No consta que hayan otorgado a
Varoufakys, el ministro griego de economía, el Oscar al mejor actor principal
por su amenazadora interpretación en el Eurogrupo, ni que Grecia se haya
llevado el premio a los mejores efectos especiales, por simular una explosión
tan potente como hueca. Parece que Draghi tampoco se ha llevado el galardón al
mejor actor secundario, ese que roba planos a todos los demás y que al final
resulta ser el más importante de la película. Parece que “Eurogrupo” no estaba
entre las nominadas y que, salvo el acuerdo, no se ha llevado premio alguno.
Una pena, creo que los merecía casi todos.
La
ganadora de esta noche en Hollywood ha sido Birdman, una película
arrolladora dirigida por el siempre personal Alejandro González Iñárritu, y se
que calificar a alguien de personal es, en el fondo una memez, pero no me negarán
que las pelis de Iñárritu son diferentes a las de los demás. 21 gramos, Babel, Amores
perros, son ejemplos de una filmografía diferente, trabajada con gusto, en la que
el espectador no está completamente seguro de nada de lo que ve y que sale de
la sala con más dudas de las que entró, cosa que también pasa con Birdman. Es
un película compleja, que a mi me gustó, pero que a mucha gente no le hará
gracia, en la que se habla mucho, atropelladamente, de manera compulsiva, a
gritos en muchas ocasiones, corriendo por los pasillos, entre portazos,
camerinos y habitaciones sitas detrás del escenario de un teatro, centro de la
función. Michael Keaton, en un papel que de tanto negarlo reafirma que es una
descripción de su vida, encarna a un actor venido a menos tras el éxito del superhéroe
que ha encarnado y le ha hecho mundialmente famoso, y busca en los escenarios
de Broadway una tabla de salvación para su carrera, honra y vida. Escoge un
texto de Raymond Carver y lo lleva a la escena, y durante todo el rodaje vemos
cómo se organiza tanto el último ensayo de la obra como la función de estreno,
que por motivos que no desvelaré acaba convirtiéndose en un éxito arrollador,
pese a que pocos lo esperaban. Keaton está secundado por un reparto de lujo, en
el que figuras como Edward Norton, Emma Watson o Emma Stone dan vida a papeles
complejos, atormentados, furiosos, que se increpan mutuamente entre ellos
mientras se acuestan en un desorden bastante desorganizado. Cada uno ofrece
interpretaciones enormes, que podrían darles tanto premios como películas
propias, llegando en ocasiones a suplantar al propio Keaton, que es en torno a
quien gira la obra, pero que no oculta en ningún momento al resto de los
personajes. Con una visión muy amarga de la realidad del teatro y la
interpretación, poniendo muy mal a los críticos de la prensa (impagables
secuencias en el bar con la periodista del NY Times) el filme es un homenaje sentido
pero con mucha mala leche al mundo de las bambalinas, los escenarios y, sobre
todo, lo que pasa detrás de ellos, donde muchas veces los nervios, la tensión,
el miedo y la ira son los motores que hacen que los actores salgan a escena
para liberarse delante del público, el único que por un momento parece comprenderles
y otorgarles un cierto alivio a sus pesares. Con una banda sonora de batería
machacona y constante (El ritmo la demanda, hace gracia al principio y puede
acabar siendo muy pesada) la película avanza de manera apabullante hasta un
final desconcertante, abierto, que llena de dudas al espectador y le hace estar
inseguro de casi todo lo que ha visto con anterioridad. Un trabajo
impresionante.
No he visto su gran rival, Boyhood, de la que he
oído comentarios en mi entorno que van desde la fascinación hasta el
aburrimiento. Si vi las dos películas de científicos que competían, “Imitation
Game” sobre la vida de Turing y “La teoría del todo” sobre Stephen Hawking. A
mi modo de ver la primera era muy superior a la segunda, y el trabajo actoral
de Cumberbatch también me gustó más que el de Redmayne. Y me alegro mucho que
la gran y bella Julianne Moore haya ganado, por fin, tras varias nominaciones, su
más que merecido premio.
1 comentario:
Justo ayer la vi y has hecho un resumen genial. A mi me gustó.
Publicar un comentario