Hace unos días dedicaba el artículo a la selectividad, a los
estudiantes nerviosos y a lo que esa prueba suponía y lo que me hizo pasar en
mis tiempos, cuando me enfrenté a ella. No sólo por ese examen es Junio mal
recordado por los estudiantes. El solsticio de verano siempre se ha juntado con
las pruebas finales de cada año y el sol y el calor hacían aún más duro el
estudio y la concentración. Nos ha pasado a todos. A los bancos también, y en
la particular nota de selectividad que ayer publicó la universidad Moodys, el
balance es desastroso, porque sólo uno, el Santander, “aprueba” mientras
que el resto suspenden, por los pelos u holgadamente.
Como pasa con muchos exámenes, la nota obtenida no es tanto
una sorpresa como el reflejo de un ejercicio en el tiempo, y el deterioro de la
solvencia de España, sus finanzas y el crecimiento de la prima de riesgo patria
no iban a llevar a otro lado que a una rebaja como la que hemos visto, así que
podemos decir que, nuevamente, las agencias de calificación llegan tarde al
escenario del crimen, y se limitan a constatar el mal estado en el que se
encuentar ael cadáver, sin aportar ninguna pista sobre quién o qué le mató. Por
ello su efecto en el mercado está bastante descontado. Pese a todo es una mala
noticia, cierto, otra más, que se suma a muchas anteriores y que aumenta la
presión sobre un sector que, hundido cada vez más en una vorágine de incremento
de provisiones, falta de solvencia, exámenes y dudas, no deja de convertirse
cada vez en un problema más y más grave para el conjunto de España. Ayer
por la mañana Luis de Guindos mandaba la carta oficial mediante la cual España
solicita el rescate financiero, trámite oficial, burocrático, pero cargado
de simbolismo, mediante el que nos plegamos forzadamente a las exigencias de
Bruselas (Alemania) para que nos preste el dinero que no tenemos para tapar
agujeros. Y por la tarde Moodys aumentaba el tamaño de los boquetes que tenemos
que cubrir, en un juego de espiral descendente hacia la nada. Entre medias el
Ibex se daba un castañazo de esos que duelen con sólo mirar el gráfico y la
prima de riesgo se contagiaba del calor reinante y le echaba una carrera a las
temperaturas a ver quién subía más. Otro día para olvidar, y ya van tantos….
Echando un vistazo a las calificaciones que han puesto a los bancos, y teniendo
en cuenta que les ha bajado la nota a todos, se pueden organizar tres grupos.
Por un lado están los que superan la nota que Moodys aplica al reino de España,
es decir, para la agencia son más solventes que el país mismo, lo que es algo
contradictorio. Ese grupo sólo lo integra una entidad, el Santander, que emulando
la proeza de Fernando Alonso el Domingo lleva a victorioso a la meta
dejando atrás a todos sus rivales. Otro bloque lo conforman entidades que
tienen la misma nota que España, y aquí hay más de una pero tampoco se crean
que tantas. Concretamente son BBVA, Caja Laboral, Banca March, Caja Rural de
Navarra, CaixaBank y Banesto, nada más que seis, y teniendo en cuenta que
Banesto está en la órbita del Santander. El resto de las entidades juzgadas se
encuentran al nivel de lo que el mercado denomina como “bono basura” producto
altamente especulativo, de elevado riesgo y de incierto futuro, algo así como
“tú sabrás si te metes ahí o no” y ahí está el resto del mundo: Bankinter,
Popular, Sabadell, la CECA, IberCaja, BAnkia, Nova Caixa Galicia, Banco de
Valencia….. un montón. ¿Y la Kutxa bank, donde yo tengo los ahorros y mi hipoteca?
Hasta ahora había sobrevivido, pero desde ayer pertenece al nada selecto y sí
muy abigarrado club del bono basura, habiendo descendido desde Baa1 a Ba1, que
es la jerga de números y letras que usa Moodys para puntuar (estos anglosajones
siempre complican las cosas, con lo fácil que es usar sólo número, verdad?).
Así que desde hoy yo también tengo mis ahorros depositados
en una entidad con un grado de solvencia “basura” cuando ella misma pide dinero
a los demás. ¿Me afecta en algo? No, la verdad es que no mucho, salvo el
regocijo moral que supone para un cliente saber que su entidad también recibe
palos, no sólo los da. En este ejercicio de bajada hay muchas injusticias,
especialmente las cometidas sobre Banco Popular y Unicaja, pero que sus
clientes no se sientan, no nos sintamos basura. Se debe seguir trabajando duro
día a día, pagando los créditos e hipotecas, y exigiendo responsabilidades a
los gestores. Sólo así subirán las notas y, sobre todo, confiarán más en
nosotros.
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