martes, enero 28, 2025

China provoca un terremoto en la IA

El domingo por la tarde, mientras perdía el tiempo sin hacer nada de interés, vi que había algunas noticias referidas a una app china de IA que estaba siendo testada desde hacía unos días por expertos, y que, al parecer, ofrecía un resultado espectacular, comparable al de sistemas tipo Chat GPT de Open AI. Empezaban a aparecer opiniones sobre lo que eso supondría en el ecosistema de esta industria y el impacto que las características que la app china podía causar. A esas horas los futuros de los mercados de EEUU seguían cerrados, pero ya por la noche eché un vistazo y el rojo empezó a ser intenso. Reconozco que no puse relación a ambos fenómenos.

DeepSeek es el nombre de la empresa china que ayer desbarató gran parte de las creencias asentadas sobre cómo funciona la industria de IA y volatilizó valor en bolsa como nunca antes se había visto. Si ustedes entran en su web, con el logo de una ballena azul por bandera, tienen acceso a la app para descargarla y a un formulario de registro para darse de alta y empezar a interactuar con la IA, todo gratis. Se parece mucho a Chat GPT en su estética, pero eso es lo de menos, lo importante son las tripas. Sometida a un embargo tecnológico por parte de EEUU para que no pudiera acceder a los chips de altísima tecnología que se usan en la IA, China parece haber sido capaz de crear un modelo de IA de LLM, modelos de lenguaje que son comunes en todos estos bots, rompiendo los siguientes supuestos, hasta ahora considerados como condiciones necesarias; No ha usado los chips más potentes del mundo, no, sino unos que no son malos, precisamente, pero no la punta de lanza tecnológica. Son de Nvidia, sí, pero no sus joyas. No ha hecho un uso masivo de ellos, no, sino que le han bastado apenas un par de millares. Consecuentemente, el consumo energético de todo el sistema es bastante menor que el requerido por la infraestructura que hasta ahora se asociaba a los LLM, y todo ello redunda en un coste ridículo, que las fuentes oficiales chinas estiman en unos seis millones de dólares, una minucia comparada con los presupuestos que han hecho públicos Open AI u otras empresas norteamericanas. Además, DeepSeek, que traducido del inglés significa búsqueda profunda, está desarrollado en código abierto, lo que quiere decir que un especialista puede acceder a él, entenderlo y rehacerlo según sus necesidades. Es, más o menos, como la diferencia que hay entre Windows y Linux, siendo el primero un producto propietario de una empresa que lo ha desarrollado y no accesible en lo que hace a las tripas de su programación y el segundo un software en el que la comunidad que en él trabaja pone a disposición del resto los avances que se van creando para que, quien lo desee, pueda ir añadiendo, parcheando a adaptando según le convenga. El sistema de código abierto es un viejo conocido del mundillo de la informática y es muy querido por los desarrolladores, y odiado por los financieros, porque supone un golpe a la generación de ingresos entendida como la venta de paquetes de software cerrados y estandarizados. En fin, DeepSeek se convierte en una alternativa de bajo coste a los sistemas de IA conocidos, y ya sólo por eso supone una revolución en la materia, pero lo más importante de todo es que, según los expertos que lo están testando, es algo que funciona. Comparado con los últimos desarrollos de Open AI ofrece un rendimiento perfectamente comparable a la hora de superar pruebas de lógica y otros tipos de test a los que son sometidas estas máquinas para comprobar sus capacidades. Así que, casi de la noche a la mañana, una pequeña empresa china que era una total desconocida se ha convertido en un rival perfectamente competitivo para las joyas de la tecnología norteamericana, algo con lo que nadie contaba y que ha puesto patas arriba todo el mercado financiero global y, sobre todo, el relato de la supremacía de EEUU. Hay voces que opinan que todo es demasiado bueno para ser cierto, y que detrás de DeepSeek se esconde el potencial del gobierno chino, y en parte tienen razón, porque ese régimen controla todo lo que sucede en el país, pero a medida que pasen los días y los expertos calibren lo que hay se podrá ver si todo lo afirmado por la empresa china es cierto o no. Lo único que es seguro es que es una IA comparable a las conocidas en una nación que, según todos los que de esto saben, no debiera haber sido capaz de construir algo así.

El terremoto en los mercados ayer fue tremendo. Europa no se enteró de mucho, una de las pocas ventajas de vivir en el atraso tecnológico que ya nos caracteriza, pero en EEUU el golpe fue serio. El índice tecnológico Nasdaq cayó un 3% y la sangría fue enorme en las empresas que se dedican al sector, destacando Nvidia, la hasta ayer mayor empresa cotizada del mundo, fabricante de los chips que llenan todos los sistemas de IA conocidos. Ayer cayó un 17% y eso supuso perder un poco más de medio billón de dólares de capitalización, con b de burrada. Esa es la mayor pérdida de valor bursátil jamás registrada en la historia, equivale a casi la mitad de nuestro PIB. De esas dimensiones fue el golpe de ayer. Tremendo.

No hay comentarios: