lunes, junio 25, 2012

IVECO da una buena noticia


Leer el periódico el fin de semana, uno de los mayores placeres que se me ocurren, se ha convertido últimamente en un ejercicio algo amargo. Aquella máxima de que las noticias sólo lo son cuando son malas se ha convertido en una regla absoluta, y en lo que hace a al economía, resulta ser la mejor guía para saber el contenido de lo que se va a publicar. Ya sabemos como está el patio, por lo que tampoco debiera extrañarnos. Sin embargo esta vez he encontrado un mensaje positivo y de ánimo en la prensa, pero no en las noticias, sino en la publicidad, en un enorme anuncio que traía toda la prensa escrita este fin de semana.

A doble página, justo al inicio en el ABC, y más hacia el centro en El País y El Mundo, como en las grandes ocasiones, IVECO ha colocado un enorme anuncio en el que forma el número 1.200 con rostros de personas, en tonos amarillos. Y sobre el impone el lema VAMOS! en rojo, haciendo un juego de color que evidentemente homenaje a la bandera española. El objetivo no es alentar a ningún equipo de fútbol ni otra tontería similar, no, sino dar a conocer el nuevo proyecto de inversión que va a desarrollar en España, que va a tener como principal consecuencia la creación de mil doscientos puestos de trabajo. El colorista anuncio se acompaña de un lema llamativo y lleno de carga informativa y sentimental “Despegamos con 1.200 empleos y ellos nos motivan a hacer más”. Como ven se anuncia el fruto de la inversión, pero sobre todo se trata de lograr convencer al lector de que por fin está ante un motivo para confiar y creer en el país. Ese “VAMOS” es una llamada a la fe, a la pura, simple y necesaria fe que es necesario poseer en grandes cantidades para sostener que España tiene futuro en la situación en la que se encuentra. Conocedores de la depresión colectiva que atraviesa el país, los directivos y publicistas de la marca de automoción han echado el resto y han juntado, creo que muy sabiamente, la propaganda falsa que todo anuncio comercial posee por definición con el mensaje de ánimo y aliento que la situación requiere. Los detalles de la noticia son también interesantes. El monto total de las inversiones que IVECO prevé para sus instalaciones de Madrid y Valladolid se cifra en 500 millones de euros, a lo largo de un plazo de cuatro años, en lo que parece ser todo un plan de inversión industrial a largo plazo, algo que junta dos términos, industria y largo plazo, que parecían haber sido olvidados en este país durante los años de la burbuja y los el desastre. También prevé la creación de un centro de I+D que, con alta probabilidad, se sitúe en las instalaciones madrileñas. En el caso de IVECO, como en el resto de los fabricantes de automoción de España, la mayor parte de su producción se destina al extranjero, con un porcentaje de exportación que alcanza el disparatado 80%. Lo que yo no sabía es que la planta que la compañía posee en Madrid, en al antigua ciudad Pegaso de la Nacional II, es la única de España en la que se montan vehículos pesados, por lo que el resto de camiones que vemos sobre nuestras carreteras, pese a que sean carrozados aquí, vienen montados de fuera en sus elementos internos (motos, chasis, transmisiones, electrónica, tableros de mandos, etc) haciéndose en España sólo el envoltorio, importante y estético de cara a la venta, pero de menor valor añadido que el resto del proceso. Por lo tanto sólo los IVECO, de raíz y capital italiano (pertenecen al grupo FIAT) son creados desde un principio aquí, con componentes nacionales y desarrollos y trabajadores españoles. Es por tanto lógico el orgullo de la marca al realizar la campaña y el destino de la misma.

Siendo como soy originario del País Vasco, un lugar tan industrial que en algunos casos parece que hay gente que más que sangre tiene grasa de rodamiento en las venas, resulta triste ver como la continuidad del tejido industrial que allí existe, y que tanto ha costado crear y mantener, se rompe al analizar el conjunto de España, y ver que el mapa se transforma del continuo a un archipiélago de islas aisladas y pequeñas, manchas industriales en medio de la nada, oasis que deben ser regados y mimados porque su existencia peligra día a día. Y lo de IVECO es una nueva mancha de industria, un nuevo oasis que surge en el yermo. Bienvenido sea. Alegrémonos por ello y, sobre todo, por los que allí encuentren trabajo.

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