Este agosto tendrán lugar en Estados Unidos las convenciones de los partidos demócrata y republicano. Son estas unas fiestas de aclamación al líder elegido en el proceso de primaria de principios de año, y los principales beneficiarios de las mismas son los fabricantes de propaganda, globos y confetis, dado el poco interés electivo que poseen las convenciones. Los republicanos, algunos de ellos poco convencidos, entronizarán al senador de Arizona John McCain, y los demócratas consagrarán a Barac Obama como candidato a presidente, después de que lo haya nombrado como tal ya más de medio mundo.
Y es que Obama se ha convertido en sí mismo en un fenómeno político, y ha trascendido ese ámbito para instalarse en lo social. Hace dos semanas dio un mitin en Berlín, y congregó a más de 200.000 personas, muchas de ellas seguramente sin saber inglés, que llenaron los alrededores de la columna de la victoria no para ver un concierto ni para reeditar la love parade en verano, no, sino para oír a un político, lo cual puede hacernos pensar que estamos ante la mayor concentración de gente enferma de los últimos años..... o no. Como mi nivel de inglés es lamentable no puedo seguir los discursos de Obama, y me tengo que conformar con lo que la prensa nacional cuenta de ellos. Al parecer hay mucho mensaje de cambio, esperanza e ilusión, cosas de las que anda muy necesitada la sociedad norteamericana (y cual no, verdad?) después de la nefasta presidencia de Bush hijo y estando como se encuentra en medio de la actual crisis económica. Se acusa a Obama de ser un producto de marketing, estudiado, y que sus mensajes están vacíos, sin contenido. Lo segundo puede ser, pero lo primero es seguro, porque, vamos a ver, qué candidato a presidente del gobierno no es un producto de marketing??? Aquí tenemos a ZP, un almibarado envoltorio de brillantina y celofán con poca sustancia y, por lo que se ve, menos contenido aún. En el bando contrario, Rajoy es un candidato muy difícil para ser vendido, parece provenir de una época decimonónica, ya pasada, y claro, pierde las elecciones. Antes de criticar a los americanos y sus campañas recordemos lo que fueron los amañados debates de la nuestra, celebrados en marzo, y las discusiones que había sobre la altura de la silla y el tamaño de al mesa, y sandeces similares. Creo que aunque Obama no fuera buen candidato ganaría las elecciones, porque la crisis económica, salvo sorpresa, es la que va a tumbar a los republicanos, como ya le sucedió a Bush padre. El principal riesgo que tiene Obama como presidente, a aparte de su bisoñez, es que ha levantado tantas expectativas que el nivel de decepción que puede causar su mandato sería insuperable. Queda pro saber quienes van a ser los candidatos a vicepresidente (John Edwars por los demócratas?, ¿uno muy joven, preparado para sustituir a McCain si le pasa algo?) pero lo cierto es que los aires de cambio que soplan en la sociedad americana parecen ser lo suficientemente intensos como para llevar a Obama a la Casa Balnca.
Eso si no se presenta, y arrasa, una candidata “virgen”. Tras el video de McCain en el que acusaba a Obama de ser meramente una celebridad sin contenido como Bart Simpson o Paris Hilton, la rica, casquivana y siempre provocadora Paris ha sacado un vídeo en el que se ríe de McCain, afirma que ella es simplemente una tía buena, y dice que de ganar las elecciones pintaría la Casa Blanca de rosa porque le da un aire mucho más gay. Muy en su papel de millonaria pija al borde de la piscina, Paris borda la comedia, se ríe del método de financiación de las campañas norteamericanas y sigue ascendiendo con fuerza, camino al reinado de la primera provocadora mundial. Si se propusiera llegar al 1600 de la Avenida de Pensylvania, en el DC, seguro que lo conseguía.
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