jueves, mayo 21, 2009

Un premio justo

Ayer se dio a conocer el galardonado en esta edición el Premio Príncipe de Asturias de las artes, y el agraciado ha sido el arquitecto británico Norman Foster. Para muchos en España Foster es más famoso por ser el marido de Elena Ochoa, aquella profesora que nos hablaba de sexo en los noventa en el programa de Chicho Ibáñez Serrador, que por su trabajo. Sin embargo en muchas ciudades del mundo, y en algunas españolas, podemos ver y disfrutar del diseño de uno de los hombres que ha conseguido crear su propia marca, en este caso en los objetos gigantescos que son los edificios e infraestructuras.

Y es que eso es una de las mayores distinciones de Foster. Es una marca en sí mismo. Su estudio de arquitectura es una empresa industrial con más de 1.000 empleados en nómina, que diseñan y proyectan por todas partes. Da igual si se trata de rascacielos, estaciones de tren, fábricas, colegios o puentes. Intuyo que Foster irá al sito en cuestión, verá aquello, hará unos bocetos y luego su “máquina” producirá el diseño efectivo y real de lo que se quiere construir, de cara a que la ciudad destaque en el mundo por tener “su Foster” y le ponga en el mapa de los sitios que, por su arquitectura, deben visitarse. En este sentido es de los primeros profesionales que se dio cuenta e lo que implica la globalización, y se adaptó a ella plenamente, con todas sus consecuencias, siendo quizás el primero de esa tropa de arquitectos estrella, entre los que podemos citar a Santiago Calatrava, Frank Gehry, Jean Nouvell, Herzog & DeMeuron, Rem Koolhas y otros muchos. Se podía fabricar un recorrido por varias ciudades del mundo admirando (o criticando, que de todo hay) los trabajos de estas estrellas, algunas muy brillantes y otras quizás efectistas, pero que han creado mitos en lugares que antes no destacaban ante los ojos del globalizado planeta. Todo el mundo asocia Bilbao con el Guggenheim de Gehry, y la city de Londres con el
edificio del Swiss Re de Foster (el pepino, o Gerkin, en el 30 de St Mary axe) o Malmoe con el “turning torso” de Calatrava. Antes de que llegase esta crisis, que va a meter en cintura muchos de estos genios, los alcaldes y políticos de turno acudían a estos estudios de renombre como subasteros, pujando por llevarse un diseño exclusivo para su ciudad, pagando precios astronómicos por obras que en algunos casos, pese a su innegable belleza, son obtusas y poco funcionales, especialmente algunas destinadas a su uso público. Aquí el alcalde de Bilbao podría hablar largo y tendido de la pasarela de Calatrava, de las baldosas quebradizas y resbaladizas, de las pasarelas y los derechos de imagen del proyecto. En este sentido Foster se ha mostrado más práctico, aunque también su pasarela sobre el Támesis causo problemas inicialmente.

En España poseemos varios edificios de la marca Foster. Uno de los primeros fue la torre de Colserolla en Barcelona, inaugurada con motivo de los juegos olímpicos. El último es la torre de Caja Madrid que, desde su arco de 250 metros, es el techo de Madrid en el complejo del CTBA. Y el que mejor conozco y más he usado, y me gusta, es el metro de Bilbao. Sus andenes suspendidos sobre las vías, su bóvedas hormigonadas, lisas, racionales, sus “fosteritos” o cúpulas que dan a la calle y sirven de acceso. Es un ejemplo de obra pública de diseño pero práctica y bella, y que merece una visita para apreciarla en su conjunto. Felicidades, señor Foster. Celébrenlo usted.......... y la señora Ochoa.

4 comentarios:

MCD dijo...

Me alegro del premio otorgado a Norman Foster porque se lo merece. Pero te has olvidado de nombrar un edificio que debería ser familiar para tí, ya que lo ves muy a menudo. Sí, es cierto que no has entrado y no lo has inspeccionado de cerca, es más, sólo lo puedes apreciar vagamente desde la distancia cuando pasas a toda velocidad por la carretera. Eso es, "Las Bodegas en la Ribera del Duero". Algún día iremos (yo también me apunto)a visitarlo para poder apreciar (o criticar) esta obra de arte, en medio de la estepa castellana.

dacasito dijo...

¿Alguien ha dicho visita a las bodegas? Me apunto pero ¡Ya!

¡Viva Foster, la Ribera del Duero, el metro de Bilbo y la doctora Ochoa de la que tanto aprendí lamentando y esperando poner sus enseñanzas en práctica!
Algún día...Lowenstein..

Paris Jilton dijo...

"Donde haya una bodega, ahi estoy yo"

Deivid, no dejes de llamarme.

¡Viva la arquitectura etilica!

David Azcárate dijo...

Efectivamente, en Gumiel de Izán se está construyendo la bodega del grupo FAustino, y el diseño es de Foster. Es un edificio con forma de estrella de tres brazos parcialmente enterrado que se aprecia claramente desde la N1. Aunque van lentos en su construcción seguro que el resultado es interesante, y quizás el contenido más, jejeje, gracias.