Ayer el Bitcoin batió un nuevo
récord y alcanzó una cotización de 8.289,77 euros la unidad, más de nueve mil
dólares. Hay muchas páginas donde ver la evolución de esta moneda, he aquí una
de ellas, y si nos dedicamos a ampliar el rango temporal de la gráfica
veremos como la subida de estos últimos meses es exponencial, disparada,
desatada, desenfrenada. Siempre es difícil decirlo a priori, pero si quieren
ver cuál es el aspecto de una burbuja antes de estallar, les recomendaría
quedarse con esa imagen, porque creo que la refleja perfectamente. Ahora,
recuerden, para que sea burbuja, tiene que venir un derrumbe en el futuro.
Sino, estamos ante otra cosa muy distinta, y mucho más importante.
El otro día en la cafetería del
trabajo salió el tema de los bitcoin y muchos de los allí reunidos no tenían ni
idea de lo que era, y ni les cuento lo que pueda pensar mi madre cuando, dentro
de unas semanas, llegue a leer esto. ¿Qué es el Bitcoin? Decir que es una
criptomoneda tampoco ayuda mucho, afirmar que es la resolución de un modelo
matemático menos, que es un invento virtual de un grupo informático lo complica
aún más, y que ese juego adquiera semejante valor resulta ya casi
incomprensible. El bitcoin es todo eso, y puede llegar a serlo mucho más. Es la
primera moneda virtual, artificial, fruto de la tecnología informática, creada
por un grupo de programadores de software que querían diseñar una unidad de
cuenta que no fuera manipulable. Sus diseñadores la concibieron como la
solución a un conjunto de complejos problemas matemáticos que requieren un uso
intensivo de ordenadores, lo que se llama “minado” y que consume mucha
electricidad. Tal y como está diseñada, hay un límite de bitcoins o soluciones
a esos problemas, que es de 21 millones de unidades. No puede haber más. En ese
sentido se ha comparado al bitcoin con el oro, y a sus creadores como unos
idealistas que soñaban con una moneda que no pudiera ser multiplicada hasta el
infinito por parte de los gobiernos, habituales creadores y manipuladores del
dinero. Pero que el bitcoin sea una moneda implica que debe ser aceptada como
tal para poder ser usada como medio de pago, intercambio y atesoramiento, que
es para lo que se utiliza el dinero. Supongamos que usted tiene bitcoins, lo
que implica que posee una memoria USB o un disco duro en el que se alojan esas
soluciones matemáticas, si nadie se al acepta a cambio de cosas, de poco sirve
su moneda. Hay algunos lugares en los que si se puede pagar con bitcoins, pocos
en el mundo real, variados en la internet normal y bastantes en la “deep web”
la internet profunda y oscura en la que se encuentran muchos negocios ilegales
o, al menos, no regulados. No es sólo una moneda de piratas, pero si son muchos
los piratas que la usan, dado que tampoco deja mucho rastro en sus
transacciones. Pero lo que sí es cierto es que, como instrumento de inversión,
muy volátil, el bitcopin es ahora mismo la estrella del momento. A mediados de
julio de este año el bitcoin valía, se pagaba, a 2.200 euros, lo que quiere
decir que desde entonces, en cuatro meses, casi ha cuadruplicado su valor. El
10 de enero de este año se pagaba a 859 euros, por lo que la revalorización en
el año se acerca al 1000 por ciento, ha multiplicado por diez su valor. El
mercado de bitcoins es de una volatilidad extrema, y junto a subidas disparadas
se encuentran desplomes igualmente abruptos, pero es cierto que para los
amantes de la ruleta rusa financiera no hay hoy en día otro lugar en el que
poder ganar más y más rápido que en el intercambio de este particular activo.
Ahora mismo hay algo más de dieciséis millones de bitcoins descubiertos, minados con esos
incesantes ordenadores que los trabajan en todo el mundo, y que consumen mucha
electricidad, por lo que si multiplicamos obtenemos que el mercado de
bitcoins vale unos 140.000 millones de euros, el 14% del PIB de España. Una
burrada.
¿Cuánto vale realmente un
bitcoin? ¿Millones? ¿nada? La única respuesta válida en cada momento es lo que
el mercado determine, en función de la oferta, demanda y legislación. Cada vez
que China, país en el que se ejecutan la mayor parte de transacciones, ha
alterado algunas reglas la cotización ha pegado saltos muy bruscos, casi
siempre hacia abajo. ¿Son las criptomonedas el futuro del dinero? No lo se,
pero ahora mismo muchos bancos centrales y analistas observan lo que pasa en el
mercado de bitcoins (y de otras igualmente virtuales como ethereum) para saber
si el futuro va por ahí o no. ¿Será el dinero del futuro una especie de bitcoin
creado y regulado por los estados? Así nacieron muchas monedas y billetes que,
con el tiempo, fueron confiscados por los gobiernos para su monopolio. Toca
esperar, ver y, de paso, saber si hay burbuja o no
No hay comentarios:
Publicar un comentario