Ayer Zapatero reunió a los miembros del grupo socialista en el Congreso y Senado con el objeto de echarles un poco la bronca para que, de una vez, empiecen a trabajar contra al crisis. En el marco de la reciente y tan duramente criticada por casi todos (con razón) remodelación del gobierno, ZP desgranó las propuestas legislativas que quiere emprender este año. Dos de ellas me parece que son claras pantallas para desviar la atención de la crisis, como la Ley del Aborto y la de Libertad Religiosa. La tercera, la Audiovisual, puede que también, pero resulta muy interesante su planteamiento.
Y es que afirmó ZP que la nueva Ley Audiovisual contempla una gran reducción de la publicidad en las televisiones públicas, concretamente en TVE. Y es que ahora mismo se da la paradoja de que hay una televisión, TVE, que se financia con anuncios y subvención pública, y el resto, las privadas, sólo pueden recurrir a los anuncios, en un contexto de enorme crisis del mercado publicitario. Por así decirlo TVE juega con dos barajas, y eso es algo de lo que llevan quejándose mucho tiempo el resto de canales, nuevamente con toda la razón. Es indignante, pese a que a mi madre no parece ofenderle en exceso, que entre el Telediario y el tiempo se introduzca un bloque de no menos de diez minutos de anuncios, en los que es difícil distinguir si uno está en TVE o en Tele5, o que se emitan concursos y programas de variedades privados pagados con impuestos públicos. La tele pública debe tener un contenido fundamentalmente de educación e información. Quizás eliminar los anuncios de la tele contribuya a ese propósito. Un ejemplo de cómo eso es posible es Radio Nacional, que no tiene publicidad y posee una programación sólida y competente, que compite en igualdad respecto al resto de emisoras y que a veces lidera la audiencia, pero frecuentemente no lo hace, y como ese NO es su objetivo, puede ofrecer buenos programas y una calidad media elevada. Eso sí, como el dinero no sobra toca adelgazar, en estructuras, personal redundante y medios. Probablemente TVE tenga que quedarse con un solo canal de los dos actuales, y una vez descomercializada, si se me permite usar semejante palabra, deba tener un gusto exquisito por la neutralidad informativa. Durante años TVE ha sido la tele de González, la de Aznar y la de Zapatero. Es hora de que eso acabe y el gobierno pierda ese instrumento de control y manipulación, aunque huelga decir que no lo va a hacer con agrado, aunque en este caso es posible, porque ZP ya cuenta con medio privado, La Sexta, que es de su cuerda, por lo que no necesita el imperio de RTVE. Quizás sea esa la única manera de despolitizar la tele pública, y no es que me parezca muy limpia, pero si el objetivo se cumple.... bienvenida sea.
Eso sí, de llevarse a cabo este plan quienes quedan en una situación de vergüenza aún mayor son las televisiones autonómicas, auténticos órganos de propaganda al servicio y gloria del gobernante de turno. TeleEspe en Madrid, TeleChaves en Andalucía (ahora TeleGriñán) TelePNV en el País Vasco (y veremos si no acaba siendo TelePSOE), etc son ejemplos de despilfarro de recursos y de burda manipulación sin otro fin que adoctrinar y sacar votos. Yo las cerraba todas, y dedicaba esos recursos a sanidad y educación, que es lo que solicitan las Comunidades, que parecen no tener dinero para las listas de espera, pero que bien corren a inaugurar su tele con todos los medios del mundo.
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