viernes, enero 10, 2014

2014 empieza de cine en los mercados


Siguiendo con la tendencia que ya se apuntaba en el tramo final de 2013, el inicio de 2014 ha sido muy potente en los mercados financieros de medio mundo, y más aún en España, si me apuran. El Ibex lleva instalado varias jornadas por encima de la cota de los 10.000 puntos, que hace unos meses se antojaba imposible, y la prima de riesgo ha empezado el año bajando del nivel de los 200. Aún está muy alta a los 188 a los que cerró ayer, pero dado lo que hemos vivido es un dato esperanzador. Y las incesantes subastas de deuda pública han comenzado el año colocando mucho papel a precios bajos, evitando las tensiones de los últimos años.

Todas estas son buenas, muy buenas noticias, que más allá de las causas que las han generado, son positivas para el conjunto del país. Suponen un respiro respecto a la situación de asfixia financiera que vivimos hasta mediados del año pasado, y recurriendo a símiles médicos, muestran una estabilización de las constantes vitales del paciente, que a punto estuvo de morir infartado, y ahora muestra una tensión arterial y un ritmo cardiaco más saludable. Sin embargo, no lo olvidemos, el “paciente” sigue entubado en la UCI, monitorizado y en un estado muy débil. Sus analíticas de empleo son desastrosas y apenas es capaz de moverse y alimentarse por sí mismo. Pese a ello, salir de una situación crítica es el primer paso para alcanzar la mejoría necesaria que permita recuperar tono muscular para que, algún día, pueda levantarse de la cama y pasear por la habitación, preludio de la salida al pasillo y la futura vuelta a casa. Aún queda mucho para eso y está por ver cuándo y de qué manera se producirá. Quizás, más que estos datos puntuales, que son buenos y tranquilizan a la familia (europea) del paciente, debiéramos hacernos algunas preguntas sobre qué es lo que hemos hecho hasta ahora y qué es lo que va a pasar en el futuro. En primer lugar, hay que determinar en la medida de lo posible hasta qué punto ha sido el propio paciente, nosotros como sociedad, y sus médicos de cabecera, el gobierno, los que han sido capaces de revertir la situación agónica, o ha tenido una mayor influencia la intervención del equipo médico venido del extranjero, encabezado por el doctor Draghi, a la hora de ofrecer el tratamiento adecuado y la dosis médica lo suficientemente fuerte como para evitar la muerte en la sala de operaciones (creo que si no es por la morfina monetaria y las palabras de Draghi nos morimos). En segundo lugar es muy importante saber si esta mejora de las constantes refleja una mejoría real de la situación del paciente o es una fase de remisión de la enfermedad previa a una nueva recaída. No olvidemos que los datos siguen siendo malos, la demanda interna está bajo mínimos, el ahorro de las familias sigue cayendo, el endeudamiento público no cesa y el mercado de trabajo está colapsado, por lo que la debilidad de la recuperación es grande. Quizás, si todos actuamos de manera proactiva y no se produce ningún susto proveniente del exterior, en forma de reventón monetario en EEUU, o descalabro de crédito e inmobiliario en China, las cosas vuelvan poco a poco a su cauce. Como no podemos controlar todas las variables, en la práctica apenas tenemos una mera capacidad de influencia en unas pocas, habrá que seguir con mucho cuidado la evolución, y estar atentos a las señales que puedan indicar una recaída o disminución ene l ritmo de mejora, aquí y fuera, que todo nos afecta.

Y como después de toda grave crisis médica, debemos ser conscientes de que la recuperación NO nos va a hacer volver al estadio anterior del que veníamos. Hemos sufrido un infarto financiero producto de una burbuja cancerosa que ha afectado a numerosos órganos vitales. Durante muchos años, décadas, seremos un país enfermo, con necesidad de tratamiento continuado, sesiones de “quimio” económica que nos va a dejar débiles, y no volveremos a correr como locos por los prados con la fortaleza con la que lo hacíamos cuando nos creíamos sanos e invulnerables, y el mal, agazapado, crecía en nuestro interior. Debemos tener eso muy claro. Quizás junto al doctor Draghi nos vendría bien la visita de un psicólogo para que afrontemos el trauma del superviviente con entereza.

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