Los ingleses ofrecen habitualmente unas noticias serias, pero con mucha frecuencia consiguen proporcionar titulares bastante cachondos. Las epidemias animales en el reino de la seguridad alimentaria, el bochornoso comportamiento de los más distinguidos miembros de su familia real, o el despliegue de cualquier menú casero es algo que deja al resto del mundo asombrado. Hay dos noticias que me parecen interesantes, muy distintas entre ellas, pero si se escarba un poco, creo que no tanto.
El rostro de la alegría, la fama y el éxito efímero que provoca la televisión nos lo ofrece la oronda imagen de Susan Boyle, esa señora de cuarenta y tantos años, poco agraciada físicamente, que vive en su pueblo con unos gatos y colabora habitualmente con la iglesia de la comunicad, a al que su participación en la versión británica de “Operación Triunfo” le ha hecho celebre en todo el mundo. Dotada de beuna voz, su interpretación dejó alucinada al público y al jurado, seguramente porque pensaban, todos ellos muy puestos y emperifollados, que una fea y gorda ni puede cantar ni hacer nada, y contenta tiene que estar por el mero hecho de que la dejen existir. Como yo mismo no soy nada agraciado se muy bien la sensación a la que me estoy refiriendo, y me apuesto un balance bancario de esos que no valen nada a que eso es lo que pensaban pero no podían decir, claro. Y resulta que la fea y gorda canta bien, y alguno de los guapos y listos del jurado se quedan a cuadros, puede que debido a la envidia que les produce su voz. Seguramente algunos de ellos la noche del concurso llegaron a casa, se miraron al espejo y, atusándose el cabello, dijeron “sí, yo no canto como ella, pero mírame, sigo siendo guapa y atractiva”. Ahora Boyle se ah convertido en una estrella mediática, con éxito en Internet y en todos los soportes, se disputa su presencia y le llueven ofertas de todas partes tanto para interpretar como para sacar partido de su fama efímera. El hecho de que permanezca virgen a sus 47 años, y no haya sido besada nunca, algo que muchos medios han visto como repulsivo e indigno cuando es bastante más común de lo que se creen, le ha hecho merecedora de ofertas tentadoras en lo que hace referencia a la jugosa combinación de sexo y dinero. No se si Boyle aceptará una oferta tan jugosa como esa, pero me da que no lo hará, que renunciará al millón de dólares y a la grabada noche de orgía a su elección. Lo cierto es que debe decidirse rápido, porque la oferta caduca en una semana. Al menos los productores de la película porno son de lo más honestos cuando dicen que quieren aprovecharse del rápido tirón del momento, y hacer caja antes de que el fenómeno Boyle, que crece si parar, se derrumbe como toda burbuja, cosa que acabará sucediendo en pocas semanas, una vez que otro personaje salido de la tele, Internet o vaya usted a saber donde, deslumbre al mundo con su inimitable talento a la hora de tocar la bandurria con unas cucharillas atadas a sus partes nobles en erección, e incluso hacer fraseos como Jimmy Hendrix con las cucharillas, o cualquier otra cosa que les ocurra.
Y es que, no lo dudes Susan, aunque no leas esto nunca, tu fama es efímera. Se derrumbará, y volverás a la vida oscura y lejana de los focos en la que has residido todos estos años. Por eso una subida al estrellato como esta, tan rápida y voraz, puede ser cruel, y generar un enorme destrozo personal. Lo más parecido a esto que recuerdo, a excepción del tenor Paul Potts, también descubierto en un programa similar, es el ascenso y caída de Rosa López en la hispánica Operación Triunfo. Subió a los cielos la gordita y simpática hija de un pollero de Armilla, se creo la imagen de la Rosa de España, y poco a poco la cosa se deshizo, y a saber donde está Rosa.... y me he quedado sin tiempo para la segunda noticia que quería comentar..... a ver si mañana.....
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