La semana pasada hablaba del amigo “Ajma” el líder iraní, y sus pretensiones nucleares, y hace unos meses me referí a Corea del Norte, en un tono paródico y algo divertido, porque los dirigentes de ese reino comunista, su estética y comportamiento inducen más a la risa que a tomárselos en serio. Cómo cambian las cosas con el paso de los días.... de la ruptura de las negociaciones a seis bandas sobre el armamento nuclear norcoreano hemos pasado a una nueva prueba nuclear subterránea y el lanzamiento de varios misiles de diverso alcance. Corea del Norte cada vez provoca menos risas y más inquietud.
Se me hace difícil valorar porqué el régimen norcoreano actúa ahora como lo hace. Resulta evidente que mentía durante el desarrollo de las conversaciones de desarme, porque por debajo de la mesa seguía con su programa nuclear y con la fabricación de bombas, se estima que puede tener hasta 10 de ellas. Los hay que opinan que esto es parte del juego de las conversaciones. Corea hace un ejercicio de fuerza y obliga a los negociadores a aceptar alguna de sus condiciones sobre la mesa. No voy a negar este planteamiento, que tiene su lógica, pero algo se me escapa. ¿Cuál es al alternativa de no aceptar las pretensiones de los coreanos? ¿Que lancen una bomba atómica sobre Seúl? Eso sería un disparate, pero viendo los desfiles, no se si de títeres pero lo parecen, que se celebran en Pyongyang frente a Kim Jong-il no deja de ser una posibilidad, remota pero cierta. Las últimas provocaciones del régimen han soliviantado los ánimos incluso de sus más próximos defensores, que son Rusia y China, que puede que incluso no veten una resolución de sanciones sobre el país, resolución que ya adelanto será inútil, porque la población norcoreana lleva años muriéndose de hambre para alimentar a la oligarquía dirigente y sus ansias de poder, así que no notará efecto alguno. Sería más efectivo un bloqueo naval del país, que impedir que se abasteciese de tecnología y productos necesarios para el desarrollo de bombas y misiles, y ya de paso, que los exportase, porque otro de los riesgos de la industria militar norcoreana, oscura y tenebrosa como el resto del país, es saber si se dedica a la exportación, que parece que sí, y quienes son sus clientes ¿A qué países u organizaciones vende Corea del Norte tecnología nuclear y balística? No me aventuro a dar una respuesta, pero es probable que no venda rosquillas glaseadas a Italia. Piensen ustedes en las variadas organizaciones terroristas internacionales que hay por ahí, empezando por los chicos de Al queda o el complejo talibán y pueden sentir algunos sudores fríos por el cuerpo. Quizás empiece a ser hora de planificar, o al menos idear, un ataque ya no preventivo, pero si coordinado, para eliminar la capacidad nuclear norcoreana, pero esa acción, de llevarse a cabo, corre con un enorme peligro, que es que esta vez sí que hay armas de destrucción masiva, no como en Irak, y pueden ser usadas o destruidas de manera accidental. Una pesadilla.
Y el factor de que existan las armas me parece básico. Me imagino a Ahmadineyad, Kim Jong-il y a otro grupo de “dirigentes” viendo la tele el día en el que, en 2003, se desató la guerra de Irak, y me da que todos pensaron algo similar a esto. “Este Sadam es tonto, ha jugado de farol con unas armas que no tenía y le van a destruir. Debemos de evitar eso y hacernos con las armas lo antes posible, porque una vez que las tengamos seremos respetable y ya no nos atacarán”. Irán va camino de ser “respetable” y Corea del Norte “ya lo es”. Y ahora, ¿qué diablos hacemos?
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