Ayer fue un día prolijo en maravillas, hechos no habituales y que dejan a todo el mundo con la boca abierta. En un intento por superarse a sí mismo, el Dow Jones bajó más de un 5% y perforó la barrera de los 8.000 puntos, por lo que es de suponer que, tras una noche asiática movida (interprétenlo como deseen) hoy nuevamente los índices europeos nos ofrezcan una maravillosa sesión llena de pocos “altis“ y muchos bajos, demostrando que, si como dijo una vez alguno ya hemos tocado suelo, ahora hemos cogido un pico y hemos empezado a cavar un agujero.
Entre las cosas maravillosas que suceden en la bolsa española está lo del banco de Santander, uno de los más importantes del mundo, de los que más ganan y menos necesitan las ayudas públicas, que hace dos semanas se salió por la tangente anunciando una ampliación de capital con acciones a 4,5 euros, cuando entonces el valor cotizaba cerca de los 8. La consecuencia principal a día de hoy debe este proceso es que ayer la acción cerró a poco más de 5,5, y el inversor particular del Santander ha vito como en algo más de una semana ha perdido más de un tercio de su inversión. Así, de golpe. Es maravilloso. Las explicaciones que ha dado la directiva del Santander, con su presidente Emilio Botín al frente, tanto al Consejo de Administración como a la prensa y la CNMV me han parecido sólidas, razonables y veraces, y el comportamiento de los medios de comunicación, exigiendo transparencia e información cierta, y de de las autoridades reclamando comunicados y pidiendo explicaciones en nombre del accionista han sido competentes y llenos de sentido común, cumpliendo cada uno el papel que le corresponde como auditores sociales de los comportamientos de los poderosos.......... pero.... aquí hay un problema, porque ahora que me doy cuenta, nada de lo que he dicho anteriormente se ha producido, nadie ha reclamado explicaciones ni, por supuesto, menos aún se han concedido, pero ¿a que hubiera sido maravillosos que todo fuera como en mi imaginación? También ha intentado hacer algo igualmente mágico el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que metido en el agujero negro de un paro creciente ha ideado la mejor manera de reducir las listas de desempleo, que no es crear trabajo, sino no contar parados, eliminando de las listas del INEM a los afectados por los EREs. Si hay 100 parados y cuento 80 he reducido el desempleo en un 20%, lo cual es un guarismo igualmente maravilloso. Seguro que algún pesado sale diciendo que eso es trampa, injusto, e incluso ilegal, y que se está estafando a la población al hacer una artificio contable para endulzar unas cifras de paro que debieran avergonzar a los gobernantes españoles y al conjunto de la sociedad, por lo aterradoras que son, y por el drama que se esconde detrás de cada una de esas miles de personas que, vía ERE o cualquier otra forma, se quedan en casa por las mañanas sin saber que hacer. Pero sin duda esas voces críticas, que no se han oído ni en los medios de comunicación, ni en los sindicatos (??) ni en ninguna otra parte no podrán ocultar la maravillosa política de gestión de la crisis que está llevando a cabo el gobierno, ni las maravillosas ideas que tiene la oposición en España.
Y como es lógico en estos días en el Congreso de los Diputados, donde reside el poder para tomar medidas que palien estos problemas, se esta hablando de estas maravillas....bueno, realmente de otra Maravillas, una monja, que a cuenta de una placa conmemorativa por su labor y el haber residido en el complejo (y que yo creo que merece ser puesta) ha sido, pueril e insignificante como es el asunto, la única causa que ha encendido el debate político, ha hecho cruzar declaraciones alucinantes entre partidos y entre sus propios miembros, y nos ha vuelto a demostrar a los españoles que tenemos una clase política y dirigente que es maravillosa, o más exactamente, y que también empieza por m, una mier.....
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