Entre las polémicas extrañas de esta semana me ha impactado la de la discoteca Pachá. Como sabrán mucho, el Pachá de Valencia organizó una fiesta en homenaje a la mujer (??) en la que se sorteaba una operación de aumento de pecho entre las asistentes. Al conocerse la noticia se organizó un revuelo en los medios y empezaron las protestas. Las primeras declaraciones de los responsables de la discoteca contribuyeron a avivar el incendio, y ayer se dio a conocer que, finalmente, Pachá suspende la fiesta, con la cabeza muy alta, al no querer aumentar más una polémica que opina se ha tergiversado y desmedido.
Este asunto da para mucho, y no sólo porque unas tetas grandes den más juego (se han fijado, por cierto, que “tetas” es una palabra que no está en el diccionario del Word??). No quiero entrar en la polémica de si esto es una manipulación sexista de la mujer y le degrada, y cosas así, que parte de rezón tienen quienes eso denuncian, pero existe mucha hipocresía al respecto, y en este país en el que el número de operados es enorme, y muchos no lo hacen público, pese a que critican esa práctica, declaraciones sobre la maldad perversa de las operaciones no dejan de ser en muchos casos palabras vacías. Me impactó, por su sinceridad, y porque se atrevió a decir lo que muchos piensan y callan, las primeras declaraciones de uno de los de Pachá, que ahora niega haber pronunciado, en las que decía que critican el sorteo del aumento de pecho “las mujeres que no tienen arreglo”. ¿Qué quiere decir esto? Pues supongo que lo de siempre, que las chicas feas y con poco pecho quieren ser guapas y tener tetas grandes para llamar la atención y ligar más, pero lo del arreglo.... Yo soy un chico objetivamente feo, al menos no soy guapo, y es posible que para nueve de cada diez encuestados (y sobre todo encuestadas) entre en esa categoría de “los que no tenemos arreglo”. Ante esa situación, y los problemas que puede generar en u mundo como este, en el que la estética, la presencia, el porte y la belleza exterior importan más que cualquier cosa, quizás sólo superadas por el importe de la cuenta corriente de cada uno, hay dos alternativas. O te metes en el negocio, lo que muchas veces supone ir al “taller” a hacer algo similar a un arreglo de chapa, pintura y bajos, o te plantas y decides tirar para adelante con lo que en el sorteo de la naturaleza te ha tocado, porque no olvidemos que, además de ser algo cambiante con el tiempo, la belleza es un don que uno posee por eso que denominamos lotería genética. Es obvio, para que engañarnos, que los chicos y chicas guapas lo van a tener todo más fácil, tendrán donde elegir a la hora de encontrar pareja, en la entrevistas de trabajo causarán una impresión magnífica con sólo decir “buenos días” y su presencia será reclamada en fiestas, saraos y encuentros de amigos propios, extraños, y de muchos interesados en general. Y mucho de todo eso, en el fondo, es falso. Guapa o fea, con tetas grandes o planilta, con curvas ostentosas o con caderas caídas, una chica es una persona, que será mejor o peor, que puede ser alegre, divertidas, maravillosa, o aburrida, triste, soez o egoísta, o pongan ustedes aquí los cientos de adjetivos que deseen. Será una persona, y esa persona es lo que a uno le debe gustar o no. El envoltorio físico es eso, un interesante y necesario... envoltorio.
A mi entender, lo que vino a decir el de Pachá es que los feos no se comen una rosca, y los que menos comen son los que más protestan ante estas cosas. Y creo que la mayor parte de al gente, en privado, suscribiría esta frase, pero no en público, por miedo a las convenciones sociales. No me queda más remedio que dar la razón al del Pachá, pese a que su idea de concurso, ya veterana en otros países, me parece un síntoma más de la estupidez a la que llega una sociedad aburrida, material y carente de principios y referencias como la nuestra. Lo peor es que habría cientos de chicas, cada una con sus maravillas propias, ocultas bajo sus tetas, que estarían ilusionadas por esa operación... hay cosas que no entiendo, o que las veo tan claras que prefiero no darme cuenta.
El Lunes me cojo un día libre. Hasta el Martes.
1 comentario:
Has dicho verdades como puños...pero por otro lado, tampoco entiendo la polémica. Si el empresario de Pacha quiere dar ese regalo, y hay alguien que lo acepta..¿qué hay de malo?
Lo que tendría que preocuparse la autoridad competente Valenciana es que la operación sea en un centro legal, con las garantías médicas, etc. Quién y por qué paga es lo de menos...¿acaso, como has dicho, no hay cientos de operaciones al día de aumento de pecho?
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