Aún no lo he visto, aunque supongo
que acabaré haciéndolo, no por interés periodístico ni por afán morboso, sino
por la necesidad de hacerle frente a la realidad, por cruel que esta sea. No es
necesario para convencerse del juicio que se merecen sus actores, y por ello
creo que no se debe emitir en los medios, pero el último asesinato público
perpetrado por el EI supone, si ello era posible, una escalada en los grados
del horror que pueden ser alcanzados por el ser humano. Hemos pasado de las
degollaciones a la quema en vivo de las personas. Esto no parece tener fin, y
si no los detenemos, quizás no sea posible pararlos.
Jordania
está de luto y, sobre todo, indignada, por la infame, absurda y sádica forma
con la que el EI ha asesinado al militar que mantenía secuestrado desde hacía
varios meses, tras caerse en territorio hostil el avión militar que pilotaba
después de ser alcanzado por proyectiles del EI. En este caso, además, se
produce el hecho, aún más repugnante si cabe, de que el EI se ha burlado de
Jordania de una manera rayana en la psicopatía. Si recuerdan la semana pasada,
de mientras se producía el asesinato de los dos rehenes japoneses, se establecían
negociaciones entre el EI y el gobierno de Amán para liberar, a cambio de la
vida del piloto, a una componente del EI que estaba encarcelada por actos
terroristas en Jordania, y sobre al que pendía una condena a muerte. La familia
del piloto, al parecer poderosa en Jordania tanto por influencias como por
medios económicos, presionó al gobierno para que cediese, e incluso se llegó a
hablar de un posible acuerdo de canje de personas, con lo que parecía que el
gobierno había aceptado el chantaje. El vídeo de ayer destruye esa posibilidad,
obviamente, pero es que también se supo ayer que ese infame asesinato fue
cometido y grabado hace un mes, el 3 de enero, por lo que cuando el EI
chantajea a Jordania hacía muchos días que el piloto estaba más que muerto.
¿Por qué entonces ese teatro, esa petición, esa oferta, si el rehén ya es un
cadáver? Es absurdo. La única explicación que se me ocurre es que, como pasa a
veces con los matones de colegio en sus tretas a los débiles, al EI no le
bastaba con ejecutar vilmente a su presa, sino que quería también humillar a
Jordania, verla suplicar, verla ceder ante su poder, y en el momento en el que
considerase que había cedido lo suficiente, golpearle en lo más profundo con la
difusión del vídeo, en lo que me parece una táctica muy retorcida pero que deja
en evidencia la sensación de poder que poseen los iluminados rectores del EI y
la desfachatez con la que se mueven. Jordania, que ahora está sumida en la cólera,
también lo estará en lo más profundo en una vergüenza inevitable, porque se ha
puesto de rodillas ante los asesinos y estos, además de despreciar su gesto, le
han golpeado de la manera más inmisericorde posible. Humillación absoluta. La
respuesta jordana ha sido la inmediata ejecución de la prisionera islamista
que, junto a otro miembro de la banda, ha sido ahorcada esta noche en una cárcel
del país. Ojo por ojo, diente por diente, sangre más sangre. Eso es lo único
que ha obtenido el EI.
Y esta ejecución quizás sirva para aplacar la cólera
que se vive en Amán y enjuagar esa vergüenza colectiva a la que me refería,
pero no tengo duda alguna que le da absolutamente igual a las huestes del EI,
que siguen con sus ofensivas y actos (iba a escribir inhumanos, pero sólo los
humanos hacemos las cosas que hacen ellos) y que sólo entienden el lenguaje de
la guerra. ¿Cuántos vídeos más tendremos que ver o censurar para entender que sólo
batallando sobre el terreno acabaremos con esta pesadilla? ¿Cuánto horror, que
cada día se vive en las zonas conquistada por el EI, es el necesario para
obligarnos a actuar? Los nazis de nuestra era son ellos, y como pasó en los
años treinta, no nos decidimos a intervenir. Y así nos va.
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