miércoles, noviembre 02, 2016

Contaminación y tráfico en Madrid


Mañana la de hoy que aparece despejada y tranquila en Madrid, fresca, pero nada para lo que debiera ser un 2 de noviembre. Si miro por la ventana de la oficina veo algunos cirros altos en el cielo, trazas de estelas de aviones y una cierta brumilla al fondo. La contaminación no es hoy especialmente destacada, al menos en su faceta visible, y es imposible distinguir las emisiones de óxidos de nitrógeno, ozono y otros componentes nocivos, que son invisibles al ojo humano. Las calles están llenas de coches y así estarán todo el día. No hay cambios meteorológicos previstos hasta el fin de semana.
 
El Ayuntamiento de Madrid, o más bien su inexistencia, que ya dura casi cinco años, se ha vuelto a pillar los dedos con el protocolo anticontaminación y todo lo relacionado con la medición de emisiones y las medidas que hay que tomar al respecto. Los altos niveles de óxidos de nitrógeno desde hace varios días dispararon las alarmas e hicieron ponerse en marcha los escenarios denominados I y II del protocolo. Esos escenarios consisten, en su primer grado, en una reducción de la velocidad en la M30 (primer gran anillo de circunvalación de la ciudad) y el espacio que por ella queda cercado, llamado almendra central. Tras persistir las altas concentraciones, se decretó el escenario II, que impide el aparcamiento a los no residentes en esa almendra, por lo que los parquímetros dejan de funcionar. Hasta ahí son medidas que habíamos visto ya en marcha el año pasado y que, muy importante, se pueden tomar con los recursos de los que dispone el Ayuntamiento. Ayer, durante todo el día, con las emisiones aún altas, existía el riesgo de que se decretase el escenario III, que consiste, a todas las restricciones anteriores, sumar la prohibición del acceso a la almendra a los vehículos según tengan matrícula par o impar, en función del dígito del día en el que se aplique la restricción. Y esta medida, que se ha puesto en marcha en algunas otras capitales europeas, es novedosa por completo en España. Y ahí es donde me empiezan a surgir las dudas, porque sospecho que no hay infraestructura preparada para controlar el acceso por matrículas. ¿Hay pórticos instalados con cámaras en todas las entradas a la ciudad que controlen las matrículas que acceden? Dudo de que exista un sistema de control similar y que funcione como es debido. En Londres, por ejemplo, se paga por acceder al centro, pero todos los accesos están controlados tecnológicamente y ese pago resulta efectivo. Me temo que si se pusiera en marcha la medida de las matrículas aquí su eficacia dependería de lo que trabajasen los empleados municipales encargados de vigilar el tráfico y aparcamiento, y de lo rápido que fueran sus ojos para captar placas y poner multas. ¿Existe así mismo una coordinación entre el Ayuntamiento, Comunidad y demás responsables para adecuar el transporte público a la salvaje demanda que supondría una medida de este tipo? Frecuencias, servicios de refuerzo, líneas adicionales… ¿está todo eso pensado y preparado para ponerse en marcha de un día para otro? Tengo mis serias dudas al respecto, tantas como me surgen a cada pregunta que me hago, o leo, sobre las consecuencias reales de implantar una medida tan restrictiva y novedosa.
 
Y la duda más gorda de todas es cómo piensan los servicios municipales que esa medida, o cualquier otra, pueda ser llevada a la práctica si ayer no se supo de su implantación o no hasta casi las 12 de la noche. Es imposible que nadie pueda planificarse con semejante grado de improvisación. Se anunció que a las 21 horas se sabría lo que iba a suceder, en un sentido o en otro, pero hubo casi tres horas de retraso, en las que mucha gente se fue a la cama. No puede ser que esto se decida de esta manera y con un sistema tan precario en lo que hace a seguridad jurídica e informativa. Hemos escrito protocolos de actuación en una norma, probablemente opiados de otra, sin tener ni idea de cómo gestionarlos y aplicarlos. Así no se puede seguir.

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