miércoles, abril 04, 2018

El master de Cifuentes


No se si tengo en casa justificantes de todo lo que he estudiado en mi vida, que es menos de lo que debiera. Sí creo recordar dónde guardo los certificados de la carrera (Económicas) y el postgrado con el que se reconocía la realización de los cursos de Doctorado y la tesina correspondiente, que no tesis. No soy Doctor, pena me da, ni creo que lo vaya a ser nunca, pero al menos de esos dos estudios tengo diplomas acreditativos. No miento en los currículos, salvo ese “nivel medio de inglés” para decir que algo sabemos pero, por favor, no nos lo hagan demostrar, ni le encuentro sentido a inventarse reconocimientos académicos que no se poseen, hecho que sólo demuestra incultura absoluta.

¿Se ha inventado Cristina Cifuentes su master en la Universidad Rey Juan Carlos? ¿Se lo regaló la Universidad sin que ella hiciera nada a cambio? Estas son las preguntas básicas que hoy debiera aclarar la presidenta de la Comunidad de Madrid si no quiere meterse en un serio aprieto político que, si no espabila, puede hacer embarrancar su carrera política. Son muchos los enemigos que Cifuentes ha hecho a lo largo de los años, especialmente en el entorno de su propio partido, donde la corruptela y los años de mandato de la lideresa Esperanza y su corte de sapos han dejado la imagen del PP regional convertida en un erial. Como azote de los corruptos y poseedora de una imagen nueva, Cifuentes logró erigirse sobre los restos calcinados del “esperancismo” para forjar un nuevo liderazgo regional y salvar al PP del desastre total, logrando retener el gobierno de la Comunidad de Madrid, gracias a su pacto con Ciudadanos, frente a la pérdida del ayuntamiento capitalino. Por ello, cada vez que Cifuentes se ha metido en problemas ha sido inevitable recurrir a la expresión de “fuego amigo” queriendo decir que los más interesados en destronarla son precisamente aquellos que o vienen de la época de Esperanza o la consideran como una de las culpables de que aquellas corruptelas salieran a la luz. La afición a los dosieres secretos y el espionaje interno mostrada por personajes tan turbios como Granados o Ignacio González han contribuido, y no poco, a alentar esta teoría. Pero más allá de todo ello, y de los muchos que quieran aprovecharse de su desgracia, el flanco abierto que ofrece Cifuentes a sus rivales es, en su gran parte, fruto de su propia actitud. Cuando se originó esta polémica, hace ya unas semanas, Cifuentes podía haberla acallado de un plumazo mostrando el famoso TFM y todo se habría quedado en ruido mediático, acusaciones falsas y una nueva muestra de lo que no es periodismo de investigación, pero Cifuentes no hizo nada de eso. Decidió contraatacar usando el argumento de la persecución, de la ojeriza de unos y otros contra ella, su gestión y sus valores. Y poco más. A medida que ha ido pasando el tiempo las noticias han evolucionado, poniendo cada vez más en precaria las explicaciones de Cifuentes, y extendiendo una sombra de dudas sobre la propia Universidad, que puede ser una de las grandes perjudicadas en toda esta historia si se acaba demostrando que hay algo irregular. Testimonios de alumnos que no la vieron en su momento, docentes que hablan de prácticas extrañas, aparente ausencia del trabajo en los propios repositorios de la Universidad… un cúmulo de noticias que no hacen sino aumentar las sospechas sobre lo que allí ha pasado. Por ello es muy elevada la necesidad de que las explicaciones de hoy sean claras y las pruebas aportadas contundentes. En caso contrario, como han señalado algunos medios, a Cifuentes se le puede empezar a poner cara de Pedro Antonio Sánchez, EXpresidente de la Comunidad de Murcia.

Cifuentes me cae bien, me parece una política poco habitual para los usos que acostumbran en nuestro panorama. Superviviente de un grave accidente de moto, sería absurdo que hubiera puesto en riesgo su carrera política por una tontería como un master que ni le aporta ni le da votos ni prestigio alguno, pero cada caso de corruptela que hemos vivido nos muestra hasta qué punto la naturaleza humana puede hacer caer a los individuos por el pozo de la ambición a cambio de auténticas tonterías (relojes, trajes, implantes capilares, rayas de coca…) A un año de las elecciones autonómicas, y con Ciudadanos en la cresta de las encuestas, la prometedora carrera de Cifuentes se enfrenta hoy a uno de sus mayores retos. Si no lo salva, puede entrar en franca decadencia.

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