A estas horas, amaneciendo en Madrid y pasado el mediodía en Bombay, el ejército indio sigue su asalto al hotel Oberoi con el objeto de liberar a los rehenes secuestrados, al parecer en las plantas 8 y 15, aunque esto es bastante confuso. También lo es el número de rehenes secuestrados y su estado. Parece que hay dos empresarios españoles en el hotel, no retenidos, pero si atrincherados en sus habitaciones sin saber si sus vecinos son terroristas, policías o infortunados sufridores de una pesadilla que ya dura más de un día, y cuyo final promete aún ser largo y complicado.
Dentro de la estrategia terrorista de Al Queda, o grupos islamistas afines, que tanto da, estamos asistiendo a un nuevo escenario, que consiste no sólo en el acto terrorista en sí, sino en un intento de toma de la ciudad. Como en ocasiones anteriores, me llama mucho la atención la juventud, adiestramiento y eficacia coordinada de un montón de personas, decenas según algunas fuentes, que han montado una operación de asalto y derribo terrorista que deja convertidas en vulgares peleas de patio de colegio algunos de los guiones de las películas americanas. Podría decirse que han mostrado una profesionalidad absoluta, aunque esto signifique manchar el concepto de profesional con litros de sangre, pero en esencia es eso lo que estamos viendo. Las imágenes de ayer por la tarde ofrecían el aspecto de una zona de guerra, con vehículos militares por las calles, zonas tomadas y destrozos por todas partes, y los inevitables charcos de sangre sobre suelos marmóreos, destinados al paso de viajantes, personas y enseres, no pensado para ser el lugar donde algunos dejarían su vida en este mundo. Resulta aterrador pensar que un acto como este se ha planificado, como así ha sido, desde hace semanas, meses, a conciencia, con grupos de trabajo y estudio, expertos en armamento, logística, con planos de la ciudad, diseñando líneas de ataque, escapatoria y zonas de resistencia, y todo ello con la idea final de saber que es la muerte lo único que el atentado, aunque esta palabra ya no define con rigor lo que estamos viendo. Muerte de personas inocentes en la calle, en los hoteles, y muerte de los terroristas, encantados de morir, porque para ellos el morir es lo mejor, es la vía de encuentro con su indigna visión de Dios, con su infamia. Ante un pelotón suicida como este, y encima tan bien adiestrado, poco pueden hacer los servicios de seguridad urbanos, la policía y el ejército, a parte de actuar a posteriori, como parece que se está haciendo ahora. Si a esto sumamos el hecho de que Bombay es un monstruo de cerca de veinte millones de habitantes, pese a que el ataque se ha producido en una zona pequeña, junto a la bahía, el caso puede haber sido total. Imaginemos por un momento un comando de asalto yihadista que realiza un ataque similar en una capital europea en temporada navideña. Con las calles llenas de gente, aunque sin comprar mucho por la crisis, van estos desalmados y se ponen a tirar granadas de mano, causando el pánico por todas partes. ¿A que sería una pesadilla? Pues en Bombay siguen sin despertar de este maldito sueño.
Y a todo esto debemos añadir la acusación que realiza el gobierno indio a su eterno enemigo, Pakistán, ese polvorín nuclear asaltado por islamistas cada vez más radiales, de estar detrás de todo esto. India y Pakistán poseen ambas armamento nuclear, se llevan enfrentando sesenta años por la región de Kachemira, y su odio religioso y social es inmenso. Este acto sólo puede contribuir a elevar esa tensión, y pone nuevamente los ojos en el contubernio de Afganistán – Pakistán, un lugar donde me temo se están fraguando no sólo masacres como la que estamos viendo, sino algo mucho más peligroso y grave para la seguridad mundial. Definitivamente, una mala manera de acabar la semana, pero así es la actualidad.
viernes, noviembre 28, 2008
jueves, noviembre 27, 2008
Al Queda vuelve
Afortunadamente llevábamos bastantes meses en los que no habíamos sufrido un gran ataque por parte de esa red terrorista islamista que llamamos Al Queda, como marca franquicia bajo la que se escudan numerosos grupos de diversa tendencia y procedencia. Sin embargo ayer se rompió la racha. Un ataque cruel, coordinado y masivo, marcas típicas de la casa, asoló el centro de la ciudad india de Bombay, dotada con una población que se acerca a los 20 millones de habitantes, y que ya en 2005 sufrió un ataque similar en su concepción al del 11M. Se estima en 100 los muertos y los heridos pasan del medio millar. Hoteles, estaciones de tren, e incluso un hospital, han sido los objetivos de semejante masacre.
Ha querido la casualidad que Esperanza Aguirre, al presidenta de la Comunidad de Madrid, estuviese en la ciudad en una visita con una delegación de empresarios, y que el hotel en el que se estaban registrando fuera atacado justo en el momento en el que ella y otros miembros de la delegación se encontraran haciendo los trámites en recepción. Afortunadamente parece que no hay nadie herido en ese grupo de viajeros, pero no deja de ser una fortuna que, inmerso en medio de un tiroteo terrorista, salgas indemne, en una situación en la que, sinceramente, no se muy bien que haría yo. Imagínense, está uno frente al mostrador del hotel, en un lugar lejano, probablemente desconocido, y con un cierto estado de agotamiento, y de repente se organiza una “balasera” a diestro y siniestro. Y uno, que no sabe que sucede, quizás se agache al suelo, movido por un instinto de protección, o grite y se ponga a correr llevado por el miedo, y en todo caso corre bastante peligro de que una bala perdida le acabe haciendo una visita indeseable, que esas vacaciones o viaje de negocios se acabe convirtiendo en una pesadilla, o lo que es peor, en las último viaje de su vida. Cuentan algunos testigos que los terroristas buscaban occidentales para secuestrar en los hoteles, especialmente británicos y estadounidenses, pero a la hora de disparar, o lanzar granadas contra la población, creo que no hacían muchos miramientos. La foto que es hoy portada en todos los periódicos nacionales muestra a un policía ayudando a una anciana que abandona lo que parece un vestíbulo de una estación de tren, así lo atestiguan los pies de foto. Ese vestíbulo está lleno de equipajes desperdigados, abandonados a su suerte por viajeros que fueron atacados, y huyeron. Se ven manchas de sangre, de mayor o menor tamaño, por todas partes, síntoma de que alguno de esos ataques fue efectivo, y la escena es, en todo caso, de una crueldad enorme. Imagínese usted el momento del pánico, de la huída desenfrenada, de los gritos de la multitud, que en medio del trajín de la tarde noche india, oye unas explosiones, disparos, no sabe de donde vienen, pero ve que a su alrededor se produce una estampida, y lo lloros y lamentos crecen a medida que los pies corren. El puro miedo descarrilado junto a los andenes. Algo parecido a esas manadas de antílopes que, acosados por los felinos, se atropellan unos a otros camino a una muerte segura. Una escena salvaje, cruel.... pero demasiado humana.
Porque en la estación de Bombay de ayer no eran felinos los que disparaban, no, sino personas, idénticas a las que corrían desesperadas. Fanatizadas, crueles, algunos dirían deshumanizadas, pero se equivocarían. Era un grupo de humanos, como usted lector o yo, los que ayer al mediodía se aprovisionaron de armas, rezaron a su Dios suplicando perdón y mostrándole alabanza y pleitesía, y se encaminaron a su destino, con el objetivo planificado y efectivo de causar el mayor daño posible, y a fe que han tenido éxito en su propósito. Tardaremos en saber como acaban los secuestros que aún a estas horas siguen en la ciudad, pero hoy es Bombay, como lo fueron Madrid, Nueva York, Londres.... el lugar en el que los ojos del mundo se asoman al horror del terrorismo.
Ha querido la casualidad que Esperanza Aguirre, al presidenta de la Comunidad de Madrid, estuviese en la ciudad en una visita con una delegación de empresarios, y que el hotel en el que se estaban registrando fuera atacado justo en el momento en el que ella y otros miembros de la delegación se encontraran haciendo los trámites en recepción. Afortunadamente parece que no hay nadie herido en ese grupo de viajeros, pero no deja de ser una fortuna que, inmerso en medio de un tiroteo terrorista, salgas indemne, en una situación en la que, sinceramente, no se muy bien que haría yo. Imagínense, está uno frente al mostrador del hotel, en un lugar lejano, probablemente desconocido, y con un cierto estado de agotamiento, y de repente se organiza una “balasera” a diestro y siniestro. Y uno, que no sabe que sucede, quizás se agache al suelo, movido por un instinto de protección, o grite y se ponga a correr llevado por el miedo, y en todo caso corre bastante peligro de que una bala perdida le acabe haciendo una visita indeseable, que esas vacaciones o viaje de negocios se acabe convirtiendo en una pesadilla, o lo que es peor, en las último viaje de su vida. Cuentan algunos testigos que los terroristas buscaban occidentales para secuestrar en los hoteles, especialmente británicos y estadounidenses, pero a la hora de disparar, o lanzar granadas contra la población, creo que no hacían muchos miramientos. La foto que es hoy portada en todos los periódicos nacionales muestra a un policía ayudando a una anciana que abandona lo que parece un vestíbulo de una estación de tren, así lo atestiguan los pies de foto. Ese vestíbulo está lleno de equipajes desperdigados, abandonados a su suerte por viajeros que fueron atacados, y huyeron. Se ven manchas de sangre, de mayor o menor tamaño, por todas partes, síntoma de que alguno de esos ataques fue efectivo, y la escena es, en todo caso, de una crueldad enorme. Imagínese usted el momento del pánico, de la huída desenfrenada, de los gritos de la multitud, que en medio del trajín de la tarde noche india, oye unas explosiones, disparos, no sabe de donde vienen, pero ve que a su alrededor se produce una estampida, y lo lloros y lamentos crecen a medida que los pies corren. El puro miedo descarrilado junto a los andenes. Algo parecido a esas manadas de antílopes que, acosados por los felinos, se atropellan unos a otros camino a una muerte segura. Una escena salvaje, cruel.... pero demasiado humana.
Porque en la estación de Bombay de ayer no eran felinos los que disparaban, no, sino personas, idénticas a las que corrían desesperadas. Fanatizadas, crueles, algunos dirían deshumanizadas, pero se equivocarían. Era un grupo de humanos, como usted lector o yo, los que ayer al mediodía se aprovisionaron de armas, rezaron a su Dios suplicando perdón y mostrándole alabanza y pleitesía, y se encaminaron a su destino, con el objetivo planificado y efectivo de causar el mayor daño posible, y a fe que han tenido éxito en su propósito. Tardaremos en saber como acaban los secuestros que aún a estas horas siguen en la ciudad, pero hoy es Bombay, como lo fueron Madrid, Nueva York, Londres.... el lugar en el que los ojos del mundo se asoman al horror del terrorismo.
miércoles, noviembre 26, 2008
Rusos hasta en la sopa
Hace un frío espantoso, típico de un invierno que parece haberse adelantado algún mes. Así, las calefacciones funcionan a todo trapo y no sólo se frotan las manos lo viejecitos en casa para darse calor, sino los vendedores de combustible para las calderas, entre los que REPSOL es la joya de la corona nacional, y sobre esa empresa empieza a organizarse una batalla que, al igual que el gélido viento que hoy corre por la calle, parece provenir de Rusia, pero como ese mismo viento, nadie sabe donde concluirá.
La oferta que LUKOIL ha hecho por el 20% que tiene SACYR en el accionariado de REPSOL, más un probable 9% de posee La Ciaxa a través de su corporación industrial Criteria, ha encendido las alarmas y los debates sobre la nacionalidad que debe tener una compañía estratégica como REPSOL, líder en España en suministros petrolíferos. El libre mercado choca contra los intereses nacionales, parecen decir algunos, y los hay liberales que transmutan en proteccionistas y socialdemócratas que se revelan como librecambistas de última generación. Como suele ocurrir en estas ocasiones, sospecho que nada es lo que parece. No quiero, vaya por delante mi idea, que una empresa rusa controle Repsol, y es que Rusia no es un país serio, sabido es como se gobierna allí, que peso tienen las mafias y como las oligarquías financieras y militares controlan la nación y los recursos para extender una red de influencia en los países de su entorno, y que mejor manera que la de controlar el suministro de petróleo, en el que Rusia nada, pudiendo cortarlo cuando llega el invierno como una nueva arma de presión, cosa que ya ha hecho con Ucrania, y que, aunque no lo diga, pende sobre la cabeza alemana. Otra pata de esta operación que no me gusta es SACYR. Esta empresa constructora, dirigida por Luís del Rivero, ya fue usada por el gobierno, y el entonces asesor económico en Moncloa y ahora Ministro de Industria Miguel Sebastián, para atacar al BBVA. Como aquello salió mal, se le “dejó” (alentó, ayudó, escojan ustedes el término) entrar en REPSOL, a través de un crédito participado por muchas entidades, entre ellas, y con prominencia, el Banco Santander. Ahora, con el hundimiento de la construcción, y al reflejarse en las cuentas de la empresa la nefasta gestión de la bonanza por parte de sus dirigentes, el gobierno trata de ayudar nuevamente a SACYR (qué favores deberá ZP a del Rivero) y le trata de salvar de una quiebra segura ayudándole nuevamente para poder vender ese 20% que posee en la petrolera, si es necesario mediante la participación de una empresa rusa, lo que levanta ampollas no sólo en el empresariado español, sino también, y más lógicamente, en el mismo partido socialista y en los sindicatos, que ven con muy malos ojos la gestión que pueda llevarse desde Moscú. ¿Llevarán Polonio los jefes de LUKOIL a los consejos de administración para “acallar” las voces críticas?. Visto lo visto no es algo tan descabellado.
Y lo más divertido de este sainete es que, al final, los rusos no se van a llevar nada, porque no tienen un duro. Uno pudiera pensar que esto se parece bastante a lo de los Lehmann Brothers, ya que en este juego todo el mundo compra y vende pero nadie pone un duro encima de la mesa, todo es falso y al final todo se derrumba. Si SACYR no puede vender, los banco se harán con su crédito, la constructora quebrará (es lo que se merece) y la papeleta la tendrán Botín y compañía. Pero intuyo que antes de que eso ocurra aparecerá un “caballero blanco” de buen ver (la francesa Total, por ejemplo), y se hará con el paquete de REPSOL, del Rivero salvará sus posaderas, y de sus tejemanejes y apropiaciones varias nada se sabrá. Para que luego digan que en España no hay finanzas basura.
La oferta que LUKOIL ha hecho por el 20% que tiene SACYR en el accionariado de REPSOL, más un probable 9% de posee La Ciaxa a través de su corporación industrial Criteria, ha encendido las alarmas y los debates sobre la nacionalidad que debe tener una compañía estratégica como REPSOL, líder en España en suministros petrolíferos. El libre mercado choca contra los intereses nacionales, parecen decir algunos, y los hay liberales que transmutan en proteccionistas y socialdemócratas que se revelan como librecambistas de última generación. Como suele ocurrir en estas ocasiones, sospecho que nada es lo que parece. No quiero, vaya por delante mi idea, que una empresa rusa controle Repsol, y es que Rusia no es un país serio, sabido es como se gobierna allí, que peso tienen las mafias y como las oligarquías financieras y militares controlan la nación y los recursos para extender una red de influencia en los países de su entorno, y que mejor manera que la de controlar el suministro de petróleo, en el que Rusia nada, pudiendo cortarlo cuando llega el invierno como una nueva arma de presión, cosa que ya ha hecho con Ucrania, y que, aunque no lo diga, pende sobre la cabeza alemana. Otra pata de esta operación que no me gusta es SACYR. Esta empresa constructora, dirigida por Luís del Rivero, ya fue usada por el gobierno, y el entonces asesor económico en Moncloa y ahora Ministro de Industria Miguel Sebastián, para atacar al BBVA. Como aquello salió mal, se le “dejó” (alentó, ayudó, escojan ustedes el término) entrar en REPSOL, a través de un crédito participado por muchas entidades, entre ellas, y con prominencia, el Banco Santander. Ahora, con el hundimiento de la construcción, y al reflejarse en las cuentas de la empresa la nefasta gestión de la bonanza por parte de sus dirigentes, el gobierno trata de ayudar nuevamente a SACYR (qué favores deberá ZP a del Rivero) y le trata de salvar de una quiebra segura ayudándole nuevamente para poder vender ese 20% que posee en la petrolera, si es necesario mediante la participación de una empresa rusa, lo que levanta ampollas no sólo en el empresariado español, sino también, y más lógicamente, en el mismo partido socialista y en los sindicatos, que ven con muy malos ojos la gestión que pueda llevarse desde Moscú. ¿Llevarán Polonio los jefes de LUKOIL a los consejos de administración para “acallar” las voces críticas?. Visto lo visto no es algo tan descabellado.
Y lo más divertido de este sainete es que, al final, los rusos no se van a llevar nada, porque no tienen un duro. Uno pudiera pensar que esto se parece bastante a lo de los Lehmann Brothers, ya que en este juego todo el mundo compra y vende pero nadie pone un duro encima de la mesa, todo es falso y al final todo se derrumba. Si SACYR no puede vender, los banco se harán con su crédito, la constructora quebrará (es lo que se merece) y la papeleta la tendrán Botín y compañía. Pero intuyo que antes de que eso ocurra aparecerá un “caballero blanco” de buen ver (la francesa Total, por ejemplo), y se hará con el paquete de REPSOL, del Rivero salvará sus posaderas, y de sus tejemanejes y apropiaciones varias nada se sabrá. Para que luego digan que en España no hay finanzas basura.
martes, noviembre 25, 2008
Ver el sol
Los tres días que he estado de vacaciones en Elorrio han sido interesantes. Paseos, muchas y preciosas estampas otoñales, que espero haber reflejado al menos en alguna foto decente de entre todas las que he sacado, una cena con amigos de esas que duran hasta las tantas y te lo pasas muy bien, y en general, un poco de relax y disfrute. Habría sido perfecto si hubiese acompañado el tiempo, pero es que ya se sabe que no se puede todo. Eso sí, de ahí a que no deje de llover en tres días hay una cierta distancia, no???
Y es que se ha pasado lloviendo todo el tiempo. A veces más, a veces menos, en algunos momentos con viento, otros mansamente, como si el agua cayese sin importar a donde fuera. Hubo un pequeño momento de parón la tarde del Domingo, pero fue un simulacro. Las nubes seguían allí en lo alto y no dejaban pasar más luz, como si a la lámpara del salón le hubiésemos puesto un fieltro para así vivir una noche aún más sombría. Y de hecho no vi el sol hasta ayer por la tarde, una vez sobrepasado Pancorbo, camino a Burgos sentido Madrid. Pero he de decir que fue un sol espectacular. No duró mucho, porque llegados a Briviesca se volvió a ocultar, y en el ascenso de la Brújula la nube se convirtió en un chubasco de agua y nieve que lo volvió todo oscuro otra vez. Sin embargo, al llegar a la cima del alto, la nube se deshacía, y pude ver asombrado como nevaba sobre mi cabeza y un sol enorme, amarillo y precioso, se veía a mi derecha, tamizado por los copos y los goterones de lluvia. La imagen era de una belleza enorme, tanto por lo sorprendente como por la misma estampa en sí. Ese era uno de los momentos en los que tengo ganas de hacer el viaje a Elorrio en coche, para poder pararme en el arcén, bajarme y observar esa belleza que se desplegaba ante mi. Pese a que no me faltaron ganas, huelga decir que no le dije al conductor del autobús que hiciese lo mismo, y nos detuviera en una esquina para mi deleite, pero intuyo que de haber hecho la petición no me hubiese quedado sólo, porque, sin ir más lejos, dos chicas que iban detrás de mí, camino a Barajas y rumbo a Punta Cana, se quedaron igualmente prendadas de la belleza de ese sol en medio de la tormenta. Una de ellas, la que iba junto a la ventana, me imitó, sacó su cámara de fotos e intentó captar el momento, a la vez que daba codazos a su compañera, dormida a pierna suelta, para que se despertase y viera que cosa tan bonita se estaba produciendo ahí fuera. Curiosamente, la mayor parte de la gente que me rodeaba tenía los auriculares puesto y veía ensimismada una película cuyo título no soy ni capaz de recordar, pero que por muy buena que fuese, y sospecho que tampoco lo era mucho, no tenía nada que hacer con el espectáculo que se desarrollaba fuera de la pantalla, en el mundo real.
En mi caso, tras tres días completos bajo las nubes, aquello era algo parecido a una resurrección, y el que ahora mire por al ventana y vea como Madrid se despierta, congelada, eso sí, bajo un radiante cielo azul apenas enmarañado por cirros, resulta vivificante. Los días oscuros de lluvia están bien, pero sin pasarse, y son ideales para pasar la tarde en casa, o como hicimos el Sábado, reunirse con un grupo de magníficas personas y estar, compartir, e incluso comer, pero el sol, la luz, sentirlo en la piel tras días en los que se te ha negado.... eso es una sensación maravillosa.
Y es que se ha pasado lloviendo todo el tiempo. A veces más, a veces menos, en algunos momentos con viento, otros mansamente, como si el agua cayese sin importar a donde fuera. Hubo un pequeño momento de parón la tarde del Domingo, pero fue un simulacro. Las nubes seguían allí en lo alto y no dejaban pasar más luz, como si a la lámpara del salón le hubiésemos puesto un fieltro para así vivir una noche aún más sombría. Y de hecho no vi el sol hasta ayer por la tarde, una vez sobrepasado Pancorbo, camino a Burgos sentido Madrid. Pero he de decir que fue un sol espectacular. No duró mucho, porque llegados a Briviesca se volvió a ocultar, y en el ascenso de la Brújula la nube se convirtió en un chubasco de agua y nieve que lo volvió todo oscuro otra vez. Sin embargo, al llegar a la cima del alto, la nube se deshacía, y pude ver asombrado como nevaba sobre mi cabeza y un sol enorme, amarillo y precioso, se veía a mi derecha, tamizado por los copos y los goterones de lluvia. La imagen era de una belleza enorme, tanto por lo sorprendente como por la misma estampa en sí. Ese era uno de los momentos en los que tengo ganas de hacer el viaje a Elorrio en coche, para poder pararme en el arcén, bajarme y observar esa belleza que se desplegaba ante mi. Pese a que no me faltaron ganas, huelga decir que no le dije al conductor del autobús que hiciese lo mismo, y nos detuviera en una esquina para mi deleite, pero intuyo que de haber hecho la petición no me hubiese quedado sólo, porque, sin ir más lejos, dos chicas que iban detrás de mí, camino a Barajas y rumbo a Punta Cana, se quedaron igualmente prendadas de la belleza de ese sol en medio de la tormenta. Una de ellas, la que iba junto a la ventana, me imitó, sacó su cámara de fotos e intentó captar el momento, a la vez que daba codazos a su compañera, dormida a pierna suelta, para que se despertase y viera que cosa tan bonita se estaba produciendo ahí fuera. Curiosamente, la mayor parte de la gente que me rodeaba tenía los auriculares puesto y veía ensimismada una película cuyo título no soy ni capaz de recordar, pero que por muy buena que fuese, y sospecho que tampoco lo era mucho, no tenía nada que hacer con el espectáculo que se desarrollaba fuera de la pantalla, en el mundo real.
En mi caso, tras tres días completos bajo las nubes, aquello era algo parecido a una resurrección, y el que ahora mire por al ventana y vea como Madrid se despierta, congelada, eso sí, bajo un radiante cielo azul apenas enmarañado por cirros, resulta vivificante. Los días oscuros de lluvia están bien, pero sin pasarse, y son ideales para pasar la tarde en casa, o como hicimos el Sábado, reunirse con un grupo de magníficas personas y estar, compartir, e incluso comer, pero el sol, la luz, sentirlo en la piel tras días en los que se te ha negado.... eso es una sensación maravillosa.
viernes, noviembre 21, 2008
El tamaño de las tetas
Entre las polémicas extrañas de esta semana me ha impactado la de la discoteca Pachá. Como sabrán mucho, el Pachá de Valencia organizó una fiesta en homenaje a la mujer (??) en la que se sorteaba una operación de aumento de pecho entre las asistentes. Al conocerse la noticia se organizó un revuelo en los medios y empezaron las protestas. Las primeras declaraciones de los responsables de la discoteca contribuyeron a avivar el incendio, y ayer se dio a conocer que, finalmente, Pachá suspende la fiesta, con la cabeza muy alta, al no querer aumentar más una polémica que opina se ha tergiversado y desmedido.
Este asunto da para mucho, y no sólo porque unas tetas grandes den más juego (se han fijado, por cierto, que “tetas” es una palabra que no está en el diccionario del Word??). No quiero entrar en la polémica de si esto es una manipulación sexista de la mujer y le degrada, y cosas así, que parte de rezón tienen quienes eso denuncian, pero existe mucha hipocresía al respecto, y en este país en el que el número de operados es enorme, y muchos no lo hacen público, pese a que critican esa práctica, declaraciones sobre la maldad perversa de las operaciones no dejan de ser en muchos casos palabras vacías. Me impactó, por su sinceridad, y porque se atrevió a decir lo que muchos piensan y callan, las primeras declaraciones de uno de los de Pachá, que ahora niega haber pronunciado, en las que decía que critican el sorteo del aumento de pecho “las mujeres que no tienen arreglo”. ¿Qué quiere decir esto? Pues supongo que lo de siempre, que las chicas feas y con poco pecho quieren ser guapas y tener tetas grandes para llamar la atención y ligar más, pero lo del arreglo.... Yo soy un chico objetivamente feo, al menos no soy guapo, y es posible que para nueve de cada diez encuestados (y sobre todo encuestadas) entre en esa categoría de “los que no tenemos arreglo”. Ante esa situación, y los problemas que puede generar en u mundo como este, en el que la estética, la presencia, el porte y la belleza exterior importan más que cualquier cosa, quizás sólo superadas por el importe de la cuenta corriente de cada uno, hay dos alternativas. O te metes en el negocio, lo que muchas veces supone ir al “taller” a hacer algo similar a un arreglo de chapa, pintura y bajos, o te plantas y decides tirar para adelante con lo que en el sorteo de la naturaleza te ha tocado, porque no olvidemos que, además de ser algo cambiante con el tiempo, la belleza es un don que uno posee por eso que denominamos lotería genética. Es obvio, para que engañarnos, que los chicos y chicas guapas lo van a tener todo más fácil, tendrán donde elegir a la hora de encontrar pareja, en la entrevistas de trabajo causarán una impresión magnífica con sólo decir “buenos días” y su presencia será reclamada en fiestas, saraos y encuentros de amigos propios, extraños, y de muchos interesados en general. Y mucho de todo eso, en el fondo, es falso. Guapa o fea, con tetas grandes o planilta, con curvas ostentosas o con caderas caídas, una chica es una persona, que será mejor o peor, que puede ser alegre, divertidas, maravillosa, o aburrida, triste, soez o egoísta, o pongan ustedes aquí los cientos de adjetivos que deseen. Será una persona, y esa persona es lo que a uno le debe gustar o no. El envoltorio físico es eso, un interesante y necesario... envoltorio.
A mi entender, lo que vino a decir el de Pachá es que los feos no se comen una rosca, y los que menos comen son los que más protestan ante estas cosas. Y creo que la mayor parte de al gente, en privado, suscribiría esta frase, pero no en público, por miedo a las convenciones sociales. No me queda más remedio que dar la razón al del Pachá, pese a que su idea de concurso, ya veterana en otros países, me parece un síntoma más de la estupidez a la que llega una sociedad aburrida, material y carente de principios y referencias como la nuestra. Lo peor es que habría cientos de chicas, cada una con sus maravillas propias, ocultas bajo sus tetas, que estarían ilusionadas por esa operación... hay cosas que no entiendo, o que las veo tan claras que prefiero no darme cuenta.
El Lunes me cojo un día libre. Hasta el Martes.
Este asunto da para mucho, y no sólo porque unas tetas grandes den más juego (se han fijado, por cierto, que “tetas” es una palabra que no está en el diccionario del Word??). No quiero entrar en la polémica de si esto es una manipulación sexista de la mujer y le degrada, y cosas así, que parte de rezón tienen quienes eso denuncian, pero existe mucha hipocresía al respecto, y en este país en el que el número de operados es enorme, y muchos no lo hacen público, pese a que critican esa práctica, declaraciones sobre la maldad perversa de las operaciones no dejan de ser en muchos casos palabras vacías. Me impactó, por su sinceridad, y porque se atrevió a decir lo que muchos piensan y callan, las primeras declaraciones de uno de los de Pachá, que ahora niega haber pronunciado, en las que decía que critican el sorteo del aumento de pecho “las mujeres que no tienen arreglo”. ¿Qué quiere decir esto? Pues supongo que lo de siempre, que las chicas feas y con poco pecho quieren ser guapas y tener tetas grandes para llamar la atención y ligar más, pero lo del arreglo.... Yo soy un chico objetivamente feo, al menos no soy guapo, y es posible que para nueve de cada diez encuestados (y sobre todo encuestadas) entre en esa categoría de “los que no tenemos arreglo”. Ante esa situación, y los problemas que puede generar en u mundo como este, en el que la estética, la presencia, el porte y la belleza exterior importan más que cualquier cosa, quizás sólo superadas por el importe de la cuenta corriente de cada uno, hay dos alternativas. O te metes en el negocio, lo que muchas veces supone ir al “taller” a hacer algo similar a un arreglo de chapa, pintura y bajos, o te plantas y decides tirar para adelante con lo que en el sorteo de la naturaleza te ha tocado, porque no olvidemos que, además de ser algo cambiante con el tiempo, la belleza es un don que uno posee por eso que denominamos lotería genética. Es obvio, para que engañarnos, que los chicos y chicas guapas lo van a tener todo más fácil, tendrán donde elegir a la hora de encontrar pareja, en la entrevistas de trabajo causarán una impresión magnífica con sólo decir “buenos días” y su presencia será reclamada en fiestas, saraos y encuentros de amigos propios, extraños, y de muchos interesados en general. Y mucho de todo eso, en el fondo, es falso. Guapa o fea, con tetas grandes o planilta, con curvas ostentosas o con caderas caídas, una chica es una persona, que será mejor o peor, que puede ser alegre, divertidas, maravillosa, o aburrida, triste, soez o egoísta, o pongan ustedes aquí los cientos de adjetivos que deseen. Será una persona, y esa persona es lo que a uno le debe gustar o no. El envoltorio físico es eso, un interesante y necesario... envoltorio.
A mi entender, lo que vino a decir el de Pachá es que los feos no se comen una rosca, y los que menos comen son los que más protestan ante estas cosas. Y creo que la mayor parte de al gente, en privado, suscribiría esta frase, pero no en público, por miedo a las convenciones sociales. No me queda más remedio que dar la razón al del Pachá, pese a que su idea de concurso, ya veterana en otros países, me parece un síntoma más de la estupidez a la que llega una sociedad aburrida, material y carente de principios y referencias como la nuestra. Lo peor es que habría cientos de chicas, cada una con sus maravillas propias, ocultas bajo sus tetas, que estarían ilusionadas por esa operación... hay cosas que no entiendo, o que las veo tan claras que prefiero no darme cuenta.
El Lunes me cojo un día libre. Hasta el Martes.
jueves, noviembre 20, 2008
Muchas maravillas
Ayer fue un día prolijo en maravillas, hechos no habituales y que dejan a todo el mundo con la boca abierta. En un intento por superarse a sí mismo, el Dow Jones bajó más de un 5% y perforó la barrera de los 8.000 puntos, por lo que es de suponer que, tras una noche asiática movida (interprétenlo como deseen) hoy nuevamente los índices europeos nos ofrezcan una maravillosa sesión llena de pocos “altis“ y muchos bajos, demostrando que, si como dijo una vez alguno ya hemos tocado suelo, ahora hemos cogido un pico y hemos empezado a cavar un agujero.
Entre las cosas maravillosas que suceden en la bolsa española está lo del banco de Santander, uno de los más importantes del mundo, de los que más ganan y menos necesitan las ayudas públicas, que hace dos semanas se salió por la tangente anunciando una ampliación de capital con acciones a 4,5 euros, cuando entonces el valor cotizaba cerca de los 8. La consecuencia principal a día de hoy debe este proceso es que ayer la acción cerró a poco más de 5,5, y el inversor particular del Santander ha vito como en algo más de una semana ha perdido más de un tercio de su inversión. Así, de golpe. Es maravilloso. Las explicaciones que ha dado la directiva del Santander, con su presidente Emilio Botín al frente, tanto al Consejo de Administración como a la prensa y la CNMV me han parecido sólidas, razonables y veraces, y el comportamiento de los medios de comunicación, exigiendo transparencia e información cierta, y de de las autoridades reclamando comunicados y pidiendo explicaciones en nombre del accionista han sido competentes y llenos de sentido común, cumpliendo cada uno el papel que le corresponde como auditores sociales de los comportamientos de los poderosos.......... pero.... aquí hay un problema, porque ahora que me doy cuenta, nada de lo que he dicho anteriormente se ha producido, nadie ha reclamado explicaciones ni, por supuesto, menos aún se han concedido, pero ¿a que hubiera sido maravillosos que todo fuera como en mi imaginación? También ha intentado hacer algo igualmente mágico el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que metido en el agujero negro de un paro creciente ha ideado la mejor manera de reducir las listas de desempleo, que no es crear trabajo, sino no contar parados, eliminando de las listas del INEM a los afectados por los EREs. Si hay 100 parados y cuento 80 he reducido el desempleo en un 20%, lo cual es un guarismo igualmente maravilloso. Seguro que algún pesado sale diciendo que eso es trampa, injusto, e incluso ilegal, y que se está estafando a la población al hacer una artificio contable para endulzar unas cifras de paro que debieran avergonzar a los gobernantes españoles y al conjunto de la sociedad, por lo aterradoras que son, y por el drama que se esconde detrás de cada una de esas miles de personas que, vía ERE o cualquier otra forma, se quedan en casa por las mañanas sin saber que hacer. Pero sin duda esas voces críticas, que no se han oído ni en los medios de comunicación, ni en los sindicatos (??) ni en ninguna otra parte no podrán ocultar la maravillosa política de gestión de la crisis que está llevando a cabo el gobierno, ni las maravillosas ideas que tiene la oposición en España.
Y como es lógico en estos días en el Congreso de los Diputados, donde reside el poder para tomar medidas que palien estos problemas, se esta hablando de estas maravillas....bueno, realmente de otra Maravillas, una monja, que a cuenta de una placa conmemorativa por su labor y el haber residido en el complejo (y que yo creo que merece ser puesta) ha sido, pueril e insignificante como es el asunto, la única causa que ha encendido el debate político, ha hecho cruzar declaraciones alucinantes entre partidos y entre sus propios miembros, y nos ha vuelto a demostrar a los españoles que tenemos una clase política y dirigente que es maravillosa, o más exactamente, y que también empieza por m, una mier.....
Entre las cosas maravillosas que suceden en la bolsa española está lo del banco de Santander, uno de los más importantes del mundo, de los que más ganan y menos necesitan las ayudas públicas, que hace dos semanas se salió por la tangente anunciando una ampliación de capital con acciones a 4,5 euros, cuando entonces el valor cotizaba cerca de los 8. La consecuencia principal a día de hoy debe este proceso es que ayer la acción cerró a poco más de 5,5, y el inversor particular del Santander ha vito como en algo más de una semana ha perdido más de un tercio de su inversión. Así, de golpe. Es maravilloso. Las explicaciones que ha dado la directiva del Santander, con su presidente Emilio Botín al frente, tanto al Consejo de Administración como a la prensa y la CNMV me han parecido sólidas, razonables y veraces, y el comportamiento de los medios de comunicación, exigiendo transparencia e información cierta, y de de las autoridades reclamando comunicados y pidiendo explicaciones en nombre del accionista han sido competentes y llenos de sentido común, cumpliendo cada uno el papel que le corresponde como auditores sociales de los comportamientos de los poderosos.......... pero.... aquí hay un problema, porque ahora que me doy cuenta, nada de lo que he dicho anteriormente se ha producido, nadie ha reclamado explicaciones ni, por supuesto, menos aún se han concedido, pero ¿a que hubiera sido maravillosos que todo fuera como en mi imaginación? También ha intentado hacer algo igualmente mágico el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que metido en el agujero negro de un paro creciente ha ideado la mejor manera de reducir las listas de desempleo, que no es crear trabajo, sino no contar parados, eliminando de las listas del INEM a los afectados por los EREs. Si hay 100 parados y cuento 80 he reducido el desempleo en un 20%, lo cual es un guarismo igualmente maravilloso. Seguro que algún pesado sale diciendo que eso es trampa, injusto, e incluso ilegal, y que se está estafando a la población al hacer una artificio contable para endulzar unas cifras de paro que debieran avergonzar a los gobernantes españoles y al conjunto de la sociedad, por lo aterradoras que son, y por el drama que se esconde detrás de cada una de esas miles de personas que, vía ERE o cualquier otra forma, se quedan en casa por las mañanas sin saber que hacer. Pero sin duda esas voces críticas, que no se han oído ni en los medios de comunicación, ni en los sindicatos (??) ni en ninguna otra parte no podrán ocultar la maravillosa política de gestión de la crisis que está llevando a cabo el gobierno, ni las maravillosas ideas que tiene la oposición en España.
Y como es lógico en estos días en el Congreso de los Diputados, donde reside el poder para tomar medidas que palien estos problemas, se esta hablando de estas maravillas....bueno, realmente de otra Maravillas, una monja, que a cuenta de una placa conmemorativa por su labor y el haber residido en el complejo (y que yo creo que merece ser puesta) ha sido, pueril e insignificante como es el asunto, la única causa que ha encendido el debate político, ha hecho cruzar declaraciones alucinantes entre partidos y entre sus propios miembros, y nos ha vuelto a demostrar a los españoles que tenemos una clase política y dirigente que es maravillosa, o más exactamente, y que también empieza por m, una mier.....
miércoles, noviembre 19, 2008
Cenas de pareja
Ayer por la noche estuve de cena con varios compañeros de trabajo, y nos fuimos a la bardemcilla, restaurante propiedad de la familia Bardem sito en el barrio de Chueca. No deja de ser curioso, e indicativo de muchas de las contradicciones que tiene la vida que, afamados comunistas como son los Bardem y ardientes defensores de los cánones al particular por la compra de algunos artículo de consumo, regenten un establecimiento que gestiona perfectamente la libertad de mercado capitalista y en el que uno se puede comprar hasta la carta, profusamente decorada por una de las componentes menos conocidas de la saga familiar, que es pintora. Ya se sabe, al Dios del marxismo rogando, pero con el mazo liberal dando..... y cobrando.
Pero no quiero derivar el tema de hoy por el lado económico, que dado como está el patio vamos a tener muchas oportunidades para ello, si no cierra el patio uno de estos días, claro. El restaurante tiene forma de L y nosotros estábamos cerca de la esquina interior de la letra, esquina ocupada por una mesa sita justo al lado mío en al que cenaba una pareja que llegó muy poco después de nosotros. Tuvieron que sufrir un poco de presión por mi parte en un momento dado en el que hice alguna foto desde la esquina, pero no les molesté más. Sin embargo creo que su velada no fue placentera del todo. Al menos ella empezó a cenar con una especie de niqui de manga corta (seguro que la prensa tenía un nombre propio, pero disculpen mi oceánica ignorancia por todo ese mundo de la ropa) y acabó con un jersey puesto de cuello gordo y doblado. Por lo poco que pude intuir se lo pasaron bien, pero me da la impresión de que no fue una velada romántica precisamente. Lo curioso es que justo en frente nuestro había otra mesa ocupada por otra pareja que contrastaba algo. Sentados allí cuando nosotros ya entramos, y de edad media algo superior a la pareja antes mencionada, estaban todo el tiempo lanzándose miraditas, carantoñas y besitos. Como estos sí estaban en mi línea de visión, aunque pese a la distancia no podía saber de que narices hablaban, sí percibía lo felices que estaban, felicidad que fue en aumento a medida que degustaban platos y que, como en una fondue de chocolate, se desparramó a los postres. Allí empezaron con los besos en la boca y la devoción mutua, y quién sabe si para aprovechar el momento, y no dejar enfriar una buena oportunidad amorosa, pidieron la cuenta y se marcharon bastante rápido. “Vaya, estos sí que han disfrutado” pensaba yo, mientras la de mi lado ya se había puesto una especie de camisa por encima del niqui. A los pocos minutos llegó otra pareja que volvió a sentarse en la mesa sita en frente nuestro. De una tipología similar a la que se había ido, aunque me pareció que de una edad algo superior, pidieron las copas y los platos y empezaron a comer, y a mirarse y ha hacer carantoñas.... y a la media hora estaban llegando a un estadio de fogosidad parecido al de la primera pareja temperamental.
Yo empezaba a sospechar que esa mesa tenía algún influjo, o que era allí donde se había escenificado el anuncio ese del portal de ligues meetic en el que una pareja cena y uno puede graduar la intensidad de la pasión, desde el 1 de simples e inocentes miradas hasta el 5, en el que los comensales se levantan de al mesa y la escena se funde en negro antes de que vajillas, enseres y demás caigan presa de al incontinencia amorosa. Desde luego nosotros nos lo pasamos bien, pero doy fe de que no fuimos los únicos (ni quizás los que más) de la noche.
Pero no quiero derivar el tema de hoy por el lado económico, que dado como está el patio vamos a tener muchas oportunidades para ello, si no cierra el patio uno de estos días, claro. El restaurante tiene forma de L y nosotros estábamos cerca de la esquina interior de la letra, esquina ocupada por una mesa sita justo al lado mío en al que cenaba una pareja que llegó muy poco después de nosotros. Tuvieron que sufrir un poco de presión por mi parte en un momento dado en el que hice alguna foto desde la esquina, pero no les molesté más. Sin embargo creo que su velada no fue placentera del todo. Al menos ella empezó a cenar con una especie de niqui de manga corta (seguro que la prensa tenía un nombre propio, pero disculpen mi oceánica ignorancia por todo ese mundo de la ropa) y acabó con un jersey puesto de cuello gordo y doblado. Por lo poco que pude intuir se lo pasaron bien, pero me da la impresión de que no fue una velada romántica precisamente. Lo curioso es que justo en frente nuestro había otra mesa ocupada por otra pareja que contrastaba algo. Sentados allí cuando nosotros ya entramos, y de edad media algo superior a la pareja antes mencionada, estaban todo el tiempo lanzándose miraditas, carantoñas y besitos. Como estos sí estaban en mi línea de visión, aunque pese a la distancia no podía saber de que narices hablaban, sí percibía lo felices que estaban, felicidad que fue en aumento a medida que degustaban platos y que, como en una fondue de chocolate, se desparramó a los postres. Allí empezaron con los besos en la boca y la devoción mutua, y quién sabe si para aprovechar el momento, y no dejar enfriar una buena oportunidad amorosa, pidieron la cuenta y se marcharon bastante rápido. “Vaya, estos sí que han disfrutado” pensaba yo, mientras la de mi lado ya se había puesto una especie de camisa por encima del niqui. A los pocos minutos llegó otra pareja que volvió a sentarse en la mesa sita en frente nuestro. De una tipología similar a la que se había ido, aunque me pareció que de una edad algo superior, pidieron las copas y los platos y empezaron a comer, y a mirarse y ha hacer carantoñas.... y a la media hora estaban llegando a un estadio de fogosidad parecido al de la primera pareja temperamental.
Yo empezaba a sospechar que esa mesa tenía algún influjo, o que era allí donde se había escenificado el anuncio ese del portal de ligues meetic en el que una pareja cena y uno puede graduar la intensidad de la pasión, desde el 1 de simples e inocentes miradas hasta el 5, en el que los comensales se levantan de al mesa y la escena se funde en negro antes de que vajillas, enseres y demás caigan presa de al incontinencia amorosa. Desde luego nosotros nos lo pasamos bien, pero doy fe de que no fuimos los únicos (ni quizás los que más) de la noche.
martes, noviembre 18, 2008
Pero... esto es absurdo!!!
Ya que estamos de museos y de historias artísticas, mezclémoslas con asuntos más prosaicos, pero creo que igualmente interesantes. Conocido es mi escaso estilo decorativo, el desinterés absoluto que muestro al respecto y las pocas cosas que hago para personalizar el hogar en el que vivo. Tras algún tiempo por fin he tenido una idea para decorar la pared sobre la que se apoya el cabecero de la cama de mi cuarto, blanca inmaculada desde hace cuatro años. Es una tontería, pero me ha hecho gracia. Para elaborar la composición que tengo en mente necesito algunas láminas de cuadros, y me fui hace dos Sábados a la tienda del Thyssen para echar un ojo.
La tienda está bien, pero ninguna de las láminas que allí venden encajaba en lo que yo tenía en mente. Así, radiante Sábado al mediodía, crucé la plaza de Neptuno y fui al Prado, a ver si allí estaba lo que me interesaba. Llegué a la entrada de la ampliación, acceso principal actualmente y donde se encuentra ubicada la tienda y la cafetería, y al entrar me pararon los guardias de seguridad porque no tenía entrada. “No, mire, es que no vengo a ver la exposición, sino a la tienda”. “No puede acceder a la tienda sin entrada” Y yo empecé a pensar.... “pero.. si la entrada cuesta 6 euros, me está diciendo que el acceso a la tienda, sin comprar nada, sólo para verla, cuesta 6 euros???” “Sí señor, salvo que venga en el horario gratuito a partir de las 18:00”. Asombrado, añadí “Y supongo que la cafetería funciona igual, verdad???” “Sí, claro” contesto el guardia del acceso como si fuese una obviedad de esas que caen por su propio peso. “Pero, pero.... esto es absurdo!!!” dije yo ya un poco mosqueado, “si el objeto de la tienda es vender, por qué limitan el acceso? No tiene sentido” A esto el guardia empezó con evasivas y que si no me gustaba aquello que me fuera. Así, me fui, claro, y ese mismo Sábado por la tarde volví, con el horario gratuito, a coger una entrada libre, pasar el control de seguridad y acceder a la tienda, que encima cierra media hora antes que el museo, por lo que uno debe darse prisa si quiere comprar algo. Eché un vistazo a las láminas y vi dos que sí encajaban en mi idea. A lo largo de la semana repensé la composición y decidí finalmente comprar los cuadros, cosa que hice el pasado Viernes, en el horario gratuito, y corriendo como un poseso para que no me cerrasen las puertas de la tienda. El Sábado comprobé, para mi horror, que una de las que había cogido estaba equivocada, pese a estar en el lugar que le correspondía a la imagen que yo deseaba (supongo que alguien, por equivocación, la puso allí) así que este Domingo por la tarde, nuevamente en horario libre, fui corriendo a descambiarla y coger la que deseaba. Para hacer el cambio y el canjeo del ticket de compra salió una de las responsables de la tienda a la que, tras efectuar el reembolso, asaeté a preguntas sobre como es posible que uno de los museos más importantes del mundo tenga un sistema de venta, comercio y acceso a su negocio más propio de Corea del Norte por su estrechez de miras que de una institución moderna.
La chica no supo muy bien que contestar, salvo que la opción del acceso gratuito paliaba en parte ese problema. “La tienda antigua tenía el mismo problema“ señaló, y ahí le espeté yo que para algo se había efectuado la ampliación, y que el Thyssen, o el Reina Sofía, o la Nacional Gallery de Washington, cuyo edificio es una copia del de Villanueva, poseen tiendas (y en el caso norteamericano un enrome restaurante) de acceso libre para sacar ingresos a cuenta del museo, cosa lógica y normal. Amablemente la mujer dio por terminada la conversación y allí me quedé yo, con mi lámina buena y sin entender nada. Y luego nos extrañamos de que los productos españoles no se vendan, y que si no se hace nada por el marketing.... si es que a veces no te dejan ni comprarlos!!!!!
La tienda está bien, pero ninguna de las láminas que allí venden encajaba en lo que yo tenía en mente. Así, radiante Sábado al mediodía, crucé la plaza de Neptuno y fui al Prado, a ver si allí estaba lo que me interesaba. Llegué a la entrada de la ampliación, acceso principal actualmente y donde se encuentra ubicada la tienda y la cafetería, y al entrar me pararon los guardias de seguridad porque no tenía entrada. “No, mire, es que no vengo a ver la exposición, sino a la tienda”. “No puede acceder a la tienda sin entrada” Y yo empecé a pensar.... “pero.. si la entrada cuesta 6 euros, me está diciendo que el acceso a la tienda, sin comprar nada, sólo para verla, cuesta 6 euros???” “Sí señor, salvo que venga en el horario gratuito a partir de las 18:00”. Asombrado, añadí “Y supongo que la cafetería funciona igual, verdad???” “Sí, claro” contesto el guardia del acceso como si fuese una obviedad de esas que caen por su propio peso. “Pero, pero.... esto es absurdo!!!” dije yo ya un poco mosqueado, “si el objeto de la tienda es vender, por qué limitan el acceso? No tiene sentido” A esto el guardia empezó con evasivas y que si no me gustaba aquello que me fuera. Así, me fui, claro, y ese mismo Sábado por la tarde volví, con el horario gratuito, a coger una entrada libre, pasar el control de seguridad y acceder a la tienda, que encima cierra media hora antes que el museo, por lo que uno debe darse prisa si quiere comprar algo. Eché un vistazo a las láminas y vi dos que sí encajaban en mi idea. A lo largo de la semana repensé la composición y decidí finalmente comprar los cuadros, cosa que hice el pasado Viernes, en el horario gratuito, y corriendo como un poseso para que no me cerrasen las puertas de la tienda. El Sábado comprobé, para mi horror, que una de las que había cogido estaba equivocada, pese a estar en el lugar que le correspondía a la imagen que yo deseaba (supongo que alguien, por equivocación, la puso allí) así que este Domingo por la tarde, nuevamente en horario libre, fui corriendo a descambiarla y coger la que deseaba. Para hacer el cambio y el canjeo del ticket de compra salió una de las responsables de la tienda a la que, tras efectuar el reembolso, asaeté a preguntas sobre como es posible que uno de los museos más importantes del mundo tenga un sistema de venta, comercio y acceso a su negocio más propio de Corea del Norte por su estrechez de miras que de una institución moderna.
La chica no supo muy bien que contestar, salvo que la opción del acceso gratuito paliaba en parte ese problema. “La tienda antigua tenía el mismo problema“ señaló, y ahí le espeté yo que para algo se había efectuado la ampliación, y que el Thyssen, o el Reina Sofía, o la Nacional Gallery de Washington, cuyo edificio es una copia del de Villanueva, poseen tiendas (y en el caso norteamericano un enrome restaurante) de acceso libre para sacar ingresos a cuenta del museo, cosa lógica y normal. Amablemente la mujer dio por terminada la conversación y allí me quedé yo, con mi lámina buena y sin entender nada. Y luego nos extrañamos de que los productos españoles no se vendan, y que si no se hace nada por el marketing.... si es que a veces no te dejan ni comprarlos!!!!!
lunes, noviembre 17, 2008
Sacar unas fotos (para JCJ)
Como la cumbre de Washington no ha deparado novedades sustanciales, y ha servido para crear la agenda e imágenes que se esperaba, concluida con una gran fotografía, vamos a hablar de imágenes, pero con un mayor contenido estético. Ayer al mediodía, con la inmejorable compañía de JCJ, fui a ver una exposición fotográfica en el Museo Reina Sofía dedicada al autor leones Alberto García-Alix, autor del que yo desconocía casi todo, pero que posee un sentido del retrato muy desarrollado, aunque a mi las que más me gustaron fueron las imágenes en las que muestra parejas, especialmente en entornos urbanos, poseedoras de una fuerza enorme.
Ni lo pensé en ese momento, sino que no fue hasta horas más tarde cuando me puse a reflexionar sobre cómo ha cambiado esto de la fotografía en los últimos años. No el sentido artístico de la misma, ni su importancia y presencia, que siguen siendo enormes, sino su mera obtención. Yo saco bastantes fotos, lo hacía antes con las cámaras analógicas, pero desde la llegada de la cámara digital las posibilidades se han disparado hasta el infinito. Todo el mundo poseemos en nuestras manos un artefacto capaz de sacar millones de fotos, a coste nulo, y en el que podemos ver el resultado, y así corregirnos poco a poco, al menos evitando errores de bulto como poner el dedo en el objetivo y similar, que serviros ha cometido varias veces. No hace demasiados años, sacar fotos era algo muy parecido a jugar a la lotería de Navidad. Tirabas algunas imágenes, que jugaban el papel de décimos, sacabas el carrete, ibas a la tienda y te citaban para dentro de semana y algo al sorteo. Llegado ese día mágico, ibas nervioso a la tienda, te daban tu bombo particular y empezabas a realizar extracciones. “qué mala”, “pufff”, “otra movida”... “bueno, esta no está mal”... “qué desastre”... “qué bonita!!” y así hasta acabar las 24 o 36 que se tratase, nunca un número exacto porque alguna no había salido (es decir, era tan mal que ni te al daban, o eso al menos entendía el de la tienda de turno) y otras estaban de más en función de cómo se hubiera enganchado el carrete a la cámara. Eso sí, pagabas por todo el paquete de imágenes, pese a que muchas ellas fueran realmente infames. No recuerdo, pese a ello, haber destruido foto alguna, y aseguro al lector que varias se lo merecía. Así, poco a poco, ibas almacenado álbumes de distinto tamaño, principalmente en función de lo que estaba de oferta en aquel momento, y tiras de negativos que nunca entraban en al funda que te otorgaban, y que casi siempre acababan mezclados y esparcidos con otros negativos de origen confuso y temática dispar. Hacer copias en caso de fotos colectivas era una auténtica aventura, pero tenía su contrapartida, dado que exigía juntar nuevamente a los retratados, y por ello extender el momento de unión y charla que había generado las instantáneas pasadas. Se apuntaban números y letras que parecían sacadas de un código criptográfico extraño, y volvías a la administración de lotería fotográfica, de la que a veces sacabas copias de mejor calidad que los originales, o peor, que de todo había.
Todo este proceso duraba días, o semanas, y costaba dinero en cada paso. Y desde hace poco ha desaparecido. Todo es instantáneo, la captura de la imagen, el archivo, su envío, distribución.. es fascinante. Si para mi lo es no puedo imaginar lo que piensa un autor como, pongamos el caso, García-Alix, que ha visto como en pocos años el medio en el que se ha desenvuelto su arte se ha transformado de una manera tan brutal como inimaginable. Las imágenes de su exposición, muchas enmarcadas en los años ochenta y noventa, muestran una realidad tan descarnada, pero a la vez tan antigua como los medios con los que se elaboraron, pero enseñan que la belleza y la gracia no están en la cámara, sino en el ojo, en la mente que la maneja.
Ni lo pensé en ese momento, sino que no fue hasta horas más tarde cuando me puse a reflexionar sobre cómo ha cambiado esto de la fotografía en los últimos años. No el sentido artístico de la misma, ni su importancia y presencia, que siguen siendo enormes, sino su mera obtención. Yo saco bastantes fotos, lo hacía antes con las cámaras analógicas, pero desde la llegada de la cámara digital las posibilidades se han disparado hasta el infinito. Todo el mundo poseemos en nuestras manos un artefacto capaz de sacar millones de fotos, a coste nulo, y en el que podemos ver el resultado, y así corregirnos poco a poco, al menos evitando errores de bulto como poner el dedo en el objetivo y similar, que serviros ha cometido varias veces. No hace demasiados años, sacar fotos era algo muy parecido a jugar a la lotería de Navidad. Tirabas algunas imágenes, que jugaban el papel de décimos, sacabas el carrete, ibas a la tienda y te citaban para dentro de semana y algo al sorteo. Llegado ese día mágico, ibas nervioso a la tienda, te daban tu bombo particular y empezabas a realizar extracciones. “qué mala”, “pufff”, “otra movida”... “bueno, esta no está mal”... “qué desastre”... “qué bonita!!” y así hasta acabar las 24 o 36 que se tratase, nunca un número exacto porque alguna no había salido (es decir, era tan mal que ni te al daban, o eso al menos entendía el de la tienda de turno) y otras estaban de más en función de cómo se hubiera enganchado el carrete a la cámara. Eso sí, pagabas por todo el paquete de imágenes, pese a que muchas ellas fueran realmente infames. No recuerdo, pese a ello, haber destruido foto alguna, y aseguro al lector que varias se lo merecía. Así, poco a poco, ibas almacenado álbumes de distinto tamaño, principalmente en función de lo que estaba de oferta en aquel momento, y tiras de negativos que nunca entraban en al funda que te otorgaban, y que casi siempre acababan mezclados y esparcidos con otros negativos de origen confuso y temática dispar. Hacer copias en caso de fotos colectivas era una auténtica aventura, pero tenía su contrapartida, dado que exigía juntar nuevamente a los retratados, y por ello extender el momento de unión y charla que había generado las instantáneas pasadas. Se apuntaban números y letras que parecían sacadas de un código criptográfico extraño, y volvías a la administración de lotería fotográfica, de la que a veces sacabas copias de mejor calidad que los originales, o peor, que de todo había.
Todo este proceso duraba días, o semanas, y costaba dinero en cada paso. Y desde hace poco ha desaparecido. Todo es instantáneo, la captura de la imagen, el archivo, su envío, distribución.. es fascinante. Si para mi lo es no puedo imaginar lo que piensa un autor como, pongamos el caso, García-Alix, que ha visto como en pocos años el medio en el que se ha desenvuelto su arte se ha transformado de una manera tan brutal como inimaginable. Las imágenes de su exposición, muchas enmarcadas en los años ochenta y noventa, muestran una realidad tan descarnada, pero a la vez tan antigua como los medios con los que se elaboraron, pero enseñan que la belleza y la gracia no están en la cámara, sino en el ojo, en la mente que la maneja.
viernes, noviembre 14, 2008
Inmunes a la crisis
Hay sectores que, pese a la que está cayendo, parecen sentirse inmunes a una crisis que se lo lleva todo por delante. Así, las cadenas de comida rápida y las tiendas de descuento ya aparecen como ganadores momentáneos en medio de este panorama. Burguer King y McDonalds presumen de un aumento de beneficios, fruto de sus propias estrategias y de una renta disponible menguante, que hace más atractivo comer por 5 euros, pese a su escasa calidad, que de una manera más apetecible pero por más dinero. Vips ha sacado postres por un euro, para hacer que, pese a todo, el respetable acabe endulzando su comida.
Uno de los artículos cuyas ventas van viento en popa, o al menos así lo publicita quién lo organiza, es la lotería. En épocas de crisis y desesperanza la gente se aferra a la suerte, y así las ventas de primitivas, euromillones y demás sorteos crecen en medio de una ilusión general. Las ventas de la lotería de Navidad también crecen, según dicen hasta un 20% con respecto al año pasado. Mi relación con la lotería es algo ambigua, ya que me gusta como fenómeno, como juego y como mundo de probabilidades, pero no gasto nada en ella, porque como suelo decir, son impuestos voluntarios, y me da la impresión de que ya pagamos unos cuantos de carácter obligatorio. De hecho estas navidades gastaré los mismos cero euros que el año pasado, lo que no impide que haga de mensajero de números, comprando décimos para mi familia y otras personas, pero cuyo importe me será reintegrado en su totalidad. En estos días se pone de moda comprar participaciones, sea del número del trabajo o del colegio de los niños o de la hermandad de los enfermitos menesterosos de San Apapucio de abajo. A todas las ofertas me veo obligado a declinar amablemente, y todo el mundo sale diciendo, “pero compra, imagínate que nos toca a los demás y a ti no”, argumento que también usa mi madre y otros conocidos en cada coyuntura distinta a al suya cambiando el “nos” por el ”les”. Si llevamos este argumento hasta sus últimas consecuencias debiera comprar participaciones en todas partes, porque imagínate que le toca al súper del barrio, a la tienda de antigüedades, al bar, a la cafetería que hay camino a la oficina.... y así hasta el infinito. Y es que además, y ya puestos a que alguien que no voy a ser yo va a recibir el premio, prefiero que le toque al súper del barrio, al bar camino a la oficina, o a mis compañeros de trabajo, mis amigos, etc. Al menos conoceré a alguien feliz porque por fin le ha tocado. En ese caso supongo que alguno me restregaría el décimo, diciendo eso de “ves, como no compraste ahora te jo...” y puede que algo de razón no el faltase, pero cuando uno juega sabe a lo que se arriesga, y cuando no lo hace también, así que sinceramente no me preocupa que caiga el gordo este año en mi oficina, lo prefiero.
Lo malo de estas ilusiones loteras es que, como el viento, si no toca, se van y te dejan frío. De pequeño intentaba ver el sorteo de los “bombos grandes” por la tele, que era la banda sonora de la Navidad, y todavía lo sigue siendo. Cierto es que en un año como este, sin pagas extras en muchos casos, y con las colas del INEM repletas de gente como de números las papeletas, muchos buscarán en los boletos la fortuna que ansiaba Hommer Simpson en ese episodio ya clásico en el que a él también le quitaban la extra de Navidad. A ver si a algún conocido también le llaga la suerte, como si de un ayudante de Santa Claus se tratase.
Uno de los artículos cuyas ventas van viento en popa, o al menos así lo publicita quién lo organiza, es la lotería. En épocas de crisis y desesperanza la gente se aferra a la suerte, y así las ventas de primitivas, euromillones y demás sorteos crecen en medio de una ilusión general. Las ventas de la lotería de Navidad también crecen, según dicen hasta un 20% con respecto al año pasado. Mi relación con la lotería es algo ambigua, ya que me gusta como fenómeno, como juego y como mundo de probabilidades, pero no gasto nada en ella, porque como suelo decir, son impuestos voluntarios, y me da la impresión de que ya pagamos unos cuantos de carácter obligatorio. De hecho estas navidades gastaré los mismos cero euros que el año pasado, lo que no impide que haga de mensajero de números, comprando décimos para mi familia y otras personas, pero cuyo importe me será reintegrado en su totalidad. En estos días se pone de moda comprar participaciones, sea del número del trabajo o del colegio de los niños o de la hermandad de los enfermitos menesterosos de San Apapucio de abajo. A todas las ofertas me veo obligado a declinar amablemente, y todo el mundo sale diciendo, “pero compra, imagínate que nos toca a los demás y a ti no”, argumento que también usa mi madre y otros conocidos en cada coyuntura distinta a al suya cambiando el “nos” por el ”les”. Si llevamos este argumento hasta sus últimas consecuencias debiera comprar participaciones en todas partes, porque imagínate que le toca al súper del barrio, a la tienda de antigüedades, al bar, a la cafetería que hay camino a la oficina.... y así hasta el infinito. Y es que además, y ya puestos a que alguien que no voy a ser yo va a recibir el premio, prefiero que le toque al súper del barrio, al bar camino a la oficina, o a mis compañeros de trabajo, mis amigos, etc. Al menos conoceré a alguien feliz porque por fin le ha tocado. En ese caso supongo que alguno me restregaría el décimo, diciendo eso de “ves, como no compraste ahora te jo...” y puede que algo de razón no el faltase, pero cuando uno juega sabe a lo que se arriesga, y cuando no lo hace también, así que sinceramente no me preocupa que caiga el gordo este año en mi oficina, lo prefiero.
Lo malo de estas ilusiones loteras es que, como el viento, si no toca, se van y te dejan frío. De pequeño intentaba ver el sorteo de los “bombos grandes” por la tele, que era la banda sonora de la Navidad, y todavía lo sigue siendo. Cierto es que en un año como este, sin pagas extras en muchos casos, y con las colas del INEM repletas de gente como de números las papeletas, muchos buscarán en los boletos la fortuna que ansiaba Hommer Simpson en ese episodio ya clásico en el que a él también le quitaban la extra de Navidad. A ver si a algún conocido también le llaga la suerte, como si de un ayudante de Santa Claus se tratase.
jueves, noviembre 13, 2008
Sólo es una niña
Hannah mira a la cámara con la típica sonrisa de una niña de su corta edad. Posee además el rostro que uno pudiera esperar de una cría inglesa, regordeta, pecosa, rubia y mofletuda. Apoyada con un aspecto dócil y manso en la columna del dosel de su cama, parece la figura perfecta de una idílica casa de muñecas, una encarnada felicidad, el sueño de muchas de las niñas de su edad que, en otros lugares del mundo, padecen angustias y penalidades sin fin. Sin embargo, como sucede muchas veces, no todo es lo que parece. Hannah está enferma, y quiere morirse.
De manera resumida, a sus trece años padece leucemia, y va a ser sometida a un trasplante de corazón para seguir viva, pero ella lo rechaza. Dice que lleva tiempo sufriendo, pasando angustias y penalidades y, sabiendo que en caso de no ser operada lo más probable es que muera rápidamente, se ha negado a ser intervenida. Entre una esperanza de vida y una certeza de muerte ha escogido lo segundo, a los trece años, no en la flor de la vida, como se suele decir, sino cuando el tallo de esa flor aún está creciendo, y uno no puede ni imaginar como serán los pétalos que adornarán su copa futura. Se ha organizado una polémica al respecto sobre si Hannah tiene derecho a decidir sobre ese asunto o no, si es la tutela de los padres la que prevalece o sobre cómo abordar, en general, un asunto como este. Quizás este caso muestre que eso que llamamos infancia es algo cada vez más pequeño, que esa inocencia con la que muchos vivíamos hasta muy pasados los diez años (y que algunos creo que la mantenemos dada nuestra ingenuidad....) se evapora cada vez antes y, quiéranlo o no, los niños entran a formar parte en el mundo de los adultos cuando no están preparados aún para ello. En este caso, y a la hora de decidir lo que hay que hacer, yo no respetaría la voluntad de Hannah porque, argumento algo maniqueo pero consistente, si ella desea llegar a las 12 de la noche a casa y sus padres se lo impiden, con más razón le van a impedir morirse. No se sí esperaría hasta los 16 o 18 años, pero antes de esa edad no consentiría que una voluntad expresa de suicidio por parte de un menor sea atendida por la sanidad o por la sociedad en su conjunto. Otro asunto es que Hannah o cualquier adolescente se suicide por sus propios medios. Aunque no tiene nada que ver con esto, el caso de este fin de semana en el que un crío de catorce años ha asesinado con una sangre fría propia de Capote (al que no habrá leído, seguramente) a una adolescente que conoció a través del Messenger demuestra lo débiles que son las barreras de la edad de cara a la asunción de responsabilidades y el pago por los hechos realizados. ¿Debe ser ese crío juzgado como adulto, pese a no serlo porque actuó como tal y causó una desgracia “adulta”? ¿Puede un crío decidir sobre su vida libremente, sin que medio imposición superior alguna? A la primera pregunta yo contestaría que sí, y a la segunda que no, pero se que en este asunto hay opiniones muy diversas y contrastadas, y algunas probablemente basadas en experiencias personales, de las que, dados los hechos, afortunadamente carezco.
Lo que más me intriga del asunto de Hannah es el porqué. ¿Por qué quieres morirte? Quizás sufras, te duela mucho lo que sea y te ves débil e impotente, pero la vida es una oportunidad única, que sólo una vez se te ha concedido y (según las creencias de cada uno) sólo una vez disfrutarás, al menos en este mundo. Conocerás personas maravillosas, ángeles caídos del cielo, y otros indeseables, claro. Sufrirás, llorarás, pero también, y sobre todo, reirás, aprenderás, disfrutarás y te conmoverás al ver la enorme belleza y el amor que sin duda rodeará tu vida. ¿Por qué quieres renunciar a todo eso a cambio de morirte? a cambio de nada....
De manera resumida, a sus trece años padece leucemia, y va a ser sometida a un trasplante de corazón para seguir viva, pero ella lo rechaza. Dice que lleva tiempo sufriendo, pasando angustias y penalidades y, sabiendo que en caso de no ser operada lo más probable es que muera rápidamente, se ha negado a ser intervenida. Entre una esperanza de vida y una certeza de muerte ha escogido lo segundo, a los trece años, no en la flor de la vida, como se suele decir, sino cuando el tallo de esa flor aún está creciendo, y uno no puede ni imaginar como serán los pétalos que adornarán su copa futura. Se ha organizado una polémica al respecto sobre si Hannah tiene derecho a decidir sobre ese asunto o no, si es la tutela de los padres la que prevalece o sobre cómo abordar, en general, un asunto como este. Quizás este caso muestre que eso que llamamos infancia es algo cada vez más pequeño, que esa inocencia con la que muchos vivíamos hasta muy pasados los diez años (y que algunos creo que la mantenemos dada nuestra ingenuidad....) se evapora cada vez antes y, quiéranlo o no, los niños entran a formar parte en el mundo de los adultos cuando no están preparados aún para ello. En este caso, y a la hora de decidir lo que hay que hacer, yo no respetaría la voluntad de Hannah porque, argumento algo maniqueo pero consistente, si ella desea llegar a las 12 de la noche a casa y sus padres se lo impiden, con más razón le van a impedir morirse. No se sí esperaría hasta los 16 o 18 años, pero antes de esa edad no consentiría que una voluntad expresa de suicidio por parte de un menor sea atendida por la sanidad o por la sociedad en su conjunto. Otro asunto es que Hannah o cualquier adolescente se suicide por sus propios medios. Aunque no tiene nada que ver con esto, el caso de este fin de semana en el que un crío de catorce años ha asesinado con una sangre fría propia de Capote (al que no habrá leído, seguramente) a una adolescente que conoció a través del Messenger demuestra lo débiles que son las barreras de la edad de cara a la asunción de responsabilidades y el pago por los hechos realizados. ¿Debe ser ese crío juzgado como adulto, pese a no serlo porque actuó como tal y causó una desgracia “adulta”? ¿Puede un crío decidir sobre su vida libremente, sin que medio imposición superior alguna? A la primera pregunta yo contestaría que sí, y a la segunda que no, pero se que en este asunto hay opiniones muy diversas y contrastadas, y algunas probablemente basadas en experiencias personales, de las que, dados los hechos, afortunadamente carezco.
Lo que más me intriga del asunto de Hannah es el porqué. ¿Por qué quieres morirte? Quizás sufras, te duela mucho lo que sea y te ves débil e impotente, pero la vida es una oportunidad única, que sólo una vez se te ha concedido y (según las creencias de cada uno) sólo una vez disfrutarás, al menos en este mundo. Conocerás personas maravillosas, ángeles caídos del cielo, y otros indeseables, claro. Sufrirás, llorarás, pero también, y sobre todo, reirás, aprenderás, disfrutarás y te conmoverás al ver la enorme belleza y el amor que sin duda rodeará tu vida. ¿Por qué quieres renunciar a todo eso a cambio de morirte? a cambio de nada....
miércoles, noviembre 12, 2008
Finde en Washington
Finalmente, tras muchos esfuerzos, España va a estar presente en la cumbre financiera del G20(+1) que se celebrará este fin de semana en Washington. Lo cierto es que, como se decía en la época de la guerra de Irak al respecto de los periodistas norteamericanos, vamos “empotrados” en la delegación francesa, dado que Francia tenía dos sillas para esa reunión, una como miembro del G8 y otra porque en este semestre Sarkozy preside la Unión Europea (y si por el fuera seguiría presidiéndola hasta el 2351). Ocupamos una posición de prestado, pero al menos allí estaremos.
¿Cuál va a ser el resultado y la utilidad de esta cumbre? Esa cuestión es más peliaguda. Sinceramente creo que no va a servir para casi nada, excepto para la foto de rigor. Lo que pasa es que en la situación actual esa foto tiene una utilidad por sí misma. Estas cumbres deben estar muy “cocinadas” previamente, porque los presidentes de gobierno que allí van lo hacen para firmar unos trabajos que se han desarrollado durante semanas, o incluso meses. La precipitación con la que se ha convocado la cumbre en este caso, y más en la posición española, recabando posturas hasta ayer mismo de cara al encuentro del Sábado, auguran que el contenido escrito del encuentro será muy débil, nada más allá de una retórica de unión, apoyo al libre mercado y la transmisión de un mensaje de tranquilidad mundial. Se ha comparado todo este marasmo que vivimos con la crisis del 29, y la reunión del sábado con Bretton Woods, y ambas comparaciones demuestran la oceánica incultura de al que muchas veces hacen gala periodistas, tertulianos y opinadores varios. Sí es cierto que uno de los factores que acabó convirtiendo a la crisis del 29 en depresión fue la descoordinación entre los países, la aplicación de medidas proteccionistas unilaterales y el miedo que surgió entre ellos. Reuniones como la del Sábado buscan enmascarar las tentaciones, que existen, de que se vuelva a actuar de esa manera, aumentando así el agujero ya existente. Y no olvidemos que la reunión de Woods tuvo lugar tras varios años de estudio por parte de mentes económicas preclaras que se devanaron los sesos sobre como salir del agujero. Es cierto que hoy en día todo va cada vez más rápido y que esa velocidad también afecta al análisis de los problemas y a la búsqueda de las soluciones, pero si uno ojea estos días la prensa verá en los artículos económicos más dudas que certezas, más sombras que luces, y sobe todo, más asunción de ignorancia y asombre que reconocimiento de causa. Se sigue discutiendo a esta alturas sobre cual es el volumen de activos financieros afectados, cuales son las entidades que pueden caer, o no, y ahora empiezan a existir efectos en la economía real, empezando por el sector del automóvil, que solicita ayudas para no acabar como el moribundo sector inmobiliario que muere desangrado ante la atónita, y a veces placentera, vista de todos.
A todo esto le sumamos que para el Sábado cada presidente tiene un tiempo de intervención que, si no he oído mal por ahí, no llega a los cinco minutos, y es que las reuniones de mucha gente son poco operativas, y cuanta más gente, menos. Así ZP no podrá decir mucho, salvo alguna alabanza al sistema financiero español (haría bien en no contar lo que está organizando el Santander con su acciones regaladas) y la necesidad de reformar las finanzas internacionales en su conjunto, y poco más. Pero había que estar, y este fin de semana, nuevamente, los corresponsales españoles se plantarán en las avenidas del DC, una de las ciudades, por cierto, más bonitas que he visto.
¿Cuál va a ser el resultado y la utilidad de esta cumbre? Esa cuestión es más peliaguda. Sinceramente creo que no va a servir para casi nada, excepto para la foto de rigor. Lo que pasa es que en la situación actual esa foto tiene una utilidad por sí misma. Estas cumbres deben estar muy “cocinadas” previamente, porque los presidentes de gobierno que allí van lo hacen para firmar unos trabajos que se han desarrollado durante semanas, o incluso meses. La precipitación con la que se ha convocado la cumbre en este caso, y más en la posición española, recabando posturas hasta ayer mismo de cara al encuentro del Sábado, auguran que el contenido escrito del encuentro será muy débil, nada más allá de una retórica de unión, apoyo al libre mercado y la transmisión de un mensaje de tranquilidad mundial. Se ha comparado todo este marasmo que vivimos con la crisis del 29, y la reunión del sábado con Bretton Woods, y ambas comparaciones demuestran la oceánica incultura de al que muchas veces hacen gala periodistas, tertulianos y opinadores varios. Sí es cierto que uno de los factores que acabó convirtiendo a la crisis del 29 en depresión fue la descoordinación entre los países, la aplicación de medidas proteccionistas unilaterales y el miedo que surgió entre ellos. Reuniones como la del Sábado buscan enmascarar las tentaciones, que existen, de que se vuelva a actuar de esa manera, aumentando así el agujero ya existente. Y no olvidemos que la reunión de Woods tuvo lugar tras varios años de estudio por parte de mentes económicas preclaras que se devanaron los sesos sobre como salir del agujero. Es cierto que hoy en día todo va cada vez más rápido y que esa velocidad también afecta al análisis de los problemas y a la búsqueda de las soluciones, pero si uno ojea estos días la prensa verá en los artículos económicos más dudas que certezas, más sombras que luces, y sobe todo, más asunción de ignorancia y asombre que reconocimiento de causa. Se sigue discutiendo a esta alturas sobre cual es el volumen de activos financieros afectados, cuales son las entidades que pueden caer, o no, y ahora empiezan a existir efectos en la economía real, empezando por el sector del automóvil, que solicita ayudas para no acabar como el moribundo sector inmobiliario que muere desangrado ante la atónita, y a veces placentera, vista de todos.
A todo esto le sumamos que para el Sábado cada presidente tiene un tiempo de intervención que, si no he oído mal por ahí, no llega a los cinco minutos, y es que las reuniones de mucha gente son poco operativas, y cuanta más gente, menos. Así ZP no podrá decir mucho, salvo alguna alabanza al sistema financiero español (haría bien en no contar lo que está organizando el Santander con su acciones regaladas) y la necesidad de reformar las finanzas internacionales en su conjunto, y poco más. Pero había que estar, y este fin de semana, nuevamente, los corresponsales españoles se plantarán en las avenidas del DC, una de las ciudades, por cierto, más bonitas que he visto.
martes, noviembre 11, 2008
Vicios solitarios
Leo mucho. Quizás demasiado. Una de las ventajas que tiene el vivir sólo es que en casa puedes hacer lo que te apetezca, y se te da por pasarte una tarde entera sentado leyendo, hasta que acabas un buen libro, pues lo haces, y no es necesario limpiar nada, ni ordenar otras habitaciones, ni oyes voces que te dicen que qué estás haciendo ahí tirado, como un gandul, cosa que pude suceder en la casa paterna. Esa quizás sea la causa de que tenga mi hogar un poco descuidado (que no sucio, eh??), y con un aspecto un tanto frío y distante, pero más por dejadez y falta de cariño al mismo que por otra cosa.
Lo malo de la lectura es que, como otras relajantes y placenteras costumbres, es individualista. Uno lee, a veces lee a los niños en voz alta, pero en general lee sólo y en silencio, actitud que poco contribuye a socializar al ensimismado, que a veces recorre las líneas ajeno a todo lo que le rodea. Dicho a lo bruto, leyendo no se liga. Eso es cierto, aunque doy fe que sin leer tampoco es tan sencillo. Todo esto viene a cuento de que estaba este sábado a eso de las 22:00 en una cafetería del centro tomando algo, y leyendo un libro que al final no era tan bueno como esperaba, cuando se sentó muy cerca de mi (la crisis no evita que los locales sigan bastante llenos, y el frío exterior invita aún más a ello) y comenzaron a hablar suavemente entre ellos. Franceses de entorno a los 30 años. Tras recoger sus bebidas y llevarlas a la mesa que compartíamos los tres, hablaron un poco, no se si de sus asuntos personales, o de cómo habían pasado el día, o de la bolsa o simplemente del frío que hacía en la calle, y en un momento dado cada uno sacó un libro de la chaqueta que portaba y, mirándose, lo abrieron y se pusieron a leer, privadamente. Yo seguía con el mío, pero no podía evitar echar miradas de refilón a mis dos acompañantes, que de vez en cuando se miraban mutuamente, con una sonrisa legre y sincera, de disfrute, puede que de la lectura, pero sobre todo de ellos mismos. A pocas mesas nuestras había un grupo de jóvenes vocingleros, que sin duda estaban bastante más eufóricos que nosotros, y que ellos solos hacían más ruido que el resto de los que estábamos en el establecimiento, cosa relativamente sencilla, porque nosotros tres no emitíamos sonido alguno, y el resto de la concurrencia consistía mayoritariamente en parejas jóvenes que se miraban carantoñosas y hablaban, pero bastante bajito. Pasado un cuarto de hora me levanté, recogí mis bártulos y salí del local, no sin antes volver a echar una miradita a la pareja francesa que seguía leyendo. Al levantarme los dos me miraron y nos saludamos en silencio, con un leve movimiento de la mano y el asentimiento del rostro, de esos que uno emite a una persona que sabe que, probablemente, nunca vuelva a verla. Los jóvenes ruidosos se quedaron allí y algunas de las parejas también, mientras que otras habían sido relevadas por nuevos dúos amorosos o por pequeños grupos, de distintas edades.
En el metro camino a casa (sí, mi vida nocturna del Sábado noche no está habitualmente para echar muchos cohetes) reconozco que pensaba en al pareja de lectores que había dejado atrás, y lo hacía con envidia. Envidia porque ellos, que parecían quererse, eran capaces de compatibilizar su vida en común con su privacidad, su compartir con su reflexión, y ambos amaban la lectura. No se si era una envidia sana, una admiración personal, o unos cutres celos por ver algo que me encantaría saborear y que, a día de hoy, no puedo. En fin, siempre nos queda el hogar para practicar esas sensaciones solitarias, a falta de la adecuada compañía...
Lo malo de la lectura es que, como otras relajantes y placenteras costumbres, es individualista. Uno lee, a veces lee a los niños en voz alta, pero en general lee sólo y en silencio, actitud que poco contribuye a socializar al ensimismado, que a veces recorre las líneas ajeno a todo lo que le rodea. Dicho a lo bruto, leyendo no se liga. Eso es cierto, aunque doy fe que sin leer tampoco es tan sencillo. Todo esto viene a cuento de que estaba este sábado a eso de las 22:00 en una cafetería del centro tomando algo, y leyendo un libro que al final no era tan bueno como esperaba, cuando se sentó muy cerca de mi (la crisis no evita que los locales sigan bastante llenos, y el frío exterior invita aún más a ello) y comenzaron a hablar suavemente entre ellos. Franceses de entorno a los 30 años. Tras recoger sus bebidas y llevarlas a la mesa que compartíamos los tres, hablaron un poco, no se si de sus asuntos personales, o de cómo habían pasado el día, o de la bolsa o simplemente del frío que hacía en la calle, y en un momento dado cada uno sacó un libro de la chaqueta que portaba y, mirándose, lo abrieron y se pusieron a leer, privadamente. Yo seguía con el mío, pero no podía evitar echar miradas de refilón a mis dos acompañantes, que de vez en cuando se miraban mutuamente, con una sonrisa legre y sincera, de disfrute, puede que de la lectura, pero sobre todo de ellos mismos. A pocas mesas nuestras había un grupo de jóvenes vocingleros, que sin duda estaban bastante más eufóricos que nosotros, y que ellos solos hacían más ruido que el resto de los que estábamos en el establecimiento, cosa relativamente sencilla, porque nosotros tres no emitíamos sonido alguno, y el resto de la concurrencia consistía mayoritariamente en parejas jóvenes que se miraban carantoñosas y hablaban, pero bastante bajito. Pasado un cuarto de hora me levanté, recogí mis bártulos y salí del local, no sin antes volver a echar una miradita a la pareja francesa que seguía leyendo. Al levantarme los dos me miraron y nos saludamos en silencio, con un leve movimiento de la mano y el asentimiento del rostro, de esos que uno emite a una persona que sabe que, probablemente, nunca vuelva a verla. Los jóvenes ruidosos se quedaron allí y algunas de las parejas también, mientras que otras habían sido relevadas por nuevos dúos amorosos o por pequeños grupos, de distintas edades.
En el metro camino a casa (sí, mi vida nocturna del Sábado noche no está habitualmente para echar muchos cohetes) reconozco que pensaba en al pareja de lectores que había dejado atrás, y lo hacía con envidia. Envidia porque ellos, que parecían quererse, eran capaces de compatibilizar su vida en común con su privacidad, su compartir con su reflexión, y ambos amaban la lectura. No se si era una envidia sana, una admiración personal, o unos cutres celos por ver algo que me encantaría saborear y que, a día de hoy, no puedo. En fin, siempre nos queda el hogar para practicar esas sensaciones solitarias, a falta de la adecuada compañía...
lunes, noviembre 10, 2008
Dos bajas más
Transcurría el fin de semana de una manera bastante apacible hasta que ayer por la mañana saltó la noticia de la muerte de dos militares españoles en un atentado suicida en Afganistán. UN vehículo bomba conducido por un iluminado talibán se estrellaba contra uno de los vehículos españoles que, en ese momento, escoltaban un convoy, y mataba a dos soldados de treinta y cuarenta años, dejando al menos un herido grave y dos leves. La ministra Chacón tenía que salir al mediodía a hacer un comunicado, breve, rápido, casi telegráfico, y en pocas horas llegará a ese polvoriento lugar para interesarse por la suerte del resto de los soldados allí desplazados.
Afganistán es un polvorín que cada ve dista más de estar mínimamente controlado. Así como en Irak las cosas parece que, poco a poco, y con riesgos, están volviendo a una normalidad, el caso afgano se hunde cada vez más en una espiral de violencia sectaria y fanática. Me da la impresión de que los soldados españoles viven atrincherados en sus bases, saliendo fuera de ellas no más allá de lo estrictamente necesario, sin incurrir en riesgos, dado que el terreno es hostil, y en igual situación deben estar el resto de contingentes militares enviados por distintos países. Los americanos, que se atrincheran principalmente en Kabul y otras grandes ciudades, parecen controlar el perímetro urbano allí donde se asientan, pero saliendo de las ciudades el descontrol es total. Quizás esto se deba a que se han destinado excesivos recursos, logísticos, militares y financieros, al vecino Irak, y se dio por finiquitada la operación afgana de 2001 – 2002 pensando que todo estaba hecho, cuando en realidad aún estábamos en el principio. Una vez que lo de Irak, que cada día parece más claro que ha sido el gran error estratégico de la presidencia Bush, pasa a segundo plano, debemos centrarnos en Afganistán. Más de siete años después de la destrucción de las torres gemelas ignoramos donde se encuentra Bin Laden y su tropa de secuaces, aunque apuesto lo que sea a que vive en eso que se hace llamar la frontera entre Afganistán y Pakistán, una zona oscura donde nadie parece saber que ocurre. Es una catástrofe que los EE.UU. aún no le hayan capturado, con lo que ha caído desde entonces. No olvidemos tampoco que un Afganistán convulso contagia día a día a esa bomba de relojería llamada Pakistán, un caos de país de más de cien millones de habitantes, con gobiernos inestables, atentados suicidas por doquier, islamismo creciente, y no sólo en sus fronteras, y un pequeño pero suficientemente peligrosos arsenal nuclear. Rudyard Kipling, que algo sabía de esto, ya denominó en el siglo XIX como “el gran juego” a la confrontación de estrategias que el entonces imperio británico trataba de desarrollar en la zona, que se saldó con éxito en lo que hace al control del gigante indio, pero fracasó, como muchos otros antes y algunos más después, en el caso afgano, y para hablar de fracasos recientes Rusia es un buen lugar donde ir a hacer preguntas.
El nuevo presidente Obama ha dicho, por activa y por pasiva, que es Afganistán el objetivo de su política en al zona. Además de ir retirando contingentes de Irak, y desplazarlos poco a poco al cercano país, Obama ha declarado que va a pedir un mayor esfuerzo a la comunidad internacional en ese polvorín, y ese esfuerzo se traduce en dinero y tropas. Hasta ahora era fácil, e incluso electoralmente rentable para los gobiernos europeos, y especialmente el español, darle un no a Bush, y no colaborar más con su administración. Cuando ahora Obama nos pida que enviemos más efectivos a Afganistán ya no será tan sencillo decir que no. Y es que hay que mandarlas, pero esto sí va a ser una misión militar peligrosa. A ver como la gestionamos.
Afganistán es un polvorín que cada ve dista más de estar mínimamente controlado. Así como en Irak las cosas parece que, poco a poco, y con riesgos, están volviendo a una normalidad, el caso afgano se hunde cada vez más en una espiral de violencia sectaria y fanática. Me da la impresión de que los soldados españoles viven atrincherados en sus bases, saliendo fuera de ellas no más allá de lo estrictamente necesario, sin incurrir en riesgos, dado que el terreno es hostil, y en igual situación deben estar el resto de contingentes militares enviados por distintos países. Los americanos, que se atrincheran principalmente en Kabul y otras grandes ciudades, parecen controlar el perímetro urbano allí donde se asientan, pero saliendo de las ciudades el descontrol es total. Quizás esto se deba a que se han destinado excesivos recursos, logísticos, militares y financieros, al vecino Irak, y se dio por finiquitada la operación afgana de 2001 – 2002 pensando que todo estaba hecho, cuando en realidad aún estábamos en el principio. Una vez que lo de Irak, que cada día parece más claro que ha sido el gran error estratégico de la presidencia Bush, pasa a segundo plano, debemos centrarnos en Afganistán. Más de siete años después de la destrucción de las torres gemelas ignoramos donde se encuentra Bin Laden y su tropa de secuaces, aunque apuesto lo que sea a que vive en eso que se hace llamar la frontera entre Afganistán y Pakistán, una zona oscura donde nadie parece saber que ocurre. Es una catástrofe que los EE.UU. aún no le hayan capturado, con lo que ha caído desde entonces. No olvidemos tampoco que un Afganistán convulso contagia día a día a esa bomba de relojería llamada Pakistán, un caos de país de más de cien millones de habitantes, con gobiernos inestables, atentados suicidas por doquier, islamismo creciente, y no sólo en sus fronteras, y un pequeño pero suficientemente peligrosos arsenal nuclear. Rudyard Kipling, que algo sabía de esto, ya denominó en el siglo XIX como “el gran juego” a la confrontación de estrategias que el entonces imperio británico trataba de desarrollar en la zona, que se saldó con éxito en lo que hace al control del gigante indio, pero fracasó, como muchos otros antes y algunos más después, en el caso afgano, y para hablar de fracasos recientes Rusia es un buen lugar donde ir a hacer preguntas.
El nuevo presidente Obama ha dicho, por activa y por pasiva, que es Afganistán el objetivo de su política en al zona. Además de ir retirando contingentes de Irak, y desplazarlos poco a poco al cercano país, Obama ha declarado que va a pedir un mayor esfuerzo a la comunidad internacional en ese polvorín, y ese esfuerzo se traduce en dinero y tropas. Hasta ahora era fácil, e incluso electoralmente rentable para los gobiernos europeos, y especialmente el español, darle un no a Bush, y no colaborar más con su administración. Cuando ahora Obama nos pida que enviemos más efectivos a Afganistán ya no será tan sencillo decir que no. Y es que hay que mandarlas, pero esto sí va a ser una misión militar peligrosa. A ver como la gestionamos.
viernes, noviembre 07, 2008
Habichuelas “cool”
Ayer por la noche, junto con algunos compañeros de trabajo, asistía el espectáculo musical Soulería, que ofrece el cantante Pitingo en el Teatro Calderón, reconvertido por obra y gracia de los misterios del patrocinio en el teatro Hagën Dazs. Local pequeño, pero coqueto y con el grado de intimidad suficiente como para que tanto el artista como su grupo y el público puedan intimar, el aforo, que llenó el patio de butacas y los dos primeros anfiteatros, era bastante bueno, en mi opinión, y dada la crisis que nos corroe no deja de ser interesante como las modas funcionan y este espectáculo, bien promocionado, sigue atrayendo a mucha gente cada noche.
Para mi lo de ayer fue algo experimental, porque el flamenco no me gusta. Alguno leerá esto y se sentirá ultrajado, y más aún cuando diga que, pese a que noto que debe ser muy difícil interpretarlo, las bulerías y “soleás” no me emocionan, cosa que sí ocurrió ayer con alguna de mis acompañantes. Sin embargo, el concierto no era sólo flamenco. Pitingo practica eso que se ha puesto tan de moda que se llama fusión, y que no es otra cosa que juntar estilos, sonidos y formas que son conocidas, funcionan por separado y que, en conjunto, suenan distinto a lo ya conocido. Creo que fueron los Ketama los primeros en fusionar el flamenco con el pop y otros ritmos, y el negocio les fue bien. Supongo que vieron que si eran puristas en su estilo no iban a conquistar a nuevos públicos ni a aumentar su caja de ingresos. En el espectáculo de ayer se combinan palos más o menos clásicos de tablao junto con grandes éxitos de la música soul (Georgia, Killing Me Softly with His Song, Every breath you take, etc) pasados por una percusión y guitarra aflamencada, unos coros femeninos y de base gospel y le voz del protagonista, rota y sentida, que por momentos parecía que se rompía del todo. El resultado es, desde luego, curioso. Un purista del flamenco seguramente no se sentiría a gusto oyéndolo, y a mi, que no me gustan mucho las versiones de los clásicos (fui de los pocos que maldije sin cesar a los Fugues por cargarse el Killing Me Softly) tampoco me dejaron musicalmente muy satisfecho, pero el espectáculo consigue que el público se entretenga, se divierta, y llegado el caso se pueda desmelenar, levantarse de la silla y bailar al ritmo de los temas, ritmo que sí está muy logrado de cara a involucrar al espectador. Los acompañantes de Pitingo trabajan bien, y se les ve cómodos en la actuación. El pequeño grupo de gospel negro me gustó mucho, especialmente la actuación que tuvieron en solitario, donde en base lenta y posteriormente acelerada, mostraron al enorme fuerza y color que posee la voz negra. Igualmente los instrumentistas son muy buenos, pero aquí debo destacar especialmente a Juan Carmona, componente de los ya citados Ketama, que a la guitarra literalmente se merienda el espectáculo. Más presente en la primera parte que en la segunda, hace lo que quiere sobre el traste, puntea, rasguea, golpea y saca de una simple guitarra todo un mundo. Era un espectáculo verle y oírle tocar.
El cantante se entregó durante la velada, y disfrutó, nos lo hizo saber, y encima quiso la casualidad de que ayer fuera su 28 cumpleaños, y por ello salieron algunos miembros de la tropa de acompañantes con una tarta con velas, globos y le ofrecieron una minifiesta que se prolongó en números sueltos de diverso estilo, algunos preciosos, y otros algo más horteras en mi opinión, incluido el de un “folclórico” algo kitsch. Al final la actuación llegó a algo más de dos horas en su conjunto. Desde luego nos divertimos mucho, que de eso se trataba, y algún famoso que estaba justo delante nuestro lo vivió tan intensamente como el propio Pitingo, o incluso más.
Para mi lo de ayer fue algo experimental, porque el flamenco no me gusta. Alguno leerá esto y se sentirá ultrajado, y más aún cuando diga que, pese a que noto que debe ser muy difícil interpretarlo, las bulerías y “soleás” no me emocionan, cosa que sí ocurrió ayer con alguna de mis acompañantes. Sin embargo, el concierto no era sólo flamenco. Pitingo practica eso que se ha puesto tan de moda que se llama fusión, y que no es otra cosa que juntar estilos, sonidos y formas que son conocidas, funcionan por separado y que, en conjunto, suenan distinto a lo ya conocido. Creo que fueron los Ketama los primeros en fusionar el flamenco con el pop y otros ritmos, y el negocio les fue bien. Supongo que vieron que si eran puristas en su estilo no iban a conquistar a nuevos públicos ni a aumentar su caja de ingresos. En el espectáculo de ayer se combinan palos más o menos clásicos de tablao junto con grandes éxitos de la música soul (Georgia, Killing Me Softly with His Song, Every breath you take, etc) pasados por una percusión y guitarra aflamencada, unos coros femeninos y de base gospel y le voz del protagonista, rota y sentida, que por momentos parecía que se rompía del todo. El resultado es, desde luego, curioso. Un purista del flamenco seguramente no se sentiría a gusto oyéndolo, y a mi, que no me gustan mucho las versiones de los clásicos (fui de los pocos que maldije sin cesar a los Fugues por cargarse el Killing Me Softly) tampoco me dejaron musicalmente muy satisfecho, pero el espectáculo consigue que el público se entretenga, se divierta, y llegado el caso se pueda desmelenar, levantarse de la silla y bailar al ritmo de los temas, ritmo que sí está muy logrado de cara a involucrar al espectador. Los acompañantes de Pitingo trabajan bien, y se les ve cómodos en la actuación. El pequeño grupo de gospel negro me gustó mucho, especialmente la actuación que tuvieron en solitario, donde en base lenta y posteriormente acelerada, mostraron al enorme fuerza y color que posee la voz negra. Igualmente los instrumentistas son muy buenos, pero aquí debo destacar especialmente a Juan Carmona, componente de los ya citados Ketama, que a la guitarra literalmente se merienda el espectáculo. Más presente en la primera parte que en la segunda, hace lo que quiere sobre el traste, puntea, rasguea, golpea y saca de una simple guitarra todo un mundo. Era un espectáculo verle y oírle tocar.
El cantante se entregó durante la velada, y disfrutó, nos lo hizo saber, y encima quiso la casualidad de que ayer fuera su 28 cumpleaños, y por ello salieron algunos miembros de la tropa de acompañantes con una tarta con velas, globos y le ofrecieron una minifiesta que se prolongó en números sueltos de diverso estilo, algunos preciosos, y otros algo más horteras en mi opinión, incluido el de un “folclórico” algo kitsch. Al final la actuación llegó a algo más de dos horas en su conjunto. Desde luego nos divertimos mucho, que de eso se trataba, y algún famoso que estaba justo delante nuestro lo vivió tan intensamente como el propio Pitingo, o incluso más.
jueves, noviembre 06, 2008
Ha muerto Michael Crichton
Si ayer podíamos contemplar la realización de un sueño, de un escenario fantasioso en el que un negro llega a la Casa Blanca, hoy tengo que centrarme en aspectos más prosaicos y tristes, dado que ha fallecido uno de los escritores norteamericanos a los que yo tenía más cariño, que quizá no fuese el que desarrollaba los relatos más profundos y emotivos, no, pero tenía el genio y el don para enganchar con sus novelas, su afán divulgativo, y su capacidad para crear escenarios fantásticos, algunos de pesadilla, todos de intranquilidad.
Ayer falleció Michael Crichton. Habrá a quién no le suene para nada ese nombre, pero si uno empieza a escarbar entre los títulos que tiene publicados empieza a toparse con algunas de las novelas más famosas de la década de los noventa y de la presente. Parque Jurásico, Rescate en el Tiempo, Congo, Sol Naciente, Presa, Esfera, La Amenaza de Andrómeda... y un largo etcétera que está lleno de títulos famosos. Además, como estudiante de medicina que fue, Crichton se dedicó no sólo a escribir algunas novelas ambientadas en hospitales, sino que también colaboró en la creación y en la escritora del guión de una serie que en Estados Unidos se llamó ER y en España “Urgencias”, que eso seguramente ya le será familiar a todo el mundo. Crichton empezó a hacerse muy famoso cuando en los noventa se puso de moda adaptar sus novelas al cien, y fueron los dinosaurios revividos los que le lanzaron al estrellato, aunque para entonces yo ya me había leído casi todas sus novelas. Tras esta película vinieron adaptaciones mejores (Sol Naciente) que otras (Esfera y Congo, películas malas como ellas solas). En los últimos tiempos había causado bastante polémica con la publicación de Estado de Miedo, en al que, a través de un relato de ficción, cargaba contra el alarmismo injustificado que él veía en los agoreros del cambio climático. Sus novelas, siempre apasionantes, estaban llenas de referencias técnicas, y quizás sean las que, en mi opinión, continúan de manera más fiel la estela trazada en un principio por Julio Verne y seguida luego por Isaac Asimov. Crichton desarrolla escenarios verosímiles y les da consistencia técnica. Leyendo Rescate en el Tiempo uno puede imaginarse realmente la construcción de una aparato que, mediante la tecnología cuántica, pueda teletransportar personas a épocas remotas, en este caso el medioevo europeo. Como toda novela de ciencia ficción, ha recibido críticas por parte de autores y editores “serios” pero desde aquí debo romper una lanza a favor de la novela de evasión, en este caso la ciencia ficción, y especialmente hacia autores como Crichton, que me han proporcionado muchas horas de placer y emoción. He aprendido muchas cosas de sus novelas, me han entretenido y las he terminado con un regusto de esos que se siente al acabar algo bueno, y desde luego no es algo que se pueda decir de todos lso autores o de muchos de lso textos que se agolpan en las librerías.
En una novela autobiográfica titulada “Viajes y experiencias” cuenta Crichton como se enfrentó al reto de subir al Kilimanjaro, de su poca pericia para el deporte, y de cómo su envergadura, medía más de 1,90, dificultaba su ascensión y le hacía orzar más que el resto de sus compañeros. Al final llegó, aunque más subido sobre sus llagas y dolores que sobre sus botas, pero coronó la cima, y vió que si se proponía alcanzar algún reto, con esfuerzo y dedicación, podía lograrlo. Así Crichton nos ha llenado algunas décadas de magníficas novelas, que conviene releer y disfrutar placenteramente como lo que son. Una magnífica combinación de entretenimiento y divulgación. Descanse en paz.
Ayer falleció Michael Crichton. Habrá a quién no le suene para nada ese nombre, pero si uno empieza a escarbar entre los títulos que tiene publicados empieza a toparse con algunas de las novelas más famosas de la década de los noventa y de la presente. Parque Jurásico, Rescate en el Tiempo, Congo, Sol Naciente, Presa, Esfera, La Amenaza de Andrómeda... y un largo etcétera que está lleno de títulos famosos. Además, como estudiante de medicina que fue, Crichton se dedicó no sólo a escribir algunas novelas ambientadas en hospitales, sino que también colaboró en la creación y en la escritora del guión de una serie que en Estados Unidos se llamó ER y en España “Urgencias”, que eso seguramente ya le será familiar a todo el mundo. Crichton empezó a hacerse muy famoso cuando en los noventa se puso de moda adaptar sus novelas al cien, y fueron los dinosaurios revividos los que le lanzaron al estrellato, aunque para entonces yo ya me había leído casi todas sus novelas. Tras esta película vinieron adaptaciones mejores (Sol Naciente) que otras (Esfera y Congo, películas malas como ellas solas). En los últimos tiempos había causado bastante polémica con la publicación de Estado de Miedo, en al que, a través de un relato de ficción, cargaba contra el alarmismo injustificado que él veía en los agoreros del cambio climático. Sus novelas, siempre apasionantes, estaban llenas de referencias técnicas, y quizás sean las que, en mi opinión, continúan de manera más fiel la estela trazada en un principio por Julio Verne y seguida luego por Isaac Asimov. Crichton desarrolla escenarios verosímiles y les da consistencia técnica. Leyendo Rescate en el Tiempo uno puede imaginarse realmente la construcción de una aparato que, mediante la tecnología cuántica, pueda teletransportar personas a épocas remotas, en este caso el medioevo europeo. Como toda novela de ciencia ficción, ha recibido críticas por parte de autores y editores “serios” pero desde aquí debo romper una lanza a favor de la novela de evasión, en este caso la ciencia ficción, y especialmente hacia autores como Crichton, que me han proporcionado muchas horas de placer y emoción. He aprendido muchas cosas de sus novelas, me han entretenido y las he terminado con un regusto de esos que se siente al acabar algo bueno, y desde luego no es algo que se pueda decir de todos lso autores o de muchos de lso textos que se agolpan en las librerías.
En una novela autobiográfica titulada “Viajes y experiencias” cuenta Crichton como se enfrentó al reto de subir al Kilimanjaro, de su poca pericia para el deporte, y de cómo su envergadura, medía más de 1,90, dificultaba su ascensión y le hacía orzar más que el resto de sus compañeros. Al final llegó, aunque más subido sobre sus llagas y dolores que sobre sus botas, pero coronó la cima, y vió que si se proponía alcanzar algún reto, con esfuerzo y dedicación, podía lograrlo. Así Crichton nos ha llenado algunas décadas de magníficas novelas, que conviene releer y disfrutar placenteramente como lo que son. Una magnífica combinación de entretenimiento y divulgación. Descanse en paz.
miércoles, noviembre 05, 2008
El sueño americano renace...
.... y Barack Obama ya es presidente de los Estados Unidos
Como hoy va a haber un montón de artículos y opinadores glosando las consecuencias de la elección de Obama, relataré aquí mi experiencia de la noche electoral. Tenía intenciones de pasarme toda ella en vela frente al televisor y la radio, aunque reconozco que me he dormido un poco, de 23:40 a 00:50, pero de ahí en adelante estaba completamente despierto, con la tele muy bajita y de vez en cuando la radio, con Alsina. Han hecho programa especial TVE1, Antena3, Cuatro y TeleMadrid, aunque estos últimos lo han terminado a las 5:00, justo cuando la noche ha cambiado del todo. Hasta ese momento la información se basaba en el recuento electoral, en ver que estados iban para cada candidato, y que proyecciones hacían las televisiones americanas. Obama se ha distanciado desde un principio, pero el parcial de 106 votos electorales frente a 40 se ah mantenido, aproximadamente, muy estable hasta las 4 de la mañana. Pasada esa hora la FOX ya afirmaba que Ohio, el estado bisagra pro excelencia, se decantaba claramente para Obama, y eso ya era dar un enorme espaldarazo a su candidatura. Las imágenes del parque Grant de Chicago cada vez mostraban más y más gente, miles de personas (ni me imagino cuantas habrán estado allí) que saltaban y estaban alegres, cada vez más confiadas en su victoria. La otra cara era Phoenix, Arizona, donde las huestes republicanas veían como la noche avanzaba y McCain no lograba los estados necesarios para poder seguir manteniendo la esperanza.
A las 5:00, hora del cierre de los colegios en la costa de California, y casi al unísono, CBS, FOX y CNN han mostrado sus proyecciones, las cadenas españolas han “pinchado” sus señales y han proclamado a Obama como ganador. La apoteosis ha comenzado en Chicago, en lo que parecía más un festival de verano que otra cosa. A eso de las 5:20 ha aparecido McCain ante sus seguidores, junto a su mujer, y Sarah Palin con su marido. McCain ha hecho un discurso magnífico, reconociendo su derrota (sí, porque en las elecciones americanas uno gana y otro pierde, no como aquí, que ganan todos) elogiando a Obama, su figura, carrera y campaña, y mostrando una caballerosidad, estilo y grandeza enorme. Ha sido emocionante, y así lo han reconocido todos los periodistas que ocupaban las tertulias entonces. Tras eso quedaba esperar la presencia de Obama, que ha salido con su mujer e hijas al imperial estrado de Chicago a las 6:00.
Sentido, profundo, serio, el discurso de Obama era presidencial. La realización alternaba sus palabras con las imágenes de seguidores emocionados, llorosos (Jessie Jackson impagable), jóvenes y mayores, adolescentes y padres de familia, encandilados ante su presencia y palabras, y un orador que, me daba la impresión, empieza a ser consciente de donde se ha metido, de las enormes ilusiones que ha despertado y la gigantesca responsabilidad que adquiere a partir de ahora. Y todo ello con una escenografía, decorado y liturgia realmente impactante. Un prodigioso espectáculo puramente americano.......
Sí, amable lector, esta noche sonaba a historia. Había que vivirla. Y ha sido magnífica.
Como hoy va a haber un montón de artículos y opinadores glosando las consecuencias de la elección de Obama, relataré aquí mi experiencia de la noche electoral. Tenía intenciones de pasarme toda ella en vela frente al televisor y la radio, aunque reconozco que me he dormido un poco, de 23:40 a 00:50, pero de ahí en adelante estaba completamente despierto, con la tele muy bajita y de vez en cuando la radio, con Alsina. Han hecho programa especial TVE1, Antena3, Cuatro y TeleMadrid, aunque estos últimos lo han terminado a las 5:00, justo cuando la noche ha cambiado del todo. Hasta ese momento la información se basaba en el recuento electoral, en ver que estados iban para cada candidato, y que proyecciones hacían las televisiones americanas. Obama se ha distanciado desde un principio, pero el parcial de 106 votos electorales frente a 40 se ah mantenido, aproximadamente, muy estable hasta las 4 de la mañana. Pasada esa hora la FOX ya afirmaba que Ohio, el estado bisagra pro excelencia, se decantaba claramente para Obama, y eso ya era dar un enorme espaldarazo a su candidatura. Las imágenes del parque Grant de Chicago cada vez mostraban más y más gente, miles de personas (ni me imagino cuantas habrán estado allí) que saltaban y estaban alegres, cada vez más confiadas en su victoria. La otra cara era Phoenix, Arizona, donde las huestes republicanas veían como la noche avanzaba y McCain no lograba los estados necesarios para poder seguir manteniendo la esperanza.
A las 5:00, hora del cierre de los colegios en la costa de California, y casi al unísono, CBS, FOX y CNN han mostrado sus proyecciones, las cadenas españolas han “pinchado” sus señales y han proclamado a Obama como ganador. La apoteosis ha comenzado en Chicago, en lo que parecía más un festival de verano que otra cosa. A eso de las 5:20 ha aparecido McCain ante sus seguidores, junto a su mujer, y Sarah Palin con su marido. McCain ha hecho un discurso magnífico, reconociendo su derrota (sí, porque en las elecciones americanas uno gana y otro pierde, no como aquí, que ganan todos) elogiando a Obama, su figura, carrera y campaña, y mostrando una caballerosidad, estilo y grandeza enorme. Ha sido emocionante, y así lo han reconocido todos los periodistas que ocupaban las tertulias entonces. Tras eso quedaba esperar la presencia de Obama, que ha salido con su mujer e hijas al imperial estrado de Chicago a las 6:00.
Sentido, profundo, serio, el discurso de Obama era presidencial. La realización alternaba sus palabras con las imágenes de seguidores emocionados, llorosos (Jessie Jackson impagable), jóvenes y mayores, adolescentes y padres de familia, encandilados ante su presencia y palabras, y un orador que, me daba la impresión, empieza a ser consciente de donde se ha metido, de las enormes ilusiones que ha despertado y la gigantesca responsabilidad que adquiere a partir de ahora. Y todo ello con una escenografía, decorado y liturgia realmente impactante. Un prodigioso espectáculo puramente americano.......
Sí, amable lector, esta noche sonaba a historia. Había que vivirla. Y ha sido magnífica.
martes, noviembre 04, 2008
Ya caen las papeletas
Ya están votando en EE.UU., y Wall Street y la bolsa europea suben, ¿están cotizando ya la victoria de Obama? Noche apasionante la que nos espera...
El día de la votación
Pues ya está aquí, el tan esperado 4 de Noviembre de 2008 ha llegado fiel a su cita. Entorno a las 7:00 de la mañana de la costa Este, 13:00 para nosotros, se abrirán los colegios electorales y empezarán las votaciones masivas en los Estados Unidos, aunque ya ha votado entorno a un 20% del censo, porque en muchos estados se permite anticipar el voto, cuyas colas vimos ayer por la tele. Según los analistas esto es otra muestra de que Obama va a ganar, porque es la mayor movilización de voto anticipado jamás vista. Esto de votar antes de se nos hace rearo, pero no es lo único peculiar del sistema americano.
Lo principal es que estas son unas elecciones presidencialistas puras, en las que uno vota a Obama o McCain (y su pareja para vicepresidente). En España votamos listas electorales provinciales, y es luego El Congreso el que elige al presidente. Allí es directo, con la salvedad del llamado colegio electoral, un grupo de representantes, llamados votos electorales, de cada estado en función de su población (55 para la gran California, 3 para la Alaska de Palin). El ganador en cada estado se lleva todos los votos electorales, y el que alcanza los 270 es el Presidente, de ahí la disputa por aquellos estados ”swing” o indecisos, especialmente los ya clásicos de Ohio y Florida, donde es probable que el recuento se alargue más que en el resto, aunque esperemos no asistir a otro espectáculo lamentable como el de las mariposas de hace ocho años. Otra enorme diferencia es que el votante debe registrase previamente en el censo, pero lo debe hacer él mismo. En España esta labor está encomendada a los Ayuntamientos, que de facto inscriben a todo el mundo en el censo. Allí es un trámite que el ciudadano debe realizar ex profeso, y si no está registrado no puede votar. Es por eso que la campaña de movilización para registrar votantes es casi tan importante como la del voto mismo. Si convenzo a un no registrado para que se inscriba lo más probable es que me vote a mi, dice la lógica en estos casos. Nuevamente estas elecciones son las que más votantes registran con cifras superiores a los 150 millones, lo que según los expertos vuelve a ser un aval para la candidatura de Obama. Esta votación también se aprovecha para renovar cerca de la mitad del Senado (dos por cada estado) y la Cámara de Representantes (proporcional a la población de cada estado) . La otra mitad se renueva a mitad del mandato presidencial, permitiendo así ejercer votos de castigo o aprobación y dejar al Presidente con las cámaras en contra en caso de que gusten sus decisiones. Una idea bastante juiciosa y que busca un equilibrio de poder. Parece que Obama también podría conseguir aquí una mayoría, aunque no está claro que le pueda otorgar el control absoluto sobre las dos cámaras. En caso de su victoria habrá que estar muy atento a ver que ocurre aquí.
A día de hoy parece que todo el pescado está vendido. Recordemos que la campaña electoral se acaba cuando se cierra la última urna, sin jornada de reflexión ni prohibición de actos incluso frente a los mismos colegios electorales. ¿Un pronóstico? Admitámoslo, todo lo que no sea una victoria de Obaam sería una enorme sorpresa, y dejaría a los analistas y centros demoscópicos sumidos en el mayor de los ridículos. Creo que Obama va a ganar, y que es bueno que gane, porque los republicanos lo han hecho mal estos años. De todas maneras habrá que seguir la jornada, y madrugaré de lo lindo para ver los especiales de televisión. Qué pena no poder estar en Washington para vivirlo en directo......
Lo principal es que estas son unas elecciones presidencialistas puras, en las que uno vota a Obama o McCain (y su pareja para vicepresidente). En España votamos listas electorales provinciales, y es luego El Congreso el que elige al presidente. Allí es directo, con la salvedad del llamado colegio electoral, un grupo de representantes, llamados votos electorales, de cada estado en función de su población (55 para la gran California, 3 para la Alaska de Palin). El ganador en cada estado se lleva todos los votos electorales, y el que alcanza los 270 es el Presidente, de ahí la disputa por aquellos estados ”swing” o indecisos, especialmente los ya clásicos de Ohio y Florida, donde es probable que el recuento se alargue más que en el resto, aunque esperemos no asistir a otro espectáculo lamentable como el de las mariposas de hace ocho años. Otra enorme diferencia es que el votante debe registrase previamente en el censo, pero lo debe hacer él mismo. En España esta labor está encomendada a los Ayuntamientos, que de facto inscriben a todo el mundo en el censo. Allí es un trámite que el ciudadano debe realizar ex profeso, y si no está registrado no puede votar. Es por eso que la campaña de movilización para registrar votantes es casi tan importante como la del voto mismo. Si convenzo a un no registrado para que se inscriba lo más probable es que me vote a mi, dice la lógica en estos casos. Nuevamente estas elecciones son las que más votantes registran con cifras superiores a los 150 millones, lo que según los expertos vuelve a ser un aval para la candidatura de Obama. Esta votación también se aprovecha para renovar cerca de la mitad del Senado (dos por cada estado) y la Cámara de Representantes (proporcional a la población de cada estado) . La otra mitad se renueva a mitad del mandato presidencial, permitiendo así ejercer votos de castigo o aprobación y dejar al Presidente con las cámaras en contra en caso de que gusten sus decisiones. Una idea bastante juiciosa y que busca un equilibrio de poder. Parece que Obama también podría conseguir aquí una mayoría, aunque no está claro que le pueda otorgar el control absoluto sobre las dos cámaras. En caso de su victoria habrá que estar muy atento a ver que ocurre aquí.
A día de hoy parece que todo el pescado está vendido. Recordemos que la campaña electoral se acaba cuando se cierra la última urna, sin jornada de reflexión ni prohibición de actos incluso frente a los mismos colegios electorales. ¿Un pronóstico? Admitámoslo, todo lo que no sea una victoria de Obaam sería una enorme sorpresa, y dejaría a los analistas y centros demoscópicos sumidos en el mayor de los ridículos. Creo que Obama va a ganar, y que es bueno que gane, porque los republicanos lo han hecho mal estos años. De todas maneras habrá que seguir la jornada, y madrugaré de lo lindo para ver los especiales de televisión. Qué pena no poder estar en Washington para vivirlo en directo......
lunes, noviembre 03, 2008
Tradiciones americanas
En esta semana conoceremos quién es el nuevo presidente norteamericano. Periódicos, radios y televisiones realizan ya despliegues extraordinarios, en lo que se ha convertido en un desembarco en toda la regla sobe Washington DC, ciudad en la que los puestos de prensa con vistas a la Casa Blanca o a otros monumentos nacionales deben estar más que cotizados. Sin duda son las elecciones más importantes después de las nacionales de cada país, dado que hay ciertas cuestiones en las que lo que se decide a orillas del Potomac a veces influye más que cualquier cosa que se diga en Moncloa.
Dado que las elecciones americanas son siempre el primer Martes después del primer Lunes de Noviembre (tradición respetada desde hace más de cien años, qué envidia, lo confieso) suele estar cerca de esa fecha una de las fiestas yanquis más extravagantes y aparentemente carentes de sentido, desde nuestra óptica, como es Halloween. Frente al día de Todos los Santos latino, con sus visitas a los cementerios, puesta de flores en la tumba y recuerdo a los que se han ido, la feita americana aparenta ser una payasada en al que la gente vacía calabazas, poniendo velas dentro, se disfraza de zombi o de otro tipo de personaje terrorífico y, a aparte de lograr caramelos por las casa, se lo pasa bomba asustando al personal en unas fiestas con un toque gótico irremediablemente oscuro y morboso. Como era de esperar, España, país antiamericano donde los haya, ha importado esta fiesta con una fuerza enorme, y este pasado Viernes era casi inevitable ver a gente disfrazada en el metro con caretas de Sacry movie, gorras de bruja o atuendos similares, que no voy a negar que, en lo que respecta al caso femenino, esa decoración lúgubre y mortífera me produce un notable grado de atracción y morbo. Esa noche cené con mi amiga SGG en un restaurante italiano de cadena, y allí estaban los camareros disfrazados de draculines de postín, con capas rojas y negaras, y caras igualmente embadurnadas. Al principio me quedé sin palabras, porque recordé en mi interior una vieja escena en la que nunca creí que iba a ver refutada mi opinión. Cuando estaba en el doctorado, a finales de los noventa, comentó a finales de octubre nuestra compañera ABG que se iba de fiesta de Halloween con unos amigos esa noche del 31. Yo, y otros que estábamos con ella, nos empezamos a reír y a burlarnos de eso de jalogüin, y las chorradas de las calabazas y esas cosas, a lo que ella respondía diciendo que era una excusa como otra cualquiera para irse de juerga, emborracharse si se daba, y en todo caso pasárselo bien con los amiguetes. “Hombre, pues visto así a lo mejor triunfa”, nos quedamos pensativos algunos, sabiendo lo amantes que somos aquí de todo tipo de juergas, que nos permitan evadirnos y de paso sirvan de excusa para llegar tarde a casa y al trabajo al día siguiente. Hoy en día mi amiga ABG trabaja en EE.UU., donde sin duda habrá celebrado el jalogüin por todo lo alto, mientras que en España, siguiendo aquel vaticinio, empieza ya a ser comparable la tropa de juerguistas que llegan a casa con los albores del 1 de Noviembre con la de los que salen de ella camino de los cementerios.
Se aprovecha esa noche de muertos para, en los años electorales, hacer un recuento de que candidato ha vendido más máscaras y así elaborar una encuesta oficiosa, a la que tan aficionados son los americanos. Parece que, como en otros campos, Obama gana a McCain, pero dicen las malas lenguas que la triunfadora enmascarada de la noche ha sido Sarah Palin, con su moño y sus gafas de diseño. Será por eso de que si te cruzas con un zombi es útil saber descuartizar un alce, y en su caso rematar al medio muerto del todo. Visto lo visto, Obama esa noche se llevó muchos caramelos y McCain.... las calabazas.
Dado que las elecciones americanas son siempre el primer Martes después del primer Lunes de Noviembre (tradición respetada desde hace más de cien años, qué envidia, lo confieso) suele estar cerca de esa fecha una de las fiestas yanquis más extravagantes y aparentemente carentes de sentido, desde nuestra óptica, como es Halloween. Frente al día de Todos los Santos latino, con sus visitas a los cementerios, puesta de flores en la tumba y recuerdo a los que se han ido, la feita americana aparenta ser una payasada en al que la gente vacía calabazas, poniendo velas dentro, se disfraza de zombi o de otro tipo de personaje terrorífico y, a aparte de lograr caramelos por las casa, se lo pasa bomba asustando al personal en unas fiestas con un toque gótico irremediablemente oscuro y morboso. Como era de esperar, España, país antiamericano donde los haya, ha importado esta fiesta con una fuerza enorme, y este pasado Viernes era casi inevitable ver a gente disfrazada en el metro con caretas de Sacry movie, gorras de bruja o atuendos similares, que no voy a negar que, en lo que respecta al caso femenino, esa decoración lúgubre y mortífera me produce un notable grado de atracción y morbo. Esa noche cené con mi amiga SGG en un restaurante italiano de cadena, y allí estaban los camareros disfrazados de draculines de postín, con capas rojas y negaras, y caras igualmente embadurnadas. Al principio me quedé sin palabras, porque recordé en mi interior una vieja escena en la que nunca creí que iba a ver refutada mi opinión. Cuando estaba en el doctorado, a finales de los noventa, comentó a finales de octubre nuestra compañera ABG que se iba de fiesta de Halloween con unos amigos esa noche del 31. Yo, y otros que estábamos con ella, nos empezamos a reír y a burlarnos de eso de jalogüin, y las chorradas de las calabazas y esas cosas, a lo que ella respondía diciendo que era una excusa como otra cualquiera para irse de juerga, emborracharse si se daba, y en todo caso pasárselo bien con los amiguetes. “Hombre, pues visto así a lo mejor triunfa”, nos quedamos pensativos algunos, sabiendo lo amantes que somos aquí de todo tipo de juergas, que nos permitan evadirnos y de paso sirvan de excusa para llegar tarde a casa y al trabajo al día siguiente. Hoy en día mi amiga ABG trabaja en EE.UU., donde sin duda habrá celebrado el jalogüin por todo lo alto, mientras que en España, siguiendo aquel vaticinio, empieza ya a ser comparable la tropa de juerguistas que llegan a casa con los albores del 1 de Noviembre con la de los que salen de ella camino de los cementerios.
Se aprovecha esa noche de muertos para, en los años electorales, hacer un recuento de que candidato ha vendido más máscaras y así elaborar una encuesta oficiosa, a la que tan aficionados son los americanos. Parece que, como en otros campos, Obama gana a McCain, pero dicen las malas lenguas que la triunfadora enmascarada de la noche ha sido Sarah Palin, con su moño y sus gafas de diseño. Será por eso de que si te cruzas con un zombi es útil saber descuartizar un alce, y en su caso rematar al medio muerto del todo. Visto lo visto, Obama esa noche se llevó muchos caramelos y McCain.... las calabazas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)