Esta sí que es una buena historia. Han detenido en Brasil al famoso presentador Wallace Souza, famoso allí, claro, acusado de organizar los asesinatos que luego él descubría como primicia en su programa de televisión, centrado evidentemente en el mundo de los sucesos. Wallace era el primero en llegar al escenario del crimen con las cámaras, aunque hasta ahora nadie sabía que días antes llegaba al mismo escenario con los sicarios, y planificaba lo que iba a ser el programa de dentro de unas semanas. Un tipo listo y cruel este Wallace.
Con el olfato que demostraba en su programa, Wallace se aseguraba el liderazgo de la audiencia y es de suponer que unos jugosos beneficios que, convenientemente reinvertidos en asesinos, pistolas y munición, le permitían seguir en la cresta de la ola. Ahora es de suponer que el presentador se enfrenta a un juicio legal y mediático, del que seguro que saca algún rendimiento, y puede que sea condenado a pasar unos años entre rejas, donde es muy probable que encuentre las personas necesarias para, cuando salga, volver a montar un negocio similar, esta vez con profesionales más curtidos, y con los que habrá tenido un trato personal durante sus años de encierro. Sospecho que algunos de los insignes comunicadores que a diario muestran su profesionalidad en España se habrán quedado con una cara de envidia insana al conocer la peripecia de Wallace. Ya me imagino este viernes un debate en “Donde estas úlcera gastroduodenal” conocido ahora como DEUG, en el que sesudos analistas como María La del Corpiño o Jesús Abrazaniñas puedan llegar incluso a las manos discutiendo, pero teniendo ambos claro que para ellos Wallace es un innovador, un artista incomprendido, un genio del medio comparable al recientemente fallecido Valerio Lazarov, un monstruo, etc. Supongo que escenas de compañerismo y de solidaridad profesional semejante se vivirán la noche del Sábado, en “El gusano loco”, al que nadie llama EGL, donde sesudos comentaristas políticos como Miguel Ángel Perdídez, Maria Antonia Ermitas o Enric Medaspena se volverán a enzarzar y, como en el programa del Viernes, a punto llegarán a las manos discutiendo sobre si Rajoy o Zapatero serían capaces de hacer lo que ha hecho Wallace por conseguir algunos votos, aunque es probable que nuevamente hubiese unanimidad a la hora de calificar a Wallace como genio multimedia de dimensiones históricas. El presentador del programa, un serio y competente profesional donde los haya, de nombre Jordi Quémalez, se ruborizará ante el tono que alcance el debate sobre el amigo Souza, y pedirá mantener las formas por respeto a la audiencia y al legado que ha dejado Wallace en los medios, pero no podrá contener la ira que puede que surja entre algunos de sus contertulios, que ya en ocasiones anteriores se golpearon, a un ritmo similar al que marcaba la subida de la audiencia.
De hecho, puede que el Jordi, el presentador, se esté preguntando porqué no fue él mismo el que llevó a la práctica la idea desarrollada por Wallace. Frente a la seriedad, rigor y fuerza que poseen los asesinatos y la sangre que el brasileño organizaba y mostraba, él, que es otro genio incomprendido, debe conformarse relatando las peleas y vomitonas que se lanzan colaboradores suyos, como es el caso del último combate habido a la salida de una frutería de Albérchigos del Camino protagonizado por Pepón Nosoydeprada y Jimmy Jiménez Abandonau. Yo con estos inútiles y Wallace creando arte, debe pensar el bueno de Jordi en la soledad de su despacho....
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