Leer el periódico el fin de semana, uno de los mayores
placeres que se me ocurren, se ha convertido últimamente en un ejercicio algo
amargo. Aquella máxima de que las noticias sólo lo son cuando son malas se ha
convertido en una regla absoluta, y en lo que hace a al economía, resulta ser
la mejor guía para saber el contenido de lo que se va a publicar. Ya sabemos
como está el patio, por lo que tampoco debiera extrañarnos. Sin embargo esta vez
he encontrado un mensaje positivo y de ánimo en la prensa, pero no en las
noticias, sino en la publicidad, en un enorme anuncio que traía toda la prensa
escrita este fin de semana.
A doble página, justo al inicio en el ABC, y más hacia el
centro en El País y El Mundo, como en las grandes ocasiones, IVECO ha colocado un
enorme anuncio en el que forma el número 1.200 con rostros de personas, en
tonos amarillos. Y sobre el impone el lema VAMOS! en rojo, haciendo un juego de
color que evidentemente homenaje a la bandera española. El objetivo no es
alentar a ningún equipo de fútbol ni otra tontería similar, no, sino dar a
conocer el nuevo proyecto de inversión que va a desarrollar en España, que va a
tener como principal consecuencia la creación de mil doscientos puestos de
trabajo. El colorista anuncio se acompaña de un lema llamativo y lleno de carga
informativa y sentimental “Despegamos con 1.200 empleos y ellos nos motivan a
hacer más”. Como ven se anuncia el fruto de la inversión, pero sobre todo se
trata de lograr convencer al lector de que por fin está ante un motivo para
confiar y creer en el país. Ese “VAMOS” es una llamada a la fe, a la pura,
simple y necesaria fe que es necesario poseer en grandes cantidades para
sostener que España tiene futuro en la situación en la que se encuentra.
Conocedores de la depresión colectiva que atraviesa el país, los directivos y
publicistas de la marca de automoción han echado el resto y han juntado, creo que
muy sabiamente, la propaganda falsa que todo anuncio comercial posee por
definición con el mensaje de ánimo y aliento que la situación requiere. Los
detalles de la noticia son también interesantes. El
monto total de las inversiones que IVECO prevé para sus instalaciones de Madrid
y Valladolid se cifra en 500 millones de euros, a lo largo de un plazo de
cuatro años, en lo que parece ser todo un plan de inversión industrial a largo
plazo, algo que junta dos términos, industria y largo plazo, que parecían haber
sido olvidados en este país durante los años de la burbuja y los el desastre.
También prevé la creación de un centro de I+D que, con alta probabilidad, se
sitúe en las instalaciones madrileñas. En el caso de IVECO, como en el resto de
los fabricantes de automoción de España, la mayor parte de su producción se
destina al extranjero, con un porcentaje de exportación que alcanza el
disparatado 80%. Lo que yo no sabía es que la planta que la compañía posee en
Madrid, en al antigua ciudad Pegaso de la Nacional II, es la única de España en
la que se montan vehículos pesados, por lo que el resto de camiones que vemos
sobre nuestras carreteras, pese a que sean carrozados aquí, vienen montados de
fuera en sus elementos internos (motos, chasis, transmisiones, electrónica,
tableros de mandos, etc) haciéndose en España sólo el envoltorio, importante y
estético de cara a la venta, pero de menor valor añadido que el resto del
proceso. Por lo tanto sólo los IVECO, de raíz y capital italiano (pertenecen al
grupo FIAT) son creados desde un principio aquí, con componentes nacionales y
desarrollos y trabajadores españoles. Es por tanto lógico el orgullo de la
marca al realizar la campaña y el destino de la misma.
Siendo como soy originario del País Vasco, un lugar tan
industrial que en algunos casos parece que hay gente que más que sangre tiene
grasa de rodamiento en las venas, resulta triste ver como la continuidad del
tejido industrial que allí existe, y que tanto ha costado crear y mantener, se
rompe al analizar el conjunto de España, y ver que el mapa se transforma del
continuo a un archipiélago de islas aisladas y pequeñas, manchas industriales
en medio de la nada, oasis que deben ser regados y mimados porque su existencia
peligra día a día. Y lo de IVECO es una nueva mancha de industria, un nuevo
oasis que surge en el yermo. Bienvenido sea. Alegrémonos por ello y, sobre
todo, por los que allí encuentren trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario