Hace un frío espantoso, típico de un invierno que parece haberse adelantado algún mes. Así, las calefacciones funcionan a todo trapo y no sólo se frotan las manos lo viejecitos en casa para darse calor, sino los vendedores de combustible para las calderas, entre los que REPSOL es la joya de la corona nacional, y sobre esa empresa empieza a organizarse una batalla que, al igual que el gélido viento que hoy corre por la calle, parece provenir de Rusia, pero como ese mismo viento, nadie sabe donde concluirá.
La oferta que LUKOIL ha hecho por el 20% que tiene SACYR en el accionariado de REPSOL, más un probable 9% de posee La Ciaxa a través de su corporación industrial Criteria, ha encendido las alarmas y los debates sobre la nacionalidad que debe tener una compañía estratégica como REPSOL, líder en España en suministros petrolíferos. El libre mercado choca contra los intereses nacionales, parecen decir algunos, y los hay liberales que transmutan en proteccionistas y socialdemócratas que se revelan como librecambistas de última generación. Como suele ocurrir en estas ocasiones, sospecho que nada es lo que parece. No quiero, vaya por delante mi idea, que una empresa rusa controle Repsol, y es que Rusia no es un país serio, sabido es como se gobierna allí, que peso tienen las mafias y como las oligarquías financieras y militares controlan la nación y los recursos para extender una red de influencia en los países de su entorno, y que mejor manera que la de controlar el suministro de petróleo, en el que Rusia nada, pudiendo cortarlo cuando llega el invierno como una nueva arma de presión, cosa que ya ha hecho con Ucrania, y que, aunque no lo diga, pende sobre la cabeza alemana. Otra pata de esta operación que no me gusta es SACYR. Esta empresa constructora, dirigida por Luís del Rivero, ya fue usada por el gobierno, y el entonces asesor económico en Moncloa y ahora Ministro de Industria Miguel Sebastián, para atacar al BBVA. Como aquello salió mal, se le “dejó” (alentó, ayudó, escojan ustedes el término) entrar en REPSOL, a través de un crédito participado por muchas entidades, entre ellas, y con prominencia, el Banco Santander. Ahora, con el hundimiento de la construcción, y al reflejarse en las cuentas de la empresa la nefasta gestión de la bonanza por parte de sus dirigentes, el gobierno trata de ayudar nuevamente a SACYR (qué favores deberá ZP a del Rivero) y le trata de salvar de una quiebra segura ayudándole nuevamente para poder vender ese 20% que posee en la petrolera, si es necesario mediante la participación de una empresa rusa, lo que levanta ampollas no sólo en el empresariado español, sino también, y más lógicamente, en el mismo partido socialista y en los sindicatos, que ven con muy malos ojos la gestión que pueda llevarse desde Moscú. ¿Llevarán Polonio los jefes de LUKOIL a los consejos de administración para “acallar” las voces críticas?. Visto lo visto no es algo tan descabellado.
Y lo más divertido de este sainete es que, al final, los rusos no se van a llevar nada, porque no tienen un duro. Uno pudiera pensar que esto se parece bastante a lo de los Lehmann Brothers, ya que en este juego todo el mundo compra y vende pero nadie pone un duro encima de la mesa, todo es falso y al final todo se derrumba. Si SACYR no puede vender, los banco se harán con su crédito, la constructora quebrará (es lo que se merece) y la papeleta la tendrán Botín y compañía. Pero intuyo que antes de que eso ocurra aparecerá un “caballero blanco” de buen ver (la francesa Total, por ejemplo), y se hará con el paquete de REPSOL, del Rivero salvará sus posaderas, y de sus tejemanejes y apropiaciones varias nada se sabrá. Para que luego digan que en España no hay finanzas basura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario