martes, mayo 19, 2020

Macron y Merkel mueven Europa


Ayer fue un día de grandes ganancias en los mercados financieros, cosa que es de agradecer en medio de este panorama. Las bolsas globales subieron con fuerza y las primas periféricas europeas cayeron. En lo que hace al Ibex remontó algo más del 4%, en medio de un sentimiento global optimista ante los inicios de la desescalada en muchos países, alentado aún más por las noticias de que algunos experimentos con vacunas, en este caso norteamericanas, son alentadores. Recuerden que lo que hoy son buenas noticias mañana pueden ser dudas, por lo que deben ser vistas con prudencia, pero a algo hay que agarrarse en medio de la tormenta.

Lo más importante de ayer, en lo económico y lo político, fue el acuerdo presentado por Merkel y Macron para crear un fondo europeo de reconstrucción de ámbito europeo, dotado con 500.000 millones de euros, que sería un complemento del presupuesto comunitario, que se gestionaría desde Bruselas, que se financiaría con deuda emitida por parte de las instituciones europeas y se dirigiría a apoya a las naciones más castigadas, entre ellas España, centrado en las áreas sanitarias, medioambientales y turísticas, entre otras. Lo que escenificaron ayer los dos principales dirigentes de la UE fue el acuerdo para crear un instrumento, la iniciativa política que lo va a respaldar, y que abre las puertas a que el conjunto de la UE lo haga. Cierto es que hasta que se produzca el acuerdo definitivo puede pasar tiempo y las cosas que ayer se dijeron, expresadas en una decisión comunitaria, pueden ser distintas, pero como decía refiriéndome a las subidas de la bolsa, es algo a lo que agarrarse en tiempos de zozobra. La iniciativa es distinta a otras ya presentadas y conocidas, sobre todo porque en ella se habla de transferencias, no préstamos, y se abre por primea vez la opción de emisión de deuda conjunta europea, que no computaría como deuda nacional de ningún país en concreto. Reitero, falta pulir los detalles, que siempre son delicados, pero lo de ayer fue lo más parecido que creo que vamos a ver a la creación de los famosos coronabonos, y eso es ya por sí mismo un gran avance. Un enorme avance. También se indica en el acuerdo que esas transferencias de dinero estarán acompañadas no exactamente de una condicionalidad, pero sí de la necesidad de que el estado receptor realice reformas y ajustes en sus economías, por lo que en este caso no estaríamos hablando de rescate propiamente dicho, como sí lo sería el recurrir al MEDE, pero en todo caso quien de estos recursos haga uso no podrá hacerlo libremente, porque se verá sujeto a una supervisión. Y es lógico, porque eso también supone la corresponsabilidad que tanto se demanda por parte de las naciones económicamente débiles, que necesitan recursos. Si te falta dinero y alguien te lo va a dar o dejar (no es lo mismo obviamente) el que te lo cede tiene derecho a condicionar para qué te lo da y cómo lo vas a emplear. Países como el nuestro o Italia, poseedores de cuentas públicas muy debilitadas, que empezaron este año con grandes niveles de deuda y déficit, se encuentran de bruces con una crisis devastadora que les va a descalabrar todos sus presupuestos y elevar los niveles de deuda hasta cifras estratosféricas, inasumibles. Las acciones de compra desplegadas por el BCE y el soporte de instrumentos como el MEDE pueden servir a corto plazo para dar un respiro a estas economías y permitirles afrontar los gastos de emergencia, pero carecen, carecemos, del músculo necesario para afrontar la reconstrucción sin una disciplina fiscal y unos recursos ausentes. Y ahí la presencia de este fondo puede resultar decisiva.

Una muestra de qué países están en condiciones de poder afrontar la crisis en solitario es la noticia conocida ayer de que lo puesto encima de la mesa por Alemania para sus empresas supone la mitad del volumen de las ayudas otorgadas en el conjunto de la UE. Es evidente que, pongamos España, no es capaz de hacer un esfuerzo ni siquiera comparable, y claro, eso penaliza aún más a las empresas españolas respecto a las alemanas. El acuerdo de ayer es un primer paso, y muy importante, en el camino de la creación de una integración fiscal europea y, si me apuran, movido por el optimismo, de un tesoro europeo. Pero no nos ceguemos, es necesario que en casa, como señaló ayer el gobernador del Banco de España, ajustemos las cuentas públicas a riesgo de que de poco sirva lo que desde fuera nos puedan dar.

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