Con
su bajada de ayer, del 0,59% el Ibex dijo adiós a los 10.000 puntos y encadenó
una racha de diez días seguidos de bajada, igualando el récord de jornadas de
pérdidas consecutivas. Si hoy se repite el descenso estaremos ante la peor
racha de sesiones de la historia del selectivo madrileño. Suceda eso o no, y
créanme que hay récords que no compensa batir, el sentimiento de mercado se
está estropeando bastante, pasando de la euforia que se vivió hasta la
primavera de este año a una impresión más sombría. ¿Responde este cambio a un
viraje en la tendencia económica de fondo o es sólo una corrección bursátil
aislada? No lo se, pero espero que sea lo segundo y temo lo primero.
El inicio del año en las bolsas
fue excepcional. En pocas ocasiones han coincidido todos los analistas
entrevistados, que otorgaban a 2017 unas perspectivas de subida excelentes, y
más en las bolsas periféricas, una de las cuales es la nuestra. Y en efecto,
esto es lo que sucedió hasta marzo abril, en el que el Ibex y sus valores
subieron con una determinación espectacular. Muchas carteras se encontraron,
cubierto el primer cuatrimestre, con unas rentabilidades altísimas, que si
fueran las del conjunto del año darían para festejar una Nochevieja histórica.
Partiendo del 9.418 el 2 de enero, se alcanzó un máximo de 11.135 el 5 de mayo.
Y a partir de ahí empezó un lento goteo, una estabilización que poco a poco iba
perdiendo niveles, sin mucho ruido, pero con una constante bajada. Muy rápido
se perdió la cota del 11.000, y el rango de 10.100 – 10.500 ha sido en torno al
que nos hemos movido durante meses, sin perforarlo ni superarlo. A medida que
el desastre catalán iba tomando cuerpo el Ibex se quedaba, claramente, rezagado
del resto de mercados, lo cual es muy lógico. La bolsa americana y algunas
europeas alcanzaban máximos históricos día tras día mientras nosotros nos pegábamos
un tiro en el pie delante de las televisiones de todo el mundo. Nos perdimos
una potencial subida en esos meses, y ahora que parece que la crisis catalana
se encauza, que no arregla, los mercados globales empiezan a mostrar, desde
esos máximos, esperables síntomas de debilidad, casi hasta sanos, y han
comenzado a gotear a la baja, lo que arrastra a nuestro selectivo. ¿Eso lo
explica todo? En el caso de la bolsa es muy fácil encontrar explicaciones a
posteriori que justifiquen lo que no se supo ver a priori, por lo que no
esperen milagros de mi opinión (y, la verdad, de la de nadie). Los bancos
centrales ya han anunciado que empieza el recorte de la barra de liquidez
extraordinaria diseñada para sobrevivir al desplome de la crisis, y gran parte
de esa liquidez ha sostenido el mercado de bonos y acciones. Retirarla será
como ir privando de muletas a un señor que todavía cojea o bajar la dosis de
droga al adicto que a ella se ha enganchado. Se generaran problemas,
incrementos de volatilidad y reajustes en precios de activos que, hoy en día,
para nada reflejan los llamados “fundamentales” porque todos son altos gracias
al exceso de liquidez. Habrá ganadores y perdedores, como siempre, y se hará
dura la vuelta a la normalidad. Pero claro, la economía real va por su lado y
la que tenemos hoy en día no se parece en nada a la que hubo antes de la
crisis, aunque se puedan estar gestando también burbujas en su interior (¿es
una de ellas la actual cotización de la bolsa de EEUU o la del mercado de
bonos? Enorme pregunta). La “uberización” creciente de servicios, la digitalización
de todo, el constante auge asiático y el imparable envejecimiento occidental cambian
el panorama global. Las variables económicas empiezan a no responder como era
de prever según los modelos.
¿Dónde está la inflación que tenía
que aparecer tras esa política monetaria salvaje practicada por los bancos
centrales? ¿Se la ha comido la trampa de liquidez? ¿El spmartphone, derrumbando
precios de servicios asociados, se la ha tragado? ¿Está esperando para dar un
zarpazo? ¿Por qué los salarios no suben en economías como la norteamericana que
tienen tasas de paro de pleno empleo? ¿por qué la productividad sigue estancada?
¿Puede subir la bolsa sin que esa productividad logre hacerlo? Montones de
preguntas, y muchas más, para las que no tengo respuestas, y que dejan el
comportamiento del Ibex en algo un poco anecdótico, aunque pude ser la señal de
turbulencias futuras que, por una u otra causa, se están formando en el
horizonte.
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