miércoles, febrero 19, 2020

El coronavirus va a más y la bolsa sube


Una de las cosas que más comentarios está suscitando estos días en el mundillo económico es la complacencia, cuando no ausencia total de sentido, con la que las bolsas globales están respondiendo al brote del coronavirus chino. Cuando los datos de la epidemia no dejan de crecer y extenderse, y el número de muertos ya ha superado la barrera de los dos millares, los mercados siguen subiendo como si nada, ajenos a las consecuencias económicas que la enfermedad puede tener sobre el crecimiento global. Como muestra nuestro Ibex que ayer, por segundo día consecutivo, aguantó por encima de la cuota de los 10.000 puntos, en un año que, de momento, es de clara ganancia.

¿A qué se debe esto? No lo se. Dos son las explicaciones que circulan por todas partes como excusa para estos ascensos. Una es que los inversores sí están preocupados por el coronavirus, pero el consenso general es que se trata de un problema de corto plazo. Es decir, que va a causar trastornos y problemas de todo tipo pero que, con la misma sorpresa con la que llegó, se irá, de tal manera que tras una caída de los indicadores económicos vendrá un fuerte rebote y esta enfermedad no supondrá un descenso en el camino del crecimiento económico sino un mero bache. La otra explicación es la de la magia monetaria, yes que día sí y día también el banco central chino anuncia nuevas medidas de estímulo e inyección financiera para tratar de ayudar a empresas y la economía del gigante asiático y que las cosas no descarrilen, y esta magia monetaria china se verá acompañada de medidas igualmente expansivas por el resto de autoridades monetarios mundiales si las cosas se ponen feas, o ese es al menos el mantra que repiten sin cesar los que son preguntados. La FED, el BCE o lso bancos centrales de Japón y Reino Unido actuarán de manera intensa y coordinada para evitar problemas globales si estos llegan a darse. En general, los dos argumentos se basan en uno, que es la confianza sobre las herramientas que tenemos para hacer frente a un sobresalto económico de baja intensidad, pero a mi hay muchas cosas que no me cuadran en todos estos argumentos, y por ello no acabo de estar ni convencido ni tranquilo. Mi principal duda es que las políticas monetarias, que están ya muy exhaustas, son útiles ante problemas financieros, pero en este caso nos enfrentamos a problemas reales, no sólo en el mundo económico, sino en todos los aspectos. Las fábricas no producen, los consumidores no consumen, la economía china está parada y los problemas de suministro en cadenas de producción, fábricas y comercio global no harán sino crecer y extenderse a medida que el parón se prolongue, todo ello mientras la enfermedad no esté controlada. Para cubrir una deuda o un impago una inyección de liquidez por parte de una autoridad monetaria puede ser una medida muy efectiva, sí, pero si la fábrica está cerrada porque los trabajadores no pueden salir de casa por la cuarentena y las ventas no existen por esa misma cuarentena, ¿de qué sirve una línea de crédito a muy buenas condiciones? Sospecho que nos encontramos ante una situación de inusitada y artificial complacencia ante un problema de dimensiones mucho más grandes e intensas de lo que nos imaginamos, y que esta complacencia lo único que está haciendo es alargar el momento de toma de consideración de la gravedad de la crisis, lo que aumentará aún más si cabe la dimensión futura de la misma. También pudiera ser que, como pasa muy a menudo, esté equivocado y que los efectos económicos del coronavirus sean leves y pasajeros, apenas una pequeña gripe financiera global. Ojalá sea así, pero lo dudo mucho.

Ayer Apple, gigante donde los haya, y que como tal puede actuar sin mucho miedo al mercado, lanzó lo que se denomina un “profit warning”, un aviso de que sus ingresos y beneficios estimados no van a ser los previstos como consecuencia del coronavirus. China es un mercado trascendental para la compañía californiana tanto por el hecho de que sus aparatos se montan allí (Foxcon) como por el enorme volumen de ventas que obtiene entre los consumidores de aquella nación. ¿Ha sido Apple el canario en la mina? ¿el primer valiente que se ha atrevido a cuantificar las pérdidas que va a generar el coronavirus? Está por ver, pero es de esperar nuevos anuncios por el estilo y números cada vez más rojos provocados por una enfermedad de efectos sanitarios locales pero de consecuencias económicas, no lo duden, globales.

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