Mañana Martes se votan las resoluciones del debate sobre el estado de la nación que tuvo lugar la semana pasada, y veremos a ver que es lo que finalmente se aprueba y rechaza en función de la situación de minoría del gobierno del PSOE, pero sin esperar a esa votación hoy se pone en marcha, teóricamente, el plan de ayuda a la compra de automóviles que en ese escenario anunció ZP. Recordemos que consistía en 500 euros de ayuda por parte del gobierno nacional, 500 por parte de las Comunidades Autónomas y 1.000 por el fabricante, sumando así un total de 2.000 euros por vehículo.
Y he dicho teóricamente porque a hoy Lunes creo que son tres las Comunidades que han dicho que apoyan esa medida, y que por tanto aportan sus 500 euros. Otras han dicho claramente que no, como es el caso de Galicia, Madrid y Cataluña, y del resto no se sabe nada. Por lo tanto comprarse un coche puede convertirse en otra de esas muchas cosas que no tiene nada que ver de hacerlo en una comunidad o en otra, avanzando así cada vez más en el caos competencial y administrativo en el que hemos convertido este país. En sí misma la ayuda a la compra de coches abre un viejo debate sobre si es lícito o no subvencionar sectores particulares. La justificación suele ser su carácter estratégico para la economía nacional y, reforzado en medio de esta crisis, su capacidad para crear empleo. El automóvil cumple todas estas premisas. Pero una vez puesta la medida en marcha surgirán voces de la asociación de recolectores de chufa, o de los editores de prensa, o del sindicato de prostitutas del Maresme reclamando lo estratégico y creador de empleo que es su negocio, y es que se corre el riesgo de acabar tratando a todos de una manera distinta. En principio yo estoy en contra de las subvenciones sectoriales sobre todo porque discriminan a quienes no las reciben. Lo que deben hacer los gobiernos es cumplir sus obligaciones de pago con los clientes y empresas, algunas de ella vinculadas al coche y otras no, y destinar ese dinero a tapar esos agujeros. Además, en medio del lío de la financiación autonómica, que no se acaba de cerrar, ¿de dónde van a salir los 500 euros de las Comunidades Autónomas? ¿Y los 1.000 euros del fabricante? Algunos ya están haciendo descuentos y promociones, en ocasiones superiores a ese importe, pero supongo que no les habrá hecho mucha gracia a las marcas que no venden el hecho de tener que aflojar dinero por rueda y enterarse de ello por la prensa. Así que, pese a parecer una medida con sentido, su base teórica y, especialmente en el caso español, su aplicación práctica, resultan confusas. Para añadir más confusión al asunto, y dado que la mayor parte de la producción de coches en España se exporta a Europa, quizás fuese en el ámbito europeo donde se tenía que estudiar una actuación así, y no por parte de cada gobierno. Si “Europa” te da 1.000 euros por coche seguro que incluso alguno se anima a votar en las próximas elecciones del 7 de Junio.
Pensando un poco en este asunto se me ha ocurrido porqué, en el fondo, el gobierno quiere aumentar la venta de coches, y es que no se si hay un producto que genere mayor cantidad de impuestos que el coche y sus asociados (gasolina sin ir más lejos). IVA, matriculación, impuestos especiales, autoescuelas, multas, tasas municipales, aparcamiento.... todas las administraciones, ahora exhaustas y sin un duro, ganan dinero por cada coche que circula por la calle, así que en el fondo quizás no sea mala inversión para las arcas públicas perder algo por una subvención y ganarlo por detrás, cree o no empleo.
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