viernes, marzo 08, 2019

El BCE ve crisis


Pocas novedades tuvo la reunión de ayer del BCE, pero fue eso precisamente, el cumplimiento de las expectativas sobre lo que iba a suceder, lo que supuso un varapalo para los mercados y, especialmente, para el sector bancario. Las decisiones tomadas y el mensaje que transmitió Draghi tienen un punto en común, que es del ineludible deterioro de la economía de la eurozona, y por ende de Europa. No se va a quedar parado el BCE, pero al activarse oficializa la existencia de un problema económico, que no sólo es europeo, sino global, y da por, sino terminada, si agostada la recuperación vivida tras la crisis. Vienen curvas, vino a decir Don Mario, en forma de previsiones de crecimiento raquíticas.

Dos fueron las principales medidas adoptadas tras la reunión de ayer. Una es la extensión de los programas de TLTRO, cuyo destino era ir agotándose. ¿Qué es esto? Dicho de una manera muy cutre, son préstamos en muy buenas condiciones que el BCE hace directamente a los bancos de la eurozona con la condición de que destinen ese dinero a crédito en el mercado real, tanto a particulares como a empresas. Las condiciones financieras de esos préstamos son muy ventajosas para las entidades financieras y, en el fondo, es una forma de que el BCE impulse el crédito real, cosa que con sus medidas y competencias no puede hacer. Estimular el crédito es una medida de reactivación económica que se hace cuando el ciclo desciende, por lo que extender e intensificar estos programas es una manera de luchar contra un frenazo en la actividad. La otra medida, de aún mayor calado si cabe, es la de dejar claro que los tipos de interés no van a subir durante mucho más tiempo del que era esperado. Hace meses se especulaba con la posibilidad de que, siguiendo el ejemplo de la FED norteamericana, el BCE aumentara tipos este 2019, una vez casi seguro y dos probablemente, en función de la coyuntura. Sin embargo, con el otoño del 2018 y los cada vez más crudos datos de comercio internacional, y la sensación de frenazo global, la FED frenó en sus escaladas de tipos, que allí ya han subido hasta el 2% – 2,5% y se puso en modo espera, lo que trastocó esas previsiones alcistas que existían a ambos lados del charco. En la reunión anterior, de principios de año, Draghi no fue muy claro al respecto, dejando abiertas tanto la posibilidad de subidas futuras como su negación. Ahora ha sido mucho más explícito, reconociendo que en el contexto actual una subida de tipos sería una especie de puñalada trasera a la economía de la eurozona. Esto es la asunción completa del frenazo económico, y para los bancos es una muy mala noticia. Su principal negocio es el margen de intermediación entre lo que pagan la depositante de ahorros y lo que cobran al que solicita crédito, y con los tipos muertos como están desde hace mucho en la eurozona el negocio vive en estado anoréxico. Futuras subidas hubieran sido para ellos un revulsivo en sus cuentas, y así lo cotizaban en los mercados bursátiles. Tras la decisión de ayer las caídas de esas empresas en bolsas fueron muy duras, con bajadas de hasta el 7% en casos como Sabadell, y medáis del 3% – 4%. Los que también ayer se debieron quedar muy chafados son los hipotecados que, en los últimos tiempos, han contratado productos a tipo fijo para protegerse de esas cacareadas subidas de tipos y que, mes a mes, pagan un sobreprecio respecto al variable sin que se vea que el euríbor, que sube con una velocidad similar a la modestia de Pablo Iglesias, pueda convertirse en un peligro a corto o medio plazo. En economía apostar sobre lo que va a suceder es siempre necesario, dado que muchas decisiones se toman ahora pero se ejecutarán en el futuro, y en este caso los que así han actuado con sus hipotecas no han acertado. Sí lo han hecho las entidades financieras que han podido colocar esos tipos fijos, por cierto.

¿Qué perspectivas nos deja esto para el conjunto del año? Inciertas y muy abiertas. Es poco probable que nos topemos con una recesión en toda regla en la eurozona, pero la debilidad de economías como la italiana, que probablemente si viva una recesión, y el estancamiento alemán, muy penalizado por las guerras comerciales, hacen que el conjunto no pueda carburar mucho. Factores incontrolables como el Brexit, los populismos en las elecciones europeas o la relación entre EEUU y China van a condicionar el rumbo de estos meses y obligarán a todos los actores a posicionarse. En todo caso este año pinta algo más gris y complicado en la macro que los anteriores. Y Draghi acaba su mandato en octubre. A ver qué es lo que sucede.

Subo a Elorrio el fin de semana y cojo unos días de ocio. Si todo va bien nos leemos el próximo jueves 14. Sean felices.

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