Esta semana, dentro de un vuelo
de rutina, han regresado a la tierra tres de los residentes que permanecían en
la Estación Espacial Internacional, ISS en inglés. Sita a sólo 400 kilómetros
de la Tierra, la distancia que hay entre Madrid y Elorrio, mismamente, la ISS
es nuestra “casa” en el espacio, y lleva ocupada desde hace muchos años, por
tripulaciones que se relevan en estancias de unos tres meses. Esta vez no ha
sido así. De los tres retornados, dos de ellos, Mijáil Kornienko y Scott Kelly
han pasado 340 días en el espacio, casi un año, tratando de averiguar, entre
otras cosas, los efectos de la estancia prolongada en ausencia de gravedad.
El caso de Scott Kelly es muy
especial. Quizás le hayan visto alguna vez por la tele, es un hombre robusto, de
mirada afilada, calvo pelado…. O puede que hayan visto a alguien que se le
parezca mucho. Y es que Scott tiene un hermano gemelo, Mark, que no es
astronauta. La existencia de este par de gemelos le ofreció a la NASA la posibilidad
de hacer un experimento natural muy curioso. Ya sabemos que para realizar la
mayor parte de experimentos de, por ejemplo, medicamentos, se buscan dos
poblaciones lo más parecidas posibles, a una de ellas se le da el fármaco que
se quiere testar y a otra no, y se compara entre ambas qué sucede con la
enfermedad que padecen. Este grupo de pacientes no tratados es lo que se
denomina “grupo de control” y la prueba del éxito (o fracaso) del experimento
es que el grupo tratado tenga un comportamiento significativamente distinto, y
en el sentido deseado, que el grupo de control. Así, una vez que la NASA
determinó que tiene que volver a entrenar a sus astronautas en misiones de
estancia prolongada en el espacio, de cara a futuros viajes a Marte u otros destinos
(ojala!) la agencia contactó con los hermanos Kelly para proponerles el
experimento. Scott se iría al espacio casi un año, y Mark se quedaría en la
Tierra, y ambos estarían constantemente monitorizados en un montón de parámetros
vitales, con el objeto de que, dado que la carga genética y el cuerpo de ambos
es el mismo, contrastar contra un cuerpo “de control” los efectos de la
gravedad prolongada. La idea es muy ingeniosa, y se ha podido hacer gracias a
la casualidad de que exista este par de gemelos, y la colaboración del que se
ha quedado en tierra, que no ha viajado al espacio pero que ha estado controlado
en todo momento. En todo este tiempo ha sido, parafraseando a Alberti,
astronauta en Tierra, y es de suponer que su vida haya sufrido perturbaciones
de uno u otro tipo. Ahora, con su hermano de vuelta, ambos serán sometidos a
pruebas de todo tipo para contrastar su salud, estado físico y demás variables
que ustedes puedan imaginar. Ya se saben muchos de los efectos que son
provocados por la ausencia de gravedad, y la antigua URSS, con el uso de la
MIR, llegó a registrar estancias de sus cosmonautas en el espacio superiores a
un año, comprobando que la debilidad física que genera la ausencia de gravedad
y la pérdida de diversas sustancias importantes para el cuerpo generaban
problemas que iban a más con permanencias cada vez más largas, sin lograr
estabilizarse. Hacer gimnasia allá arriba para combatir esa debilidad creciente
fue una de las lecciones de esos experimentos. Ahora podremos aprender mucho más.
Un pequeño apunte sobre la vida
de Mark Kelly que no quiere dejar olvidado. Alcanzó una relativa, e indeseada fama,
hace algunos años cuando su mujer, Gabrielle Gifffords, congresista demócrata,
fue tiroteada y gravemente herida por un fanático cuando pronunciaba un mitin
electoral al aire libre. Giffords se salvó, casi milagrosamente, pero sufrió
enormes secuelas, físicas y mentales. Tuvo que volver a aprender a andar, hablar,
vivir, y en todo momento Mark, y su gemelo Scott, estuvieron allí para
ayudarle. En esos momentos Mark vivió en el cuerpo de su mujer lo más parecido
a un infierno. Ahora su hermano Scott ha regresado del cielo. Desde luego los
Kelly son unos gemelos muy especiales. Y admirables.
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