Octubre fue un buen mes para la
bolsa, frente a la ganada fama de desastroso que posee. El Ibex encadenó
subidas y volvió a romper la barrera de los 9.000 puntos, reduciendo las
pérdidas anuales a poco menos del 3%, en un año de lo más convulso que, recordemos,
empezó con descensos muy pronunciados y generalizados. Sin embargo, en las
últimas semanas, las caídas han vuelto, y tras la pérdida del lunes y el
batacazo de ayer la situación de las bolsas vuelve a ser delicada. El 9.000 se
ha vuelto a perder y los mercados, rojos, tienen una pinta fea, sobre todo por
las noticias que llegan del exterior.
¿Empieza
a cotizar la posibilidad de que Trump gane las elecciones en EEUU? No lo
descarten. Si algo nos ha enseñado este 2016 es a ser muy muy modestos con
nuestras previsiones. Todavía recuerdo el impacto que me produjo el despertar
de finales de junio en el que me enteré que el maldito Brexit había ganado en
Reino Unido, y seguro que más de uno recuerda ese aciago día en los mercados,
el peor en la historia del Ibex, con una bajada del 13%. Casi todos confiábamos
en las encuestas que, aunque justas, daban de manera casi unánime una victoria
de los partidarios de la unidad y, sobre todo, confiábamos en la racionalidad
del votante. Craso error. El votante hizo lo que quiso, como siempre, y en este
caso, el resultado fue sorprendente y descorazonador. ¿Fue el Brexit un
anticipo de la victoria de Trump? No se qué decirles, pero ambos asuntos
empiezan a adoptar unos paralelismos que, como mínimo, me asustan. Hace unas
semanas se daba por segura la victoria de una gris Hillary frente a un salido y
desatado Trump, que se enfrentaba a todo y a todos. Hoy las cosas están mucho
menos claras, porque Trump sigue con su discurso, desvariado, pero que no le
resta voto alguno por increíble que parezca, y el fantasma de los correos
electrónicos de Hillary ha vuelto a despertar de la mano de un FBI cuya
actuación en este final de campaña resulta cuanto menos extraña. Eso ha hecho
que los sondeos se ajusten y la ventaja de varios puntos que llevaba Hillary en
casi todos ellos vaya menguando como las reservas de agua en verano. Y claro,
lo que parecía imposible hace unas semanas empieza a ser, como mínimo,
probable. La victoria de Hillary supone, sobre todo, continuidad, en los bueno
y en lo malo, y eso da certidumbre a los mercados, lo que más necesitan. Trump
es lo desconocido, en todos los sentidos, y de lo que ha dicho al respecto de
la economía, sus palabras se traducen en un programa que en gran parte podría
secundar Pablo Iglesias (de hecho sus pelos y peinados son la mayor de sus
diferencias). Proteccionismo, antiliberalismo, subsidios internos, intervencionismo,
y un montón de vagas referencias a reindustrializar su país. La situación en la
que se encontrarían los organismos reguladores norteamericanos, empezando por
la FED, ante un presidente que no dudaría en meterles la mano (en eso si hay
certeza de su experiencia) sería muy delicada, y es probable que la economía
del país sufriera inicialmente un duro shock en caso de victoria del quebrado
magnate. ¿Podría ese shock ser beneficioso a medio plazo? Quizás, enseñaría al
bocazas de Trump cómo se las gasta la realidad que pretende domesticar cual
toro de rodeo, y después de unos cuantos bandazos y saltos quizás se aplacase y
entrase en razón. O no. Y en todo caso en esos bandazos íbamos a salir
perdiendo todos. Nos conviene, a nuestras carteras y horas de sueño, que las
cosas no se desmadren, y con Trump en la Casa Blanca la tranquilidad
desaparecería por completo.
Hay un episodio de Los Simspon,
de las primeras temporadas, en el que Lisa o Bart, no recuerdo bien, viajan al
futuro, y Trump es Presidente!!! Como todo está en Los Simpson ese escenario de
pesadilla adquiere una verosimilitud que estremece. Las ventas de estos días
pueden ser un movimiento de precaución de las carteras, que anticipan lo que
pueda pasar el próximo martes, y quieren ir aún más a liquidez de lo que están
para, en caso de sorpresa negativa, eludir parte de las pérdidas. Y en caso de
victoria demócrata, retornar al parqué y hacer comprar a precios reducidos. En
todo caso, seamos prudentes, crucemos los dedos y que haya suerte la semana que
viene, créanme nos va mucho en ello.
Y como dirían Tip y Coll, mañana hablaremos del
gobierno
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