontrar vías de salida. En estos casos la receta siempre es la misma. Esfuerzo, trabajo, sacrificio y entrega, todo ello combinado con una visión audaz y un toque de suerte, justo la necesaria para sobrevivir al principio del negocio y que permita que todos esos factores den sus frutos. Y pese al erial patrio, hay donde cosechar, y en abundancia.

Ayer se hizo público que Amancio Ortega, creador y dueño de Inditex, ya es el hombre más rico de Europa, con una fortuna estimada en 39.500 millones de euros, otra de esas cifras imposibles de comprender, pero para que se hagan una idea de su tamaño, es aún mayor que el agujero de Bankia, lo que la eleva a los altares de lo muy grande. Ortega ha superado en esta envidiable, sobre todo para nosotros, clasificación a un sueco llamado Ingvar Kamprad. Si tiene la sensación de que ese nombre les suena a cómoda de pasillo o a flexo de oficina no andan desencaminados, porque es el dueño de IKEA. Así que parece que, por ahora, resulta más rentable vestir a las personas que a los pisos en los que habitan, pero entre vestimentas, modas y juegos de colores anda el negocio de ambos. Ortega, con este último ascenso, se ha convertido en la cuarta persona más rica del mundo, tras el mejicano Carlos Slim y los norteamericanos Bill Gates y Warren Buffet., que fíjese si tendrán pasta que el corrector ortográfico del Word en castellano no marca sus anglosajones nombre como falta de ortografía. La subida de Amancio en la lista de megamillonarios se deriva del aumento de la cotización de su empresa, que no deja de subir en bolsa tras cada presentación de resultados, que bate previsiones año tras año. La última vez fue hace dos días, en los que presento los datos correspondientes al trimestre fiscal de febrero a abril, y dejó alucinado a todo el mundo. Ganó en ese periodo 432 millones de euros, un 30% más de lo que preveían los analistas y elevó sus ventas un 15% interanual hasta los 3.415 millones de euros. Lo dicho, en medio de la desolación Inditex no deja de crecer. La subida bursátil asociada al valor lo ha puesto en valor cotizado por encima de los grandes bancos y, día sí y día no, arrebata a Telefónica el puesto como valor más importante del Ibex 35 por capitalización. Expandida por todo el mundo, abriendo locales semana tras semana, diversificada, moderna y atractiva, Inditex es la historia de éxito más fulminante, potente y real que jamás haya visto yo en una empresa española, y se ha dado en un periodo de tiempo no tan dilatado. La moda y las tiendas de ropa son un sector que me repele, por lo que hablo de oídas, pero en los ochenta asociaba esos negocios a los italianos, y me parecía que Benetton era el arquetipo de la tienda de ropa global. Hoy es Inditex y sus marcas (Zara, Bershka, Pull & Bear, Stradivarius, etc) la que se sitúa como líder planetario, y otras cadenas internacionales como la sueca H&M o la irlandesa Primark son las que se fijan en ella para seguir sus pasos. No se debe olvidar en el Zaraéxito el papel de Pablo Isla, consejero delegado de la empresa, el ejecutivo mejor pagado de España, pero que se gana su sueldo, no como muchos otros. Un profesional como la copa de un pino gallego que gestiona el negocio con seriedad, eficiencia y compromiso de calidad, sin buscar pelotazos fáciles ni argucias financieras para enmascarar su incompetencia. Con un grupo de “Islas” sacábamos a este país del desastre en el que está sumido.

Si tengo que hacer un reproche a Amancio, porque no todo van a ser elogios en la vida, es que su éxito mundial es uno de los principales contribuyentes de que las principales calles de todo el mundo sean clónicas unas de otras, y de que las tiendas de sus marcas se hayan hecho con el espacio comercial de los centros urbanos en todas partes. Pasear por el tramo central de la Gran Vía en Madrid, como en medio mundo, es ir saltando de tienda en tienda de Inditex, lo que es una muestra de su más absoluto poderío comercial, de su éxito y de, también, su dictadura. Desde la pequeña localidad gallega de Arteixo Amancio Ortega ha conquistado el mundo, y eso tiene un mérito tan inmenso como difícil de entender.

jueves, junio 14, 2012

La guerra económica a pie de calle


Es bueno informarse de la actualidad, saber como evolucionan las variables macro, enterarse que si, como pasó ayer por la noche, Moodys nos baja tres puestos en la calificación de la deuda eso es malo, y que dejarnos al nivel de bono basura tarde o temprano hará un poco más basura nuestra vida privada, pero no debemos olvidar, y menos aun los gestores y responsables, que más allá de esas cifras, la economía real la componen miles de empresas, grandes, medianas o minúsculas, que luchan día a día por sobrevivir, y en ellas se encuentran los millones de españoles que tienen trabajo, sueñan con no perderlo, y se desviven día a día para conservarlo.

Salí ayer muy tarde de la oficina, a eso de las 21, y en el primer viaje de metro camino a casa oí la conversación de dos chicas de mediana edad. También habían salido del trabajo entonces, de alguna oficina sita en los alrededores de mi edificio, de un trabajo con jornada parcial de tarde de 14 a 20 que casi siempre llegaba hasta las 21, y la más cercana a mi le comentaba a su compañera que cuando llegara a casa tenía que hacer la cena, acostar al niño, limpiarlo todo y un montón de cosas más que no le iban a dejar acostarse al menos hasta la 1 o 2 de la mañana, y luego a las 6 arriba, porque después de estar un rato con el niño y llevarlo a casa de su madres, por la mañana limpiaba en dos casas, desde hace algún tiempo ya, desde que a su novio le echaron del trabajo y se quedaron sin su sueldo, y sin un ingreso extra no había manera de pagar ni el piso ni los pañales ni los potitos ni nada de todo eso…... Tenía la cara de estar agotada, y así lo reflejaba su tono de voz, pero su intención era no desfallecer. “Él”, supongo que el novio, sigue buscando, pero no encuentra nada. Esta semana está en Barcelona a ver si allí hay más suerte, pasando las noches en casa de una tía, pero tengo unas ganas de que venga el fin de semana y pueda ayudarme a descansar…. Su compañera asentía, tratando de entenderla y apoyarla, y por los pocos comentarios que hacía era obvio que su situación personal era algo mejor. Cuando la chica se bajó en la parada anterior a la mía, ambas se dieron un abrazo suave, sentido, pero sin aspavientos, se dijeron hasta mañana y la chica cruzó la puerta del vagón apresurada, camino de las escaleras mecánicas, mientras que su compañera se deslizó hacia otra esquina, saliendo de mi ángulo visual y, por tanto, sin que yo pudiera ver su rostro y saber con qué expresión se había quedado tras la marcha de su compañera, aunque supongo que nada parecido a la alegría cruzaría por su mente y expresión. Me bajé en la siguiente parada y puede ver la espalda de la compañera, puede que absorta en sus pensamientos, pensando que probablemente ya nunca me iba a cruzar más en la vida ni de ella ni de su compañera, ni iba a saber si “Él” habría encontrado trabajo esta semana, o la que viene, o cómo la amiga se las arreglaba para descansar algo por la noche entre los lloros del niños, el agotamiento físico y la incertidumbre de cómo van a salir de esta situación, como van a pagarlo todo. Imagino que sus sueños serán poco reparadores, y más cercanos a las pesadillas, y que sus fines de semana, en compañía, servirán para dormir, estar quieta en casa, descansar, dar de comer al niño y pensar en cómo su vida ha llegado a ser así.

Esa chica, pensaba cuando avanzaba en mi viaje camino a casa, era el reflejo de la crisis en España, pero el reflejo de verdad. El de muchos miles de personas que trabajan día a día dejándose la piel por los suyos, por los que quieren, por los que aman, ganando cada vez menos y sufriendo cada vez más, que callados se desviven para llegar al final de una jornada cada vez más larga y depresiva, y que llegada la noche en su casa dan gracias por el mal día que han tenido, porque saben que la alternativa es aún peor. Si salimos de esta será por el inmenso, impagable, esfuerzo de personas como esa chica a la que puede oír ayer, que supongo que a estas horas ya estará camino de su primer trabajo del día…..

miércoles, junio 13, 2012

Carlos Dívar debe dimitir


Causa o consecuencia, más lo primero que lo segundo a mi entender, la falta de ética y de responsabilidad de la sociedad en la que vivimos, y de cada uno de los que la componemos, es un factor decisivo en el devenir de la crisis que estamos viviendo. Todos los días observamos obscenos comportamientos en banqueros, dirigentes y demás personas relevantes que muestran hasta que punto la codicia, el poder y la irresponsabilidad ha prendido en lo más profundo de sus vidas, hasta llevarlas a la ruina moral. ¿Estamos seguros de que de estar nosotros en sus puestos hubiéramos actuado de diferente manera?

El caso de Carlos Dívar, Presidente del Consejo General del Poder Judicial, CGPJ, el máximo órgano de control y gobierno de los jueces en España, es una muestra pequeña por su dimensión, pero enorme por su relevancia, de cómo algunos comportamientos que no son admisibles se han llegado a entender como lógicos entre los ciudadanos de este país. Se acusa a Divar de haberse ido bastantes fines de semana de viaje a Marbella, caribeños fines de semana que empezaban el jueves y acababan el martes, en lo que él llamaba jornadas de trabajo, con alojamiento hotelero de lujo, acompañante ocasional y cenas y comidas compartidas, todo ello abonado a cargo del presupuesto del CGPJ. El montante de gastos facturados de esta manera, según ha trascendido a los medios, se sitúe en el entorno de los 15.000 euros, lo que no es demasiado dinero, sobre todo si se le compara con lo que se está hablando respecto a Bankia y demás despropósitos, pero es mucho dinero, muchísimo. De hecho un euro de dinero público es mucho dinero porque no pertenece a quién lo gasta, sino a quien lo aportó, el ciudadano o contribuyente, que a través de sus impuestos cede parte de sus ingresos para que otros ciudadanos y contribuyentes los gestionen en beneficio del bien común. Y esas dos ideas, que el dinero público no es de quien lo gestiona, y que el gestor no es sino un mero administrador con contrato temporal para llevar a cabo su servicio público, no han cuajado en España. Nuevo, más bien se ha tratado de hacer todo lo posible para subvertirlas, y de ahí todos los casos de corrupción, nepotismo, fraude y desvío de fondos públicos que día sí y día también conocemos a través de los medios en todo tipo de instituciones y partidos. Dio Dívar una rueda de prensa en la que trató de justificar su comportamiento, reconociendo viajes públicos con componentes privados, pero adujo que el coste de las facturas era “miserable”, dando a entender que algo sí había pagado con dinero de la institución. Y es ese “miserable” el que determina hasta dónde llega el grado de corrupción consentida que Carlos Dívar, el presidente de los jueces, considera como suficiente. ¿Defraudar 15.000 euros al CGPJ es poco, y por tanto no es delito? ¿Y 30.000, empieza a ser ya una cifra respetable? ¿100.000? ¿Dónde pone Dívar el limite para considerar como no miserable la apropiación? ¿Por qué no es capaz de darse cuenta de que un euro, uno sólo, ya es demasiado? Porque como todo español, tenga cargo o no, asume que el dinero que gestiona le pertenece, que es libre de hacer con él lo que le plazca y que, nuevamente el Lazarillo, puede llevarse algo para su propio bolsillo siempre que el resto se lleve más y, por tanto, su robo no se note mucho. ¿Están los 15.000 euros por debajo de la media de lo que se llevan los demás miembros del CGPJ y, por tanto, es una cantidad “miserable”?.

A todo esto hay que añadir la obviedad de que Dívar es juez, y presidente de la más alta institución de responsabilidad de los jueces en España, detentando un cargo público que cobra mucho más que cualquier político y que posee inmunidad y prebendas cercanas a las del propio Rey. Más allá del posible delito cometido, el cargo que ostenta Dívar le exige mantener una ética en su comportamiento y actitud pública no sólo más allá de la duda, sino ejemplarizante. Por ello su situación es insostenible y, más allá de las explicaciones que debe ofrecer, debe dejar su puesto cuanto antes, por su bien y por el de la institución que preside.

martes, junio 12, 2012

Qué se puede hacer con el dinero del rescate


Tras el acuerdo de rescate financiero del sábado, lo que más trascendencia está teniendo en el debate público es cómo llamarlo, en lo que me parece un ejercicio de infantilismo digno de ser estudiado por psicólogos. Se repite la estúpida actitud del gobierno de ZP, que se negaba a llamar a la crisis por su nombre, y ahora es el PP el que se niega a decir “rescate” como si fuera la palabra tabú. De lo que menos gente habla es de la enormidad de la cifra ofrecida, cien mil millones de euros, dieciséis billones de las antiguas pesetas, un número completamente inabarcable, inimaginable, incontable.

Seguro que hay muchos ejemplos de esos de que si ponemos esa cifra en billetes de veinte euros llegaría hasta muy lejos. De hecho podemos hacerlo, a ver, a ver…. 100.000.000.000 entre 20 son 5.000.000.000, cinco mil millones de billetes de 20 euros. Si cada uno de ellos mide unos 15 centímetros, multiplicando la cifra anterior por 0,15 y dividiendo el total entre 1.000 obtenemos la bonita, y sujeta a error, cifra de 750.000 kilómetros de distancia, como ir de la Tierra a la Luna en una cinta de billetes de 20. Demencial, sí, pero tampoco me dice mucho, la Luna está muy lejos, pero si estuviera el doble de lejos tampoco me daría cuenta… Me parece mucho más práctico observar ejemplos de cuánto dinero suponen algunas políticas o ideas que asociamos siempre como muy caras, y compararlas con esa cifra de ayuda, para saber realmente la dimensión de lo que tenemos delante. Pues bien, hay gente que ha hecho este ejercicio y el resultado es, aviso, deprimente. Este maravilloso enlace muestra ejemplos comparativos en relación a la carrera espacial, una de las niñas bonitas de mis ojos, que actualmente se encuentra en crisis, tanto tecnológica como, para variar, económica. Resulta que el presupuesto Anual de la NASA, la agencia espacial norteamericana, es para este 2012 de 14.400 millones de euros, es mucho, sí, pero no llega ni a dos tercios del agujero de Bankia!!! Es decir, con el desfalco de esa única entidad se podría pagar durante año y medio el mayor programa espacial del mundo. Si comparamos con programas espaciales más pequeños las cifras son sonrojantes. La ESA, Agencai Espacial europea, presupuesta para 2012 unos 4.020 millones de euros, una sexta parte del Bankiagujero, y el programa ruso se estima en unos 2.000 millones, vamos, lo que perdió banco en ocho meses el año pasado. Si estas cifras no les parecen suficientes, esta web ha realizado algunos cálculos muy interesantes referidos a proyectos emblemáticos del pasado que arrojan cifras asombrosas., todos ellos convenientemente actualizados a la inflación transcurrida desde que se pusieron en marcha. El proyecto de la Estación Espacial Internacional, nuestra “casa” permanente en el espacio, que se lleva desarrollando desde hace más de una década, ha costado, lanzamientos excluidos, en torno a sesenta mil millones de euros, unos dos tercios del rescate, por lo que con ese agujero podíamos haber sufragado nosotros solitos el coste de todo el complejo. Aún más asombroso, el cálculo del programa Apollo, que nos permitió llegar a la Luna, y que se sitúa en al imaginación colectiva como lo más ambicioso y faraónico desarrollado en el campo de la carrera espacial, sitúa su coste en la orquilla que va de los cien mil a los ciento cuarenta mil millones de euros, una cifra superior a la del rescate sí pero, como señala la web, repartida en cerca de una década, por lo que a la hora de realizar el sacrificio de pago es bastante más fácil de ejecutar que el Bankiarazo y compañía. Podíamos haber llegado a la Luna y nos hemos estrellado…

Y si nos vamos más lejos, mi depresión personal aumenta. La sonsa curisoity, que en agosto llegará a Marte tras siete meses de viaje, ha supuesto unos dos mil millones de euros, por lo que el agujero de Bankia habría permitido manda una flota de doce, DOCE, naves. Incluso apunta la web a que el importe completo del rescate sería suficiente para sufragar la tan ansiada (y cada vez más retrasada) misión tripulada a Marte, siendo también en ese caso un gasto a realizar de manera progresiva en una serie de años. Viendo estas cosas no se si ponerme a llorar o, armado de varios cohetes, ir desde mi trabajo a la cercana torre Kio sede de Bankia y ponerme a disparárselo para que sepan lo que es bueno. El próximo que opine que la carrera espacial es cara que se de una vuelta por la sucursal de su banco……

lunes, junio 11, 2012

Mama, mama, me han intervenido!!!!


Finalmente fue este Sábado. Como colofón a los múltiples rumores de la semana, en la tarde del Sábado España fue intervenida formalmente. Hasta entonces se podía decir que estábamos tutelados, nos miraban y vigilaban, pero manteníamos nuestra soberanía para hacer frente a nuestros pagos y responsabilidades. Ya no. Se acabó la ilusión. Entramos en un mundo nuevo y desconocido, cuya única certeza es que, en materia de procedimientos, se ha actuado como en las antiguas devaluaciones. Se niega en redondo hasta que, en un fin de semana, se hace.

El gobierno canta alabanzas de este hecho, porque le ha tocado a él sufrirlo, y la oposición maldades, porque no ha sucedido de mientras gobernaba, y de las reacciones oficiales habidas pocas se han salido de este manido y previsible guión. La sensación personal es que el Sábado no sólo se hizo historia, que también, sino que fue un día triste. Triste para la economía y para el país, porque asumimos públicamente ante el mundo que el desmadre que hemos organizado en nuestro sistema financiero no lo podemos arreglar solos. Triste porque supone el fracaso de los últimos cuatro años de la política económica ante la crisis, suicidamente negacionista en un principio, desnortada y errática después, y atropellada, voluntariosa pero sin consistencia en estos últimos meses. Tanto PSOE como PP han encarnado en los últimos años el fracaso de la dirigencia política española, que ni supo ni quiso ver a lo que se enfrentaba, trató de eludirlo y finalmente se ha tenido que rendir ante la evidencia. También es triste porque supone el fracaso de la gestión privada. Las entidades nacionalizadas, en las que, es cierto, había presencia de políticos en su gestión, han usado criterios privados de gestión que se han traducido en enormes pérdidas, que aún no somos capaces de estimar, pero no son sólo ellas las únicas involucradas en ese problema. El resto de entidades del sistema financiero poseen vergüenzas que tratan de cubrir de una manera más o menos descara, y son miles las empresas del sector no financiero las que están endeudadas hasta límites insoportables, producto todo ello de una gestión cortoplacista, irresponsable y necia, que soñaba con que las vacas gordas nunca se iban a terminar, y que el mundo de jauja en el que nos habíamos embarcado seguiría indefinidamente, porque sino eran unos ya vendrían otros a pagárnoslo. Es cierto, en otras épocas también hubo crisis, y comportamientos similares, que entran dentro del rango esperable de la estupidez humana, pero una de las diferencias fundamentales de esta con respecto a las anteriores es que nos ha superado. Solos somos incapaces arreglar nuestro propio desastre, es tan inmenso que no tenemos recursos para ello. Esto no es la estafa de Banesto, en la que unos pillos se lo llevaron limpio, o lo de Afinsa, u otros casos por el estilo, no. Esto es el caso de España, que como país se declara incapaz de hacer frente a las deudas de su banca, y que necesita la ayuda del resto del mundo, empezando por Europa, para sobrevivir a su deuda. Tremendo. Más allá de lo que se venda como rescate “blando” o ausente de condicionalidad, que no duden que la habrá, el mundo financiero de este país ha cambiado por completo, las reglas ya no serán las mismas y las decisiones no se adoptarán en España, sino que vendrán impuestas desde fuera, por parte de quienes paguen la fiesta que nos hemos corrido. Pueden verlo de todas las maneras posibles, pero no soy capaz de evitar el sentimiento de tristeza en el fondo.

Si al menos les sirve para aumentar su ego, tan maltrecho como el del país, supongo, sepan que durante estos días estamos viviendo en el país más importante del mundo. Todos los ojos se fijan en ostros, Obama sale a dar ruedas de prensa hablando de fondo de “Spain”, se organizan videoconferencias trasatlánticas donde España es el centro del debate y en cualquier mercadillo financiero asiático se habla de los bonos de “Spanish Kingdom”. Sí, somos muy importantes, pero como supondrán, no por nuestras bondades, sino por el peligro que suponemos si nos derrumbamos. Un gigante con pies de barro. Sí, eso es lo que somos.

viernes, junio 08, 2012

La literatura, Roth y Bradbury


Ya han visto que tengo poca capacidad de influencia, y que mi llamamiento a nombrar a González Páramo como gobernador del Banco de España no ha sido oído ni escuchado. Empiezo a pensar que el único sitio en el que ejerzo auténtica influencia es en mi casa, y porque vivo sólo… Bueno, para olvidar lso sinsabores de una semana económicamente no tan mala pero que nos sigue presionando sin cesar, vayamos a las cosas que realmente importan en la vida, como los buenos libros, y como ayer les comentaba, algo tendré que decir del premiado Philip Roth y el desaparecido Ray Bradbury.

Y que quieren que les diga de Roth que no les haya comentado ya. Desde esta columna varios han sido mis llamamientos a que dejen todo lo que están haciendo y cojan una novela de Roth, cualquiera, son todas excelentes, y se metan en su mundo. Un mundo que al principio les va a parecer oscuro, desasosegante, retorcido y cargado de sensaciones malas, pero que luego van a sentir tan real y próximo que les dará aún más miedo. Nadie como Roth, a mi modo de ver, ha descrito la vida humana y las sensaciones de las personas con la precisión con la que él lo hace. Cuando sus personajes sufren, sufren, y sufrimos con y, muy importante, por ellos. Cuando en “sale el espectro” el protagonista se siente avergonzado porque le gotea la meada por tener, a su edad, una próstata tan inútil como suele ser habitual, uno acaba mirándose los calzoncillos en búsqueda de gotitas, porque al leerlos e siente mojado y humillado, si leemos “indignación” nos sentiremos tan agrios y molestos como el narrador al “oír” el falso, hipócrita y moralizante discurso del rector universitario que trata de esconder las vergüenzas que se producen en su campus en medio de una moralina adusta y vacía, tan hueca como falsa, con “el mal de Portnoy” en medio de muchos momentos de auténtica carcajada, nos esconderemos en el baño con el protagonista y nos masturbaremos compulsivamente, y sin usar las manos para ello, y así en tantas y tantas obras, decenas, que no dejan de mostrar a personajes que no triunfan, que no son exitosos, que más allá de su habitual condición de judíos en un país de gentiles, encarnan al ciudadano medio, lleno de pasiones, pulsiones y deseos, que se ven confrontados a los deseos, muchas veces opuestos, de los demás, y al freno que la sociedad le impone, y como consecuencia de todo ello aflora la frustración, el enojo y la asunción del fracaso de los sueños. Sus novelas son complejas, cierto, y sean largas o cortas, requieren el tiempo necesario que demandan para ser comprendidas en su integridad, pero es imposible abandonarlas, y, una vez leídas, olvidarlas. Tiene varias cosas en común el arte de Roth y el de Bradbury, no sólo porque los dos son grandes escritores, que también, sino porque ambos presentan visiones nada idílicas de la sociedad. Bradbury, conocido sobre todo por sus novelas de ciencia ficción como “Fahrenheit 451” o “Crónicas marcianas” decía muchas veces que a el no le gustaba escribir sobre el futuro, sino fantasear, imaginar otra sociedad, y que el contexto futurista se lo ponía más fácil. Sus visión de una sociedad en la que la cultura es perseguida y destruida pudo inspirarse en la forma en los pogromos nazis de los años treinta, pero es en estos tiempos en donde se ha llegado a la perfección en lo que hace al desprecio de la cultura, el arte y la creación, en la que todo es arte, lo que viene a querer decir que nada lo es, y en la que le letrado, el culto, es despreciado como raro y altivo, y se le observa como un extraño. Ya no es necesario que la policía queme los libros para combatirlos, basta con que la sociedad no los valore y ponga la tele.

Hubo en los ochenta una adaptación de “Crónicas marcianas” con Rock Hudson como protagonista que me gustó mucho, y que más que en la ciencia, como la novela, incidía mucho en la sensación de los perdidos exploradores humanos ante el contacto con la civilización marciana, su soledad, su curiosidad ante lo desconocido, sus miedos, sus esperanzas… en mostrar esas facetas también coincidían Roth y Bradbury. No deja de ser un cruel y retorcido homenaje a la memoria del californiano fallecido que en este país el título de una de sus novelas, las crónicas, sea para muchos nada más que el recuerdo de un programa de telebasura que, como en Fahrenheit, destruía la cultura.

jueves, junio 07, 2012

González Páramo debe ser el Gobernador


Ayer fue un día muy intenso en lo literario, y que me gustaría comentar como es debido. Y es que un Premio Príncipe de Asturias a Philip Roth y la muerte de Ray Bradbury se merecen todo el espacio del mundo, pero hoy se toma en España una decisión de enorme trascendencia y, antes de que se produzca, deseo expresar claramente cual es mi postura y, con ello, animar al gobierno a que la siga, por su propio bien y, sobre todo, en beneficio del país. Y es que hoy se nombra al Gobernador del Banco de España en sustitución de MAFO.

En estos momentos la institución, el Banco de España, atraviesa una de las peores crisis de su historia. Su prestigio se encuentra completamente arruinado y su imagen es desastrosa, ya que tras el derrumbe de Bankia se ha comprobado que, o bien por omisión, o por acción frenada por superiores jerárquicos o políticos, la labor de supervisión e inspección de la entidad ha sido completamente anulada. Y en medio del desastre financiero que estamos viviendo el papel del Banco de España es fundamental, prioritario, decisivo. Por ello el nombrar al gobernador, que siempre es un acto importante, se convierte hoy mismo en la prueba de hasta que punto el gobierno está dispuesto a dejar a un lado sus intereses políticos y personales y opta por hacer lo que debe en momentos tan cruciales como los presentes. Cuatro son los candidatos que han sonado en las quinielas. El primero es Luis Linde, el más deseado por el Ministro de Economía Luís de Guindos. Nombrado hace pocas semanas Consejero de la institución, tiene un bajo perfil y escasa experiencia en la materia. Su principal baza es que, con 67 años, dejaría el cargo dentro de tres, por lo que permitiría al PP realizar otro nombramiento a una persona que le dejaría durante ocho años al mando de la institución, controlando así el banco caiga el PP o no del gobierno. No debe ser escogido. Un segundo nombre es el de Fernando Bécker, actualmente en el consejo de Iberdrola. Por afinidad personal es el candidato favorito de Mariano Rajoy. No posee experiencia en la materia y sería, de los cuatro, la peor elección posible, al ser la más sesgada políticamente y menos técnica. El tercer candidato es Antonio Saínz de Vicuña, actualmente responsable de asuntos legales del BCE. De formación jurista, posee poca experiencia en materia económica y monetaria, pese a que tiene buenos contactos en la entidad de Frankfurt. Es un candidato bien visto por el gobierno, especialmente tras lo sucedido en el pasado Verano, donde se rumorea que fue Vicuña quien filtró a Rajoy la carta que el BCE mandó a Zapatero con sus exigencias, entre otras de reforma constitucional, para ofrecer apoyo en el mercado de deuda. Escogerle sería un mal menor por la imagen del candidato, pero un fallo por su falta de conocimiento en la materia propiamente económica. El cuarto candidato es José Manuel González Páramo, hasta hace pocas semanas representante español en el Consejo de Gobierno del BCE. Dotado de una amplia experiencia en política monetaria, puesta en práctica y valor a lo largo de estos años, y poseedor de los mejores contactos posibles en Frankfurt, Bruselas y Berlín, González Páramos no es sólo el candidato natural a ocupar esa plaza, sino el mejor, y de hecho el único de entre los disponibles capaz de cumplir los requisitos necesarios para afrontar, al menos en condiciones, la larga travesía que le espera a la institución de la plaza de Cibeles. Es el candidato del BCE, Berlín y la Comisión Europea, y es visto con recelo desde el gobierno. Y obviamente debe ser el escogido.

Además, y desde ese puesto, González Páramo no sólo debe llevar a cabo la reforma financiera y el control de las entidades, sino que muy probablemente actúe como el Comisario puesto por Bruselas para tutelar las reformas y el conjunto de la política económica de España, dado el rescate financiero al que nos dirigimos, preludio de la más que probable intervención plena del país. Como le he señalado a mucha gente, él es “nuestro Monti”, nuestro tecnócrata, que sería investido de poder y mando en caso de derrumbe del gobierno. Tenerlo en el Banco de España sería colocarlo de manera óptima en el puesto de supervisor general sin que hubiera necesidad de cambiar gobierno alguno. Que sea anunciado hoy y nombrado mañana.

miércoles, junio 06, 2012

Philip Roth, Príncipe de Asturias

Le han dado el Premio Príncipe de Asturias a Philip Roth!!! Qué maravillosa noticia, y que premio más justamente concedido. Leer cualquiera de sus novelas es una experiencia fascinante, no sólo por lo bien que escribe, sino por cómo el lector se descubre desnudo, virgen ante el torrente que son sus historias, que te emocionan y transforman. Enhorabuena, Maestro!!!!

La “Sele”


Viniendo hoy en el metro camino al trabajo he visto a un par de chicas completamente abstraídas en sus apuntes. Sin levantar los ojos de los papeles, parase el tren o siguiera su marcha, daban un último repaso a unas hojas, que me han parecido de física, y transmitían tanto nervio como entrega a la labor que llevaban a cabo. Ayer empezó la selectividad en Madrid, y hoy les toca un día completo, he pensado. Que sus nervios no les traicionen y les permitan mostrar todo lo que saben, el poso de las horas que han dedicado a estudiar a lo largo de este año.

Ahora ha cambiado mucho, pero la “sele” sigue siendo la gran prueba que divide el mundo educativo en España en un antes y un después. Es el único examen obligatorio para todo el mundo sobre un temario anual y el que posee un resultado que realmente sí condiciona tu futuro. Con los años ha ido perdiendo peso porque se ha dulcificado la forma de realizarlo, y al explosión de universidades privadas, que sólo requieren un aprobado para poder acceder a ellas, ha restado importancia a la nota final de corte, pero aún así es una prueba importante y decisiva. Muchos aspiran a realizar carreras que piden notas muy altas, como determinadas ingenierías o profesiones sanitarias, y unas simples décimas pueden ser la diferencia entre lograrlo o no. Cuando yo la hice, en el verano de 1990, no estaba muy obsesionado con la nota final, porque no aspiraba a ese tipo de carreras, pero sí me quitaba el sueño el mero hecho del examen en sí, el pasarlo o no, y el qué sucedería si suspendía. Como la Unión europea con el euro, no tenía un plan B. En mi personal percepción de la vida los dos días de la selectividad son de los peores que he vivido. Entonces si suspendías en Junio tenías que ir a Septiembre, lo que significaba que pocas plazas universitarias quedarían libres, y la presión era muy alta de cara a lo que se anticipaba un horrible verano. Estudiaba en el instituto de Durango, a diez kilómetros de Elorrio, pero el examen, como sucede ahora, no tenía lugar en el propio instituto, sino en el campus que la Universidad del País Vasco tiene en Lejona, una montaña perdida en medio del mundo en la margen derecha de la ría, un complejo que para nosotros, pobres alumnos de pueblo, se nos hacía gigantesco, y que nunca habíamos visto antes de hacer los exámenes. Allí, en medio de la nada, en aulas que no nos sonaban de nada, rodeados de profesores universitarios que daban miedo de sólo pensar en ellos, entre inmensos pasillos que, vistos con el paso del tiempo, sólo han ido a peor, y entre edificios unidos unos con otros en una especie de caos informe y sinsentido, mis compañeros y yo pasamos un par de días angustiosos, en los que nos tuvimos que levantar muy temprano para coger el autobús escolar con destino a Durango, allí coger otro autobús escolar para ir a Lejona y pasarnos todo el día en medio de aquel lugar, con exámenes mañana y tarde, y luego todo el camino de vuelta para llegar a casa agotado muy tarde, cerca de las 22 horas. Dos días que se nos hicieron eternos, en los que nos dio para perdernos en medio del complejo y casi no presentarnos a alguna de las pruebas porque no había manera de saber dónde estábamos, en el que por primera vez en mi vida tuve una completa sensación de soledad y desamparo. Dos días para olvidar.

Y luego a esperar la nota, unos cuantos días más, no recuerdo cuántos, en los que estábamos como los toreros en capilla, rezando algo, pero sobre todo pasando miedo. El día que tocaba ir al instituto a recoger el resultado estaba muy nervioso, casi histérico. El aprobado estaba seguro, casi todo el mundo lo sacaba, pero ¿con qué nota? Cogí el libro amarillo con las calificaciones y cuando vi el 6,44 que me quedaba como resultado empecé a saltar de alegría como pocas veces lo he hecho en público, con la sensación de haber sacado un diez redondo. Ese 6,44 me habría las puertas a mucha de las carreras que había preseleccionado (industriales, física, matemáticas, empresariales, económicas) y me la cerraba a otras que también ansiaba, como arquitectura, pero me supo a gloria. Y todavía hoy así de dulce lo recuerdo.

martes, junio 05, 2012

Pan O Circo


Qué sabios eran los romanos… creo que lo inventaron todo. Cuanto más leo sobre su mundo, sus élites y su pueblo llano menos diferencias encuentro entre su sociedad y la nuestra. Salvo el capitalismo (vivían a base de esclavos) la electricidad, las patas fritas y el chocolate, nada de entonces nos es ajeno. Inventaron el agua corriente, la cúpula, las autovías, las elecciones consulares, la compra de voto en las elecciones, los prostíbulos, la justicia, la corrupción de la justicia, y los juegos populares en grandes estadios, para regocijo y disfrute del pueblo, y lograr así su total sometimiento.

Resulta curioso que sea precisamente el Coliseo la mayor de las ruinas que asociamos a la antigua Roma. No los palacios imperiales, o los templos dedicados al culto, no, sino un edificio inmenso que albergaba espectáculos para la plebe, sufragados por los emperadores de al ciudad de Roma. Durante muchos días, más de la mitad del año, en el Coliseo se celebraban juegos de todo tipo, tanto de gladiadores como de fieras, y a falta de televisión y “gran marrano 12” la arena jugaba el papel de las pantallas de nuestras casas. El emperador sabía que los juegos cumplían una doble misión, de entretenimiento y de sometimiento, porque de mientras el pueblo se lo pasara en grande con el espectáculo que el poder le ofrecía no se rebelaría contra ese mismo poder que le sangraba a impuestos, obligaciones y mandatos, y que le mantenía en un estado de vida fronterizo con la pobreza más absoluta. En épocas de hambre, o de guerras generalizadas, que imponían un mayor sacrificio a la población de la ciudad, el número de espectáculos en el Coliseo aumentaba, y con ellos su complejidad. Hay estudios sobre los cientos, miles de animales salvajes que eran capturados cada año para satisfacer la demanda de ocio de una población que cada vez pedía más, y a la que no dejaba de ofrecérsele carnaza de manera sangrienta, sí, pero siempre a su gusto. Por ello la planificación, mantenimiento y control de las actividades que allí se daban fue una de las labores más importantes a lo largo de la época imperial, y pese al voluble comportamiento de los emperadores respecto a la gestión de su imperio, todos ellos mantuvieron el Coliseo como uno de los centros de poder más importantes, que no podía ser descuidado en ningún momento. Cuenta la historia, no se si es cierta, pero merece serlo, que un emperador tuvo la duda de, en uno de sus viajes de regreso por el Mediterráneo, de si llenar la última de las trirremes que componía la flota de grano para alimentar al pueblo o de arena para reponer la que faltaba en el foso del Coliseo. Era una época de hambre y penuria en la ciudad, y escogió… la arena. Seguro que acertó, porque con un foso recompuesto la viveza de la lucha sería mayor, y el enfervorizado graderío no saldría de sí de gozo al contemplar nuevas batallas sobre fondo nuevo. Sólo la decadencia del imperio trajo consigo el abandono de estas prácticas y, con ello, de las instalaciones, y es que ante la caída del poder imperial y el despoblamiento progresivo de Roma ya no era necesario entretener a nadie. Todo esto, que nos puede sonar muy lejano, se repite hoy en nuestra sociedad día tras día, en nuestro país con el fútbol, para el que se construyen los mejores estadios y se pagan millonadas subvencionadas por el poder público, solamente para mantener entretenida a la gente y que no se preocupe por sus problemas diarios, entre ellos el de vivir engañada por el estado para el que trabaja.

Dirán los más optimistas que esto es cierto, pero que si se expresa libremente, el pueblo renunciará a este engaño y mostrará su deseo de libertad y conocimiento. Pues va a ser que no. El resultado del referéndum celebrado en unas pedanías de Cáceres este fin de semana, en el que los votantes han preferido sufragar las corridas de toros en vez de destinar el dinero de esos festejos a la creación de empleo local (o a pagar deudas, ¿esos ayuntamientos no deben nada?) muestra que España, uno de los países más incultos de Europa, sigue viviendo a base de pan y circo, y que cuando no hay dinero para ambos, el circo es lo primero. Triste, sí, pero nada sorprendente.