lunes, noviembre 21, 2016

Arrival, La Llegada, excelente película


Partiendo del hecho de que me gusta la ciencia ficción, acudí a ver la película Arrival, en castellano “La Llegada” con bastante ilusión y ganas, confiando en encontrar, por fin, una buena historia que me llegase en un marco avanzado y fantasioso, y a ser posible con un poco de adultez, por así llamarlo, dado el infantilismo expresado en sobredosis de efectos especiales que, muchas veces, tratan de ocultar la carencia de una verdadera historia. Y ya desde sus inicios Arrival es una película diferente, sensible, humana, que atrapa, y que empieza a generar preguntas, y tarda mucho en ofrecer respuestas.
 
El argumento de partida es sencillo y visto en varias ocasiones. En medio de nuestro mundo, de repente, aparecen unas naves espaciales que provienen de otros mundos y con ellas, otros seres. Se sitúan en doce puntos aleatorios del planeta y aparentemente no hacen nada salvo estar ahí. El gobierno de EEUU contacta con una experta en lenguajes para tratar de establecer algún tipo de comunicación con ellos, y a partir de ahí se desarrolla una trama en la que la geopolítca, la ciencia y los sentimientos juegan un papel fundamental. Pero sobre todo Arrival es una película sobre comunicación, sobre cómo es posible hacernos entender unos con otros, y entre nosotros y mundos diferentes. Los seres que ocupan esas naves poseen un lenguaje, y una especie de grafía, pero que no tiene nada que ver, ni estética ni conceptualmente, con los que poseemos nosotros, y no podemos olvidar que es el lenguaje lo que nos permite entendernos, aprender y expresarnos en cada momento de nuestras vidas. Sin él estamos amputados, nos sentimos discapacitados. Es la sensación que tengo cada vez que me veo forzado a utilizar el nefasto inglés que se, la de un ser inferior, la de alguien que trata de hacerse entender y no lo logra. Sin el lenguaje nada somos. Y si lo malinterpretamos corremos unos riesgos enormes. Las sutiles diferencias que hay entre una advertencia y una amenaza, entre un aviso y una imposición… miles de problemas pueden surgir en cada momento al utilizar esa herramienta tan potente, pero también tan subjetiva, que es el lenguaje. A todos estos inmensos retos, imposibles, se enfrenta la protagonista de la película, encarnada por una soberbia Amy Adams, que empieza a utilizar no tanto estrategias basadas en su dominio de las lenguas, sino trucos y tretas que serían las que alguien usaría en un país completamente extranjero, con carteles, gestos, movimientos de las manos, y todo un repertorio de acciones que tratan de hacer comprender a los visitantes quienes somos, antes de saber qué es lo que ellos desean. La película avanza en este relato mientras, en paralelo, crecer la incomunicación entre las distintas sociedades de la Tierra que, enfrentadas cada una de ellas al mismo reto con sus extraterrestres, empiezan a divergir sobre cómo actuar y, si es necesario, defenderse de lo desconocido antes de correr nuevos riesgos. Ambas tramas se acaban juntando en un final tenso, emocionante, y en el que uno de los factores que ronda a lo largo de toda la película, y que por supuesto no se lo voy a revelar, resulta ser crucial para encontrar una salida. Pese a ello, no se puede decir que, aunque lo parezca, la cinta tenga un final feliz, y eso se debe a la propia complejidad de la historia y a lo real que muestra tanto nuestras emociones como los miedos que las oprimen.
 
Heredera de “Encuentros en la tercera fase” y “Contact” es ese trasfondo místico, si quieren ustedes, el protagonista principal de una película lenta, pausada, ajena al torrente ruidoso que llena muchas salas de cine, que trata al espectador como un adulto inteligente como pocas veces se ha visto, y que no requiere para su comprensión saber nada de física, sea teórica o cuántica, como por ejemplo si pasaba en la también notable “Interestellar”. El reparto, corto, lo hace muy bien, pero debo reiterar mi aplauso para Amy Adama, sobre la que gravita toda la acción, que encarna a un personaje complejísimo, tortuoso, lleno de matices y dolores, que es la clave de bóveda de una película en la que los extraterrestres, sobre todo, podemos ser cada uno de nosotros. Véanla y juzguen por sí mismos.

1 comentario:

MMO dijo...

Deberías leer el relato sobre el que está basada la película.
Sin ver esta última, seguro que es cien veces mejor. Premio Hugo.

https://minorityreport-alderaan.blogspot.com.es/2016/09/hugo-la-historia-de-tu-vida.html

Saludos