lunes, febrero 04, 2008

FITUR

Ayer por la mañana me di una vuelta por FITUR, la Feria de turismo y viajes que se organiza anualmente en el IFEMA. Llevaba dos años sin ir, pero gracias a un amigo que me consiguió unas entradas me colé en el evento y pude darme una vuelta por los diferentes stands, desde los que países, empresas y Comunidades Autónomas rivalizaban en medios y horteradas para atraer a los votantes y convencerles para que vayan en sus vacaciones a conocer sus atractivos naturales, personales y gastronómicos.

Una de las cosas que más me fascina de estas ferias es la capacidad que tiene el público para llevarse cosas, especialmente si son gratis. Había muchas personas con maletas de viaje, dispuestas a llenarlas de folletos que no se si alguna vez serán catalogados y estudiados con detalle en casa. La cuestión es que es gratis, y eso siempre anima. En el pabellón de Italia vi ya el colmo del surrealismo. Te daban a probar un licor en vasitos de chupito (no se si era un lambrusco, o un limoncello, u otra cosa) y claro está, se organizaba una cola muy considerable. Lo más divertido es que, una vez terminada la botella del licor, había otra cola para llevárselas. Es cierto que la botella era bonita, de esas de cristal con celosía en plan anís del mono, cuadrada y con un tapón grande, con mucho empaque, pero hacer cola para llevarse botellas vacías de recuerdo ya me parece excesivo, aunque reconozco que es un souvenir más original que un paquete de folletos. Por lo demás. Muchas atracciones y actuaciones de cantantes locales. Sambas, merengues, voces eslavas, flamenco, canciones de la Pampa, sonidos orientales.. todo era una marabunta de ruido y espectáculo para captar al atención. En este aspecto los países europeos se lo trabajaron muy bien, con stands grandes, vistosos y completos. Era decepcionante el pabellón de China, y más en un año olímpico. Pequeño, con poca información, y con un personal amable y atento, que sonreía mucho, pero que poco español sabía aparte del de el saludo de rigor. Otro pabellón triste era el de Estados Unidos, con poquísima información, pero el recuerdo que tenía de mi anterior visita a la feria era similar, y aún no se porque los EE.UU. destinan tan poco esfuerzo a esta feria, y más con el dólar por los suelos pudiendo recibir miles de visitantes. Me hacía mucha ilusión visitar el pabellón de Dubai, a ver si ponían alguna foto de la torre del Burj Dubai, pero no. Unos sofás con pintas de caro y ofertas de una semana en hotel de 5 estrellas por 5.000 euros!!!!! Por si las moscas no me senté en el sofá, no vaya a ser que aposentarse cinco minutos tuviera precios equivalentes...

Acabamos mis acompañantes y yo en el pabellón del País Vasco, en el que uno de los que allí trabajaba, amigo de los primeros, nos metió en el reservado del pabellón, donde podías tomarte unos pintxos con txakolí. Qué raro, algo relacionado con el País Vasco que acaba siendo comida y tragos en una especie de bar..... a elogiar que el txakolí fuese de Elorrio, pero me pareció muy mal que en el apartado de información de Vizcaya no hubiese nada sobre el duranguesado ni, claro está sobre Elorrio. Mucho de Ken Follet y la catedral de Vitoria (y aún así menos de lo que hubiese esperado) pero nada de la Basílica de Elorrio, ni de Arguiñeta... aún nos falta mucho marketing por aprender.

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