viernes, mayo 29, 2015

¿Debería Reino Unido permanecer como miembro de la UE?

Obnubilados por el resultado electoral del pasado domingo, no estamos prestando atención a muchas otras cosas que pasan fuera de nuestro mundillo local. En la UE, sin ir más lejos, esta ha sido una semana muy intensa, llena de rumores griegos y realidades británicas. El que las dos palabras que más de moda están hoy en día en Europa sean Grexit y Brexit es un síntoma de que parece haber más gente dispuesta a irse que a quedarse en el club, y eso es, de por sí, una mala noticia. Confió en que ninguna de estas salidas se materialice, pero el riesgo cierto ya está ahí.

Coincidiendo con el inicio de la legislatura, con esa pomposa ceremonia regia en el parlamento de Wetsminster que parece sacada de un rodaje de época, Cameron ha iniciado una gira por capitales europeas para explicar su idea del referéndum y, de paso, usarlo como arma negociadora a la hora de obtener mejores condiciones para la permanencia de Reino Unido en la UE. La idea es simple: o me da más y me quedo o hago la consulta y a saber qué pasa. La pregunta a ser votada por parte de los británicos, que es con lo que hoy titulo el artículo, está formulada de manera que parece llamar más al sí que al no, pero la mera idea de plantearla es un riesgo muy serio. La hipotética salida de Londres del club de la UE sería perjudicial para ambos, un mal juego en el que todos perderíamos, y que ahora mismo consiste en una subasta para ver quién lo haría en mayor grado. Empresas que cambiarían de residencia fiscal, el fin del espacio Schengen y la ciudadanía comunitaria en el Reino Unido, problemas para una city global que actúa como polo financiero de gran parte de los bancos europeos (el Santander sin ir más lejos) etc etc. Y por encima de todo la idea de fragmentación, de ruptura, de hacer reversible un sueño que hasta ahora sólo caminaba en la dirección de la unión, bien es cierto que muchas veces a través de un sendero retorcido y lleno de fango. La consulta fue una de las propuestas con las que Cameron se presentó a las elecciones que, de manera brillante, ha ganado, por lo que es obvio que su mención no corresponde a un farol o ardid de juego de cartas, sino que busca zanjar de una vez por todas, si eso es posible, la ambigua relación que los británicos viven con los continentales. Hoy en día Reino Unido ya es un socio extraño de la UE, no sólo porque no participe en el euro, sino porque desde hace tiempo se desvinculó de la política agraria común, la PAC, recibiendo a cambio el famoso cheque británico, y en general participa de muchas de las políticas comunes de manera tangencial, cuando no directamente autista. El país posee dos almas, una que mira a Europa y otra al gigante norteamericano, que habla su lengua y es un mercado directo para sus empresas. Y en Londres sigue latiendo, cierto que cada vez menos, un corazón que recuerda su pasado imperial, de no hace demasiadas décadas, y que es fácil suponer aún sangra por la herida de la pérdida. Hace poco más de medio siglo Reino Unido seguía siendo una potencia colonial de primer orden, y eso ahora no es sino una excusa para fabricar recuerdos turísticos y reuniones de la Commonwealth en las que la reina de Inglaterra sigue siendo la soberana de todos ellos. El inglés, orgulloso vencedor de la II Guerra Mundial, ve poco a poco como en el continente surge de nuevo un poder, esta vez económico, y que una Alemania con una economía insuperable le gana en casi todos los aspectos. Y eso le crea enormes recelos, que el populismo nacionalista alienta para poder pescar en ellos. Y de ahí surgen tensiones que no dejan de entorpecer el camino de la Unión.

¿Se llevará a cabo finalmente la consulta? A día de hoy las probabilidades de que eso ocurra son altísimas, y en ese caso el resultado, incierto, determinaría el futuro de la UE, querámoslo o no. Curiosamente los nacionalistas escoceses, los otros vencedores de las recientes elecciones, son muy pro europeos, mientras que el núcleo anti UE se encuentra localizado en las huestes más recalcitrantes del propio Cameron. Si logra dominar a los suyos y obtiene un SÍ en la consulta todos habremos ganado, pero hasta que eso se produzca nos quedan meses, años hasta 2017, de nervios, intrigas y, también, sondeos. Hablaremos mucho de este asunto.

Subo a Elorrio el fin de semana y me cojo el Lunes festivo. Hasta el Martes 2, disfruten y sean felices.

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